Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sedúceme por Haruka Eastwood

[Reviews - 130]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!! 

Espero que les guste el capítulo y comenten.

Mi Facebook por si gustan agregarme

¡Sin más preámbulo a leer!

Titulo: Sedúceme

Resumen: Después de una odiosa semana de exámenes, Ciel se ve arrastrado a un par por su amigo Alois, donde por culpa de unas copas de más, demuestra su lado seductor con un moreno de atrayentes ojos escarlata. ¿Será él quien seduce o caerá en las garras de la seducción?

Categoría: Kuroshitsuji

Clasificación: No menores de 16 años

Género: Romance, Erótico.

Advertencias: Lemon.

N° Capítulos: 8 de 17

Por: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Sedúceme

Alois Trancy Pov

Capítulo 8: No puedo con esto

Han pasado exactamente dos meses desde que vivo en casa de Claude como su hijo adoptivo. En un principio no me lo creía, aquella mujer de mirada amable le propuso que me adoptaran, cuando me lo han preguntado no dude en contestar que aceptaba, no fue tanto por Claude, al menos no en ese momento ya que en todo lo que podía pensar era en alejarme de ese maldito viejo.

Cuando llegue a vivir con él, le decía tío y pretendía estar a su lado ya que era el único familiar vivo que me quedaba, pero conforme fui creciendo me di cuenta de que sus caricias no eran normales, nunca me gustaron. Me asqueaba y en varias ocasiones me amenazo con botarme a la calle si no hacía lo que quería… no me quedo de otra más que acceder a sus asquerosas peticiones, dejando que me hiciera lo que quisiera. Por lo que cuando vi la oportunidad para librarme de él no lo dude ni un segundo.

Realmente me alegro saber que el viejo estaba en banca rota por todo lo que debía, al menos esa desgracia fue mi bendición. Los trámites de la adopción fueron relativamente rápidos, tres días después me estaba instalando en la hermosa mansión de Claude. No niego que saber que Hannah era su esposa me deprimió, ella es muy amable y trata de consentirme en todo, siento que de no haber muerto mi madre tal vez sería como ella.

Por alguna razón me sentía un poco mal al encontrarme con Claude a escondidas, pero es que ese hombre es imposible, amo que de un momento a otro me tome desprevenido para robarme un pasional beso, que me acaricie un poco y luego me deje así, completamente excitado mientras el coloca una mueca socarrona al verme con ojos suplicantes.

Otra cosa que me alegro es saber que no perdí la amistad con Ciel, quien falto toda una semana a clases, cuando lo volví a ver en la escuela tímidamente me acerque, creyendo que me gritaría o algo por el estilo, ya que muchas veces suele insultarme, pero realmente nunca había estado molesto del todo conmigo, y no pasaba de «Eres un idiota» o cosas similares. Pero escuchar su «Ah, eres tu» me hizo sonreír tanto que lo abrace efusivamente, sé que no es de expresarse mucho y luego de conocerlo por tantos años llegue a saber cuándo le alegraba verme, pese a que no lo dijera, así que sin la más mínima contemplación lo apretuje entre mis brazos. Al menos mientras llegaba Elizabeth, porque en cuanto me vio prácticamente me arrojo lejos abrazando posesivamente a Ciel.

No la culpo por nada, después de todo son pareja… aunque actualmente no se qué pensar de eso. Me siento mal por Lizzy, pero prefiero ver a Ciel feliz y es que cuando fui a su casa para contarle la noticia de mi adopción y todo eso, más que nada sobre Claude su teléfono vibro, en ese momento el se metió a dar una ducha rápida por lo que no lo escucho, así que lo cogí de su cama observando el identificador y vi que aparecía Sebastián, con una foto de él como fondo de pantalla. Mis ojos se abrieron de la impresión al ver a aquel hombre del bar,  y hermano de Claude entre los contactos de Ciel.

Creí que lo odiaba, que en cuanto Ciel lo viera le mataría y castraría por haberse propasado con él cuando estaba un tanto ebrio, aunque en una de nuestras tantas travesuras descubrí que es demasiado complicado emborrachar a Ciel, al menos al grado de que no recuerde nada al día siguiente. La curiosidad pudo más conmigo y acabe revisando su teléfono, sé que no era correcto pero no me resistí y termine encontrando un largo historial de llamadas y conversaciones entre ellos, no lo podía creer, entonces ¿Ciel era gay? Pues todo indicaba que si, o al menos era Sebastiansexual.

Impresionado volví a dejar el teléfono en su lugar, y fue justo al tiempo que el salía del baño, únicamente le dije que le llamaron y cuando reviso quien era una sonrisa casi imperceptible apareció en sus labios, no había duda de que Ciel se había enamorado. Y como buen amigo que soy no lo deje tranquilo hasta que me lo dijo todo, conforme, le conté lo de mi adopción y me he reído cuando le dije que con el que salía era mi tío, aunque creo que se molesto, supongo que Sebastián no le había comentado nada aun. 

Suspiro entrando a mi habitación.

—Qué locura —digo en voz alta dejándome caer sobre la cama.

Mañana es viernes, aun así no hay clases, por lo que tendré tres días… ¿qué hare? Tal vez visite a Ciel y vallamos al cine.

Tan metido estoy en mis pensamientos que no escuche la primera vez que tocaron a la puerta del cuarto, sino hasta que el golpeteo ha sonado un poco más fuerte es que me senté en la cama.

—Adelante.

Miro curioso la puerta, observando cómo Hannah se adentra regalándome una cálida sonrisa, mientras camina sentándose a mi lado, deposita un dulce beso en mi frente antes de revolverme los cabellos con suavidad.

—Es hora de dormir jovencito —musita suavemente—. Solo vine para decirte que mañana no voy a estar, saldré desde temprano, lo más probable es que regrese como a las cinco, Si vas a salir o necesitas dinero se lo pides a tu papá.

Sonríe divertida y yo me sonrojo por el comentario, aun no me acostumbro a llamarle de esa forma, aunque con Hannah es diferente ya que en un par de ocasiones la he llamado mamá. Se siente extraño hacerlo, pero a la vez muy bien, por ese mismo motivo me siento fatal cada que Claude me besa, aun así mi cuerpo y mi mente se niegan a apartarlo.

—Hannah…

—Dime —me abraza, mirándome a los ojos.

—¿Por qué quisiste adoptarme?...

Baje la mirada, al ver que su expresión se torno un poco sería, tenía curiosidad, pero al ver su semblante me arrepentí de haberle preguntado, estaba por disculparme cuando sentí su mano sobre mi cabello, haciéndome mimos antes de que comenzara a hablar.  

—Cuando me case con Claude… —carraspea un poco mirando al frente mientras me aprisiona un poco más contra su pecho—, solo podía verlo como un amigo, alguien con quien pasar un tiempo, pero conforme pasaban los años me di cuenta que estaba enamorada de él y anhele formar una familia a su lado, pero nunca sucedía y es que yo no puedo tener hijos. Me enoje mucho con él cuando le dije y actuó indiferente… pero cuando te vi y le propuse que te adoptáramos no se opuso… finalmente tendría la familia que tanto soñé. Además de que eres muy lindo.

No pude evitar sonrojarme con lo último, ahora solo me sentía peor. Hannah se despidió de mi y mientras salía no pude evitar observarla con detenimiento, ya que últimamente estaba más delgada y hace una semana estuvo un poco enferma, le dio gripe, pero creo que no fue nada grave, al menos eso me comento Claude.

Desperté por la molesta alarma que se me olvido quitar en la noche. Eran las siete y yo ya estaba despierto sin ganas de nada, aunque tampoco podía volver a dormir, así que me levante y me dirigí al baño para lavarme los dientes. Embobado y algo adormilado aun me quedo observándo el lugar detenidamente ya que es bastante amplio, me apoyo en el mueble de mármol donde descansa el lavamanos y aquel enorme espejo que tiene unos pequeños decorados en plata en los bordes, por el cual veo la enorme bañera de mármol beige que domina el centro de la habitación, lo cual hacía que no quisiera salir del baño cuando me duchaba.

Al terminar me observe un poco en el espejo y sonreí para mis adentros al verme bien, ya que hoy traía mi pijama favorita, era una blusita sin mangas y de tirantes color lila con encaje en las orillas, mientras que el pequeño short hacia juego, dejando al descubierto mis piernas casi en su totalidad. Sonreí haciendo poses sensuales y es que yo lo soy, no es que sea vanidoso… bueno, tal vez solo un poco.

—Me fascina como se te ve ese pijama, aunque te prefiero desnudo.

Doy un respingo en mi lugar y retrocedo un poco debido a la impresión, ya que no había notado en que maldito momento Claude entro a mi habitación. Gire mi vista y lo vi recargado en el marco de la puerta del baño, portando un traje gris impoluto al igual que su blanca camisa, fajada y con los dos primeros botones desabrochados, pase saliva de solo ver su rostro contemplándome lascivamente, al momento que deslizaba su lengua por su labios inferior.

A paso felino camino hasta mí, tomándome de la cadera acercándome a su cuerpo, sintiendo como su dura erección se frotaba contra mi abdomen, por lo que sin querer me hizo soltar un vergonzoso gemido, el cual ahogue entre sus labios cuando los ha reclamado como suyos, y es que este hombre es insaciable y eso me fascina. Le rodeo el cuello con mis brazos enterrando mis dedos en su mata de cabello negro, jugueteando con el mientras separo lentamente los labios, sintiendo como su lengua se adentra en mi cavidad, jugueteando con la mía, masajeándola con sensuales movimientos que terminan por excitarme en sobremanera.

Sus manos descienden con lentitud por mi espalda dibujando figurillas eróticas, estremeciéndome, logrando que mi cuerpo vibre y sienta deseos, no importa cuánto quiera resistirme, siempre logra tenerme, a su disposición, dominarme y controlarme para saciarse, pero es algo que de cierta forma me gusta.

Me aferro a su camisa cuando sus grandes manos se detienen en mis nalgas, amasándolas y apretujándolas con descaro, hasta que logra acariciarme los muslos, deslizando sus dedos por debajo del short, jugueteando con el borde de mi pequeño bóxer que no duda en apartar y deslizar sus dedos hasta rosar mi entrada.

—C-Claude… —gimo ante su tacto, sintiendo como las piernas me tiembla, si no fuera por él creo que ya habría caído al suelo.

Antes de separarse de mi boca apresa mi labio inferior entre sus dientes haciendo la cabeza hacia atrás, jalándolo un poco hasta soltarlo, para mirarme con esos penetrantes ojos ámbar. Siento que el rostro me arde, el calor se ha apoderado de mi cuerpo con cada movimiento circular que realiza su travieso dedo en mi entrada.

—¿Estas excitado? —me pregunta con malicia, y solo puedo evadir su mirada que me escudriña, logrando que mi cuerpo tiemble entre sus brazos «maldito controlador», farfullo para mis adentros, no entiendo por qué diablos me lo pregunta si es más que obvio—. Responde.

—S-Sí…

Jadeo cuando hace más presión en mi entrada, como si quisiera adentrar su dedo, sin embargo no lo hace y es desesperante. Le miro de soslayo, como sonríe completamente complacido.

—Buen niño —dice con mofa apartando completamente su mano de mi trasero, colocándome esos dedos frente a mi rostro—. Lámelos —ordena con voz ronca y cargada de excitación. Solo puedo obedecer y empiezo a deslizar mi húmeda lengua por sus dígitos, de arriba hacia abajo, succionándolos un poco, mientras le miro con deseo comenzando a deslizar mi mano por su perfecto pecho hasta llegar a la hebilla de su cinturón.

Aparta los dedos de mi boca y los lame, haciéndome sonrosar antes de cazar mis labios en un demandante beso, recorriendo cada centímetro de mi cavidad con esmero, posando sus manos en mi trasero levantándome. Le rodeo la cintura con las piernas, las cuales acaricia comenzando a caminar tranquilamente conmigo hasta sentarme en el frio mármol entre las dos pilas del lavabo, me mira intensamente y automáticamente entierro mis manos en su cabello atrayéndolo a mí para besarlo, deslizando mis manos por su nuca.

Sus manos se colocan sobre mis hombros desnudos, haciéndome estremecer cuando comienza a juguetear con el tirante de mi blusita, asiendo pequeños circulitos con las yemas de los dedos, antes de agacharse y besarme la clavícula. Siento que me derrito, nunca en mi vida me había sentido tan deseado como cuando estoy con Claude, pero a la vez es complejo lo que siento. Sé que la diferencia de edad es mucha y el bastardo está casado… tal vez pronto se canse de mi, y termine destrozado por este hombre, lo peor de todo es que me siento mal por Hannah, que bastardo e hipócrita soy al pensar eso cuando estoy a punto de entregarme a él, lo sé, pero no puedo evitarlo por más que quiera.  

Sus labios recorren mi cuello hasta detenerse en el lóbulo de mi oreja sacándome de mis pensamientos, cuando lo empieza a lamer y mordisquear suavemente. Sintiendo su cálida respiración que me eriza los vellos del cuerpo, logrando una oleada de calor bajo mi vientre, creo que voy a explotar en cualquier momento.

—Claude —musito ansioso, realmente le necesito.

—Shhh —coloca su dedo índice sobre mis labios—. No te he dado permiso para hablar —dice con toda la tranquilidad del mundo a lo que me enfado y frunzo el ceño. Sera cabrón.

Quiero reclamarle y quiero gritarle que es un idiota, pero esas ideas se esfuman cuando desliza su mano sobre mi pecho, apretándome los pezones por encima de la tela, jalándolos un poco. Mis manos se aferran con fuerza a su camisa a la vez que mi respiración se vuelve irregular, el sexo me palpita y estoy a un paso de volverme loco si sigue así.

Parece que ha visto mi expresión de suplica, ya que deja su tarea de estimular mis pezones por sobre la ropa y poco a poco me levanta la blusilla, simplemente coopero cuando me la retirado y arrojado al piso. Llevo mis manos hacia atrás para apoyarme, dejando mi pecho expuesto ante él, que me mira lascivo, con esos ojos que parecen brillar de deseo cuando a comenzado a besar mi cuello, deteniéndose en mi clavícula antes de llevar un pezón a su boca, lamiéndolo con movimientos circulares que me hacen dar un respingo cuando el maldito ha soplado encima, logrando que un escalofrió me recorra por completo.

Sus dedos se meten entre el elástico de mis bóxer y el short jugueteando un poco antes de quitármelos, a lo que levanto el trasero, mientras me desliza las prendas por las piernas, las cueles se atoran en mis tobillos, por lo que los muevo un poco dejando que caigan al suelo, a lo que simplemente las patea lejos. Le miro y comienzo a desabotonar su camisa deslizando mis manos por su bien formado pecho antes de deslizarla.

Jadeo y me besa con salvajismo al momento que comienza a desabrocharse el pantalón, bajándoselo junto con su bóxer negro, no lo resisto y deslizo la mano sobre su erección. En un rápido movimiento la aparta, estoy a punto de replicar cuando ha hundido su cara entre mis muslos, logrando que su respiración me excite aun más al tenerla en ese lugar.

Comienza lamiendo la punta de mi miembro, presionando su lengua contra ella, para después iniciar una deliciosa felación que me deja sin aliento, sintiendo como sube y baja a un ritmo contante y malditamente excitante, al momento que introduce de golpe dos dedos dentro mío comenzando a prepararme. No lo resisto y entierro mis manos en su cabello, sintiendo los espasmos de mi cuerpo, como si vibrara, estoy a punto de venirme.

No me da tiempo de avisarle y me corro en su boca, dejándome caer en el frio mármol, que hace perfecto contraste con mi cuerpo caliente. Estoy aturdido y desorientado, tanto que no me importa cuando me acerca al borde, frotando su dura erección con mi trasero, quiero decir algo, pero repentinamente se abre paso en mi interior llenándome por completo, no espera a que me acostumbre y comienza a moverse a un ritmo constante y rápido, que me hace gritar de placer, cuando ha tocado ese delicioso punto que me sumerge hasta el fondo en una vorágine de éxtasis interminable con cada arremetida.

—Alois —musita con voz ronca cuando le he rodeado el cuello con los brazos, aferrándome a su cuerpo. Me he vuelto a excitar.

—Claude ¡ah!~ más fuerte… —le pido al momento de enredar mis piernas en su cadera, sintiendo como sus movimientos se hacen más fuertes, rápidos, constantes y certeros. Le miro fijamente, observando cómo los mechones de su cabello se han adherido a su frente perlada en sudor y no dudo en unir mis labios a los suyos en un beso hambriento y necesitado.

Estoy a punto de venirme por segunda vez.

—Conmigo —gruñe extasiado y solamente puedo asentir.

Solo un par de estocadas más y siento el placer del orgasmo que me nubla la vista, mientras siento como soy llenado por completo. Permanezco inmóvil intentando regular mi respiración al tiempo que Claude sale de mi interior cuidadosamente, comenzando a llenarme el rostro de pequeños besos.

—¿Claude?

Le miro extrañado mientras siento unas suaves caricias en mi mejilla que me hacen cerrar los ojos, después de ver esa diminuta sonrisa sobre sus labios.

—¿Te apetece tomar una ducha conmigo? —ronronea sobre mi oído y solo puedo asentir, dejando que me cargue entre sus fuertes brazos mientras camina hacia la regadera permitiéndonos que el agua tibia nos cubra por completo. Besa mis labios con dulzura y me mira fijamente—. Me gustas tanto…

—Y tu a mí…

Sonrío… realmente quiero creer… 

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Continuará

Notas finales:

Gracias por leer ~♥

Haruka Eastwood


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).