A la mañana siguiente me desperté en una cama vacía, sin embargo, había dormido como hacia tanto tiempo no lo hacía, había descansado y soñado de manera maravillosa, había soñado con esmeraldas y hebras azabaches, estaba de buen ánimo y se notaba en la manera en la que sonreía. Fui hasta la cocina dispuesto a preparar algo para desayunar y antes de siquiera comenzar mi teléfono comenzó a sonar, respondí mientras sacaba lo que necesitaría de la alacena y casi se me caen el par de huevos en mi mano cuando escuche la cantarina voz de mi madre del otro lado, Dios sabe que esa mujer no me llamaba si no planeaba algo.
r13; -Thor, mi cielo –escuche que musitaba con dulzura- ¿Vendrás a casa para Navidad? Espero que sí, tu padre y yo queremos hacer una gran cena, como en los viejos tiempos. –Escuche que exclamaba con un tono que sin duda escondía algo.-
r13; -Claro mamá, llamare a Jane para decirle –Musite dejando todos los ingredientes en la mesa y escuchando un pequeño bufido de parte de mi progenitora- Mamá –Musite con un dejo de reclamo ante su infantil actitud- Por favor ¿Promete que la trataras bien? –Casi suplique escuchando un suave –bien- dicho por la mujer-
r13; -De todas formas, te veo aquí cariño, por favor, más vale que llegues pronto, al menos unos días antes- Escuche decir a aquella mujer y sonreí, podría ser algo infantil a veces pero era una mujer maravillosa.-
r13; -Está bien mami – Exclame cariñosamente llamándola con aquel nombre que solía usar cuando era un niño-
r13; -Te quiero mi niño –Escuche que decía con voz dulce y serena, la misma voz que siempre usaba-
r13; -También te quiero mami –Respondí sonriendo antes que mi madre colgara finalmente-
Aquella sonrisa no se fue de mi rostro mientras cocinaba, ni tampoco mientras comía, al contrario, estaba realmente contento, no solía hablar muy seguido con mi madre y cuando lo hacía me ponía realmente feliz. Luego de terminar tuve que ir al sótano del edificio a buscar los adornos de navidad, sin embargo al estar ahí me encontré con una caja, sin nombre, al abrirla pude encontrar una enorme cantidad de fotografías y cajas, así como un enorme álbum blanco, ni siquiera recordaba que había sido yo quien se había quedado con aquel libro; me senté en el suelo y tome aquel objeto y comencé a ojearlo, era el álbum de nuestra boda, la primera fotografía era una de ambos, de Loki y yo, abrazados, en nuestros rostros había una sonrisa encantadora que mostraba lo feliz y enamorados que nos encontrábamos; sonreí suavemente al recordar dicho momento y comencé a pasar las paginas observando las fotografías detenidamente, riendo al recordar alguna anécdota acerca de aquel día, como cuando Tony estuvo lo suficientemente ebrio como para comenzar a coquetear con Steve y llorar cuando este le dijo que tenía pareja, en aquel entonces llevaban apenas unos meses de haber comenzado a salir, había toda clase de fotografías dentro, Y no pude evitar recordar aquel día como si hubiese sido ayer.
No habíamos planeado una gran ceremonia, la verdad, éramos jóvenes y no teníamos demasiado efectivo, sin embargo habíamos logrado hacer una ceremonia pequeña, solo nuestros padres y nuestros amigos, ambos íbamos vestidos de blanco, así lo habíamos decidido, la ceremonia había sido en un jardín de un pequeño hotel, bastante pintoresco y acogedor; ahí mismo había sido la recepción, una fiesta pequeña con los más allegados de nuestros amigos y a pesar de no haber sido la más elegante o lujosa, si había sido la más hermosa de todas, para nosotros, había sido perfecta, habíamos reído, bailado y nos habíamos sentido más enamorados que nunca y me sentí mal al recordar todo aquello, había sido tan feliz con Loki, ambos habíamos sido muy felices, no sé cuándo fue que deje de sentir aquella felicidad a su lado, aquel amor se había esfumado y había encontrado en Jane lo que ya no veía en mi esposo, sin embargo, ahora, sentía que todo aquello que había hecho había sido un error, pero no podía cambiar el pasado, ya no podía hacer nada para enmendar sus errores.
Dejo el libro justo donde lo encontró y tomo la caja aledaña a esta y subí de nuevo hasta mi apartamento donde deje los adornos y luego me recosté un momento en el sofá donde me quede dormido y solo desperté cuando sentí la caricia de unas manos suaves en el cabello, al abrir los ojos me encontré con la mirada dulce de Jane que me observaba de pie, me senté derecho rápidamente escuchando una pequeña risa para luego observar cómo se sentaba a mi lado.
r13; -¿Subiste los adornos?-La escuche exclamar emocionada al ver la gran caja- Podemos decorar juntos, a pesar de que casi es navidad.-Rio divertida pues llevábamos posponiendo aquello un buen tiempo-
r13; -Al menos aun no es navidad –Exclame con diversión sin mirarla pero poniendo una mueca que trataba de ser una sonrisa, aun me sentía afectado por lo de la tarde.
r13; -Si, hablando de eso, necesito hablar contigo.- La escuche decir un poco apenada; voltee a verla incitándola a continuar.- Creo que no podremos pasar las fiestas juntos, mi primo Mathew enfermo, vamos a ir a visitarlo a Connecticut en las fiestas.- Explico mortificada al hablar de aquel muchacho, lo había conocido hace ya unos meses, estudiaba en la universidad y era un estupendo chico, esperaba que estuviera bien.
r13; -Oh Jane, tranquila, está bien, iré con mis padres, pasare las fiestas con ellos, espero que Mathew se mejore- Exprese sinceramente preocupado por aquel chico.-
r13; -Gracias cariño, en verdad.- Musito con una suave sonrisa depositando un suave beso en mi mejilla antes de levantarse y dirigirse a la habitación.- Deberíamos decorar antes de que ambos nos vallamos, falta una semana para navidad y yo me iré mañana por la tarde.
Después de aquello pasamos el resto del día decorando a pesar de que nadie disfrutaría de aquella decoración, acabamos algo tarde pero el apartamento lucia como un hogar por una vez, cenamos comida china del restaurante a dos calles de ahí y nos fuimos a dormir entrada la madrugada. Por la mañana ambos despertamos y comenzamos a preparar nuestro equipaje, había decidido que me iría esa tarde donde mis padres y les daría una sorpresa, se levantaron bastante tarde así que comieron de camino al aeropuerto y se despidieron con un beso suave cuando cada uno tomo su vuelo y durante todo el vuelo no pudo dejar de pensar en un par de preciosos ojos verdes, recordó cuando pasaban las fiestas en la casa de sus padres con sus familias festejando en la misma casa por días, pero rio al creer que era una locura.
Luego de un par de horas llego a su destino y abordo un taxi y al llegar a la casa de sus padres algo extraño lo recibió, había otro auto ahí, era inusual, no creyó que sus padres tuvieran visitas, sin embargo bajo del taxi dispuesto a darles una sorpresa a sus padres… al final fue el quien se llevó la sorpresa.