Big Hero 6 – Satisfacción
Parte II
Realmente no podías creer lo que estabas viendo.
-¡AH! Mmh… sí A-ah. ¡Tadashi!
Te sonrojaste a más no poder, y abriste tu boca instantáneamente.
Sólo viniste al laboratorio de tu hermano para pedirle prestados unos archivos que habías guardado en su computadora, pero al llegar Wasabi te dijo que había salido a no sé dónde y que lo esperaras en su laboratorio.
Como siempre, eras tan terco y apurado que decidiste buscarlo por ti mismo. No encontraste tus archivos, pero si… algo más interesante.
Oh Dios no. Recordabas esta. Cuando Tadashi fue a un viaje de estudio, hace seis meses, te preguntaste como se sentiría eso que leíste en varios Mangas que te había pasado Fred, y entonces, intentaste meterte tus dedos mientras te masturbabas.
-Mmnh… Ah A-ah.
Rápidamente te llevaste las dos manos encima de tu miembro. ¡Se estaba parando! ¡En el laboratorio de tu hermano! No, no; peor. ¡Mirando grabaciones tuyas! – Oh no… - te quejaste encogiéndote de hombros y recostando tu cabeza por el respaldo de la silla.
Suspiraste cuando un cosquilleo recorrió todo tu cuerpo al masajear el bulto por encima de tu pantalón. Te mordiste el labio para no gemir, ya que estabas en el laboratorio de tu hermano; Wasabi o Fred, ¡O alguna de las chicas podía escucharte! Pero… no paraste. Por alguna razón se te hizo mucho más placentero que cuando lo hacías en casa.
-Tadashi… - Esto se sentía genial…
-¿Pero qué estás haciendo, Hiro…?
Mierda.
-¡T-TADASHI! – Te sobresaltaste cuando tu hermano te abrazó por detrás de la silla, y te sopló en la oreja. ¿¡Cuándo había llegado!?
-¿Tocándote en mi laboratorio, mirándote a ti mismo, Hiro? Además… - en un movimiento rápido Tadashi da vuelta la silla con ayuda de las rueditas, y te mira directo a los ojos - ¿Gemías mi nombre?
-¡Y-yo…! – enmudeciste. Tu cara ardía y tu hermano te miraba de manera… ¿Molesta? ¿Irritada? ¿Furiosa? ¿Seria? Inconscientemente quisiste llorar. Tadashi seguro había enojado contigo, y ahora te miraba seriamente, y se acercaba para besarte… - ¿Eh?
¿Besarte? ¡BESARTE! – Oh Dios, oh Dios, oh Dios - ¡Contrólate, Hiro!
Las manos de Tadashi se posaron sobre las tuyas, sobre tu erección, y lentamente comenzaba a masajearla como hacías minutos antes, solo que esto se sentía MUCHO mejor. Cerraste los ojos cuando el beso se iba intensificando, por pura vergüenza.
Cuando Tadashi se separó soltaste un quejido porque te apretaba levemente la erección, y a pesar del terror que te daba, abriste los ojos, pero no llegaste a ver el rostro de Tadashi, porque este dio vuelta bruscamente la silla. Una mano seguía acariciando tu miembro.
-Hiro… - un cosquilleo te recorrió el cuerpo al escuchar la voz de tu hermano justo en tu oído – Deja que te ayude, hermanito. – Tadashi con su mano libre subió el volumen al reproductor. Haciendo que tus gemidos grabados resonaran por toda la habitación.
-¡T-Tadashi! ¡Pueden escucha-!
-Gogo y Honey fueron con Fred a ayudar a limpiar el desorden que hicieron en su jardín, Wasabi ya se fue a casa. – seguía susurrando, hasta que sin previo aviso mordió tu oreja.
-¡H-Hey! – pegaste un brinco, y tu cara tomó color. Aprovechando la oportunidad, Tadashi metió su mano dentro de tu pantalón, liberando tu miembro erecto y húmedo, comenzando un sube y baja de ritmo constante. - ¡A-ah!
-R-Relájate, Hiro. – Tadashi agradecía a los miles de Dioses que su hermano no había visto su cara aún. La fachada de “Hombre-matador-súper-seductor-y-sin-escrúpulos” no le duraba mucho, y en este instante, tenía la cara colorada como los tomates mismos. – Ambos esperábamos esto, ¿No?
Tadashi comenzó a besar tu cuello. Lamía y mordía levemente, y algunas veces para molestarte soplaba sacándote brincos de sorpresa. La mano que tenía tu erección se movía sin descanso, recorriendo toda su extensión, masajeando la punta, apretando suavemente y seguía con el vaivén. Su mano libre recorrió tu cuello, pasando por tu pecho, bajando a tu estómago, acariciando el pubis, y luego volvía a subir.
-¡Mnh! ¡AH! Sí… más. – susurraste. No sabes en qué etapa de tu vida lo sexual se volvió tu debilidad. Y solo podías disfrutarlo si pensabas en tu hermano. – Tadashi…
Mirabas al frente, observando tus grabaciones, escuchando tu voz, tus gemidos verdaderos se mezclaban con los grabados, y agarrabas fuertemente las mangas del suéter de Tadashi. Sentiste una, dos, tres, incontables descargas eléctricas que llevaban el placer a todo tu cuerpo.
-Hiro… Te quiero. - ese suspiro fue la gota que derramo el vaso, luego de eso te corriste.
-Tadashi. – bajaste la cabeza, respirando agitado. Sentías las mejillas arder, pero no estabas rojo. Tadashi paró las grabaciones, y el silencio reinó en el laboratorio. Vacilaste en hacerlo, pero diste vuelta la silla quedando cara a cara con Tadashi.
Él se encontraba sonrojado, y cuando te diste la vuelta lo hizo aún más; como también era un humano, tenía una erección, lo que te puso un poco incómodo. Tu corazón latía tan rápido que pensaste se saldría de tu pecho, eso activo la alerta roja.
-Te amo, Hiro.
Pero como siempre, Tadashi tomó la iniciativa de la escena. Sonreíste, mirando al mayor aún sentado en el suelo.
-Yo también te amo, Tadashi. – dijiste sin dejar de sonreír. Bajando la mirada, la posaste en la erección del mayor. Después de eso, las palabras te salieron solas de la boca – Lleguemos hasta el final.
-¿Eh?
-¡Tengamos Sex-! ¡Waa!
¡POM!
-Cuando tengas 18 hablamos, Hiro. – Tadashi se levantó del piso y camino hasta la puerta desinteresado, dejándote en el piso con la silla encima, ¡De la que él te había tirado!
-¿¡Qué!? ¡Espera! ¡TADASHI!
-No.
-¡No seas así! ¡Y después de lo que hiciste!
-Esto y aquello son cosas muy diferentes. – salió del laboratorio y cerró la puerta, pero te colaste antes de que se cerrara. – Deja esas cosas para la gente mayor.
-¡TADASHI! – le gritaste con enfado, y le pateaste detrás de las rodillas.
-¿¡Pero qué estas haciendo!? ¡HIRO!
Y así empezaron una pelea, que al final terminó con unas sonrisas y risas. La verdad, los dos sabían que después de haber dicho y hecho tales cosas algo en la relación de los dos cambiaría. Y si Hiro tenía que esperar hasta los 18, esperaría. Después de todo, estaba satisfecho con lo que había conseguido.