La recuperación de Uruha fue lenta, tediosa y dolorosa
Tuvieron que pasar meses enteros para que se sintiera mucho mejor y para que su brazo funcionara de nuevo, mediante todo tipo de tratamientos y días enteros practicando la movilidad en su mano regreso como si fuera nada y pronto volvería a the Gazette para grabar
En ese tiempo no se había cruzado mirada con Aoi por más de unos segundos
Eran dos completos extraños, dos compañeros más de trabajo con la cortesía de siempre…
Cuando las grabaciones comenzaron Uruha encontró un nuevo medio para distraerse de la angustia que sentía en su pecho…seguía pensando en aquel día que vio a Aoi a un lado de él, inconsciente…sabía que no había sido una simple alucinación y que Aoi en verdad estaba ahí. Nadie se lo quitaba de la cabeza y no lo iban a esconder con sus “ataques de pánico”
El pelinegro, de la nada, se había vuelto aún más amigo de Kazuki de Screw. Lo llamaba diario, llegaban y salían juntos, cuando Aoi no estaba grabando las risas del menor podían escucharse por la pequeña sala de ensayos. Incluso cuando ambos ya no tenían una relación aun sentía algo en su pecho cada que lo veía tan feliz junto a el
¿Qué demonios corría por la cabeza de Aoi?
Él había sido el que le dijo que lo esperara
Él había sido el que le dijo que no se enamorara de alguien mas
¿Entonces? ¿Ahora? ¿Qué pasaba?
Jamás pensó volver a sentirse como aquellos días en los que apenas salía de la depresión. Ahora que tenía una nueva vida la estaba desperdiciando en vivir igual que antes. Una vez más por culpa de cierto sarcástico y orgulloso pelinegro…
El tiempo no se detuvo y siguió transcurriendo a un ritmo normal, pronto el disco quedo terminado y los promocionales para este mismo empezarían en cuestión de semanas. Primero un pequeño concierto en Tokio y después gira por todo el país por varios meses, varios meses de estar a su lado y no dirigirle la palabra ni si quiera para preguntarle cómo estaba el clima
Sin embargo, para sorpresa de Uruha, una semana antes de que la gira comenzara toda la banda se reunió en la sala de juntas…no era ningún asunto de la compañía o de la disquera. Era algo solo de ellos que tenía al rubio con la duda en la mente y la angustia de siempre sobre su pecho. Estaba tan preocupado que incluso había llegado temprano, unos minutos antes de la hora que habían decidido para la junta
Y ahí estaba Aoi junto a Kazuki aunque esta vez ya no bromeaba ni hacia chistes subidos de tono, solo estaba ahí con el…sentado a su lado
Cuando los vio ahí…en especial cuando lo vio a él ocupando un lugar que le pertenecía, ardió en rabia y dio unos cuantos pasos hacia el sitio planeando en su mente todo el discurso dramático que le diría a ambos, la forma en la que destruiría la barrera de mentiras que Aoi había construido, la forma en la que por fin se liberaría de todos los demonios que seguían acosándolo
Pero cuando junto suficiente aire en su pecho para hablar, Kai llego junto a los demás y decidió empezar su clandestina junta
-Bien…seré breve y rápido. Aoi ¿Qué nos querías decir?-
Uruha frunció el ceño…entonces ¿Kai no hizo esta junta? ¿Había sido Aoi? ¿Para qué? ¿Anunciaría que ya tenía algo con Kazuki ahí frente a él, como si no valiera nada?
Tantas preguntas con tan pocas respuestas y al mismo tiempo se estaba haciendo tantas suposiciones que su cabeza empezó a dar vueltas, como ese día en el hospital donde sentía que una espiral lo tragaba. Se levantó de su asiento y ante la mirada de los demás simplemente se recargo sobre la pared
-Lo siento…no me siento muy bien- contesto a la silenciosa pregunta que estaba en el aire
Aoi lo miro por un poco más que unos segundos y después dio un largo suspiro. Su mano derecha detrás de los hombros de Kazuki y la izquierda descansando sin sentido sobre sus piernas en una pose nada cómoda pero que no parecía molestarle en lo más mínimo
-Voy a dejar la banda-
Entonces las palabras de su compañero de cuerdas terminaron por romper el poco control que tenía. Se sentía como un niño que ha tirado el jarrón favorito de mamá, lo veía caer en una lentitud exagerada y despedazarse en el suelo mientras el miedo le ganaba y lo sofocaba
No pudo evitarlo, su cuerpo se movió por impulso y su cerebro funciono con lo que tenía en mente
-¿Por qué?- pregunto primero curioso -¡¿Por qué?!- termino por gritar
-Porque ya no lo soporto- contesto con calma –No quiero estar en esta banda, estoy harto de todo esto ¿no lo ven? Siempre son solo ustedes cuatro, los mejores amigos, los bromistas, yo quedo fuera por razones estúpidas y por mi temperamento. Cuando intento alegar lo que me pertenece entonces ustedes lo evitan, diciendo que no tiene sentido cuando si lo tiene…me eh cansado de no tener voz en esta maldita banda. Me voy-
Uruha no se creía ni una sola palabra…conocía a Aoi como la palma de su jodida mano y sabia de todo corazón que él no diría eso de una forma tan calmada. Estábamos hablando de Aoi por Dios…estaría gritando, apuntando a todo mundo de lo que habían hecho, casi golpeándose con Reita o encarando retadoramente a Kai…
No sentado, ahí, con una mano detrás de los hombros de Kazuki y la voz más calmada que jamás hubiera escuchado
Era como si se hubiera aprendido ese discurso, como un robot vacío ya programado para decir todo eso
Nadie en la banda abrió la boca, nadie se quejó ni nadie intento detenerlo
Excepto el
-¡Deja de mentir!- le grito –Te forzaron a irte ¿cierto? ¿Quién?-
-No Uruha. Me voy por mi propia cuenta-
-¡Deja de mentir!-
-¡¿Y porque demonios tendría que mentir?! ¡Esto no es una mentira! ¡En verdad quiero largarme!-
Aoi se levantó de su asiento y encaro a Uruha, sus profundos ojos color ébano chocando con las heridas orbes color miel del menor. Le estaba rogando, le rogaba con la mirada que por favor fuera una mentira…en todo ese tiempo, en toda esa agonía y todo el dolor que tuvo que pasar Uruha jamás dejo de ser un libro abierto por medio de su mirada
Uruha lo tomo por el cuello de la playera con ambas manos y Aoi sonrió mentalmente al darse cuenta que, de hecho, su mano izquierda ya estaba de regreso y como nueva. Miro fijamente a esos ojos, lentamente llenándose de lágrimas pero luchando con todas sus fuerzas por no mostrar esa aparente debilidad
-No te voy a creer nada- susurro Uruha entre dientes
-No me creas, aun así me largo-
Aoi lo empujo con su mano derecha lo más fuerte que esta le permitió y se alejó, aun mirándolo de la forma más fría que se le ocurriera. Los otros cuatro habían quedado en medio del fuego cuando no tenían ninguna deuda que pagar entre ambos…
-No me vas a hacer cambiar de opinión-
-Dijiste que te esperara- contesto Uruha con el mismo tono de antes
Su corazón se encogió, ahogándose en su pecho y latiendo a menor ritmo pero aun así se mostró como si nada de eso le importara, como si jamás le hubiera dicho esas palabras antes. Todo era parte de él plan que había ideado hace unas semanas, plan con el cual ya estaban de acuerdo el resto de la banda
Solo Uruha lo desconocía y por eso era el único que no se quedaba de brazos cruzados
-Ya no somos nada Uruha- contesto –Ahora deja de comportarte como un niño, ya te dije que no voy a cambiar de opinión. Esta junta era solo para avisarles la situación y decirles que no me iré así como así, Kazuki les ayudara durante la gira y en las presentaciones-
El guitarrista rubio volteo a ver a los miembros restantes de la banda con una mirada que les exigía una respuesta. Kai siendo el líder fue el único que decidió contestar esa pregunta
-Está bien Aoi…puedes irte-
-¡Kai!- grito Uruha -¡No!-
-Ya te lo dijo Uru- agrego Reita –No se va a quedar-
-No tiene sentido seguir discutiendo- continuo Ruki –Si se quiere ir…pues…es libre-
-Gracias por tomarte el tiempo de buscar a un remplazo- Kai siguió como si nadie lo hubiera interrumpido –Supongo que tu solucionaras lo demás con el manager y el jefe de la disquera-
Definitivamente, la espiral que consumía a Uruha ahora había regresado…tragándoselo por completo y él ni si quiera lo había notado
Miro una última vez a Aoi quien choco los puños con Kazuki y le agradeció por su ayuda en medio de la gira. Kazuki solo respondió con una sonrisa y termino por salir tras despedirse de la banda
Aoi no dijo nada más
Salió apenas unos segundos después de Kazuki…pero Uruha no se iba a quedar con esa respuesta. Lo siguió de cerca, ignorando los reclamos de Reita y de Kai que le pedían que se quedara pues debían seguir preparando las cosas para la gira, todo cayo en oídos sordos mientras su único objetivo era el pelinegro de llamativa silueta
Justo cuando bajaba los escalones que hay al frente de la compañía logro alcanzarlo, poniendo una mano en su hombro que le llamo la atención
Una vez más sus ojos se encontraron y ahora no mostraban la frialdad con la que lo encaro
-¿Por qué estás haciendo esto? ¿Por qué?-
-Ya no hagas esto más difícil Uruha…ya te dije que no me vas a hacer cambiar de opinión-
-Aoi…-
El pelinegro se separó y siguió caminando en dirección al estacionamiento de la compañía, con las manos en sus bolsillos, buscando sus llaves y la cajetilla de cigarros al mismo tiempo. El guitarrista rubio lo miro caminar, lo miro marcharse por enésima vez en su vida
Ahora ya no arrastraba una maleta, pero el sentimiento era absolutamente igual al de aquella ocasión
Así que corrió hacia él y volvió a poner una mano en su hombro, lo detuvo una vez más. No alcanzo a escuchar el suspiro lleno de frustración que se desprendió de los labios de su antigua pareja porque en cuanto se dio la vuelta, lo abrazo con toda la fuerza que pudo
En verdad estaba alargando esto…Aoi debió de haber tomado en cuenta el enorme dolor que esto le causaría a ambos…Uruha ahora quería regresar y él lo estaba desperdiciando, lo estaba desperdiciando por su orgullo…las cosas estaban a punto de solucionarse y él lo estaba desperdiciando todo
Lo único que pudo hacer fue envolver sus brazos alrededor del cuerpo de Uruha, descansar sus brazos sobre su cabello y acariciarlo
-Aoi…no te vayas otra vez…al menos terminemos todo esto como amigos…así me seria más sencillo olvidarte…-
El pelinegro suspiro sin saber una respuesta aparente a la petición del más alto y es que el sinceramente no quería desprenderse de esa calidez nunca. Quería decirle a Uruha que se iba a quedar
Pero ya no tenía futuro a su lado
-Vamos a mi casa- sugirió Uruha –Hablemos ahí con más calma ¿ok? Quizás ahí me puedas explicar por qué te vas así como así…te juro que no te juzgare es más…si te hace feliz…ya no te pediré que te quedes solo…explícame mejor ¿está bien?-
Aoi apretó más sus manos alrededor de Uruha y asintió contra su cuerpo, esperando que comprendiera que las palabras no eran suficientes ahora
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Maldición
Esto era lo que Aoi no quería…no quería nada de esto y fue lo primero que sucedió…si sabía que era débil, que ahora su corazón estaba en un dilema y que sucumbiría al más mínimo peso entonces...¿porque demonios acepto la invitación de Uruha? Se suponía que solo iban a platicar pero no le dio el más mínimo tiempo
No en una casa plagada de recuerdos y momentos lindos
Así que cuando Uruha se inclinó hacia él y lo beso lentamente, le fue imposible no corresponder a esos deliciosos labios que había extrañado. El beso continuo sobre el sillón de la sala con sus manos enredadas entre los cabellos rubios del guitarrista líder y los suspiros perdiéndose entre el ruido del ambiente
Una cosa llevo a la otra y ambos estaban tirados sobre la cama, en ese cuarto que aun tenía una combinación rara de vino y perfume cada que se respiraba. Uruha se encontraba encima del pelinegro, besando su cuello sin descanso y con una mano debajo de su pecho mientras el mayor alzaba poco a poco su camisa
La ropa empezó a sobrar de forma rápida, incapaz de contener la gran ansiedad que sentían por tocar la piel de cada uno, por sentir de nuevo aquellas sensaciones de amor y lujuria que los habían mantenido juntos en todo ese tiempo. Aoi se maldijo mentalmente cuando escucho una de las mangas de su camiseta rasgándose lentamente…de todo corazón espero que Uruha tuviera alguna prenda de su tamaño, termino por cobrársela segundos después con una enorme marca de sus dientes sobre el cuello del menor, un leve hilo de sangre acumulándose sobre la marca y descendiendo lentamente a lo largo de su pecho
El pelinegro termino por dejar a Uruha debajo de el en un rápido movimiento, acariciando su pecho de arriba hacia abajo y regando la sangre como si se tratara de cualquier otra sustancia. De pronto la incesante lujuria se detuvo cuando sintió las manos de Uruha sobre su rostro acariciándolo por un par de segundos, definitivamente su corazón se rompía cada que miraba a esos ojos color miel llenos de amor y tristeza al mismo tiempo. El menor lo atrajo hacia el en un profundo y lento beso que correspondió con todas sus fuerzas, sintiéndose completo por la primera vez desde que había terminado esa relación
En medio del beso Aoi deslizo su mano despacio hacia la entrada de su pareja, sintiendo como su cuerpo se tensaba y después se estremecía. Empezó a introducir un dedo con cuidado, sabía que Uruha tenía mucho tiempo sin hacer nada de esto así que intentaba ir lo más calmado posible para no herirlo. Poco a poco el placer fue aumentando y era el mismo rubio quien pedía más, los movimientos más rápidos y en intervalos más cortos
Finalmente se colocó en medio de las piernas de Uruha y con lentitud empezó a entrar en él, sintiendo como se aferraba a su cuerpo por algo de fuerzas.
El movimiento fue lento al principio, como queriendo disfrutar esas sensaciones que ya parecían olvidadas en todos esos meses. Leves quejidos por parte del rubio inundaron la habitación, sonidos de los besos que Aoi iba dejando a lo largo de su rostro y su cuello intentando distraerlo de la incomodidad que seguramente sentía
Pronto los quejidos se convirtieron en gemidos, ni tan altos ni tan bajos…simplemente señas de que lo estaba disfrutando tanto como el simple hecho de que estuviera ahí junto a él. El ritmo aumento y sus respiraciones agitadas comenzaron a mezclarse con el tibio aire que circulaba en el lugar
Uruha deseaba estar soñando….al menos eso sería menos doloroso de recordar por la mañana
Ambos quedaron completamente agotados tras varios minutos. El guitarrista líder ni si quiera tenia fuerzas para quejarse del evidente dolor que se había creado en su cuerpo, simplemente envolvió las sabanas alrededor de su cuerpo y se recostó sobre su lado de la cama, cerrando los ojos. Todo el arduo día sumado a lo que acababa de pasar era suficiente para dejarlo fuera de combate
Aoi se acostó frente a él, mirándolo fijamente mientras dormía y paso el dorso de su mano a lo largo de su mejilla, escondiendo unos cuantos mechones de cabello detrás de su oreja…sintió que su corazón terminaba por derretirse en cuanto Uruha busco más de su calor, juntando su cuerpo al suyo y abrazándolo…
Estaba arrepintiéndose de marcharse…
Quizás…solo quizás…podía quedarse un día o dos