Tensa. Esa era la palabra perfecta para definir la situación en que se encontraban los Kiryuu. Cross y Yagari intercambiaban miradas significativas mientras miraban de reojo a “Zero”.
- Yuuki… ¿Ha pasado algo últimamente?
- No, ¿Por qué? – dijo alegremente la peli castaña mientras comía y la pareja volvía a mirarse preocupados.
- Hemos notado que… Zero y tú estáis extraños des de hace un tiempo… - Yagari le cogió la mano a su pareja mientras este trataba de razonar con Yuuki para que le contara la verdad, sabían que algo estaba ocurriendo y ya no eran simples sospechas, habían convivido con un Zero que, prácticamente era un extraño durante más de dos años y eso les ponía inquietos. - Estamos preocupados.
- No tienen de qué, estamos como siempre… - se giró hacia el peli plata a su derecha y sonrió de nuevo - ¿Verdad?
El chico tan solo asintió.
“Ese no es Zero” pensaron Yagari y Cross a la vez, su Zero le habría revuelto el pelo a Yuuki y dicho algunas palabras para chincharla.
¿Dónde estaba su hijo?
- Oye Zero… - esta vez habló Yagari – ¿qué te parece si vamos al jardín trasero e intercambiamos algunas “palabras”? – Yuuki se puso blanca pero enseguida se corrigió con una sonrisa, Ichiru enseguida notó todas las miradas en su persona.
- De acuerdo… - dijo inseguro cayendo de lleno en la trampa de Yagari-san, si era el auténtico Zero se enfrentaría sin problemas a su padre.
Se levantaron todos y mientras Cross y Yuuki iban a la cocina a preparar un poco de té, Yagari y “Zero” salieron al jardín.
El peli plata se quedó inmóvil esperando que su padre empezara a hablar.
- ¿Hoy no empiezas tú? – preguntó Yagari-san recibiendo una negativa de un “Zero” totalmente perdido y confuso.
Se abalanzó sobre el menor y enseguida le inmovilizó con una llave.
- ¿¡Qué haces?! ¡¡¡Suéltame!!!
- Gritas cómo una niña… - se burló el mayor mientras aun estaba sentado encima de aquél extraño inmovilizando sus brazos con el peso de su cuerpo. - ¿Quién eres?
El peli plata dejó de moverse y se puso blanco como el papel… les había descubierto.
- Ichiru…
- Lo sabía, tú no eres Zero.
- ¡Basta! – des de la cocina Yuuki salió al jardín y ayudó a Ichiru a levantarse mientras comprobaba que no estuviera dañado.
Ambos padres miraron a su hija pidiéndole una explicación.
- ¿Y bien?
- Puedo explicarlo… - dijo la menor ante la mirada de la pareja.
- ¿Dónde está Zero? – la voz de Cross daba miedo y la mirada de Yagari parecía de hielo. Lágrimas empezaron a bajar por las mejillas de Yuuki, Ichiru le cogió la mano mientras que con la otra se secaba las lágrimas y se disculpaba:
- Lo..s-siento… sob* de verdad…- Yuuki empezó a sollozar pero la mirada de los adultos no cambió.
- ¿Qué has hecho Yuuki?
- Yo… lo siento… Zero es-stá… lejos por m-mi culpa… yo.. amaba a Zero p-e…pero él no a mí y yo… conocí a Ichiru… Él se enamoró de mí y yo de e-el… pero…. – no pudo continuar e Ichiru tuvo que abrazarla para calmar su ataque de llanto mientras continuaba con lo que estaba explicando la chica.
- Zero está en el s. XV, en realidad yo soy su antepasado… Yuuki me descubrió con un extraño portal y descubrió que podía traerme con ella si encontraba mi descendiente y nos intercambiaba.
Yuuki se giró a sus padres con los ojos rojos y dijo:
- Eso es todo… - se escuchó el restallido por todo el vecindario, probablemente.
- ¡¿Eso es todo!? Has mandado a mi hijo a otro lugar extraño y solo se te ocurre decir ¿¡ESO ES TODO!? – Yagari-san cogió a Cross por la cintura y lo abrazó contra su pecho susurrándole al oído:
- Cross, cálmate – le tapó los ojos con su mano libre para que no viera a Yuuki e Ichiru, enseguida sintió como se humedecían los ojos del pequeño. – Yo también quiero golpearla pero eso no va a traer a Zero de vuelta pero… ella a lo mejor sí. Tranquilízate.
- Yuuki – Yagari empezó a hablarle, se había pasado y ya había recibido su riña por parte de Cross pero faltaba la suya – Que sepas que esto no te lo vamos a perdonar, tú eres…. Eras nuestra hija pero con lo que has hecho ya no sé qué decirte… Me has decepcionado y traicionado nuestra confianza. ¿Cómo se te ocurrió tan siquiera? Zero prácticamente dio su vida por ti y tú le has traicionado de una manera tan vil... Da gracias que sepas cómo hacerle volver por qué sino ahora mismo estarías fuera de esta casa.
Yuuki volvió a llorar desconsoladamente mientras se aferraba a la camiseta de Ichiru, que no sabía qué hacer en esa situación.
-¡¡¡ NO!!! – Yuuki se giró para encarar a sus ex padres – ¡amo a Ichiru y no voy a dejar que vuelva a Hideyuki! ¡Él es mío!
Cross se giró en los brazos de Yagari y se miraron sin saber qué hacer,
¿Realmente aquella chica era su Yuuki?
- Yo sé cómo hacer que vuelva Zero. – intervino Ichiru consciente que estaba mal que él estuviera allí, Zero debía volver con sus padres que ambos se giraron al escuchar la voz del chico.
- ¿Por qué harías eso?
- Por qué esto está mal, - miró a la chica – Yuuki, este no es mi lugar…
La chica se separó del chico y corrió hacia la calle. Nadie la siguió.
- ¿Necesitas algo para…?
- Una prenda de Zero y algo para dibujar en el suelo.
Entraron al salón de la casa e Ichiru repitió el mismo proceso que Yuuki había completado y enseñado para entrar en su época. Puso la pieza de ropa que le dio la pareja y recitó las palabras. Al cabo de unos instantes un halo de luz cubrió el círculo del suelo y todos vieron a través de este a Zero bañándose en un lago en ropa interior con un bebé con su mismo color de pelo y ojos chocolate que parecía tener entre uno y tres años de edad.
- No puede ser… - Ichiru se giró hacia la pareja alarmado - ¿Su hijo puede tener bebés?
- Si, después de todo es un doncel… - la mirada de pánico que transmitía Ichiru les hizo alarmarse.
– Zero no puede volver…
- ¿Cómo? ¿Por qué? – dijo Cross histérico.
- Explícate. – le exigió Yagari.
- Su destino ya se ha mezclado con el de las personas de esa época… Cuando dio a luz a ese chico estableció su destino en ese lugar.
Cross volvió a llorar mientras Yagari le abrazaba posesivamente.
- Lo siento… - Ichiru bajó la mirada mientras Yagari le revolvía el pelo.
- No pasa nada, encontraremos la manera. Te prometo que volverás a tu época pero hasta entonces tienes que quedarte a vivir aquí.
El chico le miró y todos volvieron a dirigir la mirada al chico semidesnudo que tenía una cicatriz que le iba desde la parte baja de las costillas hasta la ingle derecha que estaba jugando con un bebé hermoso. Le oyeron hablar en un tono cariñoso al bebé:
- Di p-a-p-i … - el bebé se le quedó mirando y sonrió feliz. Zero sonrió también contagiado por la felicidad de su pequeño. – Que más da, ya aprenderás ¿verdad?
La mirada del pequeño le decía que entendía más de lo que el padre creía pero no le importaba, era feliz con su bebé.
- Así que somos abuelos… - dijo Yagari mientras le acariciaba la espalda a Cross, tranquilizándolo.