Xanxus nunca se había considerado del tipo sentimental; es mal esa palabra de mierda no existía para él, pero aun así no pudo dejar de sentir algo, cuando vio a Squalo llorar, sabía que él no exactamente la persona más fácil de tratar y menos con la cual convivir, pero ver a su sexy doncel llorando por llevar un hijo suyo definitivamente hinco algo en su pecho. Tanto así que había hecho lo que creía imposible se acercó al peliblanco y dejo que llorara en su regazo, acaricio los largos y hermosos cabellos de plasta, hasta que el cansancio lo venció quedando dormido abrazado a su cuerpo.
Bajo la mirada Squalo era algo hermoso, ni siquiera él podía negarlo, las delicadas facciones de su rostro pero al mismo tiempo la fiereza de un depredador latente en sus ojos, y claro ese envidiable cuerpo hacia que el chico estremeciera su piel. Sonrió al verlo dormido parecía algo tan delicado en ese momento, tal vez no era tan malo que tuviera a su hijo con él, al final sería lo suficiente capaz de transmitirle ese orgullo a ese pequeño que llevaría su sangre con orgullo.
En verdad que ese estúpido niñato lo estaba haciendo cambiar en varias cosas, porque de haber sido otra persona quien le digiera que esperaba un hijo hubiera hasta sido capaz de hacerlo abortar, pero ahora podía decir que no le molestaba.
Bien – dijo Shamal mientras se removía en un asiento pegado a la pared- En que jodido momento Xanxus se había perdido tanto en sus pensamientos que olvido que el hombre de cabellos estaba hay- frunció el ceño
El chico estará cansado en lo que resta del primer trimestre, debes vigilar que coma los tres tiempo, se quejara por las nauseas pero si quiere mantener el embarazo en óptimas condiciones debe hacerlo, él todavía es muy joven y puede ser que su cuerpo no aguante.
Xanxus no dijo nada, no tenía por qué hablar con ese hombre, haría lo que pedía pero no tenía ningún deber de contestarle, siguió acariciando el blanco cabello
No digas su estado a nadie- dijo Shamal
Xanxus volteo su rostro inmediato – Porque no debería proclamar el inminente nacimiento de mi hijo – dijo con prepotencia
Porque decirlo ahorita podría asegurar el que no nazca – respondió
Habla claro antes que te pegue un tiro en el cráneo – amenazo
La madre de Squalo era mi cuñado Alaude Varia di Cavallone, al igual o más que Squalo desde pequeño se le enseño el arte de la guerra, y gano varias batallas que llevaron a Varia a la prosperidad. Cuando dos opuestos solo así podrían ser Mi hermano Alphonse Primo Cavallone y Alaude, hubo muchos atentando contra su vida y después muchos más cuando quedo en espera de Squalo. Al final Alaude murió dando a luz a Squ-chan; esa última noche alguien le disparo muy cerca de su vientre fueron milímetros a rozar la bolsa amniótica del feto, por obvias razones no aguanto el parto
Xanxus no esperaba semejante explicación, sonrió como solo él podía hacerlo – No seas estúpido, yo Soy Xanxus Vongola, nadie puede hacerme daño o mi estirpe así que deja tus preocupaciones de mujer vieja para otro ahora sal de mi habitación.
Shamal sonrió al escuchar semejante respuesta- Cuídalo por favor- dijo mientras salía de la habitación.
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Hayato pensaba en las cosas que había pasado ese último mes, sonrió nostálgico, se preguntaba que había hecho pero merecer el gran engaño, traición y dolor de las personas que amaba, en este momento de subida solo Squalo era el único que no le había causado algún tipo de dolor, vio como la tarde comenzaba a caer dando lugar a un hermoso ocaso, sonrió en sus adentro por tal cual belleza- Si era un buen día para hacerlos- camino por su habitación quitándose los pantalones y la larga camisa de seda quedando solo como había venido al mundo observo en sus espejo como las cicatrices de su castigo estaban curadas casi completamente. Tomo una hermosa túnica roja transparente la cual contractaba a la perfección con su níveo cuerpo, camino hasta la puerta de la habitación, tomo una capa la coloco encima de la pieza de tela y salió escondiéndose de los guardias y las sirvientas.
Saliendo del palacio camino tan rápido a como su pies se lo permitieron la pared de musgo que chocaba con los jardines escondía un secreto, que no muchos conocían, en verdad no sabía si alguien más lo conocía, pero nunca había visto a alguien hay, paso la cortina de helechos colgantes que cubrían la entra para ver aquel hermoso lago que parecía de cristal bañado con los rayos del sol y el hermoso fondo donde se podían ver hermosas de colores que le daba a ese lugar algo mágico
Tiro de su cuerpo la capa que llevaba encima y la tiro dejando solo la hermosa túnica, era tonto pero le gusta sentir su piel pegada al material de seda, se metió al agua sintiendo como su penurias eran lavadas le encantaba venir a este lugar se dejó llevar por la serenidad y la soledad, su mente lo necesitaba desde hace cuánto que no se sentía así, sus sentidos se perdieron mientras el agua y la luz del atardecer llenaba sus sentidos. Tanto que no sintió cuando unas grandes se aferraron a su cuerpo mojado
P…pero que - dijo asustado
Lo siento pero no puedo evitarlo Hayato – dijo el rubio
Gamma yo no- nervioso
Sé que crees que te he mentido, sé que me culpas por la muerte de tu hermano, yo me culpo de su muerte es cierto, pero no dudes de los sentimientos que siempre te profese- dijo serio mientras se aferraba a la pequeña espalda del peliblanco
Gokudera temblaba pero no era a causa del agua que comenzaba a helar con el descenso del sol y el alzamiento de la luna- Yo estoy roto, yo no estoy seguro de mi
Déjame mostrarte lo hermoso que eres, déjame enamorarte otra vez, se que te sientes oprimido y reacio a nuevas experiencias, sé que tienes miedo de ese hombre- se puso delante del peli blanco – mírame, yo te protegeré, fui un tonto y un cobarde al dejarte solo en aquella ocasión, eso no volverá a pasar te lo aseguro
Hayato tenía los ojos llenos de lágrimas él quería creer todas esas hermosas palabras, que eran pronunciadas por aquella boca con la que había comprobado la más deliciosa miel – Si – dijo bajo – yo quiero – alzo la mirada – quiero amarte y que me ames de nuevo
Gamma no podía sentir el viento frio o el helada agua en la que estaban sumergidos besos aquellos sonrojados labrios que tenía el sabor de la fresa, aferrándose cada vez más en aquel beso su piel comenzó a calentarse y cuerpo pedía más acaso sería capaz de tener a sus pequeño lirio, como siempre lo había deseado realmente las cosas serían para mejor, solo la luna seria testigo de las verdad.
Despego sus labios de aquella boca, vio con lujuria aquel delicado cuerpo, rápidamente envolvió las delgadas piernas y lo cargo hasta la orilla, lo recostó en la capa que antes había tirado el peli blanco – Sabes que si lo deseas me detendré
Hayato negó con la cabeza, sus ojos llenos de esperanza, deseó y lujuria – Si te detienes ahorita, solo me sentiré como basura y pensare que en verdad mi hermano era mejor que
Gamma sonrió, como su adorado odia pensar semejante cosa, nadie podía negar la belleza enigmática de Alaude, pero para el esos hermosos ojos plata transmitían tanda dulzura, que simplemente no tenía comparación, Hayato era alegre, gentil, se preocupaba en grande por las personas que amaba poniéndolo por encima de ellos, para el – NO HAY COMPARACION
Entendido amore – dijo el rubio con picardía
Hayato sintió sus cara sonrojar – Asintió con pena, mientras unas agiles manos comenzaban a acariciar todo su cuerpo, sabía que él estaba casado y lo estaba a punto de hacer podría traer grandes consecuencias, pero en estos momentos no le importaba su cuerpo parecía tener mente propia y su imaginación volaba por lo cielos con aquellas manos su agujero se cerraba ante al rotunda anticipación de lo que venía si las cosas avanzaban más.
Gamma estaba ansioso, estaba aquí con el hombre que siempre había amado, y podía tenerlo, lo único que pensaba era en poseerlo, creía que podía ser más delicado más romántico pero la espera había sido demasiada alzo las blancas piernas sobre sus hombros y alineo su erecto pene en la entrada de Hayato, lo beso apisonada mente, tratando de adivinar si deseaba realmente esto y después se introdujo lento, y sabe para después volverse fuerte y rudo no podía, las envestidas eran rápidas y profundas cada una acompañada por n grito de placer, hasta que culmino dentro de su adorada flor.
Ambos cuerpos respiraban agitadamente Gokudera de repente comenzó a reírse a carcajadas, Gamma estaba asustado, iba a preguntar qué era lo que pasaba cuando tuvo a Gokudera encima de el en segundos –Segundo Round – con aquella sonrisa que le recordaba a la luz del sol