Miércoles: Bandeja de Salida…
Las Clases avanzaron normalmente, todos en sus asientos en silencio absoluto. No se escuchaban susurros ni risas por detrás, quizás la teoría de Ritsu podría ser cierta y estarían fuera de peligro. Un suspiro de alivio por parte de él.
Antes de que se dieran cuenta dieron las 4:00 dela tarde, hora del termino de Clases para que cada uno se fuera a casa.
– Hasta aquí – Dijo el profesor cerrando la libreta que llevaba en la mano – Pueden ordenar sus cosas y retirarse – Ordeno sus cosas y salió de aula, a continuación todos los estudiantes procedieron a hacer lo mismo Ritsu guardó todas sus cosas rápidamente, ahora solo esperaba que Misaki lo hiciera.
– Ritsu – Dando una pausa, parecía incomodo – ¿Podrías acompañarme al baño? – Dijo terminando de guardar sus cosas.
– ¿Eh? ¿Ahora? – Cuestionó a su amigo el cual solo pudo asentir con la cabeza gacha, al verlo solo suspiró pesadamente – Está bien… Pero que sea rápido – El otro castaño solo sonrió por la respuesta de su amigo. Y los dos salieron por la puerta del salón.
No es que no lo quisiera acompañar, el problema era que aunque ese par no haya hecho nada contra ellos, seguí desconfiando. Un paso en falso y caerían.
A Misaki le dolía un poco el estómago. Necesitaba un rato para él. Por eso eligió los baños del primer piso, esos siempre estaban más tranquilos que los del patio. Además en esos siempre hay papel higiénico, a diferencia de lo que ocurre en los de abajo. Ritsu lo acompaño hasta los baños entraron juntos, Misaki dentro del baño y Ritsu estaba en los lavabos.
Mientras Misaki estaba en los baños, Ritsu le pareció escuchar algo. Unas pisadas amortiguadas, unos murmullos, una risa. Los típicos ruidos silenciados de alguien que no desea hacer notar su presencia. De inmediato sospecho que podían ser Takano y sus secuaces de siempre. En un rápido movimiento Ritsu entró al baño; preferiría irse a lo seguro si eran ellos quizás… Ya no tendrían escapatoria.
– ¿No querías ir al baño? – Preguntó un azabache… Ritsu reconoció la voz en el instante.
– Por lo menos déjame ir – Reclamó su amigo de ojos amatistas… Misaki solo escuchaba en silencio, al igual que Ritsu
– Vamos apúrate – Dijo el azabache
– Solo cállate y espera – Respondió un poco cabreado.
Aunque solo era una mentira…
De pronto ambos castaños sintieron un sonido muy fuerte, que reconocieron los dos al instante; acababan de cerrar el aparatoso portón de la entrada a los servicios. A Ritsu se le disparó el corazón al escuchar la voz de Takano.
– Adivina quién está siendo que. Y donde – Dijo en tono burlón el azabache.
– ¿Quién será? – Dijo respondiéndole
Ritsu vio su sombra por la rendija bajo la puerta. Oyó sus risas. Debían ser tres o más. O talvez dos. Daban golpes y abrían las puertas como lo hacen los vaqueros en las películas.
– ¡Uf! ¡Como huele! – Dijo el azabache, como siempre Takano de nuevo se arremetía con Ritsu – Vamos, salgan de unas vez este baño es nuestro – Los dos castaños quedaron estáticos, no sabían que hacer, aunque en esa situación ya no tenían nada que hacer.
Misaki, no se atrevió a tirar la cadena por miedo a que eso los animara a tirar la puerta del baño o mucho peor, ya que esperaba todo de ellos. Ninguno de los dos se atrevía a responder ni menos plantarle la cara. En aquel momento, era incapaces de hacer nada que no fuera temblar y desear que los dejaran en paz de una buena vez por todas.
En aquel instante soló podían quedarse quietos, aguantando la respiración, con los ojos y puños cerrados y desear con todas sus fuerzas que aquello acabara de una vez.
Esperaban en los reducidos cubículos en que se dividen el baño de los chicos, podría decirse que solo esperaban que viniera algún profesor, alguien que los liberara de esos salvajes por arte de magia. Sin embargo, a esas alturas sabía que nada podía liberarlos de ellos.
En ese momento empezaron los golpes hacia las puertas. Eso dio a entender lo que había ocurrido; ya habían descartado los otros cubículos, y ahora ya sabían muy bien dónde encontrarlos. Golpeaban con tanta fuerza que podrían hacer saltar el pestillo por los aires.
– Vamos, salgan de una vez de allí – decía Usami – No nos iremos hasta que salgan –
A continuación otros golpes, y otros más. A Ritsu le dieron ganas de gritar pero las contuvo. Misaki de llorar pero logró no hacerlo.
De pronto todo se volvió silencioso. Todo no; se escuchan susurros y risas ahogadas. Algún ruido imposible de identificar. Pasos. Dos puertas se abren. Un grifo. Más risas. Un presentimiento de que algo horrible va a pasar.
No tuvieron tiempo para darse cuenta. Tanto Misaki como Ritsu sintieron un líquido frío caía sobre ellos, les empapaba el pelo y parte de la ropa. Sintieron una sustancia asquerosa resbalar por sus parpados, sus mejillas y labios. Sintieron asco al sentir esa sustancia, rabia a las personas que eran capaces de hacerles eso y rabia a ellos mismo por dejarse hacer eso.
Supieron al instante que no solo se traba de agua, era algo más olía mal, tenía un color raro. Los oyeron reír nuevamente. Los dos castaños miraron hacia arriba, uno de ellos vio la cabeza de una azabache y el otro vio la cabeza de un peli-plata.
Pensaron que no tenían otro momento como aquel para poder escapar. Descorrieron el pestillo, abrieron las puertas y salieron empapados de esa sustancia.
– Te gusta mi Mezcla Onodera… La hice pensando en ti – Le dio una impotencia enorme, de rabia de vergüenza. Solo quería irse de aquel lugar, que no lo miraran, que lo dejaran en paz con su amigo. Huir.
Tomó el brazo de su amigo y llegaron hasta la puerta que separa los baños. La abrió con algo de dificultad.
Salieron rápidamente, Ritsu solo trataba de ignorar el olor y los comentarios de la gente a su alrededor. Solo quería irse de una vez por todas a su casa. Solo quería ir a su refugio.
Quería estar en paz…
Pv Ritsu
Salí del baño después de un largo rato, me eché todo el shampoo y el jabón que pude, lo único que quería era sacarme ese asqueroso olor de mí. Ahora sabía perfectamente que las personas como Takano son unos imbéciles, violentos que no tiene perdón…
Rápidamente me puse el pijama y me senté en frente del computador para prenderlo.
Me gusta tener alguien con quien compartir mis intimidades, alguien con quién conversar aparte de Misaki. Solo para ver qué cosas dice y su forma de pensar.
Ritsu entró al chat de conversaciones; como todas las noches ya se le hizo una costumbre conversar con “Samu”.
Samu: Hola
Itsu: Hola
Samu: Siento llegar tarde
Itsu: Tranquilo, no es la gran cosa
Samu: ¿Llevas mucho rato esperando?
Itsu: Diez minutos
Samu: Alguien ha intentado ligarte mientras no estaba- Ritsu soltó un leve risa por el mensaje
Itsu: Claro, todos- Mintió
Samu: ¿Les has dicho que eres mío y solo mío?
Itsu: ¿Soy tuyo y solo tuyo? Se sorprendió por el mensaje
Samu: Dímelo tú
Itsu: ¿Tú querrías que lo fuera?
Samu: ¿No lo sabes?
Itsu: Ahora no caigo
Samu: Que malo eres conmigo
Itsu: ¿Quién? ¿Yo? ¿Y no te gusta?
Samu: Me gustas por muchas cosas. Y me gustarás más cuando te vea la cara.
Itsu: Eso no lo sabes, que pasa si me vez y no te gusto.
Samu: No lo creo
Itsu: Todos tus amigos deben estar pensado que hablas con alguien lindo.
Samu: A mí no me gustan los tipos lindo, me gustas tú
Itsu: No sabes como soy
Samu: No eres tan alto…
Itsu: Correcto
Samu: Moreno
Itsu: Apiñonado
Samu: Pelo lacio, castaño ¿Verdad?
Itsu: Sí
Samu: Tienes los ojos color esmeralda.
Itsu: Eso lo dices tú yo los veo verdes.
Samu: Calzas 26.5
Itsu: Es verdad
Samu: Tienes la piel blanca
Itsu: Veo que te aprendiste de memoria la descripción que te di
Samu: La leo todas las noches antes de acostarme
Itsu: ¿En serio?
Samu: Te lo prometo
Itsu: ¿Por qué?
Samu: Me gusta imaginarte
Itsu: ¿Y lo consigues?
Samu: Eres precioso
Itsu: Gracias- Se sonrojo al leer el mensaje
Samu: Me gustas mucho
Itsu: Lo sé- vio que se demoró en escribir – ¿Nos hemos quedado callados?
Samu: Estaba pensando. Que leo todas la noches aquello que me dijiste <Tengo ganas de querer a alguien como sé que soy capaz, pero no encuentro a nadie que lo merezca...>
Itsu: ¿Te lo sabes de memoria?
Samu: Sí
Itsu: Me da un poco de vergüenza
Samu: ¿Estabas triste cuando lo escribiste?
Itsu: Yo siempre estoy triste
Samu: ¿No me vas a contar porque?
Itsu: Mejor no
Samu: ¿Por qué?
Itsu: No hablo de eso con nadie
Samu: Pero yo soy más que nadie
Itsu: Por eso
Samu: ¿En persona me lo contarías?
Itsu: Mucho menos
Samu: Bien entonces, conozcámonos. Entonces tu secreto estará a salvo.
Itsu: Je je, muy listo pero, no
Samu: Además no están importante, todo el mundo tiene secretos, dobles personalidades…
Itsu: ¿A sí? ¿Qué doble personalidad tienes?
Samu: Huy… Si te contara
Itsu: Cuenta
Samu: En realidad soy un cabrón
Itsu: je, je
Samu: ¿No me crees? En realidad soy el diablo en persona
Itsu: ¿De verdad? ¿Cuáles son tus pecados?
Samu: Muy graves…
Itsu: ¿Con tus amigos?
Samu: No me gusta tratar mal a la gente
Itsu: Pero… ¿No dices que te gusto?
Samu: Más que eso
Itsu: ¿Qué, me quieres conoces?
Samu: Muero de ganas
Itsu: Entonces
Samu: No me hagas caso. Digo estupideces. Yo nunca te haría daño.
Itsu: Vaya
Samu: Perdona… Tengo que salir
Itsu: ¿Pasa algo?
Samu: Perdona
Son las ocho y media y me eh cansado de esperarle. No se conectará. He leído varias veces la conversación. Se ve que es una buena persona.
Quizás podría ir a conocerle…
Continuará…