Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Doble Shinichi por MimichanyCanina

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

*de rodillas en el suelo* perdonen por andar desaparecida por taaantoo tiempo y no actualizar TT.TT se que fue irresponsable de mi parte, pero surgieron complicaciones - cofcofjuegonuevocofcof - aun asi no tengo excusas, por lo que me comprometo a subir otro cap antes de que se cumpla una semana (espero)

en fin, nuevamente les pido perdon y les agradezco infinitamente su paciencia y que sigan mi historia, en verdad no crei que fuera a llamar mucho la atencion, amo que los fans de este fandom esten aumentando ^w^

disfruten la lectura :3

Capítulo IV.

El día siguiente transcurrió tranquilamente, demasiado para Shin-chan y el profesor Agasa. El muchacho de diecisiete se había comportado extrañamente obediente, por muy maduro y comprensivo que este fuera, el hecho de que estaba atrapado en otro tiempo era innegable y a cualquiera lo pondría de los nervios.

El ojiazul mayor tampoco tuvo mucho tiempo para pensar en ello, ya que fue convocado por la policía por un supuesto caso de homicidio difícil, dejando al menor totalmente solo en aquella mansión, porque se rehusó de irse con el científico, y los otros no insistieron en ello.

A eso de las cinco de la tarde, el timbre en la entrada inundo la silenciosa vivienda, interrumpiendo la lectura del pequeño detective. A regañadientes dejó su cómoda posición y se dispuso a ver quién era el idiota que insistía en tocar repetidas veces el molesto timbre.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó dejando escapar un bufido de fastidio.

- Vine a jugar – dijo con una enorme expresión de júbilo el mago.

- Lo lamento, pero mi yo mayor no está aquí – informó con intenciones de cerrar la puerta.

- Lo sé, pero no vine a jugar con Shin-chan, sino con su adorable versión – arrugó el ceño a causa de las palabras de Kuroba.

- No estoy de humor para esto – Kaito sostuvo la puerta para que no la cerrara.

- No seas un amargado todavía como el de aquí – le guiñó un ojo – solo tengamos una linda y constructiva charla – Shinichi rodó los ojos, resoplando rendido.

- Tú ganas – el moreno sonrió ampliamente.

- Como siempre – masculló al pasar por su lado.

- “¿Cómo diablos puedo estar saliendo con alguien tan arrogante?” – pensó fastidiado, cerrando la puerta tras de sí y siguiendo al mago hasta el salón en donde había estado leyendo minutos antes – “debo haber perdido la cordura después de asistir tantos casos de homicidios”.

- ¿Sucede algo? – Le preguntó al ver que era observado tan intensamente – no me digas que quedaste prendado con mi sensual apariencia – pronunció con voz seductora, haciendo que apareciera un tic en el ojo del menor.

- “En verdad tengo que estar mal, me asegurare de ir a un psiquiatra después de cada caso” – apuntó mentalmente – Ni pensarlo – sentenció firmemente.

- Yo no estaría tan seguro de ello – sujetó el mentón del de lentes portando esa soberbia expresión – ni antes ni mucho menos ahora has podido resistirte a mi – Kudou afiló la mirada y de un golpe quitó la mano en su barbilla.

- ¡No me toques maldito acosador! – recriminó furioso, sorprendiendo un poco al ladrón.

- ¿Tanto te molesto enterarte de que salías conmigo? – Le cuestionó con una amarga sonrisa – sé lo inteligente que eres y con todas las pistas de ayer, debiste darte cuenta rápidamente de ello – afirmó ante la muda pregunta, asombrando al detective.

- Cualquiera estaría alterado si se entera de que es homosexual (>:c) – comentó con una mezcla de melancolía y enojo – yo-

- “Pase por mucho para lograr volver a mi cuerpo, y al parecer que cuando lo consigo termino contigo”. ¿Es lo que ibas a decir? – Inquirió haciéndose el interesante – créeme que sé mejor que nadie por lo que has tenido que pasar – acotó de brazos cruzados.

- Y al parecer me conoces bastante también – espetó lanzándose en el sillón

- Hemos atravesado por mucho juntos – se apoyó por detrás del respaldo del mueble – y descubrimos lo mucho que nos parecemos – el más bajo abrió la boca, pero el ojivioleta prosiguió – no solo hablo del físico, yo soy más sexy – dijo juguetón.

- No olvides lo engreído – resopló entretenido.

- Gracias por el cumplido – saltó para instalarse al lado del ojiazul – Shinichi, puede que el tú de esta época y yo estemos juntos, ese es el camino que decidimos – revolvió el cabello del menor gentilmente – pero en el tuyo aún no hay nada escrito, solo te pido que – colocó una mano frente a sus ojos, haciendo aparecer una hermosa rosa blanca – no limites tus posibilidades – se inclinó y beso su frente – en la vida, al contrario de la verdad, siempre hay más de un camino ¿no lo crees?

- Que digas algo lindo no significa que puedas propasarte conmigo – empujó el rostro demasiado cerca del propio con su pequeña mano y de paso tomando la ostentosa flor.   

- ¿Eh~? Y yo que creía que ya te había hecho caer por mí, supongo que el yo de tu tiempo tendrá un arduo trabajo por hacer – murmuró contemplando cariñosamente al menor.

- Eso lo veremos cuando te conozca.

- Quien sabe, puede ser que ya lo hayas hecho y esté más cerca de lo que piensas – dijo riendo bajo.

 - No recuerdo haberme topado con ningún seudo-mago presuntuoso además de…- la frase murió al recordar a alguien que si encajaba perfectamente con la descripción.

- ¿Hmm?

- Hey Kuroba-kun ¿te gusta la magia? – Preguntó examinando fijamente la rosa - ¿eres bueno con estos truquitos baratos? – dijo burlándose totalmente a propósito, mas Kaito pareció no darse cuenta de sus intenciones, por lo que sus palabras fueron un duro golpe a su orgullo de mago.

- No los llames “truquitos baratos”, cada uno de ellos son una obra de arte – refutó ofendido.

- ¿Entonces eres bueno? – Insistió complacido de que cayera tan fácilmente – “como un niño” – pensó divertido.

- ¿Qué clase de pregunta absurda es esa Shinichi? Por supuesto que soy bueno, el mejor de todos – espetó con entusiasmo y aura brillante.

- Eh~ ¿tanto así como para ser un astuto ladrón buscado internacionalmente por todo tipo de agencias? – interrogo “inocentemente” el pequeño detective.

- Por supu- se detuvo en seco abriendo los ojos como platos. Volteó el rostro lentamente, temblando internamente - ¿q-que insinúas? – se atrevió a decir completamente nervioso, mas logrando aparentar lo contrario.

- ¿Yo? Absolutamente nada – dijo girando la blanca flor entre sus dedos – solo que quizás tengas el curioso pasatiempo de salir bajo la luz de luna llena con un sombrero de copa y traje blanco, entrar a ciertos lugares con valiosas y extrañas joyas, y salir con alguna de ellas sin la autorización del dueño, para finalmente perderte en el cielo con tu… ala delta – soltó con simpleza – ya sabes, como simple hobby, Ku-ro-ba-kun – terminó encogiéndose de hombros y sonriendo con malicia.

- “Mierda, caí directamente en su trampa" - río nervioso - "me descuide sólo por tratarse de Shin-chan" - tosió forzosamente, calmado y organizando sus ideas - ¿qué clase de broma es esa? Además salgo con Shin-chan, el grandioso detective del Este, es imposible que yo hiciese eso sí fuera un ladrón tan buscado - se defendió usando al castaño mayor como excusa.

- ¿Pero no te parece raro? Llevo tanto tiempo tras Kid y aún no he conseguido nada - espetó con tono infantil - pero sí fuéramos cercanos, no sería extraño el que yo no me lo tomara enserio o lo dejara ir a propósito ¿no crees? - Kaito tragó ruidosamente.

- "¿Por qué mierda tienes que ser tan perceptivo? detective idiota" - se mordió el labio, no quería mentirle al pequeño, sin embargo se estaba quedando sin opciones - pero eres tú al fin y al cabo, deberías conocerte-

- También lo pensaba, pero sabes, me sorprendo a mí mismo al encontrarme de que salgo con un hombre en un futuro no muy lejano - acotó serio - si este hombre resultara ser un genio criminal, uno que siempre logra asombrarme e interesarme, no veo el por qué me molestaría estar con él.

- "No caigas en sus halagos" - se ordenaba - pero sigue siendo un riesgo, uno muy grande para ambos - Shinichi parecía realmente considerar lo dicho.

- Supongo que lo sería - cedió finalmente, dándole a Kaito la oportunidad para zanjar el tema.

- ¿Cierto? ¿Y no has estado recalcándome lo idiota que soy? - agregó con ligera desesperación - ¿cómo podría ser ese ladrón tan listo que ni tú has capturado? - replicó incrédulo.

- Hehehe es verdad, eres un idiota innato Kuroba-kun - concordó riendo suavemente, aliviando al mago.

- Puedes llamarme Kaito, es incómodo cuando no lo haces - le pidió estando más relajado.

- Pe-pero no soy-

- No importa de dónde vengas, tú edad o como luzcas, siempre serás Shinichi - una tierna expresión se posó en el rostro del mago, sonrojando al detective.

- ¿Alguna vez te he dicho que eres un idiota cursi? - espetó tomando su libro, ocultando su cara roja tras este.

- Todos los días de mi vida, y tengo que confesar que te fascina.

- Tonto – suspiró recargándose en el brazo del moreno – “ahora comprendo mejor al yo de este tiempo” – se permitió relajarse y concentrarse una vez más en su lectura – “solo hace estupideces y dice lo que se le da la gana… pero… no puedo evitar esa sensación de calidez y armonía cuando estoy a su lado”.

 

~(^w^)~

 

- Por fin se acabó – dijo apenas entró, mientras estiraba sus acalambrados brazos - ¿no está demasiado silencioso? – le extrañó que Kaito no lo recibiera alegre y afectuosamente como siempre lo hacia cuando lo esperaba en casa - ¿Dónde estarán?

 Se congeló en su lugar al poner un pie en el salón y visualizar lo que ahí yacía. Su querido ladrón y él (específicamente su versión de diecisiete encogida) dormidos profundamente en el sofá, con el menor recargado en el otro mientras sostenía un libro en su regazo y el mayor pasaba un brazo por su cintura, seguramente para que no cayera.

Kudou quedó con la boca abierta y sin poder emitir sonido alguno antes de atreverse a continuar sus pasos y acercarse a los dos chicos durmientes. Sus pacíficos semblantes le dieron algo de envidia, y risa al ver que a Kuroba le corría un poco de baba.

- No entiendo como lo haces – se inclinó y limpió el hilillo de saliva con su pulgar – sin importar el tiempo, sabes exactamente como hacerme caer por ti – susurró para besar dulcemente los labios ajenos.

- Porque soy irresistible y te traigo locamente enamorado  - declaró abriendo los ojos lentamente, para luego colocar una mano en la nuca del castaño y sellar una vez más sus bocas.

- ¿Qué cosas dices idiota? – sonrió en medio del beso.

- Solo la verdad Shin-chan – respondió con similar expresión.

- ¡Ejem! – se volvieron instantáneamente hacia donde había provenido el sonido – no quiero interrumpir pero, ¿no deberían buscar un sitio más privado para expresarse su amor? – ninguno de los mayores pudo contener el rubor intenso que se apoderó de sus rostros.

- ¿Cuándo despertaste? – preguntó el detective rojo como tomate.

- Desde que entraste y te pusiste todo meloso – dijo con malicia reflejada en sus ojos – si tratabas de ser disimulado, te diré que tienes que trabajar mucho en eso todavía, Shin-chan – se burló enseñando su blanca dentadura.

- Ooh~, no deberías adquirir aun estos fetiches Shinichi – el menor al ver la cara del mago tan cerca, retrocedió hasta llegar al otro extremo del sillón – y si querías participar, bueno, eso se puede arreglar – gateó para quedar sobre el diminuto cuerpo.

- ¡Aléjate Kaito! ¡No comiences con juegos raros! – se hundió en el limitado espacio que tenía, mientras el de orbes violeta aproximaba su cara más y más, sonrojándolo completamente.

- No te pongas tímido ahora Shinichi – tomó su rostro con una sola mano – solamente voy a cumplir tu-

- ¡Detente ahí mismo abusador de menores! – antes que pudiera tocar los labios del mini detective, el ojiazul mayor golpeó con todas sus fuerzas la cabeza de Kuroba.

- Eso duele Shin-chan – se sobó la parte adolorida, dedicándole una mirada recriminatoria al castaño cosa que el menor aprovechó para escabullirse y refugiarse tras su versión de veinte.

- ¡¿En qué pensabas al hacerme algo así?! ¡Terminaras traumatizándome el resto de mi vida maldito acosador! – espetaba furioso.

- Vamos Shin-chan, no es para que te pongas celoso – declaró cruzando sus brazos tras su cabeza – eres tu después de todo, así que técnicamente no te estoy engañando – la escasa paciencia que le quedaba terminó por desaparecer, y fue el momento que el más bajo tomó para retirarse de allí.

- ¡Tu idiota! – lo último que vio fue al ojiazul lanzarse sobre el mago, para zamarrearlo e intentar ahorcarlo.

Se precipitó a su cuarto, oyendo como las suplicas de Kaito se iban escuchando cada vez más lejanas, hasta finalmente perderse cuando ingresó al lugar. Se recargó en la puerta cerrada, tratando de regularizar su agitada respiración después de la corta carrera.

- “¿Por qué?” – Se llevó una mano al pecho, apretándolo ligeramente – “¿por qué mi corazón no se calma?” - el tinte rosa y la temperatura elevada adquiridos por tener al ladrón tan cerca no se iban – “no puedo estar enamorándome de él” – se dijo sin ninguna real convicción, resbalando por la puerta para quedar sentado en el piso con una complicada expresión.

Notas finales:

*todavia en el suelo* espero su aprovacion en este cap (siento que fue aburrido, perdon por eso u.u) como siempre gracias por su apoyo y paciencia y espero actualizar el otro lo mas pronto posible o si no tienen todo el derecho de llenarme con reclamos xD, no, en serio los aprecio ya que me hace ver que estan interesados y me alegra de corazon TTwTT

hasta la proxima

bye bye ^w^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).