*Prologo*
Me removí sobre la cama y las mantas que me cubrían el cuerpo se resbalaron hacia un lado provocandome un fuerte escalofríos. Estire los brazos y trate de buscarlas, mis dedos se movieron como serpientes y de repente captaron el tacto tibio y suave que provoca la piel ajena. Fue como si mis ojos se abrieran de par en par automáticamente y el molesto "Tic-Tac" del reloj se detuviera. Me incline sentándome sobre la cama y al hacerlo mis ojos desorbitados se posaron en mi propio cuerpo, desnudo, completamente sucio, con...¿con que?, ¿que era esa sustancia viscosa de color blancuzco?, ni en los días mas calurosos de mi vida había dormido sin ropa, las sabanas me causaban alergia y una picazón terrible.
—¿Que pasa?— me frote los ojos con la muñeca y volví a inspeccionar mi alrededor, a un costado izquierdo la ventana me pareció irreconocible, ¿donde se había metido mi sillón blanco y el oso que mamá me había regalado para mi primer cumpleaños?, le había costado un mundo conseguirlo y ahora se le ocurría desaparecer como si nada. ¿Desde cuando las paredes eran de color turquesa?—¿sigo soñando?
Una mano se poso en mi pierna, un poco mas arriba de mi rodilla, justo allí donde un solo golpe te provoca el reflejo involuntario mas impresionante a la vista. Corrí la mirada hacia allí confundido y lentamente recorrí su brazo con la mirada, hasta llegar a los hombros y luego al rostro. Desnudo al igual que yo, con los ojos entreabiertos y una media sonrisa dibujada en el rostro, se encontraba él, el chico mas popular de la escuela, el tipo mas codiciado y envidiado a la vez, el mas inteligente, atlético y "serio". Él chico que mas odiaba en mi interior por ser uno de los principales sujetos que dedicaban su tiempo a hacerme bullying. Y estaba allí, en la cama conmigo, sonriendo como si todo eso fuese un maldito chiste.
Corrí la mirada como si así pudiese desaparecer y hacerme invisible, y aparte la pierna incómodamente de su mano.
No es posible, es una pesadilla y voy a despertar en cualquier momento, yo jamas haría algo así.
Me frote la boca y mire el frasco que había encima del velador junto al reloj y su molesto "Tic-Tac". "GHB" ponía en una cinta adhesiva que lo rodeaba, no tuve que cranearme mucho para recordar donde lo había escuchado. En la televisión, muchas veces, demasiadas, todas en casos de violaciones, todas en casos de un abuso, todas en casos como el que me estaba pasando a mi. Era una droga, una droga depresora del sistema nervioso, era, sin duda, la culpable de lo que me estaba pasando. Ese pequeño e insignificante frasco transparente era el culpable de que yo me encontrara allí, en una habitación aromatizada a incienso y con carteles por todas las paredes en los que ponía: "MOTEL HOT".
En lo primero que pensé fue en salir corriendo, pero mis piernas me lo impedían, las manos me sudaban y era imposible no retorcerme los dedos una y otra vez, una y otra vez: frotarlas, limpiarlas, retorcerlas. El mismo ciclo, unas diez veces por minuto. Trague saliva y sentí el nudo que se había formado en mi garganta, quería ponerme a llorar, quería gritar pidiendo algún tipo de explicación, ¿pero como lo iba a hacer si ni siquiera era capaz de defenderme cuando alguien intentaba de meterme la cabeza en el retrete del baño?, me seque los ojos antes de que las lagrimas escaparan desesperadas, y me corrí hacia un lado bajando los pies del colchón de agua. Fui a levantarme pero su mano me detuvo, me sostuvo de la muñeca y sentí su voz decir esas palabras, esas dos únicas palabras que se grabaron en mi mente y me hicieron asentir con la cabeza atontadamente.
Sin nada mas que: asentir estúpidamente con la cabeza, había perdido mi virginidad, forzadamente, drogado, con un hombre, ¿y lo único que hacia era asentir con la cabeza?, si pudiese tener algo con lo que golpearme a mi mismo lo haría, pero en otro momento, no delante de él y su risa silenciosa que cada vez comenzaba a hacerse mas y mas fuerte. Mas y mas fuerte, mas y mas fuerte, mas y mas fuerte, mas y mas fuerte, mas y mas fuerte.
"Jajaja, jajaja, jajaja, jajaja"
Me levante de la cama y busque mi ropa entremedio del desorden que había en el piso, me sentí vulnerable delante de sus ojos, aunque ya debía haberme visto muchas veces en toda la noche, ¿pero eso que me importaba a mi?, yo no había estado en esos momento, ahora sí, y sentía sus ojos clavados en mi cuerpo. Comencé a vestirme cuidadosamente lo mas retraído que había estado en toda mi vida, y de pronto comencé a sentir unos gemidos, mi propia voz convertida en gemidos, en un sonido chirrioso que se parecía a una grabación mal grabada. Me gire con los ojos como platos y descubrí que se encontraba mirando atentamente algo en su celular, se relamió los labios, una, dos, tres veces y sonrió satisfecho sin despegar los ojos de la pantalla.
Me grabo...me grabo haciendo...
Quise ir y quitarle el celular de las manos, romperlo en el piso, pisotearlo hasta hacerlo trizas, pero el valor no me dio, mi valor no era suficiente y lo único que fui capaz de hacer fue fingir que no me daba cuenta y bajar la mirada para ocultar las lagrimas de mis mejillas.
Termine de vestirme y me presione las mejillas con las palmas de las manos para enfriarlas, estaban ardiendo y seguramente coloradas como un tomate, no, como un globo inmenso de color rojo, mi cabeza entera era un globo inflado. Suspire profundamente y camine rápidamente hacia la puerta, sentí que la cabeza me daba mil vueltas pero no me detuve y tampoco demostré lo mareado que estaba, cruce el umbral lo mas digno posible y ya afuera, me lance a llorar de rodillas en el piso.
Su risa había quedado grabado en mi cabeza.
"Jajaja"