Tres años son mucho o poco dependiendo el puno desde donde lo mires, para mí, ha sido una eternidad, me llaman "divorciado" desde hace tres años, en los cuales he visto a mi ex esposo en dos ocasiones luego del divorcio, una semana luego de este cuando decidimos ver el apartamento ameno en el que vivimos tres años y cuando unos tres meses después cuando se repartió el dinero de la venta del apartamento, fuera de eso no he vuelto a saber nada de él.
Unos días después de sacar mis cosas del apartamento me mude a mi antigua habitación en la casa de mis padres, mi vida se volvió más rutinaria de lo que ya era, iba de la casa al trabajo y del trabajo a la casa sin escalas en ningún lugar, no salía no porque no tuviera invitaciones ya que de hecho muchos de mis compañeros y compañeras me invitaban a bares y fiestas, solo no tenía ánimos de salir, afortunadamente a finales de ese año encontré un pequeño apartamento cerca de mío trabajo, la verdad estaba feliz de mudarme, no porque no me agradaran mis padres si no por los sutiles comentarios de mi madre sobre “Conseguir una pareja” o “Buscar a alguien para un buen polvo”, los amo pero sé que no importa cuántas veces les diga que estoy bien ellos seguirán preocupándose por mi inexistente vida social.
Parecía que mi vida seguiría como hasta ahora, pero un miércoles en el que corría apresurado para entregar mi última columna literaria, me choque con un rubio un poco más alto que yo, llevaba el cabello corto y usaba bigote, tenía unos bonitos ojos azules pero que no brillaban tanto como los de Thor, cuando chocamos solo pedí disculpas para meterme en el ascensor y él se metió conmigo, apreté el piso al que iba el cual curiosamente también era al que él iba, cuando llegamos entregue mi columna y pedí disculpas por haber tardado más de lo normal, después el rubio del cual desconocía su nombre entrego unas hojas y también se disculpó por entregar tarde su propia columna, al salir de la oficina comenzamos a hablar, nos pasamos tanto tiempo hablando que cuando nos dimos cuenta ya era hora del almuerzo, bajamos hasta la calle y fuimos a un pequeño restaurante cerca de la oficina, hablando pude saber que su nombre era Fandral, tiene una columna sobre política que es publicada los miércoles, así comenzó nuestra amistad, nos veíamos todos los miércoles y unos meses después me invito a un bar un viernes por la noche, unos seis meses después de conocernos me lo encontré en central park paseando con una pequeña niña, el me invito a pasear con ellos y al final del día cuando la pequeña estaba dormida y Fandral se había ofrecido a llevarme a casa fue que la conversación comenzó con un simple “Tu hija es una niña encantadora” de ahí me entere que era divorciado y la madre de la niña apenas y se ocupaba de ella y él se enteró de lo caótico de mi último año de matrimonio; para cuando llegamos a mi apartamento y en el momento en el que me despedí de él me dio un suave beso en los labios y solo dijo “Deberíamos sanarnos el uno al otro” luego se separó, sonrió y volvió a subir al auto, de eso hace ya unos seis meses, comenzamos a salir unos días después el siguiente miércoles, salimos casi todos los días a almorzar y el fin de semana lo pasamos con la pequeña Sygin, es un encanto de niña y siempre le hacemos bromas a Fandral cuando menos se lo espera, parecemos una familia feliz y es en esos momentos en los que recuerdo a Thor y lo maravillosos que hubiera sido formar una familia con él, pero él hubiera no existe.
Ahora han pasado tres años desde el divorcio, es viernes y Fandral me ha invitado a una cena de abogados, como aquellas a las que solía acompañar a Thor, me aterra un poco ir ya que podría encontrarme a Thor pero Fandral me ha asegurado que el estaría conmigo, le creo, pero aun asi me aterra no por lo que me pueda hacer si no por el hecho de verlo nuevamente, observo el reloj que marca las ocho de la noche así que termino de abrochar mi corbata verde para luego tomar mi abrigo y mi bufanda y caminar hacia la sala donde el sonido de una llamada entrante en mi celular me avisa que Fandral está abajo, tan puntual como siempre, bajo por el elevador y salgo a la calle mientras me pongo la corbata en el cuello, camino hasta el auto donde Fandral se recarga mientras prende un cigarrillo, en seguida me ofreció uno, lo acepto en seguida, mi cigarrera se ha vaciado esta tarde y no he tenido tiempo de comprar más, es un mal habito que me ha surgido desde hace tres años, suelo fumar de seis a diez cigarrillos diarios, me acerque a Fandral mientras este encendía mi cigarrillo para luego besarme en los labios, nos separamos y nos subimos al auto, estaba nervioso demasiado y Fandral me tomo la mano dándome un ligero apretón, llegamos al hotel en el que sería la recepción, al salir del auto Fandral doblo su brazo derecho y yo lo tome, me apretó la mano y me sonrió, entramos al hotel y varias personas se nos quedaban viendo, caminamos por el salón hasta la mesa reservada para nosotros, nos sentamos y comenzamos a charlar, luego de un rato Fandral se levantó a buscar unas bebidas y yo me quede en la mesa, pasee mi vista por todo el lugar observando a la gente conversar y otra más bailaba en el centro del salón, pose mi vista en la puerta del lugar observe a una pareja entrar y luego el hombre volteo y clavo su mirada de cielo en mis ojos, un nudo se formó en mi garganta y observe como se disculpaba con la mujer castaña que lo acompañaba para después caminar hacia mí, en ese momento una copa se posó frente a mí y Fandral se sentó junto a mí, acerco sus labios a mi oído y dijo “Ya lo vi, pero tranquilo que yo estoy aquí” luego me beso tan suavemente que fue apenas un roce, tomo mi mano y la acaricio, voltee mi rostro y observe como esos ojos de cielo perdían un cierto no sé qué y detenía su camino hacia mí para luego regresar sus pasos hacia su acompañante que lo esperaba en la puerta…