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Y vivieron felices...hasta que la paternidad atacó (JRy SH) por Sherry Yukina

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Notas del capitulo:

jojo (soy Papa Noel) Bueno no, pero acá les traigo un cap que capaz los hace caer de nalgas al suelo jajajaa

 

Creo que les resultará muy interesante pero no digo más...

me hagas decirlo, maldición!

_ ¿No puedes mencionarlo siquiera y quieres hacerlo, en serio? Creo recordar haberlo dicho pero debes saber que nunca creí que llegaría el día en que tú me empujaras abajo

_ Un hombre nunca se retracta de sus palabras

_ No te crezcas mucho solo porque tienes un punto, para mi aun eres mi pequeño osito ¿de acuerdo?

_ No digas estupideces y dime ¡¿vas a hacerlo o no?!

_ ¿Me recordarías como fue que terminamos en esto?

Unos instantes atrás...

_ ¿Y bien, piensas entrar hoy o mañana? Las consecuencias serán las mismas Takafumi, mejor afróntalo como un hombre

_ ¡Ya déjame en paz maldito bastardo! Sea lo que sea que tengas en mente ¡NO VOY A PERMITIRLO!

_ Ohhh así que ya te has tomado la molestia de considerar las formas de cobrarme las sanciones y por eso no te atreves a entrar. Interesante

_ Deja de usar ese estúpido tono de voz que me pone de los nervios

_ Yo también he tenido un día difícil ¿sabes? Tuve que aguantarlos tirando cosas, discutiendo, gritando y hasta haciéndolo en mi baño ¡en mi baño! Solo quiero quitarme el estrés así que no seas tímido y entra, prometo ser gentil

_ ¡Qué gentil ni una mierda! No pienso moverme de aquí, además hablas como si tú hubieras sido el único perjudicado cuando aquí el único que ha sido vilmente usado fui yo ¡tú me metiste en esto y ahora pretendes cobrarte sanciones por infringir un acuerdo que tú mismo inventaste! Pues vete al infierno y... ¿q-qué estás haciendo? Suéltame ¡no quiero entrar te he dicho! NO... ¿Dónde demonios me estás llevando? Que me sueltes bastardo ¡No pienso poner un pie en la habitación! Yo... ¡Wuaaah!

_ Pensaba esperar un poco más pero viendo que aun estás lleno de energías para dar batalla no pienso contenerme Takafumi, es una lástima porque me agradaba este sommier y sería una lástima tener que cambiarlo si no llegara a aguantar esta noche

_ Imbécil aprovechado ¿qué te crees tirándome como una bolsa de papas en la cama? Yo exijo una satisfacción

_ ¡?

_ Hoy has superado los límites avergonzándome delante de todos ¿quién demonios te crees que eres? ¡Tengo mi orgullo maldita sea! Soy un hombre y exijo ser tratado como tal o esta relación se va a acabar

_ ¿Y qué es lo que quieres entonces?

Siempre asumió que las cosas seguirían igual, ya que desde el principio había sacado mano de todas sus armas para pasar al frente y conquistarlo. Aun así ahí estaba él como una vaca entrando al matadero. Maldición, la sola imagen mental lo dejaba más perturbado. Pensaba que estaba bien siempre y cuando fuera con su amor pero en verdad ¡no podía acelerar las cosas!

_ ¿Ah? ¿Tienes miedo?

_ Pero...  por favor. Solo me estoy tomando un descanso, cuando acabes con esto... agh... tú serás el que tenga… miedo, ya lo verás Takafumi

Sin embargo debía reconocer que esto lo estaba torturando, además el hecho de que Takafumi se tomara todo el tiempo del mundo lo dejaba sintiéndose peor. Pensaba que lo estaba haciendo a propósito, seguramente estaba deleitándose con esto. Aun así era su deber de hombre tolerar esto y luego sí ¡volvería a la carga con más fuerza que nunca!

_Ngh

_ Ya estás listo

_ Veo que aun recuerdas como hacerlo, ya dímelo ¿tú ibas arriba de Takano cierto?

_ ...

_ El hecho de que me lo digas no va a matarte y... ¡!

Sus demás palabras se fueron al demonio en el instante en que sintió su hombría entrar en su cuerpo. Fue tan solo un instante, un pequeño corte en el transcurso del  tiempo en el que verdaderamente todo lo que sabía hasta ahora se había ido al infierno.

_ Hazlo

_ ¿Estás...seguro?

_ Takafumi, muévete ya

Y con esas palabras había firmado su sentencia. Igual ya no importaba. El que estuviera arriba o el que estuviera abajo no afectaba el hecho de que en un acto desenfrenado de amor pudieran volverse uno. No cambiaba el hecho de tener a su hermoso amado en la cama donde compartían la intimidad que solo ellos tenían. El orgullo de no ser empujado abajo ya no tenía peso y estaba bien. Claro que estaba bien, después de todo esos detalles carecen realmente de sentido cuando las personas se aman.

Zen podía sentir las embestidas que enviaban descargas dolorosas a esa parte que lo sentía dentro y de la cual se iba propagando a otras partes del cuerpo. El dolor de verdad que era intenso, apenas casi soportable al punto de creer que su fuerza podría abandonarlo en  cualquier momento. Pero no. Él seguía ahí, firmemente dispuesto en cuatro frente a aquel que ahora se encargaba de lamer su espalda y dejarle pequeñas marcas de mordiscones propiciados por la pasión que se incendiaba en su interior.

Tal vez era el hecho de cobrarse la venganza o quizás el placer de poder obtener el reconocimiento de estar al mismo nivel que su ferviente amante, lo que sea que fuera  estaba siendo verdaderamente satisfactorio. Yokozawa podía sentir su miembro creciéndose más y más dentro de Zen. Él lo hacía sentir pleno. Es más, el contacto de sus cuerpos era el delirio mismo, lo empujaba a quererlo sentir más y más, así que lo tomaba fuertemente de las caderas a la vez que parecía querer sacar su  miembro por completo para luego volver a meterlo en lo más profundo de ese ardiente cuerpo.

_ Ahhh. Tócame, Takafumi tócame

_ ¿Tan desesperado por acabar estás?

_ Solo... que si vas a hacerlo... hazlo bien

_ Me voy a asegurar de que no vuelvas a abrir esa molesta boca

 En ese momento aumentó las embestidas y dirigió su mano rápidamente al miembro del castaño para atenderlo como había solicitado. Apenas tocarlo lo sintió duro como piedra, tal vez faltaría menos de lo que pensaba Yokozawa para que el mayor acabara. Deslizó su mano de arriba a abajo por el falo para enviarle las primeras descargas de placer que el castaño había experimentado en toda la noche y pronto sintió como el cuerpo que estaba debajo suyo se ponía más rígido.

_ ¿Sabes? Se siente muy bien

_ Quisiera decir lo mismo...Maldición ¿podrías ponerle aun más atención a mi miembro? No...quiere...que el tuyo se lleve todo el protagonismo

_ Dije que iba a hacer que te callaras. Bien, tal vez acabe dentro

El mayor quería replicar con alguna ironía para distraerse porque sinceramente no lo estaba disfrutando, pero fue entonces cuando una estocada en particular profunda casi lo parte a la mitad. ¡Santo cielo! ¿Cuánto tiempo vendría esperando esto su amado? De pronto el oso había sacado a relucir toda la pasión que llevaba dentro y de no ser porque estaba siendo tocado ahí abajo de locura, habría dejado escapar algún fuerte gemido de su boca. Casi derrotado dejó que sus brazos cayeran y enterró la cara en la almohada embargado por tantas sensaciones juntas.

Podría haber pasado una hora, un día o un año que él ya estaba en otro sitio lejano. Sabía que era algo por lo que no iba a morir pero lo cierto es que detrás de toda esa personalidad cool se escondía un hombre muy susceptible a los dolores, con decir que hasta le tenía miedo a las inyecciones...

Aun así sería injusto pensar que se estaba sacrificando, la verdad es que el dolor se había vuelto apenas perceptible a medida que su entrada se iba dilatando más y más. Aun así él seguía lejos.

Zen, Zen, Zen.

El placer se iba llevando todo a su paso dejándolo escuchar solo murmullos. ¿Cuánto? ¿Cuánto más podría durar? Ojalá fuera eterno. Sus pensamientos seguían esa dirección, quería permanecer con él, quería estar con él. Siempre.

¿Estás bien?

¿Bien? Estaba excelente. Tal vez esa palabra se quedaba corta pero sinceramente su cerebro no coordinaba tan bien como para poder buscar en su mente un adjetivo mejor. Pero si quería que su amor se quedara tranquilo debía hacérselo saber. Y aun así ahí estaba, ahogándose con la almohada por no poder siquiera levantar la cabeza. ¡Pero quién podría culparlo! Takafumi era un amante dedicado. No dejaba de darle placer de la misma manera en que era él, infinitamente adorable. Con sus manos recorría cada centímetro de piel caliente que tenía a su alcance y con sus labios ¡sus benditos labios! Bueno, ellos habían hecho de su nuca su paraíso privado.

Zen

Qué maravilla escuchar su nombre en su boca. Hacía tiempo que había logrado que dejara de llamarlo Kirishima-san en casi todos los ámbitos excepto cuando estaban en la intimidad del acto mismo. Yokozawa simplemente no podía evitar volver a llamarlo así pero escucharlo ahora... nunca escuchar su nombre le pareció más hermoso.

Movido por una fuerza irracional  repentinamente hizo su jugada dejando al pelinegro perplejo. De la nada despegó la cara de la almohada y girando la cabeza hacia atrás le robó un beso intenso quita oxígeno marca 'Kirishima' y cuando lo interrumpieron por falta de aire con toda su frescura le dijo:

_ Sírvete

_ ¿Eh?

No tuvo tiempo a preguntar más porque enseguida el mayor comenzó a moverse contra el miembro del pelinegro para sentirlo más adentro. Esto lo hizo jadear a Yokozawa y enseguida comprendió cual era su plan pero no estaba dispuesto a concedérselo. Sin embargo debía aceptar que lo estaba llevando en caída libre al orgasmo muy a su pesar. Intentaba concentrarse en otra cosa para no acabar primero pero estaba fallando, Zen había jugado bien sus cartas y ahora lo tenía atrapado. Rápidamente podía sentir esa presión en su parte baja en busca de una liberación, es que en cada embestida podía sentir como el castaño parecía succionarlo con toda alevosía además de ejercer presión contra su ingle para acelerar los trámites.

_ ¡Maldición! Voy... voy a...

_ Lo sé, ahhh, sé lo que provoco en ti... te vuelvo loco

Quería decirle que se callara pero al finalizar un par de estocadas encontró el orgasmo más maravilloso que podía recordar en ese momento.  Comenzó a jadear sin poder evitarlo y su cuerpo se estremeció bruscamente. Había acabado primero pero al menos le quedaba el consuelo de haber derramado su pasión dentro de él.

_ Eres un pervertido Takafumi, mancillar mi virtud de esa forma y  correrte gritando mi nombre. Cuánta pasión llevabas guardada osito

_ Cállate, dame un respiro quieres

_ ¿Estás loco? Esto no es suficiente para mí, no solo infringiste las pautas de nuestro acuerdo sino que ventilaste intimidades nuestras a Takano y además te corriste dentro de mí

_ ¡Tú me llevaste a eso!

_ ¿Quieres decir que soy tan irresistible y estás tan loco de deseo por mí que no te pudiste contener cierto?

_ Un respiro maldición, solo un respiro

_ Tu abuela en calzones

_ ¿Qué dijiste de mi abuela, infeliz?

_ Que no, ahora mira has dejado un asunto pendiente por aquí

Yokozawa miró hacia donde le indicaba y observó la increíble erección que llevaba el castaño. Rápidamente volteó sus ojos a otro punto de la habitación.

_ Eres un hombre, asume la responsabilidad como es debido. Mmm veamos, creo que se me antoja un oral

_ ¡!

_ Me lo debes, esa será tu primera sanción

De mala gana el oso tomó el miembro en sus manos y sin más antelación lo llevó a su boca lamiéndolo sin contemplaciones. Buscó por todos los medios hacer a un lado su vergüenza y tratar de alcanzar su objetivo: hacer que Kirishima se corriera lo antes posible. Con mucho pudor levantó la vista y se encontró con su penetrante mirada, esos ojos que desbordaban confianza en sí mismo pero por sobre todas las cosas, lujuria en estado puro.

_ ¿ Te he dicho que me encanta verte haciéndomelo, Takafumi?

_ ...

_ Sé que te encanta tanto chupármelo que no quieres abandonar tu labor ni un instante pero tengo más planes para ti

_ ¡¿Cuándo carajo he dicho que me encanta...

_ Te quiero montado arriba mío. Ahora. Esa será tu segunda sanción

Solo había un pensamiento que cruzaba por su mente en esos momentos: quería matarlo. No es que le molestara hacerlo con él o ser el de abajo nuevamente, era el rumbo que habían tomado las cosas lo que lo irritaba. Peor aún, ver esa sonrisa que proclamaba superioridad y victoria lo sacaba de quicio.

_ Toma el lubricante, quiero que tú mismo te prepares

_ ¡!

Debía estar bromeando, de verdad que estaba llevando esto demasiado lejos. En todo este tiempo siempre había sido él quien lo hacía, ¿por qué pedirle ahora que lo hiciera por su cuenta?

Lo odiaba, lo odiaba a morir en esos instantes en los que tuvo que introducir sus propios dedos lubricados en su trasero para dilatarse. No entendía que tipo de perverso placer encontraba Zen en esto así que terminó por creer que solo lo hacía adrede para hacerlo enfadar más.

_ Me estás regalando una de las mejores imágenes de mi vida, créeme

_ ¡Cierra la maldita boca!

_ Ese es el espíritu. Ahora ven, te toca ir arriba, quiero verte metiéndotelo y montándome

_ ¡Bastardo!

_ Yo también te adoro

_ ...

Lo maldijo una y mil veces en su mente pero si quería que esto acabara de una vez, no tenía caso seguir retrasando las cosas. Decidido a ponerle fin a esta larga noche se sentó sobre el castaño, tomó su enorme miembro y comenzó a introducirlo dentro de él. El solo contacto lo hacía vibrar. No entendía como era posible si hasta hace poco había acabado pero instantemente comenzó a ponerse duro otra vez.

_ ¿Ves cuánto me deseas dentro tuyo?

_ ¡No puedes mantenerte callado por una puta vez en tu vida!

_ No importa cuánto te esfuerces en escondérmelo, tu cuerpo siempre será más sincero que tu boca. Vamos ¿qué esperas, un citatorio? Anda, muévete de una vez

Ya muy lejos parecía haber quedado su venganza. No tuvo más remedio que tragarse sus réplicas y agravios y ponerse en acción. Lo odiaba desde lo más profundo. No le bastaba con obligarlo a hacer todo este show que además tenía que poner su cara de baboso empedernido con ganas de devorárselo de un bocado. Podía decir que esta era la posición que más detestaba y aun así de ser sincero debería admitir que se sentía maravillosamente bien, a diferencia de otras oportunidades. Pero claro, nunca lo diría en voz alta y en vez de eso intentaría apretar sus dientes fuertemente para que ningún sonido escapara de su garganta, aunque su razón estuviera siendo arrasada en esos momentos previos al llegar al clímax.

_ Voy a llegar Takafumi… prepárate para la tercera sanción

_ Ngh

_ No falta mucho... por favor dilo

_ Mnnh...ahhh

_ Takafumi...

Su mente iba en picada a ponerse en blanco. No iba a decirlo, no lo haría. Antes de que su pasión llegara a derramarse pudo sentir como su cuerpo fue empujado hacia abajo cambiando de posiciones, fue entonces cuando pudo sentirlo aun más adentro que antes. Iba a explotar si continuaban, tanta pasión, tanta energía, ya no lo resistiría mucho más tiempo. Sus ojos se empañaron de lágrimas y los gemidos escaparon de su boca sin poder contenerlos aunque así lo hubiera querido. Ya estaba cerca, la boca impetuosa de Zen dejando dolorosas marcas  y todo su cuerpo en sí lo arrastraban al clímax a pasos agigantados.

Y sin esperar más ambos culminaron derramando sus esencias. Tardaron un buen tiempo para recuperar el aliento y mientras tanto, el silencio se adueñaba de la habitación  hasta que recobraran sus fuerzas y tomaran sus respectivos lugares en la cama para dormir.

_ Gracias Takafumi, por todo

_ ¡!

_ Pero eso sí, mañana, si es que en algún momento se me pasa el dolor de trasero, me encargaré de esa última sanción pendiente. Ah, se me olvidaba una cosa más

_ ¿Qué?

_ En ambos roles, tanto arriba como abajo yo lo hago diez veces mejor

_ ¡Ya duérmete!

 Yokozawa no entendía como entraba tanto ego en una sola persona y cuando estaba por decirle un par de verdades vio que tal como se lo había ordenado, se había quedado dormido. Observó que solo se había cubierto con la sábana de la cintura para abajo y cuando estaba por taparlo mejor, su atención se centró en las marcas que le había dejado en la espalda.  Un dulce sentimiento caló hondo en su pecho al ver los laureles de su victoria tatuados en la piel del mayor.

_ Te amo, idiota.

A pesar de que nadie lo estuviera viendo la vergüenza lo azotó de lleno y su cara se tornó roja. Solo él podía lograr eso, solo ese infantil, molesto y descabellado sujeto que secretamente aun permanecía despierto escuchando cada una de esas palabras. Kirishima Zen.

Notas finales:

MUAJAJAJAJAAJ (Recibe tomates por ukear a Zen) jajaja Yo no sé ustedes pero era mi fantasia ver a Zen empujado abajo :P

Espero que les haya gustado y sino igual estoy dispuesta a poner el pecho a las balas asi que tomates y piedras VENGAN A MI jajaj

 

Nos vemosssss


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