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Doble Shinichi por MimichanyCanina

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Notas del capitulo:

Se suponia que iba a actualizar entre el domingo y lunes... no se como diablos pasaron los dias tan rapido -.- y como ya deben estar aburridos de mis pateticas escusas, solo dire que se me olvido ya que estaba trabajando en otra historia... ^w^

Bueno, espero disfruten el cap, que en verdad me costo muchisimo terminar por lo que si esta aburrido, son bienvenidos para dejarme todos los reclamos que quieran

Como siempre, muchas gracias por sus lindos reviews y sin nada masque agregar, disfruten la lectura :3

Capítulo VII.

- “No debo hacerlo” – se ordenaba con todas sus fuerzas deteniendo el impulso (solo momentáneamente) de besarlo.

- ¿Y por qué no? – cuestionó una vocecita. En su hombro izquierdo junto a un puff y humo rosa, apareció un mini Kaito Kid, aunque de traje negro que portaba una sonrisa más altanera que la de costumbre – es una situación demasiado idónea como para dejarla pasar.

- No debes – refutó una segunda voz en su hombro derecho, pero era un Kid blanco esta vez, con una apariencia más inocente y benévola – es un niño y lo peor es que estarías engañando a Shinichi.

- El chico tiene diecisiete – replicó cortante el de traje negro – y técnicamente son la misma persona, por lo que no puede considerarse adulterio – su sonrisa se ensanchó al ver que Kaito y el de blanco realmente estaban considerando lo dicho.

- Puedes tener razón en eso pero-

- Vamos, todos queremos hacerlo, no te hagas el santo ahora – Kuroba intentaba con todas sus fuerzas acallar aquellas voces, sabía que el poco raciocinio terminaría cediendo ante sus deseos, pero no era tan simple tampoco.

- ¿Kaito? – la suave y casi suplicante voz de Shinichi lo sacó abruptamente de su debate interno, devolviéndolo a la realidad y de paso trayendo consigo su cordura de vuelta.

- Perdón por asustarte así Shin-chan – despejó y besó su frente.

- Solo quítate de encima – le ordenó ya más calmado al ver que le dedicaba una tierna sonrisa, aunque la vergüenza no desaparecería tan fácilmente.

Se levantó y le tendió la mano al pequeño para ayudarlo a levantarse. Dejando escapar un largo suspiro de resignación, opto por aceptar el ofrecimiento del mayor, no tenía ya energías para seguir discutiendo, y su cuerpo comenzaba a acarrear las consecuencias de ello, sintiendo sus ojos cada vez más pesados.

El ladrón volvió a sentarse en la arena, asegurándose de quedar alejado solo lo suficiente de la orilla para no ser mojado nuevamente por el intrépido océano. Golpeó a su lado para que el detective hiciera lo mismo, quien al ceder tan rápido y sin reclamos, sorprendió significativamente a Kaito.

- Que hermosa noche – declaró el mago mirando perdidamente el horizonte.

Al no obtener respuesta, miró de soslayo al ojiazul, hallando a este luchando por mantener sus parpados abiertos. Aquella imagen lo hizo sonrojar por la extrema ternura de la misma, era como un niño que se rehúsa a dormirse esperando que pase alguna cosa. Dejo escapar una risilla, sacando al castaño de su lucha contra el sueño.

- ¿Qué es tan gracioso? – preguntó un poco molesto, teniendo una idea de que le causaba tanta gracia al mayor.

- Pareces un verdadero niño luciendo así de adorable - Conan arrugó el entrecejo estando ligeramente ruborizado.

- Cállate - exigió sin poder evitar restregarse los ojos, aumentando todavía más la ternura que ya desprendia.

- No te enfades Shinichi - estiró sus brazos, haciendo una clara invitación - puedes acurrucarte en mi sí quieres dormir cómodo.

Harto de las incesables bromas y comentarios con significados ocultos, decidió obedecer al mago y dejarlo perplejo por el obviamente inesperado desenlace. Y tal cual predijo, Kaito enmudeció al ver al menor acomodarse literalmente entre sus piernas y dejando reposar su cabeza en el confortable torso del ladrón, cerrando los ojos para eliminar toda posible tensión.

- ¿Shinichi?

- Solo te tomo la palabra – le cortó apenas abriendo un ojo - ¿acaso te sientes avergonzado por algo que tú mismo sugeriste? – Kuroba agitó la cabeza en negación, sin poder reprimir el carmín en sus pómulos.

 

~(^w^)~

 

El moreno se las arregló de alguna forma de volver con su consciencia limpia a la mansión, cargando a Kudou en sus espaldas, quien portaba una tranquila y envidiable expresión desde el instante en que cedió ante el sueño.

Al poner un pie en la estancia principal, se sobresaltó al oír suaves ronquidos provenientes del sofá. Con el ceño más que fruncido al tener leves sospechas de quien podría tratarse, se acercó al dichoso mueble, hallando al detective de Osaka completa y profundamente dormido, apareciendo un leve tic en su ojo.

Prefirió no seguir allí y matar al chico con la mirada, después de todo no es que odiara a Heiji, pero el simple hecho de que se llevara demasiado bien, para su gusto, con su Shinichi, despertaba los instintos homicidas del mago.

Subió al cuarto del castaño, extrañándole el no verlo dormir allí. Así que arropó al menor con sumo cuidado para no despertarlo, y se dispuso a probar suerte en la habitación donde su novio pasaba el rato si no estaba en un caso, la biblioteca.

- Es pasada medianoche – apenas abrió la puerta, fue recibido por el severo tono de regaño del detective que estaba sentado sobre el escritorio con brazos y piernas cruzadas - ¿se puede saber que rayos estuviste haciendo hasta tan tarde con él?

- Fuimos a matar algo de tiempo a la playa – respondió despreocupado, cerrando la puerta tras de si, no quería despertar a nadie por la pronta agitada discusión – tu jugabas con cadáveres así que no tienes de que quejarte.

- Es trabajo Kaito, no lo hagas sonar como si tuviera algún extraño fetiche – reprochó indignado.

- Pues sí no te metieras tanto en ellos, no insinuaria nada Shinichi.

- Esto es estúpido – suspiró exasperado - ¿y se puede saber por qué rayos estás tan molesto?

- Me sorprende que lo notaras cuando sólo pareciera que te importa únicamente hacer tú rabieta.

- Quieres dejar de darle tantas vueltas e ir al grano.

- ¿En serio no tienes una idea del por qué estoy así? – Cuestionó incrédulo, casi ofendido - ¿ni siquiera una pista? – Shinichi resopló exhausto, masajeando su sien mientras rogaba por paciencia.

- Maldición Kaito, ¿quieres dejar de comportarte como un niño malcriado? Mira que ponerte celoso porque salí con Hattori a resolver un caso.

- Usted tampoco está exento detective – refutó serio, rodeando el escritorio elegantemente – mira que ponerte celoso porque salí con el tú de diecisiete, eso no te hace ver muy maduro.

Se colocó tras el castaño, acomodándose también en el mesón. Shinichi mentiría si dijera que no se sentió nervioso, y más cuando el mago repasaba su columna con una de sus manos, mas debía mantenerse firme en su postura de sermón, después de todo estaba enojado y no permitiría que Kaito se saliera con la suya… al menos no tan fácilmente.

Por su parte, el desvergonzado y todavía enfurruñado ladrón, continuó recorriendo la espalda del reacio ojiazul, deleitándose con los pequeños quejidos y sobresaltos que le sacaba al tocar su pálido cuello o al estrechar esas caderas.

- Kaito… en serio detente – ordenó con respiración entrecortada – no estoy de humor para tus tontos juegos.

Estaba acostumbrado a la naturaleza del chico, llevaba bastante tiempo conociéndolo, y sinceramente le encendía que se hiciera el difícil, pero por alguna razón, aquella simple negativa y rechazo lo fastidiaron de una manera en que no debieron, por lo que obedeció sin objeción y detuvo sus caricias, levantándose y acomodándose ahora en la silla frente al escritorio.

- ¿Kaito? – lo miró con desconcierto y algo frustrado de que efectivamente se detuviera - ¿se puede saber qué-

- Me pediste que parara y eso hice Shin-chan – se encogió de hombros para luego esbozar una sonrisa marca Kid, bastante maliciosa cabe decir - ¿no crees que soy un novio muy considerado?

- Cómo puedes llamarte considerado cuando te atreves a dejarme así…- masculló haciendo un puchero, removiéndose incómodo bajo la intensa e insinuadora mirada del moreno.

- ¿Así cómo Shin-chan? – pregunto con una inocencia que claramente no poseía.

- Sabes perfectamente cómo – refutó sintiéndose avergonzado, sin atreverse a mantener el contacto visual.

- ¿Frustrado? ¿Con ganas de que continúe? – el rojo en la cara de Kudou se hizo mayor, provocando que Kuroba ampliara su expresión de satisfacción – la verdad es que no tengo la menor idea de lo que piensas, lo cual me estresa bastante – se quejó girando el rostro con los ojos cerrados.

A los segundos después sintió el peso de un cuerpo acomodarse en su regazo. Abrió lentamente los parpados, encontrándose con las orbes azules de un ansioso detective, las cuales reflejaban un notorio brillo de deseo en ellas.

- No digas eso Kai – rodeó el cuello del mago con ambos brazos, buscando una mayor cercanía y tacto entre sus cuerpos – si tú no lo sabes, quien más lo hará cuando ni siquiera yo lo sé con certeza – Kaito se estremeció al sentir el tibio aliento de Shinichi acariciar su rostro con delicadeza - ¿no siempre te jactas de conocerme mejor que nadie?

- Y lo hago – con una mano lo sujeto del mentón y la otra la poso en la cintura de este – pero eres un malvado al colocarme así Shin-chan.

- Tú me haces pensar que prefieres una versión más joven de mi – replicó un poco infantil.

- Bueno, y a mí que prefieres pasar con el chico de Osaka, rodeados de cadáveres.

- Te dije que no lo hicieras sonar como si tuviese algún raro fetiche - mordió suavemente el pulgar que acariciaba su labio inferior - porque prefiero a cierto ladrón petulante y pervertido.

- ¿Me está seduciendo Meitantei-san? - aunque estaba un poco incrédulo, estaba disfrutando la deliciosa escena.

- Solo cállate y bésame idiota.

Pese a la orden, fue el mismo detective quién acortó la distancia entre sus bocas. El mago no se hizo de rogar y correspondió el gesto de inmediato, permitiéndole al castaño profundizarlo al darle paso a su inquieta y atrevida lengua, para dar inicio a aquella descenfrenada danza.

Shinichi comenzó a desabotonar la molesta prenda de su pareja, mientras este colaba sus manos bajo la de él para también entrar en contacto directo con esa cálida y tentadora piel, todo sin romper el apasionado beso en ningún sólo momento, al menos no hasta cuando el aire se hizo necesario.

- ¿En serio vamos a hacerlo aquí? - cuestionó sin ninguna intención aparente de querer detenerse, dando tiernos besos, mezclados con mordidas en el cuello del mago.

- No creo que pueda resistir más - dijo lanzando a un lado las ropas que se habían quitado - ni tú tampoco, además tú fuiste quién me sedujo primero - ante la acusación, Kudou enterró sus dientes con mayor fuerza - eso duele Shinichi - le tomó del rostro, para que abandonara su escondite.

- Tú fuiste el que empezó - refutó afilando la mirada.

- Eras tú el que estaba esperándome en una posición demasiado sugerente, como la de una secretaría sexy de algún presidente de una compañía importante - afirmó con sorna - pero eso ya no importa - agregó cortando el reclamo del detective - sólo aseguremonos de disfrutarlo al máximo, ya que nos hemos estado restringiendo hace bastante con el pequeño tú alrededor.

- Tienes razón – cedió un poco ofendido por la comparación.

Sus labios volvieron a reencontrarse con esa ardiente necesidad de degustar el embriagante sabor del contrario. Kaito paseó sus manos por la espalda y torso del castaño, mientras dejaba nuevas marcas tanto en el cuello como en el pecho de este, hasta que finalmente llego al filo del pantalón, deteniendo abruptamente todo movimiento de su parte y recibiendo nuevamente una mirada de reproche del ojiazul.

- Vamos a tomarnos nuestro tiempo Shin-chan~ - declaró sujetándolo por la cintura para ponerse de pie.

- ¡¿Qué diablos haces tan de repente?! – le recriminó abrazándose fuertemente a él para no caer por el brusco movimiento.

- Solo poniéndonos más cómodos – murmuró seductoramente en su oído, mandándole una corriente eléctrica por toda su columna, antes de recostarlo en el sofá que allí había.

Shinichi solo sonrió ladino sin soltar su agarre, obligando al mago a recostarse sobre él y fundirse una vez más en esos besos que los dejaban sin aliento, mientras ambos se entregaban a la desbordante pasión, deseo y excitación que los consumía en cada ocasión en que sus cuerpos se encontraban sin tapujos ni impedimentos.

Notas finales:

Cada vez que termino un capitulo me siento mas malvada... me progunto por que sera xD...

Si quedaron con ansias de leer Hard Yaoi, lamento deciles que no lo puedo escribir (por el momento) aun soy inocente para esas cosas... xD okno pero tendran que usar su imaginacion para lo que sea que hayan hecho estos dos sensuales chicos *¬*

Lamento nuevamente la tardanza, pero como dije arriba, estoy trabajando en un KaiShin de San Valentin no tan San Valentin, por lo que simplemente se me habia olvidado actualizar XD, lo se no tengo escusas.

Gracias por leer y cualquier opinion seran recibidas con los brazos abiertos

Hasta la proxima

bye bye


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