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Doble Shinichi por MimichanyCanina

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Notas del capitulo:

hello everybody!!! 

Como prometi, les traigo un nuevo cap antes de lo acostumbrado como compensacion de mi anterior atras (cosa que espero no vuelva a pasar) y gracias por todos los lindos reviews que me dejan pidiendo por continuacion, me alegran un monton :D

En fin, disfruten el capitulo.

Capítulo V.

- ¿Ya se fue? – le preguntó al detective mayor apenas ingresó a la habitación.

- Si, tenía asuntos que atender, “como preparar nuestro encuentro de mañana” - pensó lo último mientras se quitaba la chaqueta y corbata.

- No tardaste mucho, y no veo que camines con dificultad - acotó el de lentes - por lo que no llegaron hasta el final - supuso con una sonrisa nada inocente en sus labios.

- ¡¿Qué estas-

- Estás lleno de chupetones - se señaló su cuello - Kaito es demasiado posesivo y tú descuidado - aseveró recostándose en la cama boca arriba.

- Estúpido mago - gruñía frente a un pequeño espejo de la muralla, contemplando las recientes huellas del delito - lo voy a matar.

- Pfff, puedes ocultarlo con una bufanda - aconsejó aguantándose las ansias de reír a carcajadas - los días todavía son fríos por lo que nadie sospechara - Shin-chan dejó salir un gran suspiro de resignación.

- Estas disfrutando esto demasiado - se dejó caer a un lado del chico en la cama.

- Debo de admitir que aunque seas yo, los dos son muy divertidos e interesantes - confesó riendo suavemente.

- Veo que ya no estás reacio a que salga con un hombre - cerró sus pesados párpados - y te molestaste tanto ayer, ¿a qué se debe ese cambio tan drástico Tantei-san?

- Digamos que hablando hoy con Kaito, fui capaz de entender muchas cosas - un ligero carmín se adueñó de sus mejillas.

- Eh~, en resumen terminaste cayendo ante su magia también - miró al pequeño, quién aún seguía con los ojos clavados en el techo.

- Deberías saberlo perfectamente, somos la misma persona – sonrió rendido.

- Increíble – rodó quedando recostado ahora boca abajo – jamás espere que admitiera algo así a mi edad rebelde – el de lentes lo imitó, quedando ambos mirándose fijamente.

- Moriremos en nuestra fase rebelde – luego de un corto silencio los dos castaños rieron alegremente.

- Pero no olvides que este Kaito es mío, tendrás que conformarte con el inmaduro de tu tiempo.

- “Como si el de aquí no lo fuera” – pensó con sorna – tú tampoco te ves muy maduro celando a tu novio contigo mismo – Shin-chan arrugó el ceño ante la burla poco disimulada – además no es que me guste ahora, más bien es que comprendo un poco tu fascinación por él.

- ¡Hey! No exageres tampoco – negó apenado – pero…

- Pensar que el gran Kudou Shinichi se comportaría como colegiala enamorada – espetó al ver que el otro hacia círculos sobre la cama con su índice – nunca cruzó por mi mente terminar como esas parejas idiotas, las que pasan todo el día pegados el uno al otro y diciéndose cosas melosas – pronunció fingiendo desdén.

- Cállate, lo entenderás-

- Lo sé, lo sé, cuando el espectacular chico se digne a perturbar mis días… - apoyó su rostro en su mano sin quitar la vista del aun cohibido muchacho, cuando una idea no muy benévola cruzó por su cabeza – me pregunto cómo se vera de blanco – murmuró captando la atención del mayor.

- ¿De blanco? ¿acaso quieres casarte y vestirlo de novia ahora? – Cuestionó incrédulo – siento decirte esto, pero el matrimonio entre el mismo sexo aun no es-

- ¿La idiotez de Kaito es contagiosa? Solo me pregunto si se vería bien en traje blanco.

- Pues no estaría fuera de lugar con algo así de aparatoso – analizó con mayor cuidado las palabras de menor, sobresaltándose al percatarse del motivo real de su pregunta.

- También lo creo, aunque llevara un monóculo, una capa o un sombrero, no se vería ridículo – Shin-chan se reprendió mentalmente al no darse cuenta antes de las intenciones del de diecisiete.

- “Mierda, eso fue rápido” Estas equivocado si insinúas que es Kid – mintió descaradamente, no porque su novio corriera peligro o algo similar, sino que era algo que debía averiguar en su propio tiempo, y podría sonar egoísta, pero no quería arriesgarse a elegir un camino que no le guiara a Kaito.

- “Parece muy seguro” – la mirada que no expresaba duda alguna lo hicieron reconsiderar sus suposiciones – yo no dije tal cosa, tan solo dije que creía que se vería bien – el de veinte se sintió mal al mentir, aunque fuera a sí mismo – “pero también debo considerar el hecho de que me he vuelto bueno para ocultar la verdad” - se aconsejó para dejar el tema hasta ahí.

 

~(^w^)~

 

La intensa luz destellando en su rostro fue suficiente para abandonar la idea de continuar su sueño. Se incorporó estirando sus pequeñas extremidades. Notó inmediatamente la ausencia de Shin-chan a su lado, sin embargo no le preocupó demasiado.

Bajó hasta la cocina ya que su estómago rugía por comida, más que mal, ya pasaban de las 11:00 a.m. Sobre la mesa había un termo y un sándwich junto a una nota. Reconoció inmediatamente la letra, era la suya después de todo. En ella, el mayor le informaba que lo llamaron para un caso (nuevamente) y llegaría muy entrada la noche por un supuesto compromiso importante.

- No le des tantas vueltas al asunto – declaró dejando el papel a un lado – solo di que tienes una cita de aniversario con tu novio – le dio una mordida a su emparedado, sonriendo de manera vaga.

Luego de su simple pero llenador desayuno, se dirigió al baño a tomar una larga y relajante ducha, la necesitaba con todo lo que atosigaba a su exhausto cerebro. El agua fría acarició con rudeza su diminuto cuerpo, mas seguía con la mente sobrecargada de preguntas, a las cuales temía enormemente no encontrarles respuesta alguna.

- ¿Cuánto tiempo estaré aquí? - cuestionó al aire, de pronto el rostro infantil de Kaito cruzó por su cabeza - ¿en verdad terminaré enamorandome de ese sujeto? - la sola pregunta lo hizo ruborizar.

Salió, y una vez en la habitación, buscó en el armario algo limpio que usar, agradeciéndole al mayor de aún conservar las pequeñas prendas. Una tarjeta blanca cayó al remover la ropa. Sin darle mayor relevancia, la cogió y leyó por mera curiosidad. Al terminar no resistió el sonrojo que hizo arder su rostro. Una sonrisa ambigua curvó sus labios, definitivamente había dado con algo muy interesante.

 

~(^w^)~

 

Eran pasadas las nueve, cuando la puerta de entrada se abrió con exagerada brusquedad, lo que sobresaltó al mini detective que leía concentradamente. En el ya no tan tranquilo salón, su versión mayor pasó hecho una total furia, maldiciendo a todo pulmón.

- ¡Que maravillosa velada! - reprochó con el mayor sarcasmo posible - en serio fue muy romántico el comer junto a un cadáver - en eso entró Kaito.

- Pero Shin-chan, no es culpa mía que el idiota psicópata del mesero se le haya antojado matar a alguien - refutaba el mago infantilmente.

- "Ya veo" - suspiró Shinichi regresando a su posición inicial.

- Tú elegiste el oh tan grandioso lugar, así que sí lo es - subió las escaleras pisando fuertemente cada peldaño.

- ¡Pero Shin-chan! - trató de replicar, mas sólo oyó el portazo que dio en su habitación - ¡¿por qué diablos tienes que molestarte por todo siempre?! – se encaminó al detective en el sillón, no sabiendo si el mago se lo decía a él o al que llegó y se encerró como mujer indignada.

- Me he vuelto un sensible malcriado – acotó el ojiazul, dejando de lado su texto – es tu culpa por mimarme demasiado – Kaito arrugó el ceño.

- No comiences a culparme tú también – se recargó en el respaldo, mirando perdidamente el techo.

- ¿Y qué hiciste para arruinar la tan ansiada cita? – preguntó recibiendo una mirada de reproche del ladrón.

- ¿Por qué asumes inmediatamente que yo soy el responsable? – Kudou alzó una ceja ante la obviedad.

- Porque Shin-chan acaba de gritarlo a todo pulmón – respondió ligeramente cortante.

- ¿Sabes lo adorable que te ves llamándote a ti mismo “Shin-chan”? – canturreó relajando su expresión.

- ¿Y bien? – ignoró el comentario, sin embargo se sonrojo de todos modos, ampliando la sonrisa de Kuroba.

- Bueno…

 

~Algunas horas antes~

Shinichi llevaba al menos treinta minutos esperando a su novio en el restaurante francés que el mismo Kaito había elegido para la cita, pero al detective no le molesto, si bien era puntual para sus atracos, no lo era para nada en otras ocasiones, y eso Kudou lo sabía perfectamente.

- Siento la tardanza – se excusó sentándose en frente del ojiazul.

- No hay problema – respondió sin emoción, cerrando el libro que trajo para su entretención, anticipándose a la situación.

- No suenes como si estuvieras acostumbrado a esto – Kuroba se inclinó sobre la mesa.

- ¿Acaso no lo estoy? – refutó sonriendo e imitando al otro chico.

- Cierra la boca detective idiota – puso sus manos juntas frente al suspicaz castaño, haciendo aparecer un ramo de rosas blancas y rojas.

- Gracias Kai – tomo las flores luciendo apenado – tu cursilería y magia barata te han salvado una vez más.

La cena avanzó sin problemas aparentes, entre bromas, molestándose entre sí, comentarios de Kaito con claras segundas intenciones. Todo era risas y coqueteos entre la pareja, lo necesitaban con todo el asunto del recién llegado, pero como dicen, nada dura para siempre.

- ¡¡Kyaaa!! – un desgarrador gritó femenino rompió el dulce y agradable ambiente.

Luego vino el golpe sordo del cuerpo de unos de los clientes, que cayó sin delicadeza al piso. Varios gritos se sumaron a la acompañante del sujeto. Kudou en un parpadeo se paró y corrió hacia allí, seguido de cerca por Kuroba. Pidió que llamaran a la policía al comprobar el deceso del hombre.

- ¿Cómo es que siempre terminamos en este tipo de situaciones? – masculló inconscientemente, siendo oído a la perfección por el ojiazul – este tipo de suerte en definitiva no es normal.

- Tu nos trajiste aquí en primer lugar – replicó Kudou buscando la posible causa de muerte y el arma homicida.

~Actualidad~

- Luego terminamos mandándonos miles de indirectas hasta que resolvió el caso y salimos de allí – explicó dando un sorbo a la taza de café que en algún momento del relato se levantó a preparar – y apenas puso un pie fuera del taxi, inició su berrinche – ambos largaron un profundo suspiro.

- Primero, te dije que me mimas demasiado – bebió un poco del amargo brebaje – y segundo, en realidad si fue culpa tuya – Kaito saltó fuera del sillón en el acto.

- ¡No te pongas de su lado tan fácilmente! – se quejó haciendo mohín – deberías ser más comprensivo con tu novio.

- No eres el mío Kaito, sino de él – al mago se le cristalizaron los ojos.

- Pero si tú también eres Shin-chan – sollozó y Kudou rodó los ojos ante esto.

- Y por eso estoy de su parte Bakaito – le sacó la lengua.

- Mocoso – bufó Kuroba, enfurruñándose en el sofá.

- No más que tú – recogió las tazas – mejor ve a llorarle a tu novio, quizás termine perdonándote si haces esos truquitos baratos – y se fue a la cocina.

Resignado y molesto de que Shinichi solo lo haya insultado, sin siquiera compadecerse un poquito de él, subió lentamente los escalones, ideando algún cursi discurso para que el resentido detective lo perdonara. Se paró frente a la puerta y alzó la mano para golpearla, sin embargo esta se abrió antes de siquiera tocarla.

- ¿Sigues molesto? – cuestionó tímidamente cerrando la puerta tras de sí.

- Eso dependerá de lo que vengas a decir – se sentó en la cama, sonriéndole coquetamente.

- Y si no digo nada y ocupo mi boca para “otra” cosa – lo fue recostando poco a poco, colocándose sobre el detective.

- ¡Hey! Aún estoy enojado con usted señor ladrón – se volteó, dándole la espalda al mago.

- Permítame cambiar eso Meitantei-san – pasó sus dedos por la columna del chico, estremeciéndolo levemente.

Se inclinó y sopló suavemente tras la oreja del castaño, sacándole un gemido que lo avergonzó e hizo reír a Kuroba victorioso. Shinichi reprimía los quejidos al sentir los labios y lengua del mago en su cuello y nuca, y con dificultad logró girarse nuevamente, enredando sus dedos en las hebras alborotadas de Kaito y finalmente uniendo sus bocas en un apasionado y necesitado beso.

- Kai… - susurró en su boca, cortando el contacto – yo…-

- Shhh… - volvió a besarlo con dulzura – las disculpas vendrán después, ahora disfrutemos tanto como podamos del otro, nuestro día no ha acabado todavía.

Desabotonó la estorbosa prenda y con prisa recorrió toda aquella tez clara expuesta. Acercó su rostro y empezó a lamer y dar pequeñas mordidas, no se permitiría dejar algún lugar sin degustar ni tocar. Kudou por su parte se aferró a las sabanas, cohibido de la osadía de su pareja, quien estaba bastante absorto jugando con sus pezones.

 Continuó su camino de besos hasta llegar al filo del pantalón. Alzó la vista, encontrándose con un detective sonrojado hasta las orejas, cubriéndose la cara con su brazo en el vano intento de no sucumbir ante el placer, lo que hizo al mago relamerse frente a la provocativa escena. Desabrochó y bajó la prenda hasta las rodillas, percibiendo como la temperatura y excitación de ambos aumentaba con ímpetu, sin embargo…

- ¡Maldición! – el menor abrió la puerta de golpe - ¡Son ruidosos! ¡¿Hasta cuándo estarán pelean…do… - su gritó fue apagándose a medida que un intenso rojo se le subía al rostro.

- Bueno Shinichi – abandonó el bajo vientre del detective mayor – tengo que darte la excelente noticia de que ya no estamos peleando – informó con una enorme y alegre sonrisa.

- T-tu-tu… us-us-ustedes… - agachó la mirada absolutamente apenado, no pudiendo soportar más la imagen de ellos siendo tan “íntimos”.

- ¿Quieres unirte acaso? – cuestionó juguetón, logrando de alguna manera ruborizarlo más de lo que ya estaba.

- ¡¡Pónganle el maldito seguro a la puerta!! – cerró con fuerza - ¡¡malditos pervertidos!! – gritó y ambos oyeron los diminutos y precipitados pasos alejándose del lugar.

- Oww~ te ves tan lindo huyendo todo sonrojado, tan inocente – canturreó enternecido, girándose al mudo Kudou – owww~ y tu estas igual – besó su mejilla, haciéndolo reaccionar finalmente.

- Tienes diez segundos para quitarte de encima y largarte de mi casa – sentenció incorporándose de a poco.

- ¿Shi-Shin-chan? – se levantó y retrocedió con precaución.

- Diez… nueve… ocho - tomó la corbata que le había quitado el mago, y la tenso entre sus manos, en evidente amenaza de que iba a ahorcarlo – sieteseiscincocuatrotresdosuno – finalizó rápidamente la cuenta, saliendo corriendo tras Kaito.

- ¡No es justo Shin-chan! ¡no puedes llamar a eso cuenta regresiva! – gritaba vistiéndose en su huida - ¡además no puedes matar a tu novio!

- Me asegurare de esconder el cadáver donde nadie nunca lo encuentre, he aprendido bastantes cosas en todos mis años de detective.

Y continuaron por un largo rato con su “juego” de persecución. El de lentes en cambio estaba en algún rincón de la biblioteca abrazándose a sus piernas, en el vano intento de borrar la escena no apta para menores que acababa de presenciar, deseando volver a casa antes de quedar con un inminente daño cerebral.

Notas finales:

Pobre Conan, encontrarse a si mismo en ese tipo de situación debe ser un pelin traumante xD

Bueno, gracias por leer hasta aqui y nos leemos en la proxima actua que ya seria para la proxima semana con mas enredos, celos y avances... ¿terminara enamorandose o Kaito caera ante sus deseos? muajajja uno nunca sabe

hasta la proxima

bye bye ^w^


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