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Y vivieron felices...hasta que la paternidad atacó (JRy SH) por Sherry Yukina

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Notas del capitulo:

Tardé porque andaba llorando por los rincones debido a que no recuperé mis archivos pero bueno iré subiendo lo que pueda :)

Gracias por la paciencia y sus bellos comentarios <3

Pues lamento no haber sido un niño de 16 años virgen como hubieras soñado ¡De hecho, perdón por haber tenido más polvo encima que calle de tierra, señor mojigato!

Esas palabras que había dicho retumbaban en su mente. Era un idiota. Mirándose al espejo no encontraba nada que lo hiciera sentir mejor, sólo podía verse a él, un reflejo triste, mediocre. La furia aun se mantenía latente en su pecho pero con el agua fría había logrado que el color rojizo que había tomado su cara no dejara rastro alguno. Verse así lo hacía más patético que la situación que acababa de dejar atrás hace unos momentos. La había jodido en grande. Estaba seguro de que ahora el castaño no querría saber nada de él.

¡Kisa-san no me gusta que hables así!

Yukina.

...yo te acepté tal y como eras...

Kou.

...luché para que te decidieras a apostar por nuestro amor...

Su primer amor.

Lo había lastimado. Más que idiota era un completo imbécil. Si era una parte que odiaba de sí mismo ¿por qué había elegido ese momento para sacarla a la luz? Sabía que debía salir a resolverlo pero sentía miedo y era propio de él terminar huyendo, ¿qué podía hacer?

_ Kisa-san

En ese instante Yukina irrumpió en el cuarto de baño donde se encontraba Kisa inmerso en sus pensamientos. Lo había visto miles de veces, millones tal vez y aun así el impacto no disminuía ¿cómo era posible que existiera un hombre tan hermoso como Kou? Veía esos ojos y le hacía estremecer el alma, miraba esos labios los cuales pronunciaban palabras que en este momento de embelesamiento no podía comprender y le hacía tambalear el mundo.

En medio de su confusión solo atinó a lamerse los labios lentamente y llevar las manos a su cuello para poder besarlo. ¡Por Dios que aquí podía destruirse el Universo entero y ellos solo vivirían para perpetuar ese momento!

_ Kisa-san tranquilo- logró pronunciar mientras rompía el beso- No lo hemos hecho en un tiempo y si continuamos...

_ Quiero continuar Yukina- dijo el pelinegro en un tono de voz más grave mientras respiraba su aroma tan familiar

_ No voy a poder detenerme

_ No quiero que lo hagas. Te necesito. Ahora- sentenció firmemente mientras clavaba sus ojos en él y ponía su típica cara que decía "quiero sexo y lo quiero ya".

¿Cómo negarse? Sabía que no era el momento ni el lugar ¡Claro que lo sabía! Pero era él. Eran sus ojos. Eran sus labios. Era su cuerpo y la pasión que irradiaba en ese momento. ¿Podría hacerlo? Cuánto más esperaba por llegar a una resolución, más lo anhelaba. Así es, habían llegado a un punto sin retorno, un viaje de ida. Ya tendría tiempo para lamentarse luego pero ahora, ahora…

_Si me lo dices así… será como tú quieras Kisa-san- susurró muy cerca de la boca de su amado al mismo tiempo que empujaba su cuerpo contra la pared.

Quería sentir sus labios, lo deseaba con locura pero lo que Kisa había hecho estaba muy mal y él se lo haría saber a su manera. Sería intenso, Yukina no dejaría que olvidara esto tan fácilmente.

El más alto hizo uso de toda la dimensión de su cuerpo y ejerció más presión sobre el pequeño cuerpo de su amante notando que éste ya se encontraba duro. Como era de esperarse de Kisa, siempre listo y dispuesto para disfrutar del sexo. Sí, sexo, solo sexo. Bueno no era como si no se amaran porque de hecho sí lo hacían pero últimamente llevaban mucho tiempo separados y cada vez que se unían no había mejor palabra que esa para definirlo.

Kisa era muy demandante, a veces le pedía que solo se lo metiera sin importarle el dolor que eso podría causarle a su cuerpo sin estar preparado ahí en su entrada y sin embargo, luego lo tenía gimiendo y jadeando pidiéndole más. Era de otro mundo. Por su parte, él quería hacerle el amor, él quería amarlo suave y despacio pero su debilidad y ansiedad le jugaban una mala pasada y muchas veces solo terminaban haciéndolo como animales: duro, muy duro. Él tenía la fuerza suficiente y Kisa la resistencia necesaria ¿qué problema podía haber? Se entregaban, saciaban su sed y descargaban sus frustraciones y añoranza, así era cuando lo hacían.

Pero lo de hace unos momentos, eso era otra cosa. Kisa había ido muy lejos, había traído el pasado de nuevo a sus vidas con esas declaraciones. El pasado… no lo aceptaba. Era hipócrita, sí, después de decir todas esas palabras en realidad él no quería remover aquello, sus antiguas vidas debían quedar atrás.

Seguía presionándolo ahí abajo y Kisa comenzó a soltar algunos gemidos y un par de obscenidades.

_ Kisa-san trata de contenerte o nos oirán

_ Ahh. T-tú sabes cómo callarme

Besarlo iba a ser poco, iba a devorarlo si seguía empeñado en ser tan condenablemente sexy. Se agachó a su altura con la intención de acercarse a sus labios, los entreabrió y luego los alejó invitándolo a perseguirlos en movimientos serpenteantes y soltando pequeñas risitas.

_ ¿Qué se supone qué es tan gracioso?

_ Nada, solo pensé que te veías lindo tratando de alcanzarme Kisa-san

_ Es tu culpa por ser tan alto y hacerte desear

Esa era su estrategia, lo haría desear y cuando ya no lo soportara lo tendría pidiendo más.

_ Si no vas a hacerlo entonces no me sigas tocando ahí, por favor

_Pero quiero tocarte

_ Entonces déjame besarte

_ No

_ Ahhh, detente, no puedo seguir así

_ Estás muy duro, incluso puedo sentirlo a través de la ropa

_ Ahhh, ahhh

_ Shhhh

_ Bésame Kou ¡hazlo!

Yukina no iba a ceder y en cambio le bajó el cierre de su pantalón y le metió mano para excitarlo más. En consecuencia, Kisa buscó estrecharlo fuertemente en sus brazos para esconder su rostro en su masculino pecho y así ahogar todas sus súplicas, pero no iba a funcionarle. En ese momento el castaño con su mano izquierda le sujetó ambas manos por encima de su cabeza para inmovilizarlo por completo.

_ ¿Qu-qué haces? Ahggg ¿Por qué no me dejas tocarte?

Eso era nuevo. Hace meses que el pelinegro no se preocupaba por querer tocarlo más de lo que le preocupaba que se lo metiera de forma rápida. Sin duda iba por buen camino. Siguió masturbándolo con su mano derecha mientras jugaba mordisqueando el lóbulo de su oreja y jadeando suavemente con el solo propósito de dejarlo más ansioso.

_ Ahhh Yukina no, no hagas eso

_ ¿Acaso no te gusta?

_ Tu voz, tus manos… deja de torturarme

_ ¿Eso quieres?- su voz sonaba sensualmente profunda y además decidió apretar su miembro con fuerza haciendo que comenzara a gotear

_ Muérdeme Yukina, por favor quiero que me muerdas

_Kisa-san…

No podía seguir haciendo caso omiso a sus deseos. Comenzó a morderlo en el cuello, esa zona donde él amaba besar, lamer y morder porque lo excitaba. No lo entendía muy bien pero por alguna razón la estimulación no era unilateral cuando hacía eso.

_Kisa-san tu piel es hermosa

_ Yukina… déjame besarte

_ No quiero

_ ¿Te estás vengando, cierto? Suéltame entonces, no quiero hacerlo si va a ser de este modo

Otra novedad, su amado estaba negándose al placer del sexo. ¿Pero él quería negarse también? ¿Por qué jugaba de esta forma en principio? ¿Qué es lo que trataba de conseguir haciendo eso?

_ Basta Kou, dejémoslo así

_ Es tu culpa Kisa-san, no puedo creer que pienses esas cosas de mí.

Esas palabras ya las había oído. Lo había herido más de lo que pensaba. Pero él también…

_ ¿Qué quieres que haga? Yo a veces ya no puedo ni con mi alma y tú no estás. No quiero esto, suéltame ¡que me sueltes te digo!- lo dijo y comenzó a forcejear para liberarse del agarre pero no tenía las fuerzas suficientes y el llanto comenzó a salir

_ Kisa-san lo siento

Quería secar esas lágrimas y comenzó a besarlas una por una. Ambos habían estado muy equivocados durante este tiempo. Sin pensarlo soltó el agarre que tenía sobre sus manos y miembro y lo abrazó fuertemente. Por suerte fue correspondido y no abofeteado o algo por el estilo. Tal vez ganas no le habían faltado al menor de estatura, pero desde aquella cachetada que el castaño le había dado la primera vez, habían acordado nunca más levantarse la mano otra vez.

Poco a poco sus bocas se fueron acercando, ambos esperando a que el otro tomara la iniciativa y fue entonces cuando Kisa avanzó hacia los labios del otro, al comienzo con cautela y algo de duda que desapareció cuando Yukina le mordió gustosamente el labio inferior, a sabiendas de cuánto lo excitaba eso. Cuando tuvo suficiente, el más alto comenzó a adentrar su ardiente lengua en el interior de su boca.

Ambos se saborearon intentando conciliarse de la manera más emocionante que ellos conocían. Sus lenguas estaban repletas de excitación e impaciencia por allanar todo a su paso, dejar atrás las angustias y enterrar el pasado. Todas sus defensas estaban siendo tiradas abajo con cada roce de sus labios que por momentos se separaban por falta de aire y luego deshacían la tregua uniéndose como magnetos, unos muy calientes por cierto. No podían ni querían esperar más, estaba claro que se necesitaban en ese momento y lugar y no podían evitarlo.

El castaño comenzó a despojar a su amor de su ropa lo más eficazmente que podía mientras sus manos iban arrasando sobre la piel desnuda del otro que se retorcía de placer ante la necesidad del contacto. Cuando al fin pudo tenerlo frente a sí completamente desnudo se dejó llevar por el dulce aroma de su piel mientras se dejaba hacer por Kisa con quien intercambió el lugar al momento de ser desvestido.

Kisa llegó al instante en que debía bajarle la ropa interior y al terminar de hacerlo quiso detenerse a chupárselo con total desenfado pero Yukina se lo impidió y en cambio lo incitó a sentarse sobre él frente a frente, en el sanitario.

_ Esto es incómodo

_ Kisa-san sopórtalo un poco hasta que estés listo, yo quiero hacerlo bien

_ Kou- su corazón se estrujó en ese instante y había tantas cosas que quería decirle pero…- Ngh… ahhh… lo haces tan bien, yo… ahhhh

_ Kisa-san baja la voz o van a descubrirnos

_ No, no puedo- logró decir tratando de aferrarse a algo que tuviera al alcance y fue ahí cuando dio con la cadena del baño que inconscientemente haló para liberar tensión.

Yukina se sobresaltó al instante y no exactamente porque algún chorrito de agua le hubiera salpicado en el trasero ya que había bajado la tapa antes de sentarse, sino porque el ruido lo había sorprendido pero rápidamente se dio cuenta de que ese sonido podía ayudar a que no se escucharan los gemidos de su amado.

El castaño siguió con su labor realizando movimientos en círculos con sus dedos y también realizando movimientos en forma de tijera, produciendo los mejores efectos en Kisa, de los cuales también disfrutaba como si el gozo fuera propio.

Los gemidos no se hacían esperar cada vez que ese punto sensible era hábilmente tocado y al instante tiraba la cadena para disimular ante los dueños de casa que pudieran estar escuchando. Sí, era inmoral si se detenían a pensarlo, pero llegados a ese momento lo último que podían hacer era pensar. Además debían reconocer que el morbo a ser descubiertos era algo que de momento los excitaba mucho, ya tendrían tiempo para avergonzarse después.

En un momento Kisa asaltó su boca sin darle respiro; ansioso, apresurado, deseoso de sentirlo adentro de una buena vez. Yukina comprendió el mensaje y tomó el control de la situación sacando los dedos de su interior y reemplazándolos por su muy erecto miembro.

Se escuchó otro fuerte gemido al momento de sentirlo adentro y otro tirón de cadena, luego todo fue silencio y quietud. La espera fue breve, un instante apenas antes de que Kisa comenzara a moverse de arriba hacia abajo sobre Yukina quien lo veía más sexy que cualquier otra persona sobre la Tierra. Cuánto más lo veía más se enamoraba, jamás se arrepentiría de haberlo elegido, lo amaba y deseaba todo de él así que él también comenzó las estocadas desde abajo. Kisa no lo esperaba pero no iba a poner resistencia, lejos de eso estaba su mente, él deseaba hundirse en el placer de ese instinto salvaje, de esas caricias desesperadas, de esas embestidas fuertes y certeras. Todo era nada más que placer para ambos y él lo sabía, podía sentirlo en cada milímetro de su intimidad invadida.

El castaño se movía incontenible y Kisa no podía hacer más que arquear su espalda y tirar la cadena mientras gemía y decía el nombre de su amante. Y así hubieran seguido si no fuera porque sus cuerpos pedían clemencia ante el esfuerzo que tal incomodidad implicaba. Era eso, ese obstáculo que les impedía continuar atrayéndose entre sí y seguir sumiéndose uno en el otro hasta poder acabar.

Sin más opción, Yukina levantó a Kisa con suma delicadeza y se colocó encima de él sobre el suelo buscando la posición perfecta para lo que pensaba hacerle.

_ Está… frío- alcanzó a susurrar mientras la baja temperatura de la cerámica del baño azotaba su cuerpo febril

_ Intenta tolerarlo un poco. Pronto se calentará- dijo Kou con una hermosa sonrisa pintada en sus labios y lo embistió nuevamente.

La fuerza que lo invadía era tan intensa que quería gritar de placer desde lo más profundo de su garganta, por suerte Yukina lo silenció con sus mejores besos asfixiantes pero él necesitaba una descarga ante tantas emociones que lo abordaban en ese momento.

Sus cuerpos se fundían en uno solo, sus alientos se volvían cada vez más rápidos y entrecortados, el esfuerzo entre susurros cada vez se hacía notar más y pronto las lágrimas se volvieron incontenibles para el editor. Esa búsqueda insaciable de sus cuerpos era mucho más que solo placer para ambos y los consumía.

Kisa dejaba escapar el nombre del rubio entre incoherencias y palabras sin terminar incitándolo a seguir con ese ritmo frenético que lo estremecía. Y no solo eso, lo dejaba temblando en las pausas cubiertas de besos y caricias, hasta que reanudaba nuevamente la acción permitiéndose embriagarse de tanta pasión y lujuria.

Podía sentirlo en cada oleada de emociones y sensaciones cada vez que podían intercambiar sus miradas profundas, el final estaba cerca.

Yukina se inclinó para besarlo suavemente, disfrutando del suspiro que escapó de sus labios entreabiertos junto con un camino de saliva escapando de su boca. Finalmente cerró fuerte sus ojos y alcanzó el clímax. Al abrir nuevamente los ojos pudo darse cuenta de que su amado lo había seguido al orgasmo y ahora sus lágrimas habían cesado.

Había sido intenso como él lo había deseado y mientras recuperaban el aliento y la temperatura corporal iba disminuyendo, pronto cayó en la cuenta de la situación en la que estaban.

_ Kisa-san ha sido realmente maravilloso pero hay un problema

_ ¿Qué ocurre?

_ ¿Cómo salimos?

_ ¡!

_ Por lo pronto debemos vestirnos y salir lo más antes posible

Y así lo hicieron, se cambiaron y estaban dispuestos para salir pero al momento de tomar la perilla se mantenían estáticos por temor de lo que pudieran encontrar al otro lado.

_ JAJAJA. Había pensado que llegado el momento se me iba a ocurrir algo que decir para disculparnos pero no puedo pensar en nada, jajaja

_ Deja de reírte que esto es grave

_ Jajaja, lo siento Kisa-san pero es que no puedo evitarlo

_ ¿Qué vamos a hacer? No hay manera de que no se hayan dado cuenta

_ Pero fuimos cuidadosos, tal vez ni lo notaron

Claro que sí chicos. Ninguno de los dos se dio cuenta de nada, ni de que estuvieron media hora encerrados meta dale que te pego, ni de que acabaron saliendo todo sudados y medio despeinados, ni de que les mintieron sin ninguna convicción para salir huyendo del lugar. Pero tal vez esa vana forma de auto-convencimiento fue su única forma de salvarse de la vergüenza después de una buena sesión de “hacerlo” de manera poco convencional.

Notas finales:

Espero que perdonen la demora y ya saben, comentarios son amors!!!! Besosssss

 

P.D: Adivinen la próxima pareja :D


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