Cuarto Día.
Ante el extraño comentario del moreno una energética carcajada inundo la habitación. Kazuya abrazo a su novio y beso su oreja lo cual era lo que tenía más cerca. Logro escuchar un suave suspiro por parte del menor, tanto tiempo sin tener relaciones y sin que se toquetearan había logrado hacer que le cuerpo de Eijun se volviera un poco sensible. El mayor sonrió.
“Estas muy sensible” murmuro aun con la sonrisa en los labios mientras acariciaba el moreno pecho desnudo de su novio con la yema de los dedos. Noto que cuando llego al vientre un escalofrió recorrió el cuerpo del pequeño haciendo que se estremeciera notablemente.
No quería excitarte, sabía que no debía, pero ver a Sawamura tan sensible y delicado, hacia que tuviera mucha hambre de él, bueno, más de lo normal.
“No es mi culpa” gruño el moreno sonrojado mientras bajaba el rostro “Estúpida apuesta” murmuro casi inaudiblemente. Kazuya no logro entender que susurro sin embargo sonrió.
“Vamos a dormir” le susurro mientras le besaba el rostro, paso una mano por su cintura y lo apretó para que se acercara, Eijun se volteo y se acurruco a su novio, el mayor al sentir que la cabeza del pequeño estaba pegada a su pecho paso a poner su pierna entre las del moreno, estas al sentirla inconscientemente se abrazaron a ella. Finalmente Miyuki bajo la cabeza para que su nariz quedara sobre el cabello del oji dorado, así podría dormir con ese olor y relajarse.
A la mañana siguiente los chicos, ambos, despertaron diez minutos antes de que el celular de Eijun sonara anunciando la hora de despertar. Por muy cómodamente que se habían quedado dormidos, no pudieron pasar una noche tranquila, ambos se despertaron varias veces en la madrugada.
No era porque ellos quisieras, pero habían mal acostumbrado a sus cuerpos a tener relaciones prácticamente todos los días, a veces dos, a veces tres.
Sus cuerpos incómodos exigían que les diesen su ración diaria de sexo, razón por la cual ambos habían pasado una mala noche. Además, no era algo simplemente físico, sino también psicológico, la mente, especialmente la de Kazuya, comenzaba a imaginarse cualquier barbaridad, en cualquier momento, la mayoría en los lugares menos apropiados, como en el laboratorio de química.
Muchos de los alumnos notaron que Miyuki estaba más distraído que de costumbre.
“¡Kazuya!” canturreo Kuramochi mientras pateaba la espalda del mayor con una patada voladora.
“Youichi” gruño el de lente de mal humor.
“Huy que miedo” murmuro el peli verde alejándose un poco “¿A qué se debe tanto mal humor?” le pregunto mientras ponía sus manos detrás del cuello.
“A una estúpida apuesta que hice con Eijun” gruño de nuevo, fue en ese momento que Kuramochi noto las ojeras debajo de los marrones ojos de su compañero.
“Pareces un muerto” se burlo.
“¡No es divertido!” la voz le salió levemente más alta de lo que el quería, pero de inmediato suspiro calmándose “Yo solo quiero que estos días pasen lo más rápido posible” murmuro dejando atrás a su compañero quien aun se reía energéticamente “Y que Eijun dejara de jugueteárselas tanto… eso haría todo más fácil” se murmuro para sí mismo.
El resto del día fue como siempre, Miyuki siguió con su terrible humor, constantemente miraba el reloj, agotado.
En este momento estaba sentado en su escritorio haciendo ejercicios, eran las 7:40 pm, había comido recientemente y Eijun había salido con la excusa de tener que comprar algo.
A lo que fueron las 10 pm Miyuki, preocupado, envió un mensaje.
[¿Dónde rayos estas?
- Kazuya]
Casi inmediatamente le llego la respuesta.
[De compras, te lo había dicho. Ve a dormir, vuelvo tarde, me he encontrado a Kuramochi.
- Eijun]
El mayor suspiro, era raro que el menor se escapara y llegara tarde a casa, pero siempre hay excepciones. Agotado dejo los libros sobre la mesa y se acostó en la amplia cama dejando espacio suficiente para que si Eijun llegaba y el estaba dormido pueda acostarse.
Estaba empezando a quedarse dormido, podía sentirlo, la mente comenzaba a apagarse poco a poco, ya estaba cayendo, pero algo lo espabilo lentamente. Algo dulce, sobre sus labios, su cuerpo se movió por sí solo, la lengua del mayor salió de su boca y se paseo sobre sus labios y sintió aquella cálida sustancia.
Aquello logro espabilar al peli marrón, abrió los ojos y noto que el cuarto estaba a oscuras, una tenue luz procedente de la ventana iluminaba cuidadosamente la habitación. Se paso la lengua una vez más sobre sus labios y saboreo el chocolate.
Volteo el rostro y al hacerlo se encontró a su novio, quien estaba acostado lateralmente apoyando su cabeza en la palma de su mano. Tenía una mano estiraba, los ojos de Miyuki la siguieron y vieron una fresa con chocolate, el chocolate derretido había caído sobre sus labios y fue aquello lo que lo despertó.
Bajo de nuevo la vista y vio un plato que estaba entre él y el menor, estaba lleno de fresas con chocolates. Miro a su novio buscando explicaciones pero este sin decir nada miro hacia la fresa que seguía sujetando sobre el rostro del de lentes. Kazuya volteo igualmente el rostro hacia al fresa y al ver que esta descendía abrió la boca, la punta de la fresa bañada en chocolate hizo contacto con la boca del mayor y fue mordida separándose del resto de la fresa.
El de lentes tuvo que cerrar los ojos, realmente amaba la mezcla entre el sabor de la fresa y el chocolate, mastico lentamente, moviendo su lengua de un lado al otro disfrutando al máximo el sabor.
Seguía con los ojos cerrados cuando sintió una gota de chocolate caer sobre su comisura del labio. Abrió los ojos y miro a la nada. Iba a limpiarse pero vio como su novio se movió más rápido que el.
Eijun dejo la fresa mordida junto con las otras en el plato, tomo el plato y lo puso a sus espaldas.
Cambio totalmente de posición, recostado su pecho sobre el de Miyuki, acero su rostro al de su novio, lo miro a los ojos y sonrió internamente.
Con descaro paso la punta de su lengua por la comisura del labio de su novio limpiando la gota de chocolate que se encontraba ella, aprovecho y paso su lengua por el labio inferior y luego le dio un leve jalón incitándolo a que lo besara.
Sawamura levanto el rostro arrodillándose sobre la cama, miro de reojo a su novio quien no le había quitado la penetrante mirada. El moreno tomo una de las fresas y se la metió en la boca mordiéndola. Se paso la lengua sobre los labios.
Kazuya jamás había visto una imagen tan tentadora.
Sin quitarle la mirada al moreno tomo una de las almohadas de la cama y se tapo el rostro con ella. Después de contar en la mente hasta tres soltó un ahogado grito desahogándose.
Diosito, por favor, dame fuerzas, si lo violo ahora lo dejo invalido de por vida. Rezo aun con la almohada sobre su rostro, sintió como algo se movía, con cuidado se quito la almohada y miro a su alrededor, ni su novio ni el plato con fresas de chocolate estaba, suspiro. Al rato volvió Eijun, se lanzo sobre la cama y frunció la nariz.
“Creía que con esto si ibas a caer… tengo que pensar en algo nuevo” murmuro mientras se comenzaba a quedar dormido. Miyuki gruño, molesto y fascinado al mismo tiempo, soltó la almohada y se abrazo a su novio para dormir abrazados como tanto le gustaba.
Continuara…