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LA ESPADA DE POSEIDÓN por desire nemesis

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                        SHIROI RYUU Y LA MONTAÑA SAGRADA

 

Los ojos de Hermes tardaron en recuperarse de la luz un tanto menos que los de los demás y percibió antes su borrosa figura antes que verle de verdad pero aún eso le hizo estremecer con una sensación que nunca antes había sentido.

 

Lo nombró más que nada como acto reflejo mientras su corazón galopaba pero su mente guardaba recelo.

 

¿Se…to?—

 

Era todo tan irreal. ¿En realidad su bien amado amante estaba aún vivo y más que nada era posible que… fuera un igual?

 

Entonces la bien plantada figura se hizo nítida ante él.

 

Seto Kaiba tenía un traje de cuello levantado del blanco más puro con bordes celestes, sobre este tenía un abrigo largo del mismo color y con el mismo detalle y un cinto celeste del que pendía una vaina vacía, en su mano sostenía una cimitarra de empuñadura azul con hoja plateada y una gema azul en el medio del guarda mano.

 

¡Tú…!—dijo el rubio. ¿Por qué se le atragantaban las palabras? Se preguntó.

 

Supe al escuchar su voz que era usted—dijo la vieja arrodillada con la cara sobre las manos y estas sobre la tierra a modo de veneración—Siempre supe que donde fuera que estuviera oiría mi voz y vendría en nuestra ayuda—añadió.

 

Seto se medio arrodilló a su lado y con una mano gentil la obligó a dejar el suelo aunque sus ojos no podían verlo—Me temo que jamás llegué a oír tu voz—le dijo.

 

¿Qué demonios? ¿Por qué tú… en el barco? Pudiste haber…--mencionó entrecortadamente el ojos mieles mientras caminaba dificultosamente hacia ellos debido a su herida.

 

Mi poder… fuera de mi reino…--dijo Kaiba, entonces todos comprendieron las razones de que antes no demostrara ninguna habilidad fuera de lo normal. Fuera de su reino era un humano en todo aspecto.

 

El castaño de ojos azules no había tomado en cuenta la herida en el estómago del rubio pues al saber lo que era sabía que era imposible que la herida le resultara mortal pero entonces Hermes casi cae al suelo víctima de una gran debilidad.

 

Kaien preocupado se le acercó y le ayudó a sentarse en el suelo con la espalda en la dura roca del palacio--¿Qué te sucede?—preguntó y de pronto el otro escupió sangre. Kuran mantenía su expectante mirada en todo mientras Zero se agarraba de él sufriendo los efectos del olor a sangre que le atraía enormemente temiendo perder de nuevo el control.

 

Su angustia llegó al otro que le miró ahora. Sabía que el otro se podía convertir en un problema si seguía así. Decidió acabar con el problema.

 

El olor a sangre era tan intenso que su mente ardía y su cuerpo le dolía mientras la tensión que acumulaba en sus dedos aumentaba. ¿Hasta cuando resistiría? Se preguntó Zero y entonces el olor se volvió mucho más intenso y dulce y…

 

Un dedo frente a él, la hermosa sangre roja goteaba de él escapando con un constante goteo que el sintió que era la más grande pérdida del mundo pero confuso temió la decisión.

 

¿Qué esperas? ¡Aliméntate!—le ordenó su amo y sin demora obedeció.

 

Son las piedras de la montaña—dijo la vieja y Kaien se volvió para mirarla y entonces por el rabillo del ojo percibió lo que estaba sucediendo entre su príncipe y el vampiro, antes temiendo por la seguridad de Kiryu hubiera intervenido, ahora en cambio entendía que era lo mejor para su alteza. Cómo había cambiado todo.

 

¡Explícate!—le exigió un momento antes de que el otro ojos mieles tosiera sangre, él y Seto le miraron preocupados.

 

Kaiba examinó los pedazos rotos de la saeta que el rubio se había sacado—Si hubiera sido una flecha normal no daría estos resultados pero esta flecha fue hecha con la piedra de esta montaña—explicó—Si no te la hubieras arrancado tu mismo—reprendió después al rubio pelicorto.

 

¡No trates de darme lec… ciones!—dijo el otro cortado por el gran dolor y el castaño se acercó a él mientras los demás, inclusive los soldados, le miraban.

 

La piedra de este lugar tiene propiedades poderosas, los pedazos que están en tu interior te están absorbiendo la vida—le recalcó el ojos azules.

 

Te ves muy relajado di… ciendo esto—le reclamó el melado pensando en que esa noticia amarga estaba siendo dicha por su amante como si del tiempo se tratase.

 

El otro sonrió para su dolor y colocó una mano sobre su herida en seguida el griego pudo sentir cargas eléctricas algo molestas corriendo por sus venas.

 

Entonces la vieja pitonisa habló de nuevo—Esta montaña antigua está hecha con el mismo material que el Shiroi Ryuu y se doblega a su dominio. Solo él puede extraer de tu sangre los pedazos de esta—dijo ella.

 

Seto sacó su mano. Estaba llena de pequeños trozos de piedra gris. De inmediato sintió un gran alivio y Kaiba dejó caer las piedras para imponer su mano de nuevo en su herida. Después de unos segundos la sacó y la herida ya no era tal. El rubio estaba como nuevo.

 

¿También sanas?—preguntó sorprendido.

 

Shiroi Ryuu tiene un gran poder—dijo la anciana.

 

¿Tu nombre es Helma, cierto?—preguntó el de los ojos azules.

 

Me honra  que recordéis mi nombre—dijo ella feliz.

 

¿No quieres que…?—preguntó un poco triste él viendo sus ojos opacados.

 

No mi señor, estos ojos me han dado la sabiduría de ver lo realmente importante en el alma de las personas. A ellos debo toda mi sabiduría y el haberle reconocido por más que jamás conociera esa voz tan humana—dijo Helma humildemente. Dos vestales, liberadas por los soldados del palacio acudieron en ayuda de la anciana y ella se paró franqueada por estas--¡Permitídme que los reciba a vos y a vuestros amigos como os merecéis!—dijo ella señalando a la puerta de palacio.

Notas finales:

PROX CAP EL FINAL

^^

MATA NE


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