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About bad boys and good guys [SooKai - EXO] por Dyo_14

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Notas del fanfic:

Un SooKai súper smut para todos... Si SOOKai, aquí KyungSoo es el seme <3

Notas del capitulo:

También se encuentra en Livejournal, vayan a pasearse por ahí porque luego subiré algunas cosas y fics que aquí no y demás... 

 Journal: dyo_14 

Estaba cansado de eso, no, la palabra correcta era harto. Harto de los estúpidos e infantiles chicos de su escuela, era a ciencia cierta que, entre toda esa bola de hormonas alborotadas y testosterona elevada a su máxima potencia, no había nada (absolutamente nada) de neuronas.

Caminó por el pasillo mientras sus ojos se posaban en aquella nueva víctima y sintió pena, pena porque el pobre chico estaba siendo abusado por ser un tonto, exactamente por otros más tontos. Suspiró y levantó la vista para posarse en la de uno de los agresores, que le había pillado mirando la escena, cuando se supone que nadie debía ver aquello.

El más bajo continúo su caminata sin apartar la vista de aquellos ojos marrones, el muchacho contrario buscaba intimidarlo pero no lo estaba logrado, lo cual le hizo perder un poco más la cordura, su mirada siempre lograba que las demás personas huyeran despavoridas del lugar en donde el de tez más morena se encontraba. Así que, con cuidado de no bajar la mirada, caminó hasta el chico más bajo, hasta dejarlo contra la pared, debido a un gran empujón.

KyungSoo no podía pensar que su día podía ir peor, había sacado mala nota en química II por el tonto de su compañero DaeSung. Después en la hora de almuerzo descubrió que su madre le había empacado una comida que no le agradaba, él simplemente se la dio a DaeSung, para que cerrara el pico y dejara de disculparse cada 5 segundos. Luego esta esa chica pegajosa de su salón, SooHae, quien por querer coquetear con él, derramó todo su jugo de frutas completamente oloroso sobre su uniforme pulcramente limpio y lavado. Resultó que los baños de su piso no estaban abiertos pues no se encontraban en condiciones, y tuvo que ir al último piso, donde encontró a esa bola de pandilleros sin neuronas molestando a ese chico indefenso. Y por último, el señor Kim se había “dignado” a voltearle a ver y fijar toda su irá sobre él. Como si Kyungsoo no tuviera suficientes problemas ya.

- ¿Es que acaso eres idiota? – KungSoo lanzó un grito mientras se sobaba el hombro que segundos antes había impactado contra la pared, le dirigió una mirada furiosa al chico ligeramente más alto que él y le dio tremenda patada en la pierna, para después empujarlo y quitarlo de encima suyo y retomar su camino al estúpido baño.

Kim JongIn no era de los que se quedaban de brazos cruzados, así que con un ceño fruncido y cojeando ligeramente de su pierna, siguió al de mediana altura hasta los baños. Una vez que ambos estuvieron dentro KyungSoo solo se enfoco en quitarse el suéter pegajosamente oloroso y llenarle de agua; estaba tan concentrado que no se percato de que JongIn en realidad había cerrado la puerta principal con seguro. De lo que si se percato fue de cómo el contrario comenzaba a acercarse a él y le halaba del hombro, empujándolo nuevamente contra la pared, esta vez del baño. El bajo torció los labios, totalmente molesto, ¿es que ya no podía alguien lavar su maldito suéter sin tener que caer en situaciones así? El rostro del contrario comenzó a acercarse lentamente al suyo, hasta mirarlo muy de cerca. KyungSoo bufó y levanto la barbilla.

- ¿Qué?, ¿Acaso quieres un besito JongIn? – le preguntó irónicamente y expulsó sus labios hacia fuera, por poco rozando los adversos.

- Eres asqueroso, Do KyungSoo, ¿Cómo alguien como tú, puede seguir existiendo? –le respondió un JongIn totalmente asqueado, aunque esto no hizo que se retirara de donde estaba. KyungSoo volvió a bufar y colocó ambas manos en el abdomen del muchacho, haciendo presión para alejarlo.

-No pensabas eso de mi cuando andabas como un cachorro tras de mí, “Hyung, por favor, será rápido”, “Hyung, solo quiero saber que se siente”, “Pero, los chicos no se embarazan, así que así es mejor hyung” – el mayor de ambos chicos comenzó a imitar la vocecilla del menor, el cual frunció mas sus cejas y tomó de ambos hombros al adverso, golpeando su espalda contra la pared con dureza.

-Jamás, escúchame Do, jamás vuelvas a repetir eso en tu vida – le ladró entre dientes, totalmente furioso y cabreado de que el mayor aun recordara aquellos tiempos en los que solo eran un par de adolescentes con las hormonas alborotadas.

JongIn era el matón de la escuela, eso todos lo sabían. Pero KyungSoo sabía algo más que esa simple fachada de niño malo que JongIn tenía. KyungSoo le conocía desde que ambos eran apenas unos bebés en pañales, sus madres habían sido amigas desde que estaban embarazadas, así que JongIn conocía a KyungSoo desde que tenía uso de razón.

Mientras ambos pasaban por la dulce edad de 14 años, JongIn se había vuelto amigo del chico nuevo, el cual era un año mayor que todos y, por ende, un poco más experimentado. Metiéndole ideas en la cabeza, un día JongIn llegó a casa de KyungSoo, con las mejillas encendidas y un deseo que pedirle. Mientras KyungSoo escuchaba no dejaba de abrir sus ojos de par en par, ¿Cómo era posible que su amigo de toda la vida, le pidiera ahora tener un encuentro sexual como esos en los que mostraban los vídeos que veían los niños de los grados superiores?

KyungSoo siempre tuvo una horrible debilidad, y era que siempre hacía todo lo que su amigo moreno le pedía. Nunca supo resistirse a cumplir sus deseos y pedidos, y lamentablemente para KyungSoo en aquellos años, esa petición no fue la excepción. 

JongIn se retiró de aquello dos años después, descubriendo que lo que ambos hacían no era bien visto por nadie, dejando a KyungSoo confundido tanto dentro, como fuera de la cama. Fue entonces que sus caminos se separaron; KyungSoo se dedicó a llevar buenas notas ante sus padres y ser un hijo ejemplar, mientras JongIn cada vez se hacía aquello que llamaban “rebelde”, aunque siempre cumpliendo los deberes de la escuela.

Así que eso era, a JongIn le molestaba la sola mención de KyungSoo, le irritaba y detestaba tener que verle por los pasillos del colegio. Por eso se encontraban en esa situación ahora, que el mayor le recordara su enredado pasado le hacía perder los estribos. KyungSoo no se encontraba afectado por las palabras o acciones del adverso, en cambio, elevó ambas cejas y soltó una pequeña risa burlona. 

- ¿Es que no lo extrañas?... Yo dentro tuyo, ¿no me extrañas abriendote y llenandote por completo? – murmuró en una voz sumamente suave y casi celestial, como un canto para la hora de dormir. Quien diría que esas palabras podrían salir de una voz tan hermosa y entonada. 

La mandíbula del moreno cayó ligeramente abierta cuando aquellas palabras fueron registradas por su cerebro. Era obvio que las palabras del chico le habían sorprendido en gran escala. Jamás había escuchado a KyungSoo hablar de aquella forma tan… directa y sin sonrojarse.

- ¿Qué? ¿Ahora estás sorprendido?. No eres el único que ha cambiado con los años JongIn.

Las manos el joven que anteriormente se encontraban en el abdomen del moreno, comenzaron a descender lentamente pero seguras por sus muslos, rasguñando aun sobre el pantalón del uniforme que eran obligados a usar y pasando a posarse sobre el miembro del otro, palpando suavemente sobre la tela. Los ojos del moreno se abrieron de par en par ante tal atrevimiento por parte de su “hyung”. Negó un par de veces antes de apartar la mano del chico de un manotazo fuera de sus partes íntimas. Pero KyungSoo solo rió una vez más, posando sus enormes ojos en los del opuesto.

-¿Es que ya no te gusta cuando te toco?, antes me rogabas por mas… – el de tez más clara chasqueó la lengua al término de sus palabras y, en un arranque de locura, tomó a JongIn con fuerza de la camisa, haciendo que se arrugara y el joven se espantara ligeramente. Se relamió los labios mientras posaba su vista en los de JongIn y sin más, le jaló con fuerza contra sí para estampar ambas bocas la una contra la otra. 

Al principio solo fue eso, labios presionados contra otros labios. Pero KyungSoo no quería solo eso, así que con precaución comenzó a mover los labios sobre los ajenos, lentamente. La textura de los labiales de JongIn siempre fue y será su perdición, gruesos y totalmente humectados, siempre listos para recibir los suyos. Ambos labios encajaban a la perfección, y mientras JongIn se dedicaba a registrar lo que pasaba, KyungSoo había enredado ya una mano en el cabello del otro y se había aferrado con fuerza contra su cuerpo al tiempo que cerraba los ojos y dejaba que su lengua viajera tocara las puertas a la boca opuesta.

El moreno tenía una lucha interior muy grande desde que se había encerrado en el baño con KyungSoo, pero que el sinhueso del muchacho comenzara a delinear sus labiales como si de un lápiz sobre hoja se tratara, fue lo que le hizo entrar en razón y descubrir, muy a su pesar, que había extrañado eso tanto como un niño extraña su juguete en Navidad. Sin darle muchas vueltas más, dejó que la lengua ajena se deslizara entre sus labios y dientes hasta adentrarse en su boca.

La sorpresa jamás llegó a KyungSoo, pues el fondo sabía que JongIn le ansiaba más que incluso él mismo al moreno. Adentró su lengua en la cavidad bucal del otro para explorar un poco que cambios había tenido en los años que pasaron. Quedando maravillado al descubrir que el sabor de su moreno seguía siendo el mismo. Acarició con suavidad el paladar del muchacho para luego juntar su lengua con la ajena y comenzar así, más que nada, una danza salvaje entre ambas.

El beso se tornaba chocoso y pasional, JongIn comenzaba a sentir calor en todo el cuerpo y en especial en aquel lugar donde su pequeño hyung había tocado antes tan descaradamente. KyungSoo fue el primero en romper el beso, jadeando en busca del aire que habían perdido en quel beso. Fue entonces cuando se miraron a los ojos directamente, como esas veces en los años anteriores cuando sus miradas se conectaban y podían decirse cosas que solo ellos entendían por medio de ellas. Y entonces KyungSoo lo entendió todo en cuando su iris captó el del muchacho, sonrió ladimente y le tomó por las caderas para poder cargarlo sobre la barra donde estaban los lavamanos.

El moreno jadeó suavemente por la sorpresa de tal acción, pero con rapidez tomó al adverso de la corbata y le jaló hasta posicionarlo en sus piernas semiabiertas. KyungSoo tomó de nueva cuenta los cabellos del muchacho y volvió a unir sus labios en otro de esos besos pasionales mientras con una de las manos libres se encargaba de desabrochar los botones de la camisa que el chico portaba. Por la desesperación, arrancó los dos últimos botones haciendo que volaran hasta rodar uno por la coladera y el otro por el suelo.

JongIn deslizó su camisa por sus brazos y la arrojó detrás del mayor, sin importarle realmente donde cayera. Se separó del otro para poder desabrocharle la corbata mientras KyungSoo se dedicaba a desabrochar y bajarle los pantalones, sin importar si la ropa interior se iba junto a ellos. El alto elevó las caderas para facilitarle el trabajo a su acompañante para luego mover con fuerza el pie y hacer que la ropa interior volara junto a su camisa. Gimió ante el frío tanto del mármol una vez que apoyó el trasero de nueva cuenta sobre la barra.

KyungSoo dio un paso atrás para poder quitarse las prendas restantes que aún poseía, mientras al mismo tiempo deslizaba sus ojos por el cuerpo desnudo del muchacho, devorándolo con la mirada. Su vista fue a dar hasta el miembro completamente erecto del menor tan solo por meses, aquello le hizo relamer los labios y tragar saliva. Podía sentir ya el interior del chico, totalmente apretado a su alrededor por los años que han pasado sin practicar aquel acto. Una vez que estuvo desnudo, le separó con suavidad las piernas al chico y, llevando dos de sus dedos a la boca ajena, JongIn supo que debía lamerlos hasta que quedaran resbalosos. Y justo eso hizo.

Mientras JongIn se dedicaba a lamer de una forma completamente pecaminosa, KyungSoo no pudo evitar que sus rodillas temblaran, pues siempre había sido un hecho que el lamer sus dedos le ponía de una forma sobre humana, y la manera en la que JongIn lo hacia era la pura gloria. Jadeó y retiró los dedos de la cavidad bucal del chico a la fuerza, produciendo un “plop” por la presión y la saliva. JongIn se recargó contra el espejo y separó las piernas un poco mas mientras el mayor hacía su recorrido por entre sus glúteos hasta acariciar su entrada, provocando un estremecimiento y gemido por parte del moreno al sentirle tan íntimamente.

Se miraron a lo ojos mientras KyungSoo comenzaba a colar el primer dígito dentro del menor, separándole apenas un poco. La cara de JongIn se torció ligeramente ante el dolor e incomodidad que sentía ante la intromisión. Era obvio que no estaba acostumbrado a aquello y KyungSoo podría jurar que JongIn había vuelto a ser virgen. Cuando su dedo llegó tan hondo como pudo, comenzó a moverlo en pequeños círculos dentro del moreno.

Ese solo dígito, se convirtió en dos y por último tres. Entre jadeos y besos suaves que KyungSoo le brindó a JongIn, el mayor de ambos se encargó de ensalivar su propio miembro lo más que pudo para no causarle tanto daño a su compañero. JongIn, tan impaciente como siempre, le haló por el cuello hasta él y envolvió sus piernas en las caderas ajenas. Las manos del joven pálido se enredaron en las caderas del chico y, pidiendo perdón con la mirada, se introdujo de un solo golpe en el menor, haciendo que el otro lanzara un alarido de dolor con placer mientras se retorcía sobre la barra del lavamanos.

KyungSoo apretó los dientes una vez que estuvo dentro del menor, la forma en que se apretaba y cerraba alrededor de su necesitado miembro le estaba volviendo loco, haciendo que perdiera la cabeza de poco en poco; pero aún así no se movió hasta que sintió las caderas del menor alzarse contra las propias.

Se inclinó sobre su compañero y unió sus labios lentamente mientras comenzaba a deslizarse dentro y fuera de JongIn, gimiendo de vez en vez cuando las estrechas paredes del chico se cerraban a su alrededor – Dios, estás tan estrecho JongIn-ah…

Las mejillas del aludido se tonaron de un rojo intenso al escucharle hablar contra su oído de esa forma, con esas palabras. El fuego en su entrada se extendía por su columna vertebral y le impedía sentir aquel placer que le hacía perderse totalmente. Jadeó mientras se aferraba a los hombros de KyungSoo y pedía entre gemidos por un poco más, más rápido, más hondo, más.

De pronto aquel lavamanos no era suficiente, la espalda de JongIn dolía tanto o más que su entrada y las piernas de KyungSoo comenzaban a doblarse por la fuerza con la que de pronto embestía al moreno. Gruñó mientras lo tomaba de las caderas para poder bajarlo de la barra y cargarlo hasta quedar ambos acostados sobre el suelo. JongIn reprochó sobre lo frío que estaba y curvó la espalda, enterrando el miembro del joven aún más dentro suyo.

Ambos gimieron ante tal acción y luego KyungSoo retomó las fuertes embestidas. En una de ellas, se impulsó con fuerza y JongIn jadeó mientras se arqueaba, entonces el mayor supo que había encontrado aquel punto dulce dentro de su moreno. Las siguientes embestidas dieron exactamente contra la próstata del chico mientras JongIn se derretía ante cada penetración y beso que el mayor de brindaba. 

-Más KyungSoo… Más por favor… –Los jadeos de JongIn no paraban y la excitación de escuchar su nombre entre aquellos ronroneos cegaba a KyungSoo, pero aún así, sus sentidos estaban alerta y logró escuchar como la puerta estaba siendo forzada para abrir desde afuera. Paró todo movimiento e hizo que JongIn se pusiera de pie, ambos con los ojos bien abiertos pero sin poder dejar de tocarse. KyungSoo agradecía que el moreno nunca había sido tan ruidoso y aquel día había sido especialmente cuidoso de gemir bajo. Pateó sus ropas bajo el lavamanos mientras tomaba al chico de la mano y lo acorralaba contra un cubículo, una vez ambos dentro, cerró la puerta con seguro y alzó al otro por los muslos.

JongIn de inmediato enredó sus piernas en las caderas del mayor y se impulsó hacia abajo para autopenetrarse, no dispuesto a esperar a que aquel indeseado visitante que ya había logrado entrar al baño desapareciera. KyungSoo mordió el interior de sus mejillas para evitar gemir y comenzó a moverse lentamente en el interior del muchacho, estando atento de las palabras del visitante.

Ambos lograron escuchar cómo entraba en algún otro cubículo y, mientras éste hacia sus necesidades, KyungSoo devoraba la boca de JongIn para tragarse todos los gemidos que el otro pudiera emitir. JongIn abrió los ojos tan grande como los de su acompañante cuando el mayor dio de nueva cuenta en su próstata. El indeseado visitante terminó de lavarse las manos y salió del baño sin darse cuenta de lo que pasaba en uno de los cubículos. KyungSoo dejó la boca de JongIn al escuchar que la puerta se cerraba y, sin más, ambos lanzaron un gemido mientras se corrían al mismo tiempo. El moreno entre ambos cuerpos y KyungSoo en el interior del muchacho.

Con la respiración acelerada, JongIn se bajó de las caderas ajenas y con dificultad se apoyo de nuevo en el suelo. KyungSoo salió del cubículo con piernas temblorosas debido al orgasmo y tomó las ropas de debajo del lavamanos. Tomó papel y limpió el abdomen bien formado del muchacho para luego limpiarse a él. 

Se vistieron en total silencio y mientras JongIn se daba un último vistazo en el espejo, KyungSoo abrió la puerta del baño con el suéter en la mano derecha, aun pegajoso. Giró el rostro para ver al moreno a través del espejo y regresó para darle un último necesitado y pasional beso. Un beso que sabía a te extrañe y un nos vemos más tarde Innie.

Notas finales:

Y bueno ésto es todo, Innie si ves ésto, espero que lo ames <3

Dejen Reviews, porque ellos inspiran a seguir escribiendo

 

XOXO


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