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Doble Shinichi por MimichanyCanina

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Notas del capitulo:

Les Pido perdón de rodillas, en verdad nunca fue mi intención atrasarme taaaaantooo con una actualización, pero una serie de eventos hicieron imposibles la subida de esto: Clases, nuevas fics, y falta de inspiración fueron mis principales motivos :c perdon por ser tan irresponsable, pero eso no significa que no los tuviera presentes.

En fin, basta de escusas baratas y directo a lo que si es de relevancia.... espero que disfruten el capítulo ^^

Capítulo IX.

- ¡¡Shinichi!! – trató de acercarse, pero apenas dio unos pasos, el sujeto volvió a apuntarle con su arma.

- No te muevas condenado mago - amenazó tambaleándose, con una mano sobre el estómago... manchado con sangre.

Pero eso no le importaba, ni siquiera que su vida estuviera peligrando, todo lo que había en su mente era el estado del detective, el cual no movía ni un sólo músculo desde que cayó al suelo, lo que claramente tampoco era buena señal, y Kaito definitivamente no se quedaría de brazos cruzados, sabiendo que la vida de su novio corría peligro.

- Ya que pareces querer acompañar al detective, será un placer darte tal honor...

Sin embargo no pudo jalar el gatillo por la fuerte punzada que sufrió, doblándose del dolor, momento que el mago aprovechó para desarmarlo y quizás golpearlo por atreverse a dañar a Shinichi.

Una vez inmovilizado y amordazado, dejando de ser una amenaza, corrió hacia el castaño para comprobar su estado, mas el pánico que lo dominaba logró nublar por completo su juicio, y más aún cuando lo sujetó entre sus brazos y Kudou no daba señales de querer reaccionar.

- Shinichi – le llamó mas no hubo respuesta por su parte - ¡Shinchi! – elevó el volumen y lo sacudió con cuidado, obteniendo el mismo resultado.

Su mente quedó totalmente en blanco, tanto que ni siquiera corroboró su pulso… honestamente no tenía ni la menor idea de que hacer, la imagen de su detective inconsciente, peor aún, cubierto de sangre, no era algo que lo ayudase mucho a pensar con coherencia.

- Por el amor de dios, no me hagas esto Shinichi – suplicó afianzando su agarre – juro que no volveré a hacerte una escena de celos cuando alguien se te acerque a pedirte una dirección, ni me haré pasar por ti cuando necesite información de la policía, incluso prometo acompañarte a esa barra de sushi que tanto te gusta… pero por lo que más quieras, abre tus ojos Shin-chan… ¡Maldición! ¡Vengaré tu muerte y destrozare a ese bastardo!-

- Deja de decir tanta estupidez Kaito – Kudou golpeó suavemente su nuca, reincorporándose levemente – mira que hablar de venganza solo porque caí unos instantes inconsciente, y ni siquiera comprobaste mis signos vitales – largó un profundo resoplido.

- ¡Shin-chan! – lo estrechó con fuerza, haciendo que soltara un pequeño grito de dolor.

- Ten más cuidado, estaré vivo pero sigo teniendo una bala en el hombro – se quejó sosteniendo dicha parte.

- Lo siento, pero es que me alegra tanto el que estés bien – acarició su mejilla con ternura, notando una magulladura en su sien, seguramente resultado de su lucha con el sujeto, y causante de su desmayo - ¿Por qué siempre tienes que ser tan temerario? Un día de estos vas a matarme de un infarto – le regañó besando aquella marca.

- Como tú, simplemente no podría quedarme de brazos cruzados mientras la vida de quien amo corre peligro – se defendió, sintiéndose algo mareado.

- No vuelvas a hacerlo.

- ¿Y crees que voy a escucharte? – Kid lo levantó con facilidad al estilo nupcial, avergonzándolo instantáneamente - ¡Hey! ¡¿Qué rayos estás haciendo?! – Kaito esbozó media sonrisa ante el pequeño berrinche del detective.

- Hospital – contestó con simpleza, dirigiéndose a la orilla.

- ¿No podemos ir de forma normal? – cuestionó abrazándose de igual forma al mago.

- Será más rápido de esta forma – acotó desplegando su ala delta.

- ¿Y el criminal?

- Los chicos se harán cargo – finalizó saltando de la azotea - ¡lo dejo en sus manos detectives! – gritó, para luego desaparecer en la oscuridad de la noche.

A los pocos segundos después, la puerta de acceso al tejado se abrió lentamente, dejando ver a Heiji y a Shinichi, quienes si bien no pretendían mantenerse escondidos toda la noche, tampoco esperaron que el ladrón los descubriera tan rápido.

- Así que nos toca limpiar el desastre de esos dos – contempló al hombre que se retorcía en el piso, tratando liberarse – será mejor que le avisemos a los inspectores y sus hombres de… ¿Ocurre algo Kudou? – le preguntó consternado al verlo con la mirada perdida en el cielo.

- Espero que no sea nada grave – comentó preocupado dirigiéndose ahora al chico de Osaka.

- Y yo espero que con esto aprendas a ser menos impulsivo, y no te expongas tan deliberadamente al peligro – le aconsejó algo divertido.

- Tomaré nota – espetó con media sonrisa.

- Bueno, ya que Kid se ofreció voluntariamente a ocuparse de ti, encarguémonos de una vez de este anciano.

- Prácticamente me secuestro – aclaró levemente avergonzado, sin saber exactamente el por qué-

- ¿Fuiste capaz de aclarar tus dudas? – quiso saber tras informarle a los oficiales de su situación – pues fue por eso que me pediste que te trajera.

- Si, gracias a ti y a lo que acabo de ver… puedo estar seguro de todas mis sospechas – aseguró triunfante.

- Para eso están los amigos, pero dime ¿Qué harás ahora que ya sabes la verdad? ¿encararlos?

- No, les seguiré el juego un tiempo más, todavía tengo cosas que quiero aclarar – explicó metiendo las manos en sus bolsillos – además puedo fastidiarlos y asustarlos fingiendo ignorancia e inocencia – agregó maliciosamente.

- En estas circunstancias recuerdo el por qué eres mi mejor amigo – sintió escalofríos y su piel erizarse – con tu mente criminal es mejor no enemistarse – afirmó Hattori, abrazándose a sí mismo.

- Cállate.

 

~(^w^)~

 

- “Pesado” – fue el primer pensamiento que cruzó por su mente a medida que recuperaba paulatinamente la consciencia.

Despegó sus párpados lenta y perezosamente, siendo cegado unos momentos por el extremo blanco de la habitación. Trató de enfocar su visión para reconocer el lugar en el que se hallaba, recordando vagamente lo ocurrido la noche anterior, llegando a la conclusión de que estaba en el hospital tal como dijo Kaito que irían.

Al intentar incorporarse, nuevamente fue consciente del peso que había sobre sus piernas. Con cierta dificultad, por el dolor que tenía en su hombro, logró sentarse con éxito, bajo la mirada para encontrar a Kaito (obviamente si su disfraz) dormido profundamente, luciendo inusualmente apacible, después de todo eran escasas las ocasiones en las que Shinichi tenía la oportunidad de verlo así, ya que este acostumbraba a despertar mucho antes que él.

- “Tan lindo” – pensó enternecido, acariciando gentilmente el cabello del muchacho – Kaito – le llamó con voz queda, sin real ánimo de querer despertarlo, pero tampoco quería que continuara en esa incómoda posición.

Kaito por su parte, percibió el suave el suave y gentil tacto en su cabeza, el cual le causó una agradable sensación de calidez y tranquilidad, y pese a que su cuerpo se sentía pesado y acalambrado, no quería moverse ni dejar de sentir esa amable y conocida caricia, y más cuando la voz que lo llamaba, sonaba tan dulce, como una canción de cuna.

- ¿Shinichi? – levantó su cabeza con desgano, topándose con la brillante y tierna mirada zafiro del detective, despabilando de una vez por todas - ¿Cómo te encuentras? ¿te sientes mejor? – se restregó los ojos, sentándose en la cama.

- Te preocupas demasiado, no fue-

- Te dispararon Shinichi – le recordó un poco molesto – te desmayaste a medio camino al hospital, y cuando te vio el médico, dijo que podías sufrir anemia por toda la sangre que perdiste – puntualizó intimidándolo por su regaño - ¿Y tú piensas que me preocupo demasiado? – cuestionó incrédulo, haciéndolo sentir mal al tomárselo tan a la ligera.

- Lo lamento, yo… no lo sabía – cuando iba a bajar el rostro, Kuroba lo sujetó del mentón para impedírselo, obligándolo a mantener el contacto visual.

- Estas vivo y eso es todo lo que me importa en este momento – Kudou se ruborizó hasta las orejas por las cursilerías del mago y el suave roce de los labios ajenos sobre los suyos – te suplico que no vuelvas a asustarme así – le rogó con su voz casi quebrándose, volviendo a besarlo con delicadeza.

- Te prometo que para la próxima, no permitiré que me disparen – fue el detective quien junto sus labios esta vez.

- Tendré que conformarme con eso – el ligero golpeteo en la puerta atrajo su atención, haciendo que se alejasen, mas Kaito solo lo hizo lo suficiente para encarar a la joven y sonriente enfermera.

- Perdone mi intromisión Kuroba-san, necesito revisar al paciente – su mirada chocó contra la de Shinichi, provocando que su sonrisa se ampliara aún mas – me alegra verlo por fin despierto, Kudou-san, así será más sencillo hacer su chequeo.

- Lamento las molestias que he causado.

- Para nada, además es mi trabajo, y lo importante aquí es que usted  se recupere de manera correcta – aseguró con su cálida y sincera sonrisa.

- Iré por algo de beber mientras tanto, y de paso le informaré a los chicos que despertaste – se levantó, besando su frente en el proceso – se un buen niño en mi ausencia – le ordenó, precipitándose a la salida antes de que el detective soltara un sinfín de maldiciones por su desvergonzado comportamiento.

- ¿Comenzamos? – el castaño solo asintió, y ella inició con los simples chequeos de temperatura y presión – tu novio es bastante atento, se nota a leguas que eres muy importante para él – comentó para romper el silencio.

- A veces se preocupa demasiado – corroboró sonrojado.

- Es cierto, se negó a dejarte solo pese a que le dijimos que no corrías peligro – Shinichi lo imaginó aferrándose a la cama, negándose rotundamente a irse.

- Es solo un idiota que le fascina hacer escenas.

- Sin embargo no fue más llamativa como tu ingreso de anoche – advirtió con una ligera risilla.

- Mi qué.

- No lo recuerdas porque estabas inconsciente, pero armaste un gran alboroto con tu llegada – el rostro del chico perdió todo color, divirtiendo a la chica – para ser exactos, fue la persona que te trajo.

- ¿Kaito? – preguntó con un leve tic en el ojo, sabiendo perfectamente ya como terminaría aquella charla, y más cuando ella negó.

- Él llegó a los minutos después, quien te dejó en la sala de emergencias fue nadie más que el famoso mago ladrón, Kaito Kid-sama – espetó eufórica, mientras el sentía su estómago retorcerse – aunque tan pronto te dejó, desapareció de la habitación – agregó decepcionada.

- Ya veo – rio forzosamente, imaginando como torturaría a su novio, quien justamente volvía a ingresar al cuarto.

- Bienvenido de vuelta, ya termine aquí, así que en cuanto pasen los efectos de los tranquilizantes, podrá irse – informó dando un pequeña reverencia, retirándose ahora ella de la estancia.

Tras agradecerle, Kaito sintió un potente escalofrió recorrer su médula, percatándose del aura homicida que rodeaba a Kudou, mientras esbozaba una tétrica sonrisa, esas que te advierten algo muy malo, y que es mejor decir tus últimas palabras antes de una probable cruda y dolorosa muerte… y el mago sabía muy bien que eso era lo que le esperaba…

 

~(^w^)~

 

Colgó la llamada, sintiéndose aliviado de que su otro yo ya no corría peligro y que había despertado sin complicaciones aparentes… en verdad no le hubiese sido nada agradable tener que presenciar su propia muerte, pero ese ya tampoco era el caso.

El molesto timbre de la casa lo sacó de sus cavilaciones de forma abrupta. Dudando si sería buena idea abrir la puerta, algo dentro de sí le advertía que era mejor no hacerlo, se encaminó a la entrada. La abrió lentamente, sin embargo la persona al otro lado terminó por hacer el trabajo con brusquedad, haciéndolo perder el equilibrio y cayendo finalmente de bruces al suelo.

- ¡Maldición Shinichi! ¡¿Por qué no respondes tu tonto teléfono?! – exclamó una iracunda mujer, cuya voz era escalofriantemente familiar.

- Ran – murmuró estupefacto, aun sentado en el piso.

- ¡Estuve intentando comunicarme contigo por horas! – bajó la mirada para seguir gritándole a la cara, pero al hallar a aquella pequeña y nostálgica figura, quedó boquiabierta e igualmente sorprendida que él - ¿Shi-Shinichi? – todo su enojo se transformó en una enorme confusión al ver a su mejor amigo nuevamente con esa apariencia.

- Pri-primero entra, prometo que te explicaré todo – aseguró poniéndose de pie, cerrando la puerta una vez ella ingreso, y sufrió una horrible y punzante jaqueca de solo pensar el cómo le explicaría todo lo sucedido, y peor aún, completamente solo.

Notas finales:

Nuevamente me disculpo, y sobre todo por hacerlo tan cortito :c la inspiración no quiere que escriba KaiShin </3, espero que les haya gustado el cap, y prometo no tardar para la proxima que estara sin falta el fin de semana siguiente :D

Cualquier reclamo, duda u opinión, sera mas que bienvenida y agradecida, me ayuda a mejorar y motiva a continuar con esto

Los adoro y nos leemos hasta la próxima
Bye bye ^w^


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