Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Calamidad del Porvenir por ArasinyaT

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Nuevo capi. e.e

  Deidara acompaño a la señora Uchiha a la fundación después de almorzar. Cuando llego vio que había muchas personas trabajando por la causa. Recorrieron el lugar y vio que en el patio había montón de camiones llenos de cajas, Mikoto le comento que era la comida que hacían llegar hasta los sectores más vulnerables, a orfanatos y otras casas de acogidas. También pudo ver una señora acompañada de un grupo de niños descuidados, en esa ocasión él mismo se acercó a la señora y comenzaron charlar mientras la Mikoto había ido hasta la oficina para ver las cuentas. La señora que acompañaba los niños le dijo que ellos habían sido rescatados de un horrible orfanato que abusaba de ellos y que la directora del  lugar había dejado el dinero que le daba la fundación y el gobierno para ella en vez de invertirlo en los niños.

   Se dedicó a cuidar los niños junto a la señora, los  habían llevado hasta un comedor y les dieron de comer. Deidara estaba animado con los niños, jugo un rato con ellos hasta que llego Mikoto para que fueran hasta la empresa Uchiha.

   Durante el trayecto pensó en Itachi a pesar de que trataba de no pensar en él. Afortunadamente no se habían topado en todo el día, tenía mucha rabia y deseos de matarlo. Se irritaba tan fácilmente con su seriedad e indiferencia, podía ser que en el fondo le lastimaba, le dolía que Itachi fuera así con él. El moreno no lo quería con él, Deidara pensó en que no era más que un estorbo y una molestia para el Uchiha.

   Se estacionaron frente a un gran edificio, con el nombre Uchiha inscrito en él y con el particular sello que los marcaba, un abanico de rojo y blanco. Bajaron del auto para entrar por la puerta giratoria del recinto. Todos saludaban a la señora Mikoto y se quedaban mirando a Deidara, subieron al ascensor hasta uno de los últimos pisos.

  Mikoto había dicho que tenía que dejarle unos documentos a Fugaku, Deidara entro un momento a la oficina y saludo al señor Fugaku, luego salió porque quería ocupar un baño ya que el calor lo sofocaba y quería echarse un poco de agua para refrescarse la nuca y mojarse un poco el cabello.

  Siguió el camino que le habían indicado hasta llegar al baño.  Iba a salir de ahí cuando vio a alguien con una enorme cabellera negra entrar. Madara.

   Madara se detuvo mirando a Deidara, analizando con sus sucios ojos sobre él. Estaba estático, no sabía por dónde arrancar pero tenía que mostrarse impetuoso. Se quedó quieto y con el rostro fijo en su mirada, no la iba a rehuir, no mostraría debilidad. Se estaba acercando, cada vez más cerca sin sacar sus ojos de encima quedaron frente a frente. Sentía miedo por la cercanía de ese sujeto, era tan potente y su cuerpo formidable y fuerte.

 — Oh Deidara. — Pronuncio con su intensa voz.  El aludido no respondió. — Estas tan hermoso, tan bello como un ángel...

  El moreno alzo su mano para tomar un mechón de cabello rubio entre sus dedos. Deidara no aguanto y tomo la muñeca de Madara para que se zafara de su cabellera.

— No me toques. — Amenazó el doncel.

— Pero Dei, podríamos divertirnos hace tiempo que… — Deidara iba a aventar una cachetada para Madara pero este fue más rápido y lo tomo de la mano haciendo que la bajara bruscamente,  lo agarró de la cintura para acercarlo a su cuerpo.

— Eres un desgraciado. — Dijo Deidara. — No quieres a nadie más que a ti mismo.

— Yo si te quiero, junto a mí. — Se acercó a su oído. — En mi cama.

   No supo cómo pudo agarrar fuerzas pero de un empujón se liberó de Madara y rápidamente salió del baño hasta llegar a la oficina de Fugaku.

 — ¿Qué pasó? — Preguntó Mikoto. — Vienes agitado.

— Ah, bueno es que me tropecé. — Mintió.

  De repente tocaron la puerta de la oficina y Fugaku abrió la puerta. Era Madara, Deidara no lo podía creer, obviamente sabía que estaría ahí, ese hombre era tan cínico.

 — Hermano. — Lo invito a entrar. — Estoy con Mikoto y Deidara.

— Buenas tardes Mikoto. — Dijo saludándola y esta le respondió igual.

   Madara se puso en frente de Deidara y lo abrazo. El rubio estaba tensó a más no poder pero tendría que fingir.

— Tanto tiempo Deidara, haz crecido tanto. — Le dijo después de soltar el agarre. — Me alegre tanto al saber la noticia de que llegarías acá. Espero que tengas una grata estadía.

— Muchas gracias señor Madara. — Dijo  fingidamente.

— Casi lo olvidaba, venía a invitarlos el domingo a mi casa. — Dijo dirigiéndose a su hermano menor. — Espero que puedan ir.

— Claro que iremos. — Respondió Fugaku.

— Bueno, eso era todo — Madara se acercó a la puerta y se fue sin despegar la vista del rubio hasta que cerró la puerta tras de sí.

— ¿Nos vamos? —Pregunto Mikoto a su esposo.

— Deja cerrar la oficina, espérenme en el auto. —Respondió.

    Deidara y Mikoto salieron y llegaron hasta el auto, esperaron unos minutos a Fugaku y cuando llego partieron inmediatamente.  Desde la ventanilla el rubio vio como el sol ya empezaba a esconderse y el cielo se estaba tornando rosado.

   Llegaron a la mansión y se arreglaron para ir a comer la cena. Deidara llego  al comedor y vio a Sasuke y a Itachi, no se dirigió la palabra con este último aunque se sentía algo incómodo con su presencia sobre todo cuando sus ojos se encontraban.

   Comieron tranquilamente la cena y después Sasuke invito a Deidara a su habitación para ver una película.

— ¿Pasa algo con Itachi? — Le pregunto Sasuke. Ambos estaban tendidos en la cama con un bol de palomitas viendo la película.

— No ¿Por qué lo dices? — Deidara se sorprendió por la pregunta ¿Acaso Sasuke había escuchado su pelea?

— Vi cómo se miraban en la cena. — Dijo Sasuke. — Tenías cara de pocos amigos cuando veías a Itachi.

— Es solo que… — No quería relatar lo que sentía en ese momento.

— Anda ya, puedes confiar en mí.

— Bien. Te diré. — Se decidió Deidara. — Creó que Itachi no me quiere acá y ayer peleamos.

— Vaya, no llevabas ni un día y ya te agarraste con Itachi. — Le dijo el moreno. — Pero no te preocupes, no creo que Itachi piense eso. Es por cómo es, su manera de ser.

  Siguieron hablando de Itachi y Deidara supo más de la relación entre ambos hermanos. Cuando eran pequeños Sasuke vivía persiguiendo a su hermano mayor para jugar con él, pero este siempre se mantenía ocupado estudiando o su padre lo llevaba a la empresa para que desde pequeño se acostumbrara y aprendiera ya que él debía de ser el heredero y Madara no tenía hijos para que heredaran. Sasuke se acostumbró a la lejanía con el paso del tiempo, al principio empezó a crear una apatía hacia Itachi por que empezó a sentir celos por su padre pero después creció y tras varias discusiones pudieron entenderse y arreglar su relación de hermanos. Se amaban incondicionalmente y a pesar de que no estuviesen mucho tiempo cercanos siempre veían por el otro.

    La película ya había acabado y Deidara se devolvió a su habitación porque Sasuke tendría clases temprano en la mañana. Cuando iba a abrir la puerta para entrar vio al lado suyo a Itachi que iba saliendo de su cuarto. Lo miró de reojo y entro rápidamente a la pieza evitando al moreno, por un momento se sintió patético pero no dejaría que el Uchiha dañara su ánimo.

  Suspiro recargado en la puerta, y miro la luna llena, gigante y brillante redonda que se mostraba en su balcón como un bello cuadro. Fue hasta el balcón con la mirada fija en la luna, contemplándola junto a las brillantes estrellas que la acompañaban.

—Deidara. — Pronunciaron cerca de él. Despego su mirada para dirigirla a quien pertenecía aquella voz.

— Itachi. — Este estaba en el balcón vecino.

— ¿Podemos hablar? — Preguntó.

— No, no podemos. — Deidara salió del balcón y cerró las ventanas.

   Se tiró de un salto a la cama recargando su rostro contra la almohada. No quería pensar en Itachi ahora, así que se dedicó a hacer figuras de arcilla para entretenerse en eso y relajarse. Al final termino frustrándose aún más, todas las figuras que había hecho le salieron horribles y con furia las destruyo todas.

  Volvió a tirarse a la cama, esperando dormir aunque iba a ser difícil.

.

.

.

.

.

  Despertó casi al mediodía. Se ducho y arreglo rápidamente para ir a ver a Mikoto. Le pregunto a una de las criadas por su paradero y esta le dijo que había salido y que no lo quería despertar pero llegaría a almorzar. Empezó a caminar por la casa aburrido pero vio el patio y pensó en ir a tomar un poco de sol.

  Se colocó un traje de baño azul, que por cierto era muy diminuto. Se puso bloqueador y para tapar su desnudez bajo con una espacie de vestido transparente con una manga hasta los codos que apenas le llegaba bajo el trasero.

   Fue hasta una de las sillas de playa al lado de la piscina, se sacó el vestido y se acostó boca arriba mientras escuchaba música con sus audífonos.

  Aprovecharía de broncearse un poco, al estar en invierno su piel había perdido el tono dorado de verano y siempre le gusto estar bronceado, cuando iba a la playa o a la piscina aprovechaba de tomar más sol aunque siempre con bloqueador ya que sabía los riesgos de no cuidarse del sol.  Ahora estaba boca abajo con su cuerpo muy relajado cuando de repente sintió una mano que tocaba su espalda. Reacciono rápidamente y se dio la vuelta para ver de quien se trataba.

— Me asustaste Sasuke. — Le dijo al mencionado.

— Ni que fuera mi tío Madara. — Río Sasuke aunque este no sabía el significado que tomaba en Deidara.

—Volviste temprano. — Se le ocurrió decir.

— Se suspendieron las demás clases. — Se sentó a su lado mientras sus ojos se concentraban al mirar cuerpo casi desnudo de Deidara. — No te vayas a quemar ¿Quieres que te ponga bloqueador?

— No hace falta, ya me iba a entrar. — Se paró y se puso el vestido con la mirada de Sasuke pendiente en sus movimientos.

— Mi madre acaba de llegar, el almuerzo estará listo dentro de un segundo. — Le dijo el moreno caminando con él hasta el interior de la casa.

— Que bien, muero de hambre.

— ¿Quieres salir después? Estoy aburrido y te quería invitar a dar una vuelta por el centro así puedes conocer un poco más y aprovechamos de tomar un helado.

— Está bien, acepto. — Le dijo con una radiante sonrisa

  Se encontraron con Mikoto y esta ordenó a las criadas a llevar el almuerzo a la terraza del patio. Comieron allí, era un día agradable, el sol brillaba pero no había un color sofocante como los otros días.

— ¿Van a salir? ¿Por qué no invitan a Itachi? — Decía Mikoto.

— Estará ocupado con sus estudios. — Dijo Sasuke.

— Ah, bueno. —Contesto la madre.

   Terminaron el almuerzo y Mikoto salió para hacer algunas compras y después ir hasta la fundación.  Mientras, Sasuke y Deidara se estaban arreglando para salir.

   Ambos salieron de la mansión en un convertible que iba manejando Sasuke. Llegaron hasta el centro y dieron vueltas en el auto, después aparcaron en un lugar y caminaron por las calles principales. Deidara miraba atento, los letreros en japonés, las personas, era un poco diferente a lo que había estado acostumbrado, pero al final este era su lugar, su casa.

  Sasuke lo llevo en auto hasta un lugar un poco menos transitado, parecía tranquilo y un poco más lujoso. Había tiendas lujosas y restaurantes de igual manera. Entraron juntos a una heladería y se dirigieron hasta un extenso parque que estaba en la zona.

  Se sentaron en una de las bancas junto a una hermosa fuente. Charlaron animadamente y de pronto Sasuke pareció buscar a alguien con la mirada.

— ¿Qué sucede? — Pregunto el rubio.

— Creo que vi a mi primo, pero al parecer lo perdí de vista. — Sasuke seguía mirando en busca de su primo, aunque era lejano era como un primo cercano para él. — ¡Sai! — Grito de repente.

   El mencionado se empezó a acercar a ellos. Era increíblemente pálido, como el papel, su cabello era negro y sus ojos también. Tenía cierto parecido con Sasuke, pero este último era mucho más guapo que Sai.

— Sai te quiero presentar a Deidara. — Sasuke presento a los dos y se saludaron.

— He oído mucho de ti. — Sai lo miro de pies a cabeza. —Eres muy bello. Me gustas y quiero que seas mi novio.

   Tanto Sasuke como Deidara se quedaron boca abierta por las palabras de Sai, pero Sasuke sabía muy bien como era su primo.

— No Sai, no puedes proclamar a alguien como tu novio así nomás. —Le hizo entender Sasuke.

— ¿Por qué? ¿Acaso lo quieres para ti?¿Es tu novio? —Inquirió el moreno. Deidara aún estaba pasmado por la actitud del primo de Sasuke.

— No es nada de eso, después te explicare mejor y te enseñare a  cómo actuar con las personas ¿vale? — Sai asintió, a veces Sasuke tenía muchos dolores de cabeza por la conducta de su primo, era muy especial y nunca supo atender las normas sociales y comportarse normalmente con el resto pero aun así lo quería. 

  Los tres se silenciaron incómodamente por alrededor de un minuto.

— Ah, por cierto. — Sasuke se dirigió a Deidara. — Sai será compañero tuyo en la universidad, empezara su primer año al igual que tú.

— Vaya. —Dijo Deidara, ahora tenía que encontrarse con el rarito de Sai todos los días. — Espero que nos llevemos bien y seamos buenos compañeros.

— Lo mismo digo. — Respondió Sai.

— Nos tenemos que ir, nos veremos luego. — Se despidieron lo tres y Sasuke con Deidara fueron camino en el auto. 

   Llegaron a la mansión a las 8. Entraron y ahí estaba Fugaku con Mikoto sentados en la sala principal.

— ¿Y Itachi? —Pregunto Sasuke.

— Creo que llegara tarde, así que no los esperemos a cenar. — Dijo Fugaku.

    Cenaron como de costumbre, después Deidara se quedó un rato charlando con Mikoto. La mujer le pregunto sobre su relación con Itachi, Deidara mintió y le dijo que se llevaban con normalidad.

    Su celular comenzó a vibrar, se excusó con Mikoto y contesto. Era su madre, que preguntaba cómo había estado, después hablo con su padre y hermano. Los tres le recalcaban lo mucho que lo extrañaban. Su madre hizo que le pasara el teléfono a Mikoto, las dos mujeres charlaron sobre Deidara y después el rubio volvió a tener el teléfono en sus manos y se despidió.

— Iré a mi cuarto, estoy muy cansado. —Se excusó Deidara.

   Iba a entrar a la habitación cuando vio que al otro lado del pasillo Sasuke lo llamaba y Deidara se acercó.

— Tengo una fiesta mañana en mi facultad ¿Quieres ir? —Pregunto Sasuke.

— Claro que si— Acepto el rubio. Sasuke tenía que estudiar así que lo dejo y él se encamino a su destino anterior.

    Vio que Itachi iba subiendo las escaleras, el moreno también lo vio y Deidara se apuró en llegar al cuarto y cerrar la puerta tras él. Pensó que estaba a salvo de la presencia del Uchiha cuando sintió que tocaban su puerta.

— ¡¿Qué es lo que…?! —Exploto en Deidara en el momento antes de averiguar quién era. —… Sasuke, eras tú.

— ¿Quién más voy a ser? — Rio el mencionado. — ¿Por qué contestaste así antes?

— No es nada. — Dijo sin saber que responder.

— No me ocultes, ya lo sé. — Sasuke dio vueltas sus ojos. — Tranquilízate ¿vale?

— No estoy alterado.

— Deidara… Como sea, te venía a decir que mi madre me dijo que mañana  te invitaría a almorzar afuera mientras van de compras. — Sasuke puso una mano en su hombro.

—Está bien.

— Yo creo que no nos veremos hasta la tarde de mañana, vendré y nos iremos como a eso de las nueve.

— Vale. — Dijo Deidara y se despidieron.

     El doncel se puso un corto pijama y fue hasta el tocador mientras cepillaba su cabello. Sintió que tocaban su puerta y en voz alta señalo que pasasen.

— ¿Qué pasa Sasuke? — Preguntó  cuándo por el espejo del tocador  vio que se trataba de Itachi. — ¿Qué haces aquí? — Dijo alteradamente a la vez que se dio vuelta para encararlo.

— ¿Esperabas a Sasuke? —Pregunto molesto el moreno que se acercaba más hacia él.

—No te incumbe, ahora vete por favor.

— Deidara… —Apoyo sus dos manos en cada hombro del contrario. — ¿Podemos dejar de estar pelados?

—No lo sé. —Le decía el rubio cara a cara. — Quizá si me voy dejemos esto.  Así no me veras y no seré un estorbo en tu perfecta vida.

— ¿Perfecta…? —Susurro Itachi. —Tú no sabes nada.

—Déjame Itachi. —Dijo Deidara cuando Itachi forzó su agarre a él.

—No. —Dijo secamente. — Quiero que entiendas.

—Pues yo no quiero saber. — Deidara se liberó de él.

   El moreno lo tomo bruscamente de las muñecas para girarlo nuevamente a él.

— Me haces daño. — Dijo el doncel.

—Deidara. — Pronuncio impaciente. — Cálmate.

— ¡No! Vete de una vez. — Se abatía tratando de liberarse del forzado agarre. Hasta que Itachi cedió y lo soltó.

— Es imposible hablar contigo. —Dijo antes de salir del cuarto.

    Deidara colérico tiro una de sus esculturas contra la puerta y agarro una de sus almohadas y grito contra esta.

     Propino insultos en su mente contra el moreno toda la noche hasta quedarse dormido.

.

.

.

.

.

    Mikoto la había llevado hasta un gran centro comercial. Se había empecinado en comprarle ropa, pasaron por casi todas las tiendas, cuando llegaron y después de almorzar en el mismo lugar. Llegaron a la casa un poco tarde, aprovecho de darse una ducha y prepararse para la fiesta. 

— Deidara. — El mencionado sintió su nombre detrás de él cuando cerraba la puerta del baño.

— ¡Sasuke¡ —Deidara se ruborizo, pues se encontraba tapado con una toalla pequeña.

—Vaya, no sabías que eras pudoroso.

— Y yo no sabía que no tenías modales para tocar la puerta. — Replicó.

— Estamos a mano, te quería decir que te buscaría acá dentro de media hora.

    El moreno se fue, dejando a Deidara cambiarse de ropa. Se puso unos pantalones negros ajustados que moldeaban perfectamente su redondo trasero y sus largas piernas, unas zapatillas del mismo color y una camiseta corta y un poco suelta con un gran escote en la espalda.  Se delineo un poco los ojos como siempre lo hacía, se perfumo y peino su cabello.

    Sasuke toco la puerta y lo llamo del otro lado. Deidara lo hizo pasar.

— ¡Wow! —Exclamo Sasuke. — Te ves muy bien, todos me envidiaran. Espero que no me odien por estar con el doncel más bello de la fiesta.

— No exageres. — Dijo el rubio riéndose. — Pero yo espero que las mujeres y los donceles no me quiten los ojos por estar con el más guapo.

     Ambos bajaron hasta el primer piso, ahí estaban los señores de la casa que les pidieron que se cuidaran, sobre todo recalcando que su hijo cuidara de su invitado.

    Llegaron a la universidad en el auto de Sasuke, se bajaron y vieron que había un montón de gente que iba hasta el lugar. Siguieron a la muchedumbre y Sasuke lo dirigió hasta uno de los grupos que se había formado entre la multitud.

— Te presentare a unos amigos. —Sasuke saludó y presento a Deidara con ellos. Sus nombres eran: Neji, Gaara, Suigetsu, Juggo  y Shikamaru.

  Deidara supo que Suigetsu y Juggo habían sido amigos de Sasuke en el instituto, Neji y Gaara eran compañeros de carrera en la universidad y que por lo demás venían de familias con gran posición social, por ultimo Shikamaru estudiaba ingeniería y se habían conocido en las vacaciones.

  Mientras Deidara hablaba de sus orígenes se dieron cuenta que se conocía de la infancia con Neji y Gaara.  Debió haber sido en alguna fiesta, donde en ocasiones los adultos llevaban a sus hijos para que comenzaran a relacionarse desde pequeños.

   Habían comprado cervezas y hierba. Comenzaron a tomar y a fumar cuando al momento que una banda empezaba a tocar en un escenario que habían montado. Siguieron contando anécdotas y conociéndose más, incluso mucha más gente se habían unido a ellos. Una de las chicas que se unió, de nombre Karin empezó a mirar feo a Deidara y a pegarse a Sasuke, y este para dejar en claro a la chica que no quería nada de ella abrazaba a Deidara, lo pegaba a él y le prestaba mucha atención. Deidara quería reír por la cara que traía la pelirroja pero se aguantó las ganas.

   Sasuke quería ir al baño y Deidara aprovecharía de ir con él. Cuando comenzaron a caminar al interior del edificio se dio cuenta que seguía un poco drogado, pero ya se le iba a pasar.

— El baño de donceles esta acá. —Le dijo Sasuke. — Espérame acá si terminas antes, yo estaré en el de varones.

   Deidara entro y cuando iba a salir un sujeto de cabello blanco entró al baño.

— ¿Qué haces en el baño de donceles? —Inquirió Deidara. — Tú eres hombre.

— El otro estaba lleno. —Dijo acercándose. — Afortunadamente, no me hubiese encontrado aquí solo contigo. — Recalcó lujuriosamente.

    Se estaba acercando a él y quedó acorralado contra la pared.

— Dame un beso. —Ese tipo le agarro del mentón para darle un beso pero Deidara fue más rápido y corrió la cara mientras trataba de empujarlo.

— Hidan, te dije que… — Se escuchó una voz detrás de ellos. — ¡¿Qué diablo haces?! —Se abalanzaron sobre el sujeto de cabello blanco para separarlo del rubio y golpearlo.

— ¡Itachi! —Exclamo el doncel estupefacto al ver de quien se trataba.

— Deidara ¿Estas bien? — Dijo el moreno que se acercó a él y lo tomo de la cabeza. El rubio asintió.

—Demonios Itachi ¿Qué mierda te pasa? —Pregunto Hidan en el suelo que se tocaba el labio sangrante con su sus dedos.

— ¡Itachi, Deidara! — Pregunto Sasuke que estaba en la puerta viendo la escena. — Escuche unos ruidos y vine para acá.

— Te llevare a casa Deidara. — Dijo Itachi que lo tomo de la mano y lo sacó del baño.

— Espera Itachi, no. —Decía Deidara que se rehusaba en seguir al Uchiha mayor, pero por sus condiciones no podía escapar.

—Itachi, déjalo. —Dijo Sasuke que los seguía por detrás. Llegaron al estacionamiento.

    Subió a su auto y seguido se subió Itachi, arrancó el auto con velocidad y se dirigieron a la mansión sin intercambiar ninguna palabra el resto del camino.  Llegaron a su destino y rápidamente Deidara  entro a la mansión y subió a la habitación. Itachi lo siguió con prisa hasta la habitación.

— ¿Por qué me arrastras contigo? — Encaró Deidara. —No deseaba irme.

— Tenia que traerte.  — Se acercó aún más a él.

— Yo se cuidarme solo.  — Dijo seguro de sí empujando a Itachi

—Pero yo tuve que defenderte, no quiero ni imaginar que hubiese pasado si no llegaba a tiempo.

   Deidara no contesto.

—Dei… —Lo tomo del mentón  para levantar su mirada. — No quiero que nadie te haga daño. Quiero protegerte.

—Itachi… —Deidara se conmovió por las palabras de Itachi, su corazón se oprimió y sus cabeza iba a explotar, no sabía que pensar.

—Shh… — Los dedos de Itachi se posaron en los labios de Deidara. —No digas nada. —Luego lo abrazo.

   Itachi lo apreso entre sus brazos, sintiéndose maravilloso con aquel afecto, una satisfacción le lleno todos los sentidos. Se sentía realmente a gusto así con la suavidad de Deidara y la calidez que emanaba. A su vez Deidara se sentía protegido entre aquellos fuertes brazos, también se sentía a gusto y deseaba no romper esa conexión, la esencia que emanaba Itachi lo hipnotizaba.

— ¿Hacemos las paces? —Habló Itachi sin romper el abrazo.

— Está bien. —Dijo en un susurró con sus ojos cerrados disfrutando el enlace.

   Se separaron un instante y el moreno acaricio las hebras doradas de Deidara y despego su rostro del mechón que cubría una parte de este. Toparon sus frentes e Itachi tomo una mano de Deidara y la puso en su pecho.

— Descansa. —Rompieron el contacto e Itachi salió para dejar al doncel.

   Deidara quedo desconcertado, se sentó en  la cama con una mano en el corazón. Se contradecía a sí mismo,  no supo cómo se doblego ante Itachi, su orgullo no lo quería pero otra emoción fue más fuerte.

    Se preparó para dormir, mañana sería otro día y verían como las cosas se iban dando.

Notas finales:

Prox. capítulo un recuerdo de él pasado (una parte del rompecabezas)y más más más emociones


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).