Xiumin no dijo palabra ni produjo sonido, aún cuando ya había dejado de llorar, pero de alguna manera Luhan se sintió contento con sólo saborear el momento. Aún si no podía escuchar la suave voz que tanto ama, los latidos de Xiumin hacían un eco en todo su cuerpo que era más fuerte que cualquier palabra que pudiera expresar lo mucho que lo amaba.
Después de la confesión de Luhan, ambos se sentaron en silencio en la habitación. Xiumin estaba sentado entre los brazos de Luhan, pero a diferencia de antes ahora había aflojado su agarre. Xiumin también había logrado calmarse y su temblor había parado. Luhan había conseguido que el otro dejara su posición similar a la de una bola y ahora se dejaba abrazar. Miró consternado el rostro de Xiumin y vio el daño que las lágrimas habían dejado en él. Sus lindos ojos de gato estaban rojizos y se veían un tanto lagrimosos. Incluso su nariz y sus mejillas se mostraban con un tono rojizo que hacía su corazón hundirse. —No te haré llorar de nuevo. Lo prometo —Susurró suavemente contra el oído del mayor con toda la intención de mantener la promesa por siempre. Nunca se perdonaría si el rostro de su amado se tiñera de lágrimas por su culpa.
La mano de Xiumin perezosamente buscó la del otro y las entrelazó. La acción significó mucho para los sentimientos de Luhan, aún si no era la primera vez que sostenían sus manos, era la primera vez que Xiumin iniciaba la acción. Antes, él era el que buscaba la oportunidad para sostener esas pequeñas manos y entrelazar sus dedos pero ahora eran esas mismas manos quienes habían buscado las de él.
Las levantó un poco y dejó pequeños besos en la de Xiumin; también sujetó con más fuerza su torso, y el otro respondió acurrucándose más cerca del cuerpo de Luhan. Le besó los aún lagrimosos ojos de Xiumin y susurró en un tono muy suave: —Quedémonos aquí un poco más. Tres chicos afuera me matarán si te ven como estas ahora, y creo que otros siete también intentarán hacerlo cuando se enteren de lo sucedido. —Intentó subirle el ánimo a Xiumin al decirle eso y Luhan se alegró al ver que pareció haberlo logrado. El otro esbozó una pequeña sonrisa y cambió de posición para poder descansar la cabeza cómodamente en el pecho de Luhan. Puso su oído derecho justo donde se encuentra el corazón de Luhan y dejó libre su mano para abrazarlo. Luhan descansó su barbilla sobre la cabeza de Xiumin y comenzó a acariciarle el pelo. Xiumin esbozó una sonrisa más grande cuando escuchó lo mucho que el corazón de Luhan latía por él, lo cual hizo sentir terriblemente avergonzado al chico, pero si eso dibujaba una sonrisa en el rostro de Xiumin entonces con gusto recibiría dicha vergüenza, incluso más.
Xiumin no dijo palabra ni produjo sonido, aún cuando ya había dejado de llorar, pero de alguna manera Luhan se sintió contento con sólo saborear el momento. Aún si no podía escuchar la suave voz que tanto ama, los latidos de Xiumin hacían un eco en todo su cuerpo que era más fuerte que cualquier palabra que pudiera expresar lo mucho que lo amaba.
Unos momentos después sintió el abrazo de Xiumin aflojarse, siguiendo de su suave y rítmica respiración, que podía sentir a través de sus ropas, incluso sin mirar; él sabía que el cansancio causado por el llanto le había ganado a Xiumin y ahora dormía en sus brazos. Felizmente se preguntó si Xiumin estaría soñando con él, si fuese así, sería la persona más feliz con vida, y sólo el pensarlo dibujaba una sonrisa en su rostro.
No podía creer cómo sucedieron las cosas, pero ahora estaba increíblemente feliz de por fin tener a su amado a su alcance. Obviamente, si pudiera haber evitado hacer llorar a Xiumin, por supuesto que lo habría hecho. “Nunca te haré llorar de nuevo” prometió nuevamente mientras limpiaba las inexistentes lágrimas del rostro de Xiumin. Una vez más miró cariñosamente a Xiumin. “Un montón de cosas pasaron hoy,” comenzó mientras besaba la pálida frente de Xiumin “pero ahora puedo orgullosamente decir que eres mío,” prosiguió acariciando su cabello “y que siempre he sido tuyo.” Ya no le importa si Xiumin lo escucha o no, porque se iba a asegurar de decirle estas palabras todos los días:
—Te amo Xiumin. Mi Kim Minseok. Mi lindo Baozi —dicho ésto él amorosamente lo envolvió más cerca de su corazón.