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A Cat Gift por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

volviendo por aca...

Pues que decir... mis intentos por escribir drama avanzan poco a poco. No puedo hacer sufrir demasiado a mis protagonistas u.u..a. aunque lo intento.

Un gran agradecimiento a las personas que comentaron y a las que se toman el tiempo de leer mis desavarios...

 

3.- Culpa… Pero no tanta.

 

Las dos semanas siguientes se le habían hecho bastante incomodas, y sobre todo por las noches, en las que Jay dormía abrazado a él, y en las que no podía evitar recordar la noche de fiesta que había tenido, y sus  consecuencias. Ante su sorpresa, Jay se había comportado bastante bien, no había vuelto a sugerir o mencionar el incidente, y había limitado el contacto físico a las noches, que se pegaba a él estando dormido.

Al final, las vacaciones que había pedido habían caído al olvido, cosa que ya no le molestaba. A Jay poco parecía impórtale que no pasara mucho tiempo en casa siempre y cuando tuviera comida, por lo que cada noche llegaba con comida rápida de algún local diferente. Sabía que no era nada sano, pero no había mucho que pudiera hacer, llegar tarde para ponerse a cocinar no era algo que le gustara, por lo que traba en las mañanas y días de descanso cocinar el mismo. También había comprado en sus distintos regresos ropa para Jay, pues aún no había tenido la oportunidad de salir con él para que eligiera algo, cosa que no parecía impórtale, todo lo que le había llevado le gustaba.

Ese día, regresaba de un aburrido día de no hacer nada. Lo primero que vio cuando entro fue a Jay viendo televisión, como de costumbre, sentado con los pies sobre el sofá y descalzo, acurrucado en un rincón. Volteo a verlo cuando entro, evaluando su humor con sus traviesos ojos verdes. Sonrió al no verlo molesto.

.- quiero comida china.- suspiro, dejando su portafolio en el sofá.

.- cámbiate y ponte zapatos.- Jay lo miro confundido y obedeció en silencio. Cuando Jay regreso, él estaba ya esperándolo en la puerta.

.- ¿A dónde vas?- le pregunto, curioso.

.- vamos a un restaurant.- la expresión de sorpresa de Jay le hizo reír.

.- ¿salir? ¿Fuera?

.- no creo tener un restaurant en mi casa… y si así lo ves, no sé hacer comida china.- Jay retrocedió.

.- puedo comer otra cosa.-

.-ahora yo quiero comida china, así que vamos.-

.-pide para llevar y aquí te espero.- Dylan suspiro, se acercó a Jay y lo sujeto del brazo antes de que corriera.

.- tengo hambre, no quiero esperar más.- a base de jalones logro sacar a Jay de la casa. Noto que era la primera vez que salía de casa con Jay. En el auto le prestó más atención al camino, y para no perder tiempo ingreso a un estacionamiento. Para lograr sacar a Jay del auto fue otra lucha de jalones, empujones y uno que otro golpe. Al final logro sacarlo, y en el trayecto del estacionamiento al restaurant, a Dylan le quedo claro que  Jay no solo le tenía miedo a la oscuridad.  Jay miraba a todos lados, con cautela y miedo, aferrado a su brazo con fuerza. Notaba su respiración agitada.- Jay, nadie va hacerte nada, relájate.- Jay lo miro, asintió pero no soltó. Caminaron unos momentos más hasta que diviso el restaurant que frecuentaba, y dirigió a Jay hasta ahí. El local tenía muchas mesas distribuidas en un amplio espacio decorado con motivos chinos y un agradable olor flotaba en el ambiente. Había pocas personas en esos momentos, por lo que se dirigió a una de las mesas. En cuanto se hubo sentado, después de desprenderse de Jay, les tomaron la orden. Pidió un paquete familiar, pensando en los días siguientes.

Jay olvido cualquier cosa que estuviera pensado en el restaurant, al ver la cantidad de comida que les servían. Sonreía  y reía alegre. Dylan también se alegró, no le había gustado ver a Jay de esa manera, Jay quien siempre eran risas y travesuras. Se pregunto el origen de las peculiares fobias de Jay.

.- si sigues comiendo te dolerá el estomago.-

.- pero si esta buena.- exclamo Jay, refiriéndose a la comida.- además un queda mucha.-

.- puedes pedir lo que no te comas para llevar, no es necesario que comas todo.- Dylan rio al ver la expresión de Jay. Salieron del restaurant con las bolsas que les habían dado con la comida restante.  Caminaron de regreso al auto, y esta vez, Jay iba viendo con entusiasmo las tiendas por las que pasaban. Parecía que se encontraba mas cómodo en la calle, aunque aun le tomaba la mano con fuerza. Viendo lo interesado que estaba Jay, decidió dar una vuelta antes de dirigirse al auto.

.- Jay… ¿Cuántos años tienes?-

.- Quince, casi dieciséis.-

.- eres muy joven.-

.- ¿de verdad?-

.- bueno, no tanto.- admitió.  Jay miraba emocionado los artículos de muestra de una tienda de artículos electrónicos, sin embargo, el miro a la familia que estaba dentro de la tienda, mirando las cámaras fotográficas.-… Jay…-

.- ¿Qué?-

.- ¿tu familia no estará preocupada por ti?- se sorprendió a sí mismo, también se avergonzó al notar que no había pensado en la familia de Jay.  Ni siquiera se había molestado en conocer el pasado de Jay.

.- no se.-

.- ¿Cómo que no lo sabes? ¿Dónde está tu familia?

.- no se…. ¿Qué es eso?- Jay señalo algún artículo de la tienda.

.- Jay, responde.- ordeno, no dejándose engañar por el intento de Jay por no responder. Jay suspiro.

.- hace mucho no veo a mi madre, ni a mi padre… no sé donde estoy y no tengo forma de comunicarme con ellos.- el tono de Jay le hizo arrepentirse de haber preguntado.- mi hermano se fue hace años, tampoco sé nada de él.- la voz finalmente se le quebró. Le paso el brazo por los hombros, abrazándolo. Jay lo miro confundido.

.- ¿quieres alfo de ahí? Escoge lo que quieras.- Jay sonrió, jalándolo al interior de la tienda. Quince minutos después salían de la tienda de regreso al auto. Jay miraba completamente fascinado el IPod que le acababa de comprar. El en cambio miraba a Jay, maravillado por la sonrisa que podía causar un aparato tan pequeño.

 

*****************************************************************************

 

Jay tenía un pequeño conflicto interno. No le gustaba salir a la calle, y Dylan lo había obligado a salir. Eso en si no me molestaba, pues se sentía muy seguro con él. La comida también había sido muy buena, nunca había ido a un restaurant. Y su pequeño conflicto lo ocasionaba el hecho de que Dylan le había preguntado sobre su familia.  No estaba muy seguro de querer contarle a Dylan sobre su familia y todo lo relacionado.

   Su vida antes de estar ahí era mala, lo sabía. Nunca había tenido tanta ropa como la que tenía ahora, ni mucho menos tenía la oportunidad de comer todos los días. Desde que su hermano se fuera y no volviera saber de él, la situación con sus padres había ido perdiéndose, hasta terminar con gritos, alcohol y muchas deudas. Al final había terminado obligado a vivir en ese lugar horrible, y a pesar de que no hacía nada, escuchar todo lo que pasaba ahí era suficiente.

Cuando le dijeron que tendría que vivir con otra persona, y que técnicamente seria su dueño, no supo si sería algo bueno o malo, aun así, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para no regresar, pues sabía que si no lo obligaban a trabajar como a la mayoría de las chicas  de ahí era por su edad, y no podría usar esa escusa por mucho tiempo.  Había estado aterrado pensando en cómo sería su nuevo dueño, a pesar de que la casa no estaba tan mal.

 Nunca hubiera imaginado que sería alguien como Dylan, y por eso mismo, quería mucho a Dylan. No solo porque le había dejado vivir en su casa, dándole comida y ropa, sí no porque no le pedía absolutamente nada a cambio. Y también era divertido molestarlo un poco con sus insinuaciones. Contarle eso a Dylan no estaba en sus planes, prefería seguir viviendo de esa manera, mucho tiempo. 

 

 

 

 

 3 meses después

Dylan removió los papeles esparcidos por su escritorio, buscando con desesperación. Era uno de esos días malos que solía tener con menor frecuencia. La puerta se abrió, y levanto la vista para ver al recién llegado.

.- largo.- apenas vio al hombre de cabello rubio y ropa formal con lentes oscuros, no pudo evitar la palabra.

.- ¿así es como tratas a tus amigos?-

.- no somos amigos, Jonh.

.- si tu lo dices. Quería saber si te había gustado mi regalo. No me dijiste nada, y no había tenido tiempo para preguntarte antes.- miro con desagrado a Jonh.

.- ¿Qué te hizo creer que necesitaba eso?-

.- ah, no lo sé. Adivine.-

.- la verdad pienso que estas muy mal… regalar personas…-

.- es original.-

.- me hiciste creer que era un gato de verdad.-

.- si, suele pasar… ¿y entonces?

.- ¿Qué te hizo pensar que me gustaban los chicos? Hubiera preferido un gato de verdad, por favor no vuelvas hacerme un regalo así, ahora fuera, tengo mucho trabajo.-

.-bien, nos vemos luego.- Jonh no espeto más, se dio la vuelta y salió, cerrando con suavidad la puerta.

 

 

Jay miraba entretenido como la bolsa de palomitas giraba en el horno de microondas. Estaba preparándose para ver una película que Dylan le había traído por la noche.  Escucho la puerta abrirse al tiempo que sacaba con cuidado las palomitas y se dirigía a la sala.

.- has llegado pronto ¿terminaste rap…?- sus manos soltaron las palomitas. En la entrada había dos personas, y ninguno era Dylan.

.- hola Jay ¿nos extrañaste?- Jay seguía mirándolos, paralizado.

.- ¿q-que hacen aquí?-

.- vamos a casa Jay.- el hombre se acerco.

.- ¡ahora vivo aquí!- grito, más por reflejo.

.- ya no,  te acaban de regresar.-

.- ¿Qué?- no supo si lo que transmitió su voz  fue incredulidad o dolor.

.- es hora de volver… ya no te quieren aquí.- se dejo llevar, sin hacer el menor intento por luchar. Dolía, aunque no sabía que parte de su cuerpo producía tal dolor. Nunca se había sentido tan traicionado. Sentía también un escozor en los ojos, se obligo a caminar tras sus enviados, como si fuera a la horca.

 

 

Dylan regreso mucho más tarde que de costumbre, pero contento por haber terminado su trabajo ese día. Se sorprendió al entrar y ver apagadas todas las luces, Jay no apagaba las  luces estando solo.

.- ¿Jay? Nadie  respondió. Se dirigió a la habitación, vacía. Fue también al baño, nada. Todas las cosas de Jay estaban en su lugar, y un desagradable presentimiento se apodero de él.  Corrió a la cocina, mientras el pánico lo dominaba. Se quedo en la concina vacía, tratando de pensar. No creía que Jay se hubiera ido por su cuenta, pues aun no lograba hacer que saliera de casa sin tener que tener una lucha antes. Entonces recordó la visita de Jonh, y volvió a correr, pero esta vez a la salida. En su carrera rompió una bolsa de palomitas tirada en el piso. No se dio cuenta que la bolsa estaba llena, ni que cuando paso,  las frías palomitas se regaron por el piso.

Tenía mucha suerte de haber tomado el caso anterior que le había pedido Jonh, pues ahora sabía en qué lugar buscarlo, y cuando llego, freno con brusquedad frente al edificio donde Jonh tenía sus “oficinas”. Bajo del auto dando un portazo. Camino a zancadas hasta la entrada, y entro. El lugar estaba complemente desprovisto de muebles y decoraciones a excepción de un escritorio, se dirigió a la chica que estaba sentada tras el mueble.

.- ¿puedo ayu…?

.- ¿en dónde está Jay?- su tono molesto intimido a la chica, quien borro su sonrisa. Pudo ver algo de miedo reflejado en sus ojos.

.- ¿Quién?..- los ojos de la chica miraron nerviosamente a la única puerta ubicada a su izquierda. Se dirigió a la puerta sin pensar.

.- no puede pasar.- dirigió una mirada furiosa a la chica, quien se quedo a dos pasos de la puertas, y ya no dijo nada. La puerta dirigía a un largo pasillo con más puertas. Cuando comprendió que había tras las puertas su furia aumento. Eso parecía una prisión, incluso las puertas tenían una ventana deslizable de metal y algunas tenían una placa con un nombre escrito. Avanzo con rapidez, leyendo los nombres conforme avanzaba.

.- ¿Qué está haciendo?- dos hombres entraron casi corriendo al tiempo que leía el nombre de Jay.

.- no puede estar aquí.- dijo el otro. Los dos eran grandes, y no le cabía duda de que eran fuertes. Parecía que la chica no se había quedado sin hacer nada.

.- abra esa puerta.-

.- salga.-

.- ¡abra esa maldita puerta!-

.- ¿Dylan?-

.- ¡si no la abre, juro que todos aquí irán a la cárcel!- Jonh acababa de llegar, seguido de la chica recepcionista, pero la verdad, poco le importaba. Nadie se movió cuando termino de gritar.  Uno de los hombres saco un llavero después de dirigirle una mirada a Jonh. Después de buscar un poco metió una  en la cerradura y la giro un par de veces, abriendo la puerta. Aparto de un empujón al hombre y entro. El lugar era una habitación  muy pequeña, completamente oscura y fría. La luz que se filtro del pasillo le permitió ver a Jay, sentado en un rincón.- ¡Jay!- avanzo los pocos pasos que había entre ellos. Jay temblaba sin control, y miraba a la nada con los ojos muy abiertos, perdidos. Le abrazo.- ¿Jay?- las manos de Jay se aferraron con fuerza a su camisa.

.- me portare bien… ya no te molestare… no me dejes… no me dejes, por favor.- la voz de Jay fue un susurro angustiado, incluso parecía que lloraría. Le acaricio el cabello en un intento de calmarlo. ¿En qué momento Jay había pasado a importarle tanto? Porque sabía que a pesar de saber lo que pasaba en ese lugar, no haría nada siempre que pudiera sacar a Jay de ahí. Por una vez en su vida seria egoísta. Haciendo un esfuerzo se levantó, cargando a Jay y se dirigió a la salida.

.- Dylan…-

.- piérdete.-

.- ¡espera!- camino más rápido. Jay seguía sujeto a su camisa, pero no había hecho ni dicho  nada más.- esto es un malentendido… tu dijiste que no…-

.- ¡se lo que dije!- se detuvo, casi en la puerta de salida.- nunca dije que no lo quisiera,  que quisiera regresarlo… si así hubiera sido te habría llamado hace mucho.-

.- lo siento.-

.- no pienso seguir ayudándote. No después de ver lo que tienes aquí.-

.- creí que ya lo sabias.-

.- pensé que era otra cosa. Personas que lo hacían porque querían, no esto.-

.- también tengo eso.-

.- mejor vete antes de que te golpee.- con esfuerzo abrió la puerta y salió, caminando hasta su auto. Dejo a Jay unos momentos para abrir la puerta del auto, lo volvió a levantar para meterlo en el asiento, después de ponerle el cinturón de seguridad cerro la puerta.

.- ellos son casos especiales.- John lo había seguido, y ahora estaba a unos pasos de su auto, tranquilamente.- son garantía.- medito unos momentos las palabras.

.- ¿les dan personas como pago?- expreso con incredulidad.

.- es la forma más rápida de recuperar dinero.-

.- es totalmente ilegal.-

.- no dije que no lo fuera.-

.- y Jay… el…-

.- su padre lo vendió.-

.- ¡¿Qué?!-

.- su padre tenia problemas con los juegos, y su madre al parecer abusaba del alcohol. Debían una buena suma a uno de nuestros casinos, y su padre mismo lo llevo a nosotros como pago por lo que debía.-

.- …-

.- estuvo aquí casi dos años… no soy un pederasta desalmado, así que nunca lo vendí, ni hice que hiciera nada parecido. Decidí dártelo porque se que no eres una persona cruel. Veo que no me equivoque.-

.- te agradezco el gesto, ahora me voy o de verdad te golpeare.- John se aparto mientras el rodeaba y subía al auto. Condujo mas rápido de lo que pretendía, alejándose de ese lugar. A su lado Jay seguía temblado, y a él le costo concentrarse en el camino. Cuando se detuvo en su edificio, suspiro aliviado. Le costo mucho mas trabajo bajar a Jay del auto, puesto que no parecía querer moverse. Al final, logro bajarlo, y lo llevo hasta la habitación. Acostarlo en la cama le hizo recordar la primera vez que lo había hecho el mismo. La mano de Jay le sujeto con fuerza cuando trato de enderezarse.

.- no te vayas.-

.- descansa, no me iré.- se acostó al lado de Jay, abrazándolo. Jay se aferró a él con fuerza, temblando. Se puso a acariciarle el cabello, hasta que sintió como poco a poco se iba relajando, y su respiración pausada le indico que se había dormido. No supo en que momento el también se quedo dormido.

 

 

Jay se encontraba cómodo, sin poder recordar donde estaba. Su memoria recordaba fragmentos de muchos lugares. El recuerdo de su ultimo momento en casa de… de… ¿de quien?... abrió los ojos, recordando que había sido llevado de regreso a ese lugar. Esperaba encontrarse de nuevo en la pequeña habitación oscura, por lo que se sorprendió al encontrarse en una cama, en la habitación semi-iluminada que él conocía.

La felicidad se antepuso pronto a la sorpresa, y no pudo evitar sonreír.

.- ¡Dylan!- se arrojó riendo sobre Dylan, quien seguía dormido a un lado suyo.

.-Jay, trato de dormir.- murmuro Dylan, sin abrir los ojos.

.- ¡Dylan, Dylan, Dylan!- restregó su cara en el pecho de Dylan, sonriendo completamente emocionado.

.- Jay, quítate.- Dylan trato de quitárselo de emocionado, inútilmente, pues se había sentado sobre él.   

.- fuiste por mí.-

.- pues claro, ¿Qué pensabas?-

.- ¿Qué me habías regresado?- se cruzo de brazos, haciendo un gesto de molestia.

.- lo siento.- Dylan le aparto el cabello de la cara.- fue un malentendido.- sonrió, y volvió a abrazarlo. Dylan le abrazo también.- hare lo que quieras para disculparme.- Jay lo miro, aun sonriendo. Se inclino y lo beso. Ante su sorpresa Dylan le correspondió. Se aparto cuando le falto aire.

.- llévame de nuevo al restaurant de comida china.- Dylan comenzó a reír.

.- cenaremos ahí. Antes tengo que hacer otras cosas. ¿Quieres acompañarme?-

.- si.- dudo unos momentos, inseguro. Pero salir con Dylan siempre le hacía sentir bien.

.- vístete entonces… y báñate primero.-

.- báñame.- ordeno.

.- no te aproveches tanto Jay.- soltó una carcajada mientras se levantaba.  Dylan había ido por el, no lo había regresado, y nada mas que eso importaba.

Notas finales:

Cualquier error es culpa de autocorrector.

Comentatarios, dudas, sugerencias y peticiones son bien recibidas.

Me voy a ver Kuroko no basquet!! Hasta la proxima semana.


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