Cuando Thor llego Anthony nos dejó solos, fue incomodo al principio, durante unos minutos un silencio por demás incomodo se acoplo a nuestro alrededor hasta que la voz grave de Thor lo interrumpió con un suave –Hola- realmente no esperaba que fuera a romper aquel silencio, mucho menos que la conversación siguiera tan libremente como lo hizo, como si el tiempo no hubiera transcurrido entre ellos, como si nunca nada malo hubiera pasado, como si aún fueran la misma pareja de hace tres años.
Durante el resto de la tarde disfrutamos la fiesta, yo disfrute la fiesta, más que eso, disfrute los sentimientos de antaño siendo despertados nuevamente, disfrute esa camaradería con Thor que me hacía sentir melancólico, disfrute cada risa, cada broma, cada uno de los momentos que pase junto a él esa tarde y no solo junto a él, junto al resto de sus amigos también, como en los maravillosos años de universidad donde nada podía ir mal.
Fue por la tarde, cuando la mayoría se había ido, que el viejo grupo de amigos se encontraba aun en el lugar, hablando de los viejos años cuando un sonoro trueno se dejó escuchar, fue ahí cuando entre todos los que quedaban aun, los que podíamos claro está, nos decidimos a ayudar a los dueños de la casa a ordenar un poco, sobre todo recoger las cosas aun en el jardín previniendo la inminente lluvia que se avecinaba. Al terminar poco a poco nos fuimos despidiendo y cada uno yéndose, yo lo hice cuando la pequeña Sigyn acabo durmiéndose sobre el sofá.
Me despedí de mis amigos, de los que quedaban, y salí de la casa con una dormida niña en mis brazos, me lamente un poco al llegar al auto, era demasiado difícil abrir la puerta mientras la sostenía, sin embargo, una mano se posó sobre la manija de la puerta abriéndola, eleve mi mirada tomándome con un par de zafiros más que conocidos para mí; Thor me miraba con una suave sonrisa esperando que pudiera a la pequeña dentro, cuando lo hice y le acomode el cinturón le sonreí a Thor agradeciéndole el gesto, cerré la puerta y fue justo en ese momento que algo que creía más que desaparecido volvió a resurgir al sentir su mano acariciar mi rostro delicadamente, un estremecimiento me recorrió y una intensa necesidad de juntar mis labios con los suyos y parecía que lo haríamos, estábamos tan cerca, sus ojos fundiéndose en los míos y nuestros alientos mezclados, sin embargo, aquella cercanía fue cortada cuando un relámpago deslumbró en el cielo, ambos nos separamos y aproveché su distracción para apartarme de su lado, cuidando ocultar el sonrojo que embargaba mis mejillas, me parte y abrí la puerta del auto soltando un suave –Hasta luego- antes de subir y arrancar, me alegraba no haberlo besado, eso hubiera sido mucho más de lo que podría controlar y agradecía a aquel estúpido relámpago por no dejarme cometer una tontería como esa, yo amaba a Frandal ¿verdad?