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LA ESPADA DE POSEIDÓN por desire nemesis

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                           ¡ATAQUES!

 

 

 

Estaba desesperado por eso pidió otra audiencia con el capitán pero el otro lo ignoraba con vehemencia hasta que harto de su persistencia le dedicó unos minutos.

 

¿Y bien?—preguntó el otro mirándolo de lado.

 

Vengo por lo mismo de antes—le dijo el rubio.

 

¡Lo sabía!—saltó el pelinegro hastiado.

 

Ese hombre es peligroso para nosotros y lo sabes—le dijo el ojos mieles.

 

No estaría tan seguro de que sea un hombre—pensó en voz alta Toga.

 

¿Ves? Por eso mismo debemos sacarlo del camarote. Es un peligro para el príncipe—trató de convencerlo alterado Kaien.

 

Francamente me importa un comino que  le haga al príncipe. Tengo cosas más importantes en que pensar por el momento—respondió Yagari pensando que el BLUE EYES estaba lleno de seres misteriosos para él.

 

¿Cómo puedes decir semejante cosa? Sin el príncipe…--iba a convencerlo con la excusa del botín que solo conseguiría con su alteza cuando el otro para su sorpresa le contestó.

 

¡Viviré de todas formas!—al ver la reacción de Cross el ojiazul le dijo—No me interesa la vida de esa sabandija…--la indignidad de las palabras que pronunciara contra Kiryu hizo que hirviera la sangre de su guardián que intentó golpear al pelinegro pero este le detuvo, se miraron fijamente por unos momentos con la mano del pelilargo todavía presa de la del otro y entonces…

 

El beso tan intenso como el viento que interrumpe de repente en una habitación abriendo de par en par una ventana mal cerrada se hizo presente. Un beso intenso que solo fue subiendo de furor mientras cada uno exploraba la boca del otro con la lengua y el cuerpo del otro con las manos.

 

Fueron silenciosos hasta que el pirata dijo--¿Acaso hablar de tu príncipe te puso así?—

 

No, tú me pones así—dijo el ojos mieles.

 

¡Buena respuesta! Sabes que de aquí no saldrás indemne—dijo con voz ronca el pelinegro con voz ronca mientras lo llevaba a la cama. Después de comenzar a sacarle la ropa agregó—Espero que no hagas esto creyendo que obtendrás más puntos conmigo para salvar a tu príncipe del camarote porqué…--

 

El otro abrazó su cuello atrayéndolo hacia si y luego le dio un beso, después de eso le contestó—Hago esto porque hace mucho que no estoy con nadie—

 

¡Está bien!—le contestó el otro algo fríamente mientras el pelilargo también comenzaba a sacarle la ropa.

 

Al ver que el otro demoraba en desnudarle el rubio hizo algo impropio de ese momento, dijo mientras le sacaba el pantalón—Eres el más lento de todos…--el golpe le llegó en la comisura del labio y le tiró de la cama donde estaba arrodillado de frente al otro.

 

Miró al ojiazul que estaba enfadado a las claras--¿Qué? ¿Te molesta que te compare con mis…--no pudo terminar la pregunta porque el otro estaba sobre él agarrándolo por el cuello de la camisa y después de mirarlo fijamente a los ojos con cara de asesino lo arrastró hasta la puerta y lo lanzó afuera gritando a sus marineros que lo llevaran a su camarote.

 

Toga Yagari se sentía sumamente ofendido. ¿Cómo alguien podía compararlo en un momento como ese? El maldito le gustaba pero no tanto como para aceptar algo como eso.

 

Por su parte el otro sonreía mientras era llevado a su “celda”, se había salido con la suya, el golpe era algo que podía recibir pero ser el juguete de ese capitán de pacotilla no. Ahora el otro estaría rumiando su humillación y él tan tranquilo. Por un momento pensó en darle gusto si así obtenía la seguridad del príncipe y la suya propia pero al decir lo que dijo el otro selló el final del acto de modo contundente.

 

“Espero que no hagas esto creyendo que obtendrás más puntos conmigo para salvar a tu príncipe del camarote”.

 

Poder bajar los humos de ese capitancete no había estado nada mal en verdad.

 

 

 

 

 

 

 

 

Te ves preocupado—dijo el lector con una sonrisa francamente divertida, sin mirarle y a Zero le corrió un escalofrío por la espalda.

 

Estoy bien—le contestó sin mirarle, estaba en la litera de arriba mientras el otro permanecía en la de abajo.

 

¿Estás seguro?—preguntó repentinamente una voz sobre su hombro. El peliplateado se volteó y lo vio arrodillado en su almohada, tras su espalda—Yo te veo un tanto pálido—una de sus manos rozó la mejilla de Kiryu y luego recorrió ligeramente un lado de su cuello, sentía vivamente los latidos del corazón del otro que cada vez palpitaban con más fuerza--¿No estarás enfermo?—preguntó luego.

 

No… estoy bien. ¡Ya te lo dije!—le contestó casi de mal modo el otro sin lograr sonar fuerte pues sentía que una debilidad se apoderaba de su cuerpo al ver la mirada borgoña dirigida a él con milímetros de separación.

 

¡Me alegro! No me gusta la comida en mal estado—expresó el otro antes de tirársele encima. Con sus labios recorrió el cuello del otro e iba a morderlo un segundo antes de  sentir ese gemido tímido y ese “Por favor, no” que hizo que su líbido subiera proporciones históricas en un segundo. Agarró con más fuerzas los costados del otro y lo estrujó contra si mientras el ojiamatista sentía la erección del otro frotar su entrepierna. Su cuerpo no estaba mejor y Zero lo sabía. Algo extraño le ocurría con ese hombre y entonces, después de recorrer su cuello con la lengua y aspirar su aroma de manera profunda Kuran no pudo evitarlo por más tiempo y mordió buscando sustento ya que se hallaba famélico.

 

Kiryu no entendía lo que estaba pasando, solo que un dolor agudo  atacaba su garganta, trató de alejar al otro para recuperarse pero el otro no lo soltaba y es cuando supo que estaba siendo la víctima del ojos bordó. De pronto supo que todo ese tiempo el otro lo había estado viendo, no con ojos de lujuria, sino con los ojos de un verdadero cazador. Él era su presa y eventualmente se alimentaría de él hasta saciarse mientras las manos del castaño se clavaban en su piel pensó en defenderse pero luego recordó su debilidad y vergüenza y pensó que ese sería un buen final. Despacio se desvaneció su visión y se relajó en los brazos de Kuran Kaname.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

…………………

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cross entró después de ser empujado por el otro, sintiéndose feliz de su decisión cuando su sangre se heló.

 

Zero estaba en los brazos de ese Kuran y estaban en la litera superior.

 

¿Qué está pasando?—fue la pregunta del ojos mieles y el castaño levantó su mirada hacia él. Cross contuvo el aliento. Era la mirada de un gato que divisa a un rival mientras sostiene su comida del morro (hocico).

Notas finales:

ESTO ES UN REGALO PORQUE MAÑANA NO PODÍA PONER MAS CAPS PUES LES DEJO ESTO

SE QUE OS GUSTARA

FELIZ AÑO Y NO OLVIDEN REVIAR

^^


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