—Lu-ge.
Dada la temprana hora, la única opción que tenían para su primera parada era la cafetería. Luhan no tenía quejas a donde quiera que fuesen, el hecho de estar finalmente en su tan esperada cita era suficiente para tenerlo lleno de alegría. También estaba sosteniendo la pequeña mano de Xiumin con la suya desde que habían salido de los dormitorios. Era como aquella vez en China cuando habían ido temprano por un café.
El rostro de Xiumin se iluminó cuando la cafetería apareció a la vista.
—Ahí está, Lu. —Señaló con su otra mano—. Su latte es genial, ¿recuerdas? Chen y yo ya lo comprobamos cuando… —Su voz se fue volviendo silenciosa a medida que recordaba y de repente su mano había perdido el agarre alrededor de la de Luhan.
Luhan vio como cambió repentinamente la expresión de Xiumin y la culpa volvió rápidamente una vez más. Pero no podía permitirse que perdieran su precioso día por algún mal recuerdo, así que apretó la mano de Xiumin para confortarlo y le sonrió.
—¡Vamos! Quiero una probada de ese latte. —Y Luhan medio caminando y medio arrastrando llevó a Xiumin hacia la cafetería, contento de que la mirada triste del otro se hubiera desvanecido y volviera a agarrar su mano firmemente.
Cuando entraron, vio a Xiumin sacar su billetera e inmediatamente lo detuvo y sacó la suya.
—Yo pago.
—Pero Lu…
—Sin peros, cuando salimos yo pago. —Y sin esperar otra respuesta procedió al mostrador. Volvió a mirar a Xiumin al recordar algo y preguntó burlón.
—¿Debería ordenar unas galletas también?
Xiumin solo suspiró con una falsa resignación y dio un pequeño asentimiento antes de tomar asiento junto a la ventana.
En unos pocos minutos, ellos estaban dando sorbos a sus bebidas calientes en la tienda de aroma agridulce. Como antes, el plato de galletas fue servido al lado de Luhan, pero cuando le ofreció una a Xiumin, este la tomó con su propia mano y Luhan no pudo ocultar la decepción en su rostro cuando lo hizo.
Xiumin lo vio hacer esa expresión, así que bajó su taza y lo miró.
—Lu, creo que también deberíamos aplicar la regla afuera. —Xiumin lo miró triste y Luhan tuvo que desviar su vista porque solo lo hacía sentir peor.
—Pero Xiumin, esa regla se aplica solo cuando los managers están en casa —discutió sin mirarlo directamente—. La regla de no actuar como una pareja cuando uno de los managers está ahí.
—Y el propósito de eso es que no se enteren sobre nosotros. Es por eso que digo que deberíamos aplicarla afuera. —Luhan escuchó el tono amargo atado a la voz de Xiumin que le decía que no quería eso tanto como él.
—Los otros estaban pensando solo en nosotros cuando propusieron la regla, Lu. —Luhan entendía eso, inclusive si Xiumin no se lo decía, entendía suficientemente bien que los miembros habían enmascarado esas reglas como burlas pero en realidad solo estaban pensando en ellos. Y también entendía hacia donde iba Xiumin pero no podía evitar sentirse triste. Finalmente tenía a la persona que más amaba como amante, pero aun así no podía mostrárselo al mundo o presumir de él enfrente de todos.
Dio un vistazo al rostro de Xiumin y vio lo difícil que era para él también. No quería empeorar la atmósfera así que se cruzó de brazos y sacudió la cabeza.
—Si no los conociera mejor, diría que ellos intentan provocarme sobre esto. Te digo Xiumin, una de sus misiones en la vida es molestarme de todas las formas posibles. —Escuchó una risita débil mientras una mano agarraba la suya que descansaba sobre la mesa.
—Gracias, Lu. —Escuchó suavemente. Luhan estaba preparado para hacer lo que fuera por Xiumin, incluso si eso significaba tener que contenerse un poco cuando los managers andaban por los alrededores o si estaban afuera.
—¡Apúrate, Oppa! —Luhan oyó a una chica por fuera de la ventana y entonces un hombre apareció y la abrazó.
—Eres tan lento, Oppa.
—Perdón, perdón, anda. ¿A dónde quieres ir? —Y ambos se alejaron con el brazo del hombre alrededor de los hombros de la chica y el brazo de ella enrollado en la cintura de él.
Luhan no pudo evitar sentir celos de la escena, “no podemos actuar así, huh” y dejó salir un suspiro mientras seguía a la pareja con la vista hasta que doblaron en una esquina y no pudo verlos mas.
“Oppa”, recordó como había llamado la chica al hombre y volvió su vista a Xiumin. “Él nunca me llamara así”.
“Luhan oppa”, se imaginó a Xiumin llamándolo así y solo hizo que se deprimiera de nuevo.
—Lu.
—¡Luhan!
—¡Luhan!
—¡LU-GE!
Volvió a la realidad cuando la voz en su mente se materializó y miró a la persona enfrente de él.
—Te estaba llamando, pero no respondías —se quejó Xiumin, pero él ignoró eso y preguntó nervioso.
—Tu acabas de… acabas de…
Xiumin sonrió y le respondió. —Aprendí eso de Lay en China, puedes llamar “ge” a alguien de tu misma edad y… y también a alguien querido para ti. —En la última parte de la frase bajó la cabeza en un intento de ocultar su vergüenza.
—¡Dilo de nuevo, por favor! —Sostuvo firmemente la mano de Xiumin y lo miró fijamente.
—Lu ge.
“Este baozi sabe realmente cuando y donde golpearme”, pensó mientras veía la cabeza aún inclinada de Xiumin.
—En reemplazo de esa regla, puedes llamarme así cuando estemos fuera. —E incluso si hubiese querido darle a Xiumin un beso en la mejilla, tuvo que reprimirse, el llamado “Lu-ge” ya había arreglado todas las decepciones de ese día.