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LA ESPADA DE POSEIDÓN por desire nemesis

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                                               UNA GRAN PÉRDIDA

 

 

¿Quién es?—preguntó el peliplateado.

 

Seto los miró con atención al igual que Hio. Joseph parecía esperar a ver que decía.

 

Tomando en cuenta su velocidad, esas serpientes, además de lo que dijo y su evidente odio por mi especie solo puede ser…--dijo Kuran.

 

¡A ver monstruo cuan lejos puedes llegar!—dijo el ojos mieles.

 

¡Hermes!—casi siseó el ojos borgoña y todos sintieron el peso del antiguo nombre.

 

¡Hay que ver que eres muy perceptivo!—dijo el melado asombrando a todos.

 

Así que es cierto—dijo cierto ojos azules y por un momento sus ojos se encontraron para fijar luego su mirada en cierto ojos amatistas que sostenía la espada legendaria.

 

Entonces por la puerta penetró un inesperado visitante.

 

¿Qué sucede aquí?—preguntó Yagari que vio todo destrozado, sangre en el suelo, y dos enormes serpientes doradas que lo miraron expectantes.

 

Ahora que recuerdo… Tú fuiste quien me hizo bañar en el mar atado de una cuerda. ¿No es así?—preguntó Hermes a Toga.

 

Kaien llegó al lado mirando al rubio--¡No lo hagas!—

 

¡Lo siento! Pero esto no te incumbe—dijo el otro y las serpientes se lanzaron en pos del ojiazul.

 

Yagari rápidamente haló al otro con uno de sus brazos fuera del camino de las serpientes y terminaron corriendo juntos por los pasillos siendo perseguidos por los temibles seres.

 

Dentro de la habitación el melado volvía su atención a su enemigo y se lanzaba en pos de él con la rapidez del rayo. Pero Zero que ahora tenía sus sentidos agudizados percibió que su hermano no podría correrse a tiempo y escapando de Kaname se interpuso entre ambos justo a tiempo para ser atravesado por una de las espadas de Hermes.

 

Kuran se quedó paralizado al ver tal situación al igual que el hermano menor del príncipe que estaba en un momento crucial: escapar o atacar. Sabía que su hermano se estaba sacrificando por él y en su interior aceptaba que eso le afectaba porque nunca había querido dañarle en verdad. Su hermano era el único a parte de Hio que le había tratado como a un ser valioso.

 

Ichiru decidió su destino y se lanzó en pos del otro que algo sorprendido sacaba su arma del cuerpo frente a él que permanecía con pocas fuerzas parado para otorgarle protección, al que tuvo que saltar. Pero la segunda espada del griego estaba preparada ni bien lo vio saltar y lo cruzó de lado a lado en un tris para luego rematarle con una herida en el costado cuando pasó por su lado con la espada aún teñida con la sangre de su gemelo.

 

Ichiru cayó frente a su hermano mayor mientras el intentaba comprender porque su sacrificio había sido en vano, el melado tomaba el arma de manos del otro. Se deslizó hasta quedar arrodillado al lado de Ichiru y lo volteó con una ternura que removió los sentimientos de Seto y tal vez de los demás, mientras sus ojos brillaban con lágrimas que pronto comenzaron a escurrirse por sus mejillas.

 

La pregunta salió como un gemido de una boca que apenas podía pronunciar por el dolor que el corazón sentía--¿Por qué?—

 

Yo no huiría—dijo su hermano menor con la visión algo débil—Sé lo que trataste de hacer—puso su mano sobre la mejilla del otro—Pero yo no huyo—luego buscó algo con la mirada y al encontrarlo pronunció sus últimas palabras con la mano extendida hacia él—Princesa Hio—luego la mano cayó y un sufriente Zero apretó contra si a su hermano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

……………………………

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La serpiente de la derecha se dio contra la pared en su afán de atraparle y Kaien la evitó a tiempo pero una de las piedras que saliera disparada de la pared dio a Cross en la espalda llevándolo a caer. En el momento en que las fauces de la serpiente dos se cernían sobre él Yagari lo haló salvándolo por segundos y la serpiente golpeó el suelo.

 

Desde el suelo al lado de Toga, el rubio se dio cuenta de que no tenían tiempo para respiro pues la que se había golpeado contra la pared volvía al ataque mientras la otra se recuperaba.

 

Juntos corrieron y trataron como pudieron de evitar a los animales cuando al cruzar un pasillo y quedar frente a un jardín techado que culminaba en un ventanal sobre un precipicio y con una sola puerta por donde entraran, el ojos mieles le preguntó al otro--¿Y ahora que?—

 

¿Sabes saltar?—preguntó el pelinegro mientras lo halaba hasta el ventanal y lo obligaba a saltar con él.

 

Terminaron deslizándose por el precipicio de nieve hasta un bosque que discurría tras el palacio que corría entre las murallas. Siendo aún perseguido por los reptiles llegaron al borde de un lago y mientras exhausto Cross miraba atrás para ver cuan cerca estaban le preguntó al otro--¿Qué tienes pensado?—

 

Las serpientes son seres de sangre fría—dijo el otro.

 

¿Crees que eso servirá con ellas?—preguntó el pelilargo.

 

¿Tienes una idea mejor?—preguntó el pirata y al ver que llegaban se tiró al lago.

 

¡Más vale que funcione!—gritó antes de tirarse el ojos mieles.

 

Las serpientes fueron tras ellos y como el lago era profundo y el oro es un metal pesado en esa cantidad pues no pudieron superar la flotabilidad mínima y se hundieron hasta el fondo.

 

Se miraron por un tiempo mientras flotaban en el agua helada—Bueno, parece que sirvió—le dijo Toga y el otro se volvió para no mirarlo. Entonces vio el palacio y se preguntó que estaría pasando dentro.

 

¿Quieres ir con tu príncipe, no?—preguntó a su espalda el ojiazul con voz rasposa y él no respondió.


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