Capítulo II. Lo hice.
Los días pasan, los momentos junto a él son cada vez más. Su cercanía es tanta que ya no saben lo que es el límite interpersonal, sus manos juegan con las ajenas cada que pueden ya sea de una manera consciente o inconsciente. Sus abrazos son largos, y sus pláticas en mitad de la noche son extensas. Pero hay un problema, esa chica que aún permanece en aquel corazón. Y TaeMin lo sabe y por ello le duele, le duele saber que si ella se lo pide MinHo saldrá corriendo hacia ella.
No entiende hasta qué nivel está la obsesión del mayor pero sabe que le hace mal, a ambos. TaeMin sufre porque no puede ser correspondido aunque con sus acciones le haga pensar de otra manera distinta. MinHo es demasiado caballeroso hacia su persona, le acompaña cuando está solo, le ayuda cuando es necesario, le sonríe y realiza ese aegyo solo para él. Solo para su TaeMinnie.
Por ello, las esperanzas en el menor son elevadas. El tiempo transcurre, de ella no hay nada más. Se aleja del moreno, o eso es lo que todos esperan. Ella le hace un mal terrible, le hace llorar y le hace dañarse a sí mismo. TaeMin intenta ayudar, es su amigo y la persona que le ha gustado por tanto tiempo. Pero al final de cuentas, todo recae en la fuerza de voluntad del mayor.
La esperanza es lo último que muere, por ello el castaño tiene sus sentimientos aguardando aún. Le espera paciente y otras veces quiere olvidar. El moreno pareciese que lo sabe, porque cada que Lee intenta alejarse él se acerca y le susurra palabras que hacen que su corazón recaiga.
De esa manera es feliz. No hay una relación entre ambos, pero saben que la amistad ha sobrepasado su límite. Desde aquel viaje ambos han sido inseparables. Los años pasan y su situación empeora.
El menor lo soporta, sabe que con el solo hecho de tenerlo a su lado es feliz. No es necesario algo más, Choi MinHo es su primer amor y con ello es feliz. Un amor sin condición, un amor tal vez unilateral, un amor inocente, un sentimiento más allá de ambos. Si estaban juntos, él era feliz.
-Los Choi se irán a Estados Unidos. –Logra escuchar a Key, su corazón se destroza y las lágrimas amenazan con salir.
Se acerca con el corazón en la mano, pidiendo de manera discreta más información. De aquella manera tan normal como cualquier amigo haría. Tanto tiempo practicando, tanto tiempo ocultándolo.
Kai es el único que lo sabe, Kai es el que intenta convencerlo de que se lo diga. Pero TaeMin niega, no quiere hacerlo pero sabe que si no lo hace podría arrepentirse.
-Si no lo intentas nunca sabrás qué podría haber pasado. –JongIn le dice, trata de hacerle ver que es lo correcto.
-Yo no le gusto, eso es más que claro. Además si llegase a corresponderme, ¿no sería egoísta?
-Existen las relaciones a larga distancia. –Sonrió el moreno autosuficiente.- Además, volverá dentro de un año.
-Sí, para irse a la capital a estudiar.
Y el tiempo sigue pasando, cada vez los momentos a su lado son más escasos. TaeMin comienza a deprimirse. ¿Por qué se había enamorado de MinHo? Todo era tan fácil cuando no existía en él aquel sentimiento, era tan sencillo que reía de sus amigos enamorados.
¿Entonces como sucedió aquello?... Oh, su sonrisa. Aquella hermosa expresión en su rostro se hizo presente cuando le atrapó admirándolo.
-Minnie, pensé que no vendrías. –Le saludó con un abrazo Choi.
TaeMin solo se dejó hacer.
-Pensé que los sábados te ibas. –Recuperó sus cabales, recordando que él no debería estar allí.
-Hoy tuve libre, así que vine al club.
-Pensé que me libraría de ti hoy.
Bufó, intentando ocultar el nerviosismo que sentía al estar tan cerca del mayor. Pero MinHo solo rio ante su comentario mientras le revolvía el cabello.
-Sabemos que no es así.
-Si tú lo dices.
Y de nuevo en su mundo de sonrisas, de nuevo en aquel círculo vicioso sin salida. Por ello cuando la voz de una tercera persona se escucha ambos se sobresaltan.
-Ey, MinHo. –ChangMin tan oportuno como siempre le da un golpe en el hombro como saludo.
Y de esta manera comenzaron a conversar, olvidando la presencia del menor. Quien solo se limitó a continuar con aquel juego de sus manos con las ajenas, ignorando la presencia del mayor de los tres. O eso intentó.
-La verdad no sé qué hacer. Sé que es lo mejor pero la verdad es que no quiero irme. –Y las esperanzas volvieron al castaño. –Aunque en otros momentos deseo hacerlo, estoy tan indeciso hyung.
-¿Qué es lo que te detiene? Deberías buscar alguna excusa buena para irte o, en caso contrario, quedarte. – Aconsejó mientras veía como ambos chicos dejaban de jugar.
-Lo sé. –Quedó pensativo y TaeMin se sintió mal al esperar que su amado se quedara, era un deseo realmente egoísta de su parte. –Minnie.
-¿Uh?
-Dime que me quede…
Decir que su corazón casi sale de su pecho es poco, su sangre se acumuló en sus mejillas y su mente dejó de pensar. Dile que se quede, gritó su corazón pero su mente le gritó lo contrario.
-Es tu decisión hyung, además es una grandiosa oportunidad. –Tonto, TaeMin, tonto, tonto.
Se recriminó tantas veces por aquello, debió haberle pedido que se quedara pero no fue así. Quiso arrepentirse, pero sabía que era lo correcto. Él no podía pedirle aquello, no podía atar el futuro de una persona por un deseo egoísta. Y Kai casi hizo una fiesta cuando le platicó aquello.
-Te lo dije, debes decírselo.
-¡No!
-¿Acaso no te preguntas qué es lo que siente por ti?
-Él sigue obsesionado con Yuri. –Susurró por lo bajo, recordando a aquella chica que le hizo la vida imposible a varias personas.
-Uno nunca sabe, al menos deberías hacerlo para ver su reacción.
…Estúpido Kai, estúpida psicología. ¿Por qué era tan débil ante su amigo? Eso era lo que se recriminaba el pequeño ante lo que estaba a punto de hacer. Se encontraba en medio de un concurso de música, el moreno era participe de ello y por supuesto TaeMin estaba para apoyar. El ruido era estridente pero el lugar era entretenido. Observó el lugar, quizás no era el sitio más apropiado pero sus oportunidades se estaban acabando, muy dentro de él sabía que si no era ahora no sería nunca. De esta manera se llena de valor, busca al alto entre tanta gente y lo jala de una manga para obtener su atención inmediata.
-Hyung necesito hablar contigo.-JongIn está al fondo, mandando su apoyo y Tae lo maldice una vez más.
-¿Qué sucede, pequeño?
-Umm….-Y comienza a tartamudear. Y el color se le sube a las mejillas, la voz se le va y las palabras no quieren salir.
MinHo se acerca y pone su oído más cerca del menor para escuchar lo que le dirá. Su sonrisa sigue allí tratando de darle más confianza al menor sin saber que causa lo contrario. Lee pasa saliva, nervioso y con las fuerzas que no sabe de dónde sacó lo dice.
-Me gustas, hyung.
Pero la valentía así como vino así se fue. Por ello, TaeMin sale corriendo con Kai pisándole los talones. Huye de su confesión, huye de la situación y lo peor del caso es que ni siquiera vio su reacción.
Cobarde. Es lo que su mente repite una y otra vez, pero ya no había vuelta atrás. Lo había hecho y ahora solo esperaría las consecuencias de aquello.
Se martirizó un tiempo pero por otro lado se sintió mucho más ligero. No supo de él durante un par de días hasta que MinHo se comunicó con él a través de mensajes.
Siento no haber podido hablar contigo antes, pero el viaje a Estados Unidos me está matando.
Recibir aquel mensaje le dejaba claro todo al menor, la desilusión fue automática aunque a decir verdad no esperaba una respuesta positiva. Así que siguió adelante.
¿Seguirá todo de la misma manera?
Si, Minnie todo.
Fue en la fiesta de despedida cuando se vieron por última vez. Un último abrazo y ambos dejaron ir sus sentimientos en aquella acción. Llovía y sus ropas se mojaban pero poco importaba, era su adiós y el cielo aparentemente lo sabía.
De esa manera Choi MinHo viajó junto a su familia al siguiente día hacia aquel lejano país. TaeMin lloró toda la noche pero no por ello se dejó caer. Seguir adelante era lo único que podía hacer, sonreír porque de aquella manera había terminado su primer amor. Porque no todas las historias tienen un final feliz, no todos los amores son posibles y no siempre las personas pueden estar juntas. Por ello TaeMin mantiene a Choi MinHo como aquel chico que se volvió su amor platónico con sus sonrisas que lograban iluminar sus días. Pero era hora de salir adelante, de avanzar y dejar su amor de adolescente atrás.
…Yo también te quiero, Lee TaeMin. Fueron las primeras palabras que pensó Choi al pisar tierras norteamericanas. Pero es lo mejor…