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lo que fuimos tu y yo por neko1yo

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Notas del capitulo:

Hola, espero aun se acuerden de mi, bueno, espero les guste el capitulo, espero me dejen sus comentarios y sugerencias como simpre.

La alarma sonó temprano, serian tal vez las siete, Fandral y Sigyn se habían ido bastante tarde, rozaban tal vez las once cuando la pequeña callo agotada en el sofá, Sigyn solo había pasado la noche en el departamento en una ocasión, hacía ya bastante tiempo, me levante de la cama yendo directamente a la ducha, dure casi una hora ahí dentro, cuando salí me vestí, como todos los días, pantalones negros y camisa, ordene la habitación, nunca negare que soy un adicto a la limpieza, me gustan las cosas en orden y que todo esté en su lugar, termine pronto de ordenar todo, me encamine a la cocina donde comencé a preparar un ligero desayuno, mi teléfono sonó en algún lugar de la cocina, por el sonido fue fácil deducir que estaba en la mesa, lo tome leyendo el mensaje de Fandral que decía “Sigyn ha querido vestirse toda de rojo, tuvimos que buscar por toda la casa sus viejos guantes rojos, no tardamos en llegar” me reí, Sigyn podría hacer que su padre le comprara una ballena si se lo pidiera y lo viera con esos ojos de cordero degollado que se carga.

Termine el desayuno justo cuando la puerta se habría, Sigyn hubiera corrido a la cocina como de costumbre de no ser porque sus nuevas muletas le impedían correr a toda velocidad hasta la gente, la vi llegar con un puchero en el rostro por tardar tanto y Fandral detrás de ella conteniendo la risa, Sigyn se tomó todo el tiempo que pudo con las muletas para llegar hasta mi (dígase treinta segundos) antes de soltar las muletas y caminar saltando en un pie hasta llegar a mí y poder saludarme, la cague y bese las mejillas como siempre que la veía, luego la puse en una silla y me acerque a Fandral que recogía las muletas que la niña había botado, me sonrío y me beso los labios antes de escuchar la risita que Sigyn soltó, nos separamos, pusimos los platos en la mesa y comenzamos a comer, riendo de vez en cuando con los comentarios de Sigyn, acabamos pronto y decidimos que debido a que a Sigyn ya no le parecían tan maravillosas las muletas nos quedaríamos en mi departamento a ver películas.

La tarde paso, tan amena, tan suavemente que ni siquiera nos dimos cuenta cuando eran casi las tres de la tarde y ya íbamos por la tercera película de princesas de la tarde, ordenamos pizza, para las siete de la tarde y luego de la quinta película del mundo Disney, las cajas de pizza habían desaparecido, la sala ya estaba limpia, el televisor apagado y Sigyn se quejaba sobre tener que irse tan temprano, además de renegar sobre tener que dormir temprano para ir a la escuela.

Ambos se fueron casi a las ocho por el hecho de que Sigyn se negaba a irse, observe la sala, la tarde se había ido casi volando, me senté en el sofá, tome el libro que estaba en la mesa de centro y comencé a leer donde el marcador indicaba, el tiempo paso, lentamente, cuando escuche la puerta abrirse y me fije en el reloj de pared me di cuenta que eran casi las diez, el rostro enfadado de Fandral se dejó ver al entrar a la sala, seguí con mi libro hasta que hablo.

-¿Por qué no me dijiste?- Dijo tan suavemente que casi fue un murmullo.

-¿Decirte que cosa?-Pregunte yo extrañado, por la pregunta tan curiosa.

-¿Por qué no me dijiste que estuviste en prisión?- Dijo, más alto esta vez, ahora sí que comprendí, me quede callado, no sabía cómo explicarlo, hacia años no pensaba en eso, además, como se había enterado,  suspire, cerrando el libro en mis manos y dejándolo en mesa de centro, observe a Fandral antes de decir.

-¿Quién te dijo eso?- Dije, sin saber realmente que decir.

-El quien me lo dijo no es importante, lo importante es ¿Es cierto?- Dijo, elevando un poco el tono de voz.

-No entiendo por qué tanto entusiasmo por saberlo- Dije yo esta vez tratando de mantener la calma.

-Solo dime si es verdad ¿Quieres?- Dijo con un tono ligeramente alto y con claros indicios de irritación, mientras cerraba los ojos y se frotaba el puente de la nariz con los dedos.

-Sí, es verdad, estuve en prisión un año, ahora, ¿Por qué de repente tienes tanto interés e saber sobre eso?- Pregunte, esta vez, hastiado por la actitud reacia de Fandral a decirme el por qué tanto interés en mi vida delictiva.

-¿Cuándo fue?- Pregunto de nuevo, ignorando mi pregunta como si no la hubiese formulado nunca.

-En la universidad, ahora…- dije, siendo interrumpido por Fandral.

-Y, no sé, jamás se te ocurrió decirme- Dijo esta vez casi gritando, odio que me interrumpan y aún más que me griten, fruncí el ceño, observe el enfadado rostro de Fandral, tan serio que podría asustar a cualquiera, mas no a mí.

-No es como que valla contándole a todo el mundo sobre mi tiempo en prisión ¿sabes?- Dije también yo, con un claro tono de sarcasmo y enojo.

-Dime por dios que tú no le metiste en la cabeza a mi hija la idea de defender sus ideales a toda costa- Dijo nuevamente con los ojos cerrados.

-Sí, se lo dije ¿por?- Dije, hastiándome de la absurda situación.

-Sigyn tuvo una pelea en la escuela, golpeo a otra chica solo porque “alguien” le dijo que defendiera sus ideales, ahora, Sif cree que no es bueno que un “pirómano” como ella te llamo, sea buena influencia para nuestra hija, así que, hazme el favor de decirme el porqué de dicho apodo- Dijo, mirándome como si hubiera cometido el peor de los crímenes.

-Para empezar, si, le dije que defendiera sus ideales, pero, jamás le dije que los defendiera a golpes, segundo, “pirómano” como ella me llamo, es solo un jodido rumor, si todas las personas que esparcieron ese rumor se hubieran dado a la tarea de investigar un poco, sabrían que las cosas no sucedieron como ellos piensan, tercero, no me arrepiento de nada de lo que paso el día que me arrestaron- Dije, gritando al final,

-¿En serio, y como sé que no me estas mintiendo? Después de todo, eres el gran Loki Laufeyson, “el señor de las mentiras”, además, ya me ocultaste tu estadía en la prisión, porque no me ocultarías otras cosas- Dijo con un claro tono sarcástico en la voz.

-¿Perdona? Yo no tengo por qué rendirle cuentas a nadie, lo que haga o deje de hacer no tiene por qué importarte- Dije, con la mayor frialdad posible.

-Tienes razón, tú jodida vida debe, valerme menos que una mierda, así que me largo- Grito, se dio la vuelta y salió, del departamento, me deje caer en el sofá, estaba enojado, era la primera vez que Fandral y yo peleábamos, me sentía cansado de repente.

Camine hasta el balcón donde encendí un cigarrillo, fumándolo en tiempo record, ni siquiera fumar me tranquilizaba, entre a la sala nuevamente, fui al baño, abrí el botiquín y tome los tres pequeños frascos de hasta arriba de la estantería, cerré el botiquín y camine hasta la habitación, fui a la sala y llene un vasillo con coñac, lo lleve de nuevo hasta la habitación y tome dos píldoras de cada frasco, llevándomelas juntas a la boca para después tragármelas con un trago de coñac, fruncí el ceño cerrando los ojos, luego, me tire sobre la cama apague la luz de la mesita de noche y deje que las píldoras hicieran su trabajo.

El efecto era lento, me sumergía lentamente en un remolino de recuerdos y sensaciones, ¿Por qué mierda siempre me pasaba eso con las malditas píldoras? O ¿tal vez era la mezcla con alcohol? No lo sé, podía ver frente a mis ojos imágenes que siquiera recordaba que tenía, recordé, como fue que termine en prisión aquella vez, recuerdo que en una de las manifestaciones, algo había salido mal, un chico que llevaba en su mochila varias bombas molotov caseras las había lanzado hacia dentro de la fábrica de cosméticos a la que habíamos ido, había quebrado algunas ventanas y de alguna manera una de las bodegas del lugar se había prendido fuego, cuando esto paso todos comenzaron a huir, yo no fui demasiado rápido, la policía me alcanzo antes de siquiera haber comenzado a huir, me arrestaron y maldito el instante en el que me había convertido en un hombre “adulto” me subieron a una patrulla, me llevaron hasta la comisaria y ahí me mantuvieron en los separos hasta mi juicio, el cual duro varios meses, antes de que se me llevara preso por destrucción de propiedad privada, estuve en prisión casi siete meses, en los cuales había visto a Thor en solo dos ocasiones, para cuando salí, ya había perdido el año escolar, motivo por el cual, me atrase, graduándome junto con la generación de literatura posterior a la mía, ese día prometí no volver a ir a una manifestación tan grande, pero por algo soy “el señor de las mentiras” como Fandral me había dicho o “Dios de la mentira” como Thor me llamaba al inventar excusas a mis faltas en la preparatoria, mentiras que jamás fueron desmentidas, de hecho, no pasaron ni siquiera dos semanas desde que había salido de la prisión para cuando ya estaba metido en otra manifestación.

Lentamente la inconciencia me envolvía, la suave tranquilidad de la noche me cubría, apagando mis sentidos, ayudada de una doble dosis de somníferos, antidepresivos y ansiolíticos, malditas pastillas, aunque hacía tiempo no debía usarlas, la sensación que me brindaban, esa suave inconciencia ascendente, hasta casi estar muerto, era fenomenal, realmente me llenaba de una indescriptible paz y armonía, conseguida solamente bajo el manto de la total inconciencia…

 

Notas finales:

A que no se lo esperaban, espero les haya gustado, dejenme un comentari si les gusto, si no les gusto, haganme saber sus opiniones y sujerencias, ademas diganme que es lo que les gustaria ver, les recuerdo que tendran dos capitulos del rubio...

 

 

Besos Diana

 

PDY: Les tengo una sorpresa que les mostrare con el otro capitulo ;)


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