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DIGNO DE TI. por Sangre Samurai

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Notas del capitulo:

¿Dónde está el viejo Loki?

¿Por qué murió el Agente de Asgard?

Sigue el final... pero no realmente.

Entonces, Loki abrió los ojos... el cansancio, el agobio, la angustia y el temor habían desaparecido. En su lugar estaba pleno de una sensación algo extraña... desconocida. Era quizá la paz, la felicidad o la ausencia total de emociones... no lo pudo describir.  Miró sus manos, era la primera vez que no sabía qué hacer con ellas, no había un hechizo, un ademán, una trampa que pudiera usar para saber donde se encontraba y como salir de ahí.

De hecho, no sabía si quería salir. A su alrededor no había nada. Solo espacio etéreo, un cielo sin estrellas sobre su cabeza y a sus pies, nubes en las que podía caminar y sentarse, pero no volar. Debajo de esas nubes no se veía ninguno de los mundos.

-Quizá este es el reino de las almas perdidas- murmuró, comprobando que podía escuchar su propia voz- La antesala de Helheim... Entonces la casa de la Diosa Hela debe estar en algún lado. Si logro llegar a Eljudnir, el salón de la muerte, quizá sepa cuál es mi castigo y por qué estoy aquí y no entre los fuegos eternos.

Comenzó a caminar al azar, realmente no importaba el rumbo, puesto que tenía toda la eternidad para rectificar si se equivocaba. Caminó por lo que pudieron ser horas o días enteros, no había día y noche, no existía el concepto del paso del tiempo.

Se le ocurrió que su castigo era precisamente aquella devastadora soledad. Porque la soledad era el castigo más cruel que pudiera recibir... padeció de soledad durante la mayor parte de su vida. Le temía, le dolía... y si estaba ahora condenado a ella por siempre, estaba perdido. Era un castigo, sí... peor que recibir hierro fundido en las entrañas abiertas.

-¡Eres un tramposo! Contaste las cartas...

-¿Yo tramposo? Será más bien que tú eres tonto. ¡Aprende algo útil y juega bien! Comencemos de nuevo.

Loki escuchó las voces a su derecha y comenzó a seguirlas. Eran dos voces diferentes, que sonaban fuerte y llenas de musicales timbres juveniles. Discutían amigablemente en medio de un juego de cartas. Nada podía ser más curioso que encontrar a dos niños jugando a las cartas en medio del limbo, en medio de la ausencia de todo.

Entre brumas, la pareja de jóvenes fue delineándose ante sus ojos de esmeralda. Se trataba en realidad de un niño, un preadolescente de unos diez a doce años, que usaba un traje verde y negro, y llevaba una tiara dorada con alas, sonreía con malicia y metía en problemas a su compañero de juegos. El otro era un adolescente de diecisiete o dieciocho años, casi un hombre, pero aún conservando ciertos rasgos de juventud temprana, con una sonrisa chispeante como las estrellas, un cuerpo esbelto y bien torneado, y usaba gabardina, armadura verde y entre la negra melena que coronaba su testa, una tiara con cuernos.

-Ya llegó...- dijo el niño, percatándose de la cercanía de aquel hombre mayor, alto y esbelto, de rasgos armoniosos y de gesto confundido, que se abrigaba en su vieja capa de pieles como si hubiese un clima del cual cuidarse- ¡Qué viejo y descuidado se ve!

-Y su aspecto mejoró considerablemente- se burló el adolescente, que continuó hablando sobre el recién llegado como si no pudiera escucharles- Antes era anciano, sin dientes, con la piel más arrugada que un pergamino egipcio...

-¡Qué asco! ¿Y en qué momento dejó de cuidarse? Porque mira, el aspecto cuenta también... me pregunto si vale la pena que le demos otra oportunidad...

-¿Estaríamos aquí, los tres juntos, si fuera de otra manera? Yo creo que vale la pena.

El viejo Loki se paralizó de terror, justo cuando los dos jóvenes se volvieron a mirarlo, con miradas tan brillantes como traviesas, con ese gesto antiguo de malicia con el que tanto se identificaba. El viejo trickster, ante sus versiones jóvenes.

-Ustedes... ¿Qué hacen aquí? Especialmente tú, Agente de Asgard... ¿Qué haces en los terrenos de la muerte?

***

-¿Viste? A mí no me quiere...- dijo el niño, en tono burlón- Solo se dirige a ti.

-Cállate, Kid Loki.- replicó el adolescente, poniéndose los dos de pié para dirigirse al viejo.

-¿Estás muerto, muchacho tonto? ¿Cómo sucedió? ¿Y por qué yo no he dejado de existir?

Un breve silencio antes de que el joven respondiera con voz firme.

-Si... estoy muerto. Es doloroso morir, es una experiencia mezclada de miedo y ansiedad que no le deseo a nadie. Comprendo y me arrepiento por lo que hice pasar a Kid Loki, puesto que yo lo maté... Y todo para que antes de llegar a mi edad adulta, morir también, a manos de Tony Stark ¿No es una ironía? El mortal que más me amó, también terminó con mi existencia...

-¿Y Thor? ¿Acaso no hizo nada para evitarlo?- inquirió el viejo, sin poder creer el resultado final de toda aquella aventura.

-Mi pobre Odinson...- se lamentó el joven, moviendo melancólicamente la cabeza- Ha sufrido tanto... ha llorado sobre mi cadáver por tres días enteros... eso creo... igual solo han sido tres minutos. ¿Sabes que aquí pierdes el sentido del tiempo?

El mayor no respondió, ocupado en retorcerse las huesudas manos con ansiedad, elevando la mirada al firmamento vacío y emitiendo algunos gemidos y quejas.

-Fallé... fallé miserablemente en todo... y el destino se cumplió sin que hubiera redención. Vivir con mi maldad fue exactamente lo mismo que intentar borrar mis crímenes, soy y seré por toda la eternidad un pecado sin perdón, una mancha en el honor de la familia, un error de la creación... ningún Loki debió vivir nunca, el primero debió quedarse donde lo abandonaron y morir... ¡Tanto dolor se hubiera evitado...!

Kid Loki arrugó la nariz. Él era la esencia del primer Loki, asesinado en el Ragnarök y renacido por capricho de Odín como un niño. Thor lo había buscado y rescatado, Thor que lo amaba en todas sus formas y con todos sus defectos. Thor que dejó de amarlo como amante y comenzó a amarlo como hermano mayor cuando lo vió convertido en el travieso Serrure, lo respetó, lo llevó consigo, intentó que fuera aceptado por los asgardianos sin lograrlo, porque los Aesir eran más rencorosos y viles de lo que la historia quería recordar. Pero igual fue sacrificado, murió para que el Agente de Asgard naciera y con él, la oportunidad de la redención.

-Yo no me hubiera dejado matar por este- dijo, señalando al adolescente- Si en alguna parte de mi alma, no estuviera deseando ser feliz, ser aceptado y mejor. Quisiera dejar de flotar en este limbo... no es divertido. Llegan muy pocas almas para conversar y siempre es relacionado con algo que yo les hice en el pasado, vienen a mí deseando limpiar sus odios y sus errores y yo me siento cansado de esto… quisiera ir a Hel de una buena vez.

-Otro que está muy seguro de ir a los submundos de Hela...- rió el muchacho- Estamos juntos porque existe esperanza de salvación, estoy seguro. Al menos puedo yo decir que lo intenté... que siempre fue mi deseo mejorar, borrar los pecados que cometí y principalmente los que no cometí. Los del pasado, los del presente y evitar los del futuro… y lo logré. Me siento victorioso, me siento dispuesto a pagar el precio final.

-No entiendo de que manera te sientes victorioso... estás muerto y lejos de Thor- dijo el mayor, con un gesto de desdén.

-Ese es el precio- murmuró el joven, ensombreciendo sus magníficos ojos verdes- Renunciar para siempre a estar cerca de él, a verlo, a escuchar su voz... pago gustoso porque estoy cierto que no cometeré más actos indignos. Tú que tanto te burlaste de mis esfuerzos, que los saboteaste, que preferías ser el Loki derrotado y aborrecido por todos, finalmente no lo lograste. Morí y con eso, me aseguro que tú no existirás, que Thor reinará sin tu sombra y con el recuerdo de un gran amor guardado en su corazón.

Un silencio pesado se produjo entre los tres. En realidad, el adolescente había dado en el blanco: Thor. El rubio en los pensamientos y en los corazones de los Lokis.

-El más grande y dulce tonto de todo Asgard- dijo Kid Loki, recordando el último abrazo que le brindara su hermano mayor- Yo le dije: “Júrame que no permitirás que sea como antes. Jura que me matarás si vuelvo a ser malvado” Y él respondió: “Jamás. Jamás te abandonaré, siempre creeré en ti” Entonces me abrazó, me estrechó con dulzura, me hizo sentir que mientras estuviera entre sus brazos, nada malo me sucedería... Cuando estuve junto a él, siempre me sentí protegido.

El Agente de Asgard hizo una caricia juguetona a su yo infantil, Kid Loki le aventó las manos y le tiró un par de golpes amistosos. No le gustaban las demostraciones de afecto que implicaran contacto.

- Es verdad, es el corazón más noble, valeroso y amoroso que ha existido jamás. Cuando los sanadores anunciaron que yo era un caso perdido y las heridas provocadas por el arma del mortal Stark me provocarían la muerte, Odinson... o sea Thor... lanzó un sollozo que rompería en dos la más dura piedra de pura pena,  ¿Saben algo? él derretiría con el calor de su amor todos los hielos de Jotunheim, tan solo con mirarlos como me miró, porque sentí sus labios una última vez sobre los míos y me dijo que me amaba, que me amaría siempre... eso compensa mi eternidad en el limbo… o en Hel.

-¡Eso es una estupidez, amorcito! Te mataron mientras hacías algo indebido y además, dejaste a Thor más solo que nunca… ¡Eso no es redención! ¡Eso se llama ser imbécil! ¿Estabas robando bancos con Sigurd y con Lorelei, no es así? Stark no pudo haberte herido... hirió a esa idiota hechicera y Sigurd y tú escaparon para darse la gran vida, retozando en la cama como conejos en primavera y ambicionando más y más, más poder y más dinero... ese fue el inicio de tu vida de maldad y embustes, el inicio del camino que te llevó a terminar en la celda más retorcida y oscura de Asgard, donde Thor me refundió por cien años... No ha valido la pena tu muerte, no sirvió para nada, ni siquiera para que tu alma descanse en Valhalla… ¡Por favor! ¿En qué clase de idiota me convertí?

Los dos jóvenes miraron con compasión al mayor. Obviamente, aún quedaban en él restos de sus viejos modos y rencores. Pero estaban ahí por una razón todavía desconocida, no por nada estaban frente a frente, los tres diferentes y el mismo Loki a un tiempo, diciéndose sus verdades sin poder detenerse.

-Te lo dije, era para cuestionarse si valía la pena luchar por este tonto, por este viejo necio que insiste en ser despreciable. ¡Es incapaz de reconocer el amor aún teniéndolo enfrente!

-Pues yo creo que si... Debe existir un mínimo rastro del gran amor que he sentido por Thor, debe existir en su corazón... ese amor lo salvará...

-¡Claro que no! Por favor… ¿Yo adorar a ese rubio vanidoso? ¿A ese Rey sobremusculoso, que ahora se cree Padre de Todo? ¿Yo amar al Rey Thor?

El viejo Loki rió a carcajadas con una burla grotesca y desagradable, se echó a caminar alejándose de los jóvenes y solo cesó sus ademanes y risas cuando los perdió de vista. Pensó que le seguirían, pero no fue así.

 ***

Varias horas después... o siglos… era difícil saber como pasaba el tiempo en ese lugar. El viejo Loki se desesperaba por el vacío que le rodeaba y por la forma elegante en que sus jóvenes representaciones lo ignoraban. Regresó a donde los había dejado.

Los dos menores decidieron continuar su juego de cartas, fingiendo perder el interés en el embustero que caminaba de un lado al otro, que oteaba en vano el limbo, que movía y removía las nubes a sus pies y que esperaba sin saber que era exactamente lo que estaba esperando.

-Hablen conmigo o me volveré loco...- les dijo, sentándose a un lado de los muchachos y revolviendo el mazo de cartas con una mano, haciéndolas volar en todas direcciones.

-Juguemos...- dijo Kid Loki, reuniendo de nuevo las cartas con un ademán mágico- Una verdad o un castigo…

-Que sea a la carta mayor- dijo el joven Agente de Asgard.

-No tengo tiempo para estupideces- terció el viejo, intuyendo una trampa para hacerlo hablar- Mejor díganme que quieren que confiese y les diré que no y ya...

-Yo tengo toda la eternidad por delante, quiero jugar.

-Y yo.

El viejo se encogió de hombros y aceptó. Finalmente ¿Esa sería su eternidad también? Solo consigo mismo, recordando sus errores y añorando los buenos tiempos. No era nada halagador... Al menos no en soledad absoluta.

-As, Reina, Diez de tréboles... primero serás tú Kid Loki, luego yo y al final el viejo... Puedes elegir lo que harás... ¿Verdad o castigo?

-Verdad. Es decir ¿La diré o no la diré? Nunca lo sabrán...

El viejo Loki puso cara de fastidio... jueguitos de niños bobos.

-¿Qué fue lo más estúpido que hiciste con Thor?

-¡Qué bandido eres!- rió el niño, poniéndose colorado- Eso es algo así como un golpe bajo, creo que preferiré el castigo...

-Mi castigo es que respondas tu verdad ¡No tienes salida!

-Bueno... hacer cosas con ese rubio era casi siempre estúpido, casi cualquiera es una cosa tonta, pero quizá el ridículo peor ha sido viajar en sus lomos. Volar con él, mientras él revoleaba su martillo y yo montaba su espalda como si fuera un caballo... ¿no es gracioso? Thor, el poderoso hijo de Odín, fue muchas veces mi montura y yo su jinete, claro, como soy un niño y no conozco el amor, no pueden pensar mal cuando digo que yo me lo montaba...

Ante la respuesta, los otros dos rieron tan fuerte que el viejo pareció relajarse un poco.

-Te perdiste algo bueno de la vida- dijo el adolescente, suspirando- Montarte sobre Thor de la mala manera en que estás insinuando y falsamente aparentando ingenuidad.

-¿Tú estás diciendo hacer el amor con Thor? Juro que ese tonto jamás me tocó de otra forma, desafortunadamente fui un niño y siempre me vió así- rió Kid Loki- Tú sigues y vas a responder: ¿Qué es lo que más te gustaba de hacer el amor con Thor?

-¡Elijo un castigo!- rió el joven, ganando en ruborizarse al mas pequeño de los tres- No van a hacerme decir cosas íntimas.

-No te quieras pasar de listo con lo que cuentas o callas, así que debes decir algo divertido sin revelar intimidades- dijo el viejo, uniéndose al fin a la diversión- No quiero pornografía, hay un niño presente.

-¿Es en serio?

-Muy en serio... Tus noches con Thor fueron las mías propias, no me place que las cuentes.

Un suspiro fue la evocación previa del joven Agente de Asgard antes de hablar.

-Una vez bailé para él...- dijo, ensoñando con la mirada- Él estaba cansado y de mal humor, sus asuntos a veces lo ponían demasiado serio, demasiado encerrado en sus preocupaciones y no encontraba la manera de hacerlo sentir mejor... entonces se me ocurrió vestirme de rockero...

-¿Qué demonios es un rockero?

-Un chico que gusta de la música midgardiana sonora y ruidosa, cambié mi apariencia, con el cabello peinado extravagantemente, totalmente rapado de ambos lados y una cresta alborotada en el centro, tatuajes en mis brazos, en el pecho y… en otras partes y muchos piercings en los labios, en las cejas y en mis tetillas... un pantalón de cuero y una camisa blanca muy gastada... puse una canción algo antigua y con una guitarra eléctrica di unos cuantos acordes… “Smoke on the water… fire in the sky…” comencé a cantar y a brincar y hacer toda clase de contorsiones…

-Yo sé que sucedió... Thor tomó la guitarra y te la quebró en la cabeza, porque a él no le gusta la música ruidosa, sino las cuerdas suaves y las percusiones...- dijo el niño.

-Es cierto, pero era yo quien se movía con esos sonidos, así que poco a poco comenzó a prestarme atención, a sonreír y a intentar seguir mis pasos...

-Terminamos saltando sobre la cama, gritando ese estribillo: “Smoke on the water... fire in the sky…”(humo sobre el agua… fuego en el cielo) y se acercó lo suficiente para comenzar a halarme y besarme, sus besos me cubrieron el rostro y el cuello... la música seguía y el olor de velas aromadas que se encendieron por algo de magia bien puesta con anterioridad complementaron el ambiente... me dijo: te ves candente con esos tatuajes, pero adoro tu piel blanca y perfecta sin un solo átomo de tintas… y amo tu cabello negro intacto…” y uno a uno retiró los piercings mordiéndolos con sus dientes de perla, y sus manos me recorrieron hasta desnudarme y tumbarme para comenzar a hacerme el amor…

Kid Loki y Agente de Asgard escuchaban embobados y satisfechos de por fin lograr que el mayor mostrara algunos de sus sentimientos.

-La parte fácil...- dijo Kid Loki al otro joven- Nunca aprendiste a manipular a los demás... Pero yo en eso, soy un genio.

El muchacho le dio un pulgar en alto a su cómplice.

-¿Cómo moriste, viejo?- dijo el joven de pronto- Tú sabes como llegamos aquí nosotros dos, pero no sabemos cual fue la causa de tu deceso.

-No lo recuerdo...- mintió el mayor- De verdad no lo recuerdo... solo sé que intenté soportar una vez más la visión de la muerte del hijo de Thor... Y a medida que se acercaba el momento, algo en el pecho me asfixiaba. No lo soportaba, sabía lo que estaba por suceder y no resistí el impulso de intentar que aquel espantoso momento no se repitiera...

-Moriste... intentando salvarlo... Es increíble... ¿Te sacrificaste para salvar a Magni?

-¡Pero no lo logré! Vi tu haz de magia, salté entre el niño y el pez, siento que toqué su pequeño cuerpo... y después nada... desperté aquí, con ustedes dos jugando sus estúpidos juegos de cartas...

Los tres estaban bañados de lágrimas. Una luz inmensa comenzó a brillar tras ellos, una luz cegadora de la que comenzaron a tomar forma tres formidables jinetes montando prístinos caballos alados.

Era como el sol dorado delineando su silueta tan intensamente que no podían mirarlos de frente.

-¡Las valquirias!- exclamó el viejo Loki, corriendo a abrazarse de sus jóvenes Lokis.

Tres guerreras de luz, responsables de rescatar las almas que reposan en la eternidad de los firmamentos del Valhalla se presentaron ante la esencia del Dios de las mentiras. Y con el semblante sereno, anunciaron lo que jamás pensaron que escucharían.

-Eres digno de reposar entre los elegidos, Loki Laufeyson... La confesión ha logrado que tu alma descanse entre los placeres destinados para aquellos que han conseguido la paz. Un acto heroico que te ha redimido.

Los tres se miraron entre sí, no sabían a cual se referían las guerreras y ninguno se atrevía a preguntar. Sin embargo, una voz clara, amable, que hizo estremecer el corazón de uno solo de ellos se dejó escuchar... una voz femenina que terminó por aclarar las dudas y temores, que trajo esperanza y alegría a uno de aquellos corazones tan diferentes y que eran uno solo a la vez.

-¿Loki?- dijo la voz, surgiendo entre la luz cegadora sin que pudiera distinguirse a la dama que preguntaba por él- Loki, cariño... ¿Estás ahí?

-¿Madre?- exclamó Kid Loki, sintiendo como un mandato superior a sus fuerzas lo impulsaba a separarse de los otros dos, sonriendo con plenitud, alejando sus hermosos ojos de esmeralda del limbo para posarlos en aquella visión de eternidad que le llamaba.

-¡Querido!- exclamó nuevamente la dama, dejando ver esta vez a una todavía joven, todavía esplendorosamente bella y amante Frigga, quien extendió los brazos para recibirlo en un abrazo maternal, lleno de amor- Querido he estado esperando por este momento durante mucho tiempo… mi amado niño, mi amado hijo...

-Ve, Kid Loki...- dijo el viejo, terminando de dar el empujón necesario al niño.

Kid Loki dudó un instante, regresando para dar un último abrazo a sus otros yo. Luego sonrió como lo que era, un pequeño que acaba de ver el rostro adorado de su madre.

Porque Frigga era la madre adoptiva del primer Loki, del que murió en Ragnarök y regresó como Serrure, el niño de doce años sacrificado para el nacimiento de otro Loki. Y ahora, tenía por fin una verdadera recompensa: El descanso eterno, en esa edad maravillosa en que aún pueden ser amparados y queridos por una madre. Frigga le dio en vida todo su amor y apoyo, aún caído siguió amándolo y suplicó hasta el fin de sus días para que su pequeño regresara.

Kid Loki recibió el beso más hermoso y anhelado de su vida: el del amor puro, sincero e incondicional de su madre. Los labios sonrosados de Frigga se estamparon en la blanca frente y un mar de lágrimas, esta vez de plena felicidad llegaron a las esmeraldas de su rostro. La abrazó y juntos regresaron al interior de aquella luz majestuosa, escoltados por las valquirias.

La luz se fue, llevándose por la eternidad al menor y más agudo Loki que jamás existiera. Al primero, a la esencia del Dios de las Mentiras. Que reposaba en paz.

-Ahora solo somos tú y yo...- dijo el Agente de Asgard, sintiendo una extraña sensación mezcla de paz, alegría y envidia por lo que acababa de suceder.

***

-Al menos uno de nosotros alcanzó la redención- dijo el viejo, tumbándose nuevamente sobre el suelo de nubes- Esta eternidad me servirá para que algún día tú me perdones...

-¿Tú… viejo, me pides perdón a mí?

-Desde lo más profundo de este seco e inútil corazón, me arrepiento de haber intentado boicotearte y también me duelen los intentos fallidos que hice para ayudarte... hubiese querido que no murieras, y que fueras feliz...

El Agente de Asgard sonrió.

-Sabes, viejo... aunque tampoco pude evitar todo tu sufrimiento- murmuró, colocando su mano sobre la piel de lobo que el viejo llevaba sobre los hombros- Me siento satisfecho por haber logrado que tu corazón tenga un poco de paz... Confesar tus temores, tus pecados, libera un poco el dolor ¿No lo crees así? Quisiera haber evitado toda tu soledad...

Entonces los dos se miraron, sin decirse palabras pero al fin llegando a un acuerdo. Los dos estaban reconciliados, aceptados, con sus defectos, con sus virtudes, pero en paz.

-Él no está solo- dijo a espaldas de ambos la voz grave y varonil, inconfundible del Rey Thor, el Padre de Todo del futuro, quien se acercó con su presencia poderosa, llenándolos de asombro- Tú no estás solo, no lo estarás jamás, viejo compañero... mi único y más grande amor...

Thor tomó de la mano a Loki, al mayor, al que era viejo como él, mirándolo con amor, con piedad, con esperanza. Loki se levantó alzando con altivez el rostro, soltando nervioso el toque del soberano y desviando un poco la mirada. El Agente de Asgard estaba entonces mucho más que victorioso; quizá le había costado la vida, pero había marcado la diferencia para su futuro... de alguna forma o de otra, pero el destino estaba cambiado… para siempre...

-¿Este es tu Thor?- dijo, ruborizándose ante la visión de aquel talludo y maduro Rey- Es tan guapo como en su juventud...

El viejo Loki torció los labios, sin saber que responder. Pero el rey Thor se quedó embobado ante la resplandeciente juventud. Ya tan lejana en su vida, de aquel muchacho de melena negra y piel nívea.

-Cielos eternos... ¿En verdad eres tú?- murmuró, adelantando su mano enorme y cálida para acariciar la mejilla de durazno, Loki posó sus manos blancas y finas sobre la del mayor, con un gesto parecido al de un gatito mimado- Tan joven... tan adorable... Mi querido niño, mi precioso, la joya más amada de mi corazón...

El viejo tuvo que contener la respiración porque no daba crédito a sus ojos. El Rey Thor, sin más, se había acercado para besar en los labios al adolescente Loki, pero no como su padre o su abuelo, que por la edad de ambos bien podían serlo... lo besó con pasión, como si el muchacho fuera su amante presente y no el de su pasado lejano. Y el Agente de Asgard le correspondía sin ningún tipo de objeciones... simplemente se aferró al cuello grueso y fuerte del soberano, regalándole su frescura y su juventud en la húmeda calidez de sus labios.

-¿Seré capaz de estar celoso de mí mismo?- renegó Loki, forzándose a no intervenir para interrumpir aquella caricia descarada- ¡Yo robándome al amante enfrente de mí mismo!

-Juro por todo lo eterno... que te reconozco en el sabor de esta boca- dijo el Rey Thor, una vez terminado el beso e inclinándose con caballerosidad frente al joven- Los labios que tanto he amado y amaré... –El viejo volvió a torcer la cara, ofendido- Los labios que justo hace pocas horas probé en el campamento de Muspelheim, cuando mirábamos las estrellas... no has cambiado, viejo amor mío...

Esta vez, el rey se dirigió sin dudarlo hasta el Loki mayor, al que no le permitió escaparse y que abrazó con la firme intención de no dejarle ir nunca más.

-¿Qué bicho te ha picado, cretino de un solo ojo? ¡Suéltame! No vas a contentarme después de besar a otro frente a mí...

-Pero si solo he reafirmado que te amo... viejo embustero, te amo como antes y te amo como siempre...

-No me endulces el oído, no lograrás nada.

La discusión ciertamente no era violenta, más bien parecía el regateo de los amantes antes de tirarse uno encima del otro y rodar por la cama devorándose mutuamente. Nada podía tener al joven Loki más feliz... el último instante que vió fue el de su yo del futuro evitando los labios del Thor del futuro, aunque lejos de estar enfadados, lucían felices por la inminente reconciliación.

Lo siguiente que sintió fue un dolor agudo en su pecho. Se dobló intentando controlarlo, pero fue inútil... un segundo y penetrante dolor lo hizo abrir la boca y exclamar, mientras un fuego le nacía entre las entrañas y subía por todas y cada una de sus venas.

-Me voy a Hel...- murmuró, con el rostro descompuesto de terror- Dos de tres... felices... debo estar conforme...

De pronto se sintió succionado hacia atrás, hacia un abismo que se abría a sus pies y que lo halaba piedad, con el fuego devorándolo por dentro y con la voz enmudecida impidiéndole gritar por auxilio.

-¿Qué sucede?- exclamó el viejo Loki al darse cuenta que el joven Agente de Asgard estaba a punto de desaparecer, tragado por un inmenso vórtice de reflejos tintos y carmesí. Desesperado, intentó llegar a él- ¡Muchacho, por todos los demonios de Surtur! ¿Qué haces? ¿Qué pasa?

-Déjalo ir...- dijo Thor, sujetando con mano férrea a su compañero e impidiéndole ir en ayuda del menor.

-¡No! Míralo, Thor… míralo... ¡Está sufriendo! ¡Está sufriendo! Padre de Todo… ¡Si hay alguien que debe pagar soy yo! ¡No Él! No debe sacrificarse… no, por favor… no...

-Déjalo ir... todos tenemos un destino... y todo se cumplirá...

-Pero él no... es el mejor de todos, el mejor de los tres… el de corazón más noble, el que más luchó... solo por él estamos aquí tú y yo...

Fue entonces que el muchacho desapareció y Loki no dejaba de mirar con ojos desorbitados, leyendo en los labios sangrientos del joven su última palabra: “Adiós”, un adiós que sonó en su corazón como la más triste e injusta de las despedidas.

Pero nada pudo hacer.

-Vamos, compañero de mi alma... vámonos de aquí...

-¿A dónde? ¿A dónde podemos ir si he muerto y tú…? ¡Dioses eternos! Apenas es que yo me lo pregunto... ¿Qué haces aquí tú, Rey de los diez mundos, Padre de Todo? ¿Qué haces a mi lado en esta inmensa vacuidad? ¿Es acaso que también tú has muerto?

El rey Thor se irguió con orgullo, enjarrando sus fuertes brazos a la cintura y lanzando una carcajada sonora y prolongada.

-Yo quise venir... para estar contigo... hasta el final.

Notas finales:

Bueno, pues al fin lo puedo decir.

Mi final de este fic, es que tendrá varios finales... y me refiero a que cada Loki tendrá su propio final... comenzamos.

Pd

Gracias por leer, comenten si merezco su atención.


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