Aquella mañana de sábado pintaba a ser tranquila, a pesar de vivir en el centro de la gran manzana, me puse de pie dispuesto a desayunar algo, me encontraba solo luego de que Jane partiera la mañana anterior a casa de sus padres a ver a su familia que venía de visita, preferí quedarme en casa alegando que tenía demasiado trabajo atrasado, la verdad es que no tenía ánimos para soportar a sus padres un día mas, al menos hasta año nuevo. Tony y Steve se habían ido la tarde anterior alegando que debían preparar todo para la fiesta de Peter, fue en ese momento en que recordé que aún no había comprado nada para el por lo que me apresure a desayunar y a vestirme para dirigirme luego al centro donde me pasee por las tiendas en busca de algo apropiado.
Pase cerca de dos horas buscando algo cuando un peluche en un escaparate llamo mi atención justo antes de que un pelinegro lo comprara, al acercarme un poco más pude notar que aquel pelinegro era nada más y nada menos que Loki y sonreí al notar que ambos habíamos pensado en el mismo obsequio, le vi irse sin notar mi presencia y decidí entrar en aquella tienda encontrando un lindo muñeco con forma de cerdito; salí con el obsequio envuelto y me dirigí esta vez a mi apartamento, sin embargo antes de llegar recibí una llamada de una de mis clientas, me informaba que hablaría con su ex esposo y vería si podía llegar a un acuerdo con él acerca de la custodia de su hija, realmente no me interesaba demasiado el caso, no tenía bases muy sólidas, ni buenos argumentos, pero debía fingir que la escuchaba. Luego de eso finalmente estuve en mi casa, era ya bastante tarde por lo que decidí comenzar a prepararme para irme, luego de una hora me encontraba saliendo del apartamento dirigiéndome a los suburbios de la ciudad, donde a lo lejos pude admirar la sencilla decoración en la puerta de la casa de mis amigos, sonreía al ver a un par de niños corretear en el césped y baje del auto luego de estacionarme.
Entre en la casa yendo directamente a la sala donde había varios adultos, entre ellos mis amigos de quienes escuche sus saludos amigables a los que correspondí con el mismo entusiasmo.
-Grandote –Escuche el llamado de Tony y me gire a verlo topándome con la mirada esmeralda de Loki, sus ojos no habían perdido ese brillo que adoraba.
-Tony –Salude cuando le tuve finalmente a mi lado antes de que se separara de mi incitándome a sentarme al lado de Loki.
-Siéntate ricitos, iré por algo para ti –Exclamo con una sonrisa antes de irse dejándonos a Loki y a mi sumidos en un silencio incómodo.
Pasaron unos minutos sin que Tony regresara y el silencio seguía, me parecía ridículo y decidí terminar con aquello por mi salud mental- Hola- musite escuetamente sin observar del todo al otro.
-Hola –Escuche su respuesta corta y por fin decidi girarme a verlo.
-¿Cómo están tus padres? –Pregunte siendo lo único que se me ocurria en aquel momento.
-Bien, ellos, están bien ¿Y los tuyos? –Pregunto de regreso, no se si por mera cortesía o por verdadero interés.
-Bien, disfrutando el retiro de mi padre… -Explique con una sonrisa escuchando que alguien nos llamaba.
-Hey, vengan, Steve nos quiere afuera –Observe que quien nos llamaba era Clint quien salía cargando a un pequeño bebe en brazos.
-¿Vamos? –Pregunte y estuve a punto de extender mi mano hacia Loki con el fin de ayudarlo a ponerse de pie, sin embargo me abstuve al verlo levantarse por sí mismo.
Avanzamos hasta el jardín donde apenas salir se observaban unas cuantas mesas esparcidas por el jardín dejando espacio para que los niños corrieran de un lado a otro. Nos sentamos en la mesa donde la mayoría de nuestros amigo se encontraban, exceptuando a los padres del festejado, donde nos sumergimos en una plática como tranquila como las de nuestras épocas de escuela, parecía que nada importaba entonces, todos volvíamos a ser los mismos jóvenes de hace años y de alguna forma ya ni siquiera había tensión entre Loki y yo, como si todas las heridas estuvieran ya cerradas y pude observar a lo lejos como Tony y Steve sonreían satisfactoriamente, decidí no tomarle importancia y seguí en aquella platica que mantenía con el resto.
Cerca de las siete de la tarde la mayoría de los invitados se habían ido y solo quedábamos los más cercanos a la pareja, entre todos nos dispusimos a ayudar a recoger el desorden que había quedado, exceptuando a Pepper, quien se encontraba esperando a su tercer hijo y luego de casi una hora después todos nos disponíamos a partir a nuestros respectivos hogares; salí de la casa notando como Loki peleaba por abrir la puerta de su auto mientras cargaba a una dormida niña y sin pensarlo siquiera, me acerque a él abriendo la puerta recibiendo una sonrisa como agradecimiento y me di cuenta justo entonces lo mucho que había extrañado esas sonrisas. Loki cerró la puerta luego de poner a la niña dentro, pero no me moví, al contrario me mantuve justo donde estaba, vi sus esmeraldas clavarse en mis ojos y no pude evitar acariciar su rostro con suavidad, un estremecimiento recorrió el cuerpo contrario y sin siquiera notarlo nos habíamos acercado hasta casi rozar nuestros labios, estábamos tan cerca que podía sentir nuestros alientos chocar y nos hubiéramos besado de no ser por el relámpago que surco el cielo haciendo que nos separáramos estrepitosamente, luego de eso pude notar un sonrojo cubrir las mejillas de Loki antes de musitar un hasta luego para subir a su auto yéndose casi inmediatamente. Le vi irse y suspire al no ver más su auto, subí a mi propio auto y arranque yéndome en la dirección contraria a mi ex esposo, paso al menos media hora antes de que llegara a mi apartamento, al entrar no había nadie, como supuse y decidí irme a dormir cuanto antes, aquella fue una de las mejores noches que he pasado, dormí soñando con pequeños niños pelinegros y rubios correteando y con unas preciosas esmeraldas que me veían con amor.