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Tell me a story por Rintarou-kun

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Notas del capitulo:

Holaaaa ^^/ tardé un poco pero no tanto como la última vez, me disculpo, la universidad me ha estado matando tanto física como psicológicamente; ¿por qué nadie me dijo que era tan jodidamente difícil? TnT 

Estoy algo triste porque éste es el último capítulo y llevo tanto tiempo escribiendo éste fic que al no hacerlo voy a sentir que algo me falta.

Aún falta un pequeño epílogo pero tecnicamente aquí acaba la historia DX De verdad, muchas gracias por todo el apoyo que me dieron en estos casi dos años. Ya no volveré a escribir algo tan largo pero aquí va a seguir este intento de escritora que los aprecia tanto por si gustan seguir leyéndome <3

Todo mi amor para ustedes y espero les guste.

Ohhh sí, les cuento, lo más gracioso de éste capítulo es que tenía la gran parte escrita desde el primer capítulo XD sólo le agregué cosas y le hice correciones.

Ahora sí, los dejo leer ^^. 

POV Yong Guk


 


Había salido corriendo después del momento en la ducha. No me sentía culpable, había traspasado esa etapa, lo hice al mirar a Zelo sin camisa con su abdominales marcados un día que salió a desayunar sin camisa, Junhong ya era un hombre y sinceramente eso me encantaba; pero lo que había sentido al tener el cuerpo húmedo y desnudo de Zelo tan cerca de mí fue tan fuerte que me desconcertó totalmente, sentía un fuego que recorría todo mi cuerpo, quemaba por dentro y me sentía totalmente fuera de mí.


 


Trataba de escribir un poco en uno de los estudios de la compañía, pero era inútil, no dejaba de pensar en Junhong y el delicioso aroma que desprendía su cuerpo entero, no dejaba de pensar en él y en cómo me sentía cada que nos besábamos o simplemente al escuchar su risa clara.


 


Decidí que lo mejor era dejar de intentar escribir, porque simplemente no podía concentrarme, e ir a descansar un poco. Aún no me sentía preparado para regresar al departamento por lo que caminé hasta una de las salas de descanso y me dispuse a dormir, pero fue imposible ya que cuando estaba conciliando el sueño una voz familiar me hizo saltar de la emoción.


 


–¿Hyung? ¿Yong Guk hyung, estás aquí?


 


Abrió la puerta de donde me encontraba estrepitosamente y cuando me vio caminó decidido hacía mí, se acercó, pero no demasiado, se quedó a una distancia demasiado grande para mi gusto, donde no alcanzaba ni a tocarlo.


 


Otra vez un fuego en mi interior comenzó a crecer, tenía ganas de besarlo, quería abrazarlo y jamás volverlo a soltar, simplemente quería hacerle el amor. No era sólo deseo sexual, era más que eso, era la necesidad de amarlo con todo mi ser, entregándole hasta lo último de mí, entregándole hasta una parte de mi alma.


 


–¿Por qué saliste corriendo?– Me preguntó desde donde estaba. No se había movido ni yo tampoco.


 


Quería por fin terminar con mi agonía y acortar el espacio que nos separaba, pero no podía, debía primero decirle de una vez por todas lo mucho que lo amaba y lo ansioso que estaba por demostrárselo aún más de lo que ya había hecho.


 


–Yo sólo…– deje la frase en el aire porque fui interrumpido por su voz.


 


–¿Por qué me rechazas?- me dijo Zelo con un hilo de voz y los ojos llorosos; me dolía verlo así.


 


–Zelo...yo sólo, no me sentía dueño de mí mismo, no quería que las cosas ocurrieran así.- fue lo único que atiné a decir. Esperaba que hubiera entendido lo que trataba de decir.


 


–¡A veces siento que te arrepientes de todo lo que ha pasado entre nosotros!– gritó mientras su hermoso rostro se llenaba de lágrimas.


 


Lo miré, frustrado. La situación se estaba saliendo de mis manos y él estaba malentendiendo mis palabras.


 


–Sé que ya pasamos por esto, pero tal vez lo mejor sea terminar.


 


No quería escuchar eso nunca más de sus labios, nunca jamás lo confundiría otra vez, sin perder tiempo lo jalé de la cintura y lo besé. El correspondió mi beso y enredó sus piernas alrededor de mi cintura, poco a poco el beso se fue intensificando y cuando reaccione lo alejé de mi bruscamente.


 


Me miró dolido, con lo labios húmedos.


 


–Sólo sigues dándome falsas ilusiones.– me dijo Zelo entre sollozos.


 


–Lo siento, no quería alejarte tan bruscamente, es sólo que ya no puedo controlarme y necesito decirte algo importante antes de que algo más ocurra.


 


–¿Qué es?– me dijo demasiado serio.


 


Necesitaba decirle de una vez por todas que lo deseaba demasiado y que necesitaba sentirlo completamente.


 


–Te deseo, y ya no soporto más. Necesito hacerte mío.


 


Ahora el fue el que se acercó a mí y me besó. Ya no lo soportaba, si no me controlaba terminaría haciéndolo mío allí mismo, y no quería eso, quería que su primera vez fuera lo más especial del mundo.  Lo alejé de mi, esta vez suavemente y le susurré al oído "Quiero hacerte el amor".


 


-Házmelo- me susurró.


 


-¿Estas seguro?


 


-Sí


 


-Esta bien, pero aquí no.- le di un suave beso en la mejilla y lo tomé de la mano. A la salida tomamos un taxi rumbo a un hotel.


 


Escogí un hotel cinco estrellas un poco alejado, era un hotel grande y hermoso. Pedí la habitación por teléfono, diciendo que se cobraran de mi tarjeta. En realidad cargué la cuenta a la tarjeta de crédito de mi hermano mayor, el cual accedió después de explicarle la situación. Él sabía todo lo mío con Junhong y estaba feliz de ayudarme. Le puse la capucha y le pasé un cubrebocas a Zelo para que se cubriera y yo igual hice lo mismo. No se me olvidaba que éramos famosos y debíamos cuidar nuestra imagen. Aunque sinceramente eso era lo que menos me importaba en ese momento.


 


Llegamos, y mi hermano también me hizo el favor de recoger la llave y entregármela; desconocía cómo había llegado antes que yo al hotel, pero le estaba agradecido.


 


Junhong y yo subimos por el elevador tomados de la mano, abrí la puerta de la habitación y al cerrar Junhong se abalanzó encima de mí y respondí con la misma pasión. Los dos jadeábamos sonoramente entre besos; primero eran besos dulces para después ir subiendo de tono al igual que las caricias. Mi lengua jugaba dentro de su boca y mis manos recorrían todo su cuerpo mientras lo pegaba más a mí. Lo separé un poco para quitarle la playera y desabrocharle el pantalón, toqué su ya erecto miembro por encima del pantalón y me regaló un gemido que trato de contener.


 


-No te contengas, déjame escuchar tu voz- le dije totalmente excitado.


 


-Sí, hyung- me dijo con su voz que me volvía totalmente loco.


 


-Creo que no es muy apropiado decirme hyung en este tipo de situaciones.– le dije con una sonrisa.-Sólo di mi nombre- le susurré.


 


-Yong Guk- gimió mientras lamía el lóbulo de su oreja.


 


Bajé hasta su cuello, dejando un camino de besos, mientras oía su respiración entrecortada. Lo tumbé en la cama con cuidado y lo desvestí lentamente tratando de grabar cada detalle de su cuerpo y cada sensación. Él también me fue desvistiendo y yo sólo oía como nuestra ropa caía por todo el piso de la habitación.


 


Lo dejé solamente en bóxer y yo me quedé igual. Lo besé suavemente en los labios para después ir bajando por todo su cuerpo. Pasé por su cuello, mordí una de sus clavículas y al llegar a sus pezones me metí uno a la boca, escuchaba su voz jadeante mientras sus suaves manos acariciaban mi cabello; seguí bajando, tocando sus costados sintiendo cómo su cuerpo de estremecía, besé sus abdominales mientras aspiraba el dulce aroma de su lechosa piel, saqué mi lengua para besar el camino desde debajo de su ombligo hasta el inicio de la pretina de su bóxer, al hacerlo arqueó  la espalda mientras gimió una sola vez mi nombre.


 


­–Di una vez más mi nombre, es más, dilo mil veces.– Le dije mirándolo desde abajo directamente a los ojos.


 


–Te amo, Yong Guk.


 


–Yo también te amo, mi pequeño.


 


Y dicho esto regresé a su cuerpo, besando su pene erecto por encima de la ropa interior. Lo escuché decir pedazos de mi nombre entre jadeos y gemidos entrecortados mientras yo seguía lamiendo su miembro. De un tirón me deshice de la única prenda que traía puesta y metí de golpe su miembro a mi boca. Subí y bajé un par de veces mientras el sostenía con fuerza las sábanas.


 


Paré de golpe, ganándome de su parte una  clara mueca de duda en su rostro. Sólo lo miré sonriente mientras subía a besarlo, con mi lengua degustando cada parte de su boca. Sabía que al ser la primera vez de Zelo no duraría mucho, por eso quería que nos corriéramos juntos.


 


–Junhong, ya no aguanto.– le dije alejándome de él, apoyando mis manos a cada lado de su cabeza para poder mirarlo a los ojos.


 


–Yo tampoco, por favor, ya no te contengas.– me dijo mirándome con intensidad.


 


–Después de esto no habrá vuelta atrás.


 


–No hay algo que deseé más.


 


–Ya no seré capaz de detenerme.


 


–No quiero que lo hagas.


 


–¿Sabes que esto para mí no es algo meramente físico, verdad?


 


–Lo comprendo perfectamente porque para mí es igual.


 


–Junhong, ¿sientes esto?– le pregunté mientras tomaba su mano y la colocaba en mi pecho desnudo, sobre los latidos de mi corazón–. Lo que siento por ti es demasiado fuerte y una parte de mi alma se quedará contigo esta noche, después de ésta noche mi ser será completamente tuyo.


 


–Yo ya soy completamente tuyo desde hace mucho.– me dijo.


 


Me sentí tan feliz con sus palabras, tan pleno, tan lleno de vida, tan amado; que no pude evitar acercarme a él para besarlo. Ésta vez en un beso más corto y dulce que el resto. El envolvió sus brazos alrededor de mí y me susurró al oído.


 


–Te quiero dentro de mí toda la noche.– me sorprendí ligeramente al escucharlo a hablar en ese tono de voz tan sugestivo. Pero era una de las partes que más amaba del chico debajo de mí, que nunca dejaba de sorprenderme.


 


–Y yo quiero estar dentro de ti toda la noche.– le respondí con una enorme sonrisa para después besar su oreja.


 


Sonrió y yo besé su sonrisa, sintiéndome el hombre más dichoso de todo el mundo.


 


–Junhong.– lo llamé.


 


–¿Sí?


 


–Esto te va a doler, si es demasiado sólo dime y me detendré, ¿de acuerdo?


 


–Sí.– dijo mirándome directamente a los ojos.


 


Me levanté de la cama, buscando algo en el bolsillo de mi sudadera. Al fin lo encontré, aproveché que me había parado para deshacerme de la única prenda restante sobre mi cuerpo, ganándome la intensa mirada de Zelo sobre mí.


 


Regresé a la cama y me posicioné arrodillado entre las piernas de Junhong, quien me miraba desde abajo, expectante.


 


–¿Qué es eso?– me preguntó al percatarse de la pequeña botella en mi mano.


 


–Lubricante.– fue mi corta respuesta.


 


–¿De dónde lo sacaste?


 


–Me lo trajo mi hermano.


 


–¿Qué?– dijo en un hilo de voz.


 


–Yo se lo pedí.


 


–¡Hyung! ¿Ahora cómo veré a tu hermano a la cara?– me reprochó mientras cubría su sonrojado rostro con las manos.


 


–No pienses en eso ahora, sólo disfruta ¿vale?– le dije dejando un corto beso en su cuello.


 


Me miró reprobatoriamente por última vez, para después resignarse y asentir suavemente.


 


Abrí el bote y vertí un poco del contenido en mis dedos.


 


Volví a besar la suave piel de Zelo hasta llegar a su miembro el cuál metí a mi boca, mientras simultáneamente metía un dedo en su interior.


 


–Ahhhh.– un gemido entrecortado salió de sus labios mientras tomaba suavemente mis cabellos.


 


Seguí subiendo y bajando sobre toda su extensión mientras introducía el segundo dedo dentro  de él. Empecé a simular movimientos de tijeras mientras alzaba la vista para mirarlo a los ojos. Me miraba con ojos entrecerrados, los labios entre abiertos, mientras suaves jadeos salían de éstos.


 


Al ver que en su rostro no había dolor decidí que era hora de terminar de prepararlo. Alejé mi boca de su miembro e introduje el tercer dedo en su interior mientras subía a besarlo suavemente en los labios.


 


Saqué mis dedos de su interior y vertí el lubricante que quedaba sobre mi palpitante pene.


 


–¿Listo?– le pregunté mientras acomodaba sus piernas sobre mis hombros.


 


–Jamás había estado más listo.– me dijo con una ligera risa.


 


Le sonreí y sin perder el contacto con sus ojos me adentré en él. Primero empujé la punta y luego poco a poco metí todo mi miembro dentro de él. Esperé a que su respiración se regularizara y que los músculos alrededor de mi pene se relajaran.


 


Estuve cerca de un minuto sin moverme mientras repartía besos por todo el rostro de Junhong, tratando de distraerlo del dolor.


 


–Puedes moverte.– me dijo apenas en un susurro.


 


Lo tomé de la cintura y comencé a embestirlo lentamente, sacando casi por completo mi pene de su interior para después hundirme en él hasta el fondo. Mantuve ese ritmo suave por un tiempo, hasta que el me indicó acelerar el ritmo.


 


Aceleré el ritmo un poco, embistiéndolo a un ritmo constante.


 


–Ah…ahí– gimió, con los ojos cerrados y su cuerpo temblando debajo del mí. Era como un sueño.


 


Bajé sus piernas de mis hombros, para cambiar de ángulo y golpear constantemente su próstata; él enredó sus piernas alrededor de mi cintura acercándome más a él. Recargué mis manos a cada lado de su cabeza, bajé hasta él para besarlo mientras mi caderas tomaban un ritmo frenético, embistiéndolo repetidamente y con fuerza.


 


Dejé que tomara el control del beso mientras yo seguía moviéndome sobre él. Colé mi mano entre nuestros cuerpos y tomé su pene, comencé a masturbarlo al ritmo de las estocadas. En la habitación podía escuchar claramente mi piel chocando contra la suya y los gemidos de ambos.


 


–Yong… Yong Guk, me voy a correr.– dijo entre gemidos.


 


–Hazlo.– le susurré al oído.


 


Momentos después sentí su cuerpo temblar y su tibia esencia entre nuestros cuerpos. Se contrajo alrededor de mí, haciéndome llegar al orgasmo casi al mismo tiempo que él.


 


–Junhong.– gemí su nombre mientras me corría dentro de él, hasta la última gota.


 


Pasado el orgasmo me deje caer sobre él mientras trataba de regularizar mi agitada respiración.


 


Besé su pecho, dejando mis labios un momento sobre su corazón mientras sentía sus latidos en mi piel.


 


Me levanté de sobre de él y me recosté a su lado. Volteé a mirarlo y él ya me miraba.


 


-Junhong.– lo llamé.


 


–¿Sí?


 


–Te amo.– le dije mirándolo directamente a los ojos.


 


–Yo también te amo.– me dijo para después abrazarme por la cintura y esconder su rostro en el hueco entre mi hombro y su cuello.


 


Lo abracé fuerte contra mí, sintiendo su piel contra la mía y enterré mi nariz en su cabello, aspirando su dulce aroma.


 


–Debemos bañarnos.- Le dije sin separarme de él.


 


–No quiero, hyung. Me duele el trasero.– me dijo escondiendo más su rostro en mi cuello.


 


–Te cargaré hasta el baño. ¿Está bien?


 


–Bueno.– aceptó a regañadientes mientras me soltaba de mí.


 


Me paré de la cama y caminé hacia su lado para cargarlo.


 


Estiró sus brazos hacia mí en un gesto infantil y yo sólo pude reír por sus ocurrencias.


 


Lo jalé suavemente sentándolo con cuidado, lo tomé de la cintura y lo cargué. Él enredó sus brazos alrededor de mi cuello y sus piernas alrededor de mi cintura.


 


–Tengo sueño.– me dijo mientras recargaba su cabeza en mi hombro.


 


–No te vayas a dormir, Junhong.– le advertí, tratando de sonar serio, pero en realidad sonreí ampliamente por el simple hecho de tenerlo entre mis brazos.


 


Al llegar al baño lo bajé en un banquillo que había en la regadera y le advertí nuevamente que no se fuera a dormir.


 


Me bañe primero para después bañarlo a él, ya que le había dado por comportarse como niño mimado. Eso lejos de enfadarme me provocaba un sentimiento de ternura que se extendía cálido por todo mi pecho.


 


Me sequé y me coloqué ropa limpia que mi hermano me había llevado en una pequeña mochila para luego pasarle ropa y una toalla a Zelo, él cual se secaba y cambiaba totalmente adormilado.


 


–¿De dónde sacaste la ropa?– me preguntó con los ojos medio cerrados.


 


–También me la trajo Yong Nam.


 


–Ni cuenta me di.


 


–Pues claro que no. Estabas ansioso porque te hiciera el amor.– le dije riendo mientras lo miraba.


 


–Tienes razón.– me dijo con una sonrisa.


 


Lo miré sorprendido, pero después le regresé la sonrisa.


 


Cuando ya estuvimos listos lo cargué de regreso a la habitación y lo coloqué sobre la cama, a la cual ya le había quitado la sábana manchada con nuestro semen, y no tardó en dormirse, o eso creí.


 


Me incliné sobre él y lo besé en la frente.


 


–Te amo un montón.– dije cerca de su sereno rostro durmiente.


 


Me iba a levantar para poder ir al otro lado cuando sus brazos me rodearon por la cintura y su rostro quedó en mi pecho. Sonreí y le acaricié el cabello.


 


–Pensé que ya estabas dormido.


 


–No puedo dormir, me duele mucho el trasero.– me dijo con un tierno puchero en sus labios y yo no pude soltar una sonora carcajada–. ¡Yah! Hyung, no te rías, no es gracioso.


 


–¿Quién fue el que me pidió que fuera más rápido?– le pregunté con una sonrisa burlona.


 


Sólo lo vi sonrojarse violentamente y se tapó el rostro con el antebrazo. El cual quité para poderle dar un beso en los labios.


 


–Junnie, sólo podemos dormir un rato; tenemos que irnos antes de que amanezca.


 


–Está bien, hyung.


 


Me acosté a su lado y él se acurrucó contra mí. Lo besé en los cabellos y no tardé en quedarme dormido.


 


Me desperté con la alarma a las 4:30 de la mañana y comencé a doblar mi ropa y la de Zelo antes de despertarlo.


 


Lo levanté, le volví a colocar la capucha y el cubrebocas. Tomé su mano y le dejé un suave beso en la palma.


 


Le sonreí y salimos del hotel. A la salida ya nos esperaba mi hermano en su coche y Junhong apenas y pudo saludarlo, ni siquiera se atrevió a mirarlo a la cara. Reí suavemente porque sabía que Junhong se sentía avergonzado. Miré a mi hermano y me sonrió, le debía mucho a ese chico; luego lo invitaría a comer como recompensa por todos los favores que nos había hecho.


 


Llegamos al departamento alrededor de las 5:20 de la mañana. Traté de abrir lo más sigilosamente posible, pero mi plan se fue al traste cuando una estruendosa voz nos recibió.


 


–¿Dónde rayos estaban ustedes dos?– nos gritó Himchan mirándonos con las manos en su cadera.


 


–¿Cómo te explico?– le dije rascándome nerviosamente la nuca.


 


–Oh…no.– dijo mientras me dirigía una mirada asesina–. ¡Ustedes par de irresponsables estuvieron toda la noche fuera haciendo sus cosas mientras yo no pude dormir por la preocupación!


 


POV narradora (osea yo uwur)


 


Los gritos de Himchan despertaron al resto del grupo, excepto a Jong Up, quien ni se inmutó y siguió durmiendo plácidamente.


 


Daehyun y Yongjae miraban divertidos entre risas cómo Himchan perseguía a Yong Guk tratando de golpearlo con un almohadón del sillón.


 


Entre tanto alboroto nadie se percató de que el maknae del grupo se escabullía silenciosamente hacía la habitación para dormir un poco más mientras Yong Guk era asesinado por la “omma” del grupo.

Notas finales:

Espero les haya gustado, espero no haberlos decepcionado y perdón por hacerlos esperar todo un fic por sólo un capítulo de lemon completo XD 

Como ya les dije aún hay un epílogo pero de una vez les agradezco a todas y cada una que me dejó review aunque haya sido sólo uno, me iluminaban el día, gracias a Mikorin por tu infinita paciencia para con ésta autora perezosa, te sarangheo Cx, graciasa a adpatty por leer casi todos y cada uno de mis fics y dejarme review ^3^, y a Nati no sólo por dejarme review sino apoyarme siempre que me quedaba atorada con algo.

También gracias a todos los que me leyeron aunque sólo hayan sido lectores fantasma, también los saragheo.

Esperen por mí ^3^y espero muchos pero muchos reviews XD 


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