Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Drama Queen por Ellie77

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disclaimer: Death Note pertenece a Tsugumi Oba y a Takeshi Obata.

Pairings: MxM ǀ BxA ǀ NeLi ǀ LxL.

Advertencias: AU ǀ Lenguaje vulgar ǀ Yaoi (Boy’s Love) ǀ Hetero ǀ Conteniedo sexual ǀ OoC ǀ Presencia de OC’s.

N/A: Feliz año nuevo :3

 ǀ Drama Queen ǀ

 

Capítulo 12:

Dude, analiza las pistas

.

.

Calma mis sueños adolescentes

No, no me pasa nada malo

Los niños están todos mal

Las historias están apagadas

 

Centuries Fall Out Boy

                                                                                                                     

.

.

Me quedo estático en mi misma posición, mirando a Matt dirigirse donde su padre. Intento concentrarme en ellos en lugar de meditar lo ocurrido hacía apenas escasos segundos. Es más sencillo intentar no darle importancia a permitir que mi mente se vuelva un caos todavía mayor.

Besé a Matt. Lo besé. Nos besamos. Sacudo mi cabeza como si de esa forma fuera a desechar la imagen; es una lástima que las cosas no sean tan sencillas como eso. Al final opto por limpiarme los labios con la manga de mi chaqueta, tal vez si oculto la evidencia logre convencerme de que el asunto no tiene la menor importancia. Joder, ¿por qué es tan difícil dejarlo pasar?

Vuelvo a ver a Matt y a su padre. Ellos lucen normales, un padre y su hijo compartiendo una conversación como tantos otros. Al menos me alivia saber que el señor Jeevas no vio nada, de ser así todo sería mucho peor. El solo imaginarlo me provoca un nudo en el estómago. A ver, ¿cómo le explicas al padre de tu mejor amigo que acabas de besar a su hijo en el patio delantero de su casa a plena luz del día? Simplemente no hay manera.

Como mi mejor amigo pareció olvidarse de mi existencia, decido acercarme a donde ellos para despedirme y salir corriendo hacia mi casa. Nunca he sido de los que huyen pero esta situación parece superarme. Necesito ordenar ideas y teniendo de frente a Matt no voy a lograr nada.

—¡Mello, ven! —exclama Matt cuando todavía estoy un par de metros alejado de él. Al notarme tan cerca sonríe; pareciera que se ha olvidado de lo que pasó —. Papá, él es Mello, mi amigo del que tanto te hablé.

Cuando estoy frente al señor y, a manera de distarcción, decido analizarlo. Matt no se parece en nada a él a excepción del color de ojos; tiene una estatura promedio, cabello oscuro que hace más notorias las pocas canas que tiene y poseé una sonrisa de esas que logran que te cuestiones si le duele o no sonreír. Parece una buena persona, aunque curiosamente no logro hacerme a la idea de que él es el padre de Matt. Al igual que Elsa, luce demasiado joven como para tener un hijo de dieciocho años.

—Eres justo como Mail te describió —menciona, no sé si sentirme halagado —. Ahora solo falta conocer si tu personalidad coincide con los relatos de mi hijo.

—Espero que le haya contado cosas buenas. —Soy amable con el señor, en cambio a Matt le lanzo una mirada de advertencia, más le vale haber hablado bien de mí. Me sonríe a modo de respuesta.

Comenzamos a charlar de cosas sin trascendencia; que si la escuela, que si las clases, que si yo tengo novia y cómo llegué a Winchester. Justo en ese momento, Elsa sale de la casa un tanto exasperada, esa mujer no sabe esconder sus emociones negativas. Abre la boca, de seguro para regañarnos por no haber terminado de retirar la nieve, mas al ver al padre de su hijo se queda callada un rato.

—¡Matthew, no te esperábamos! —grita a modo de saludo, yendo a su encuentro. El aludido también da un par de pasos hasta encontrarse con ella.

Por mi parte suelto una risa. Matt me mira extrañado, alza una ceja y se me queda viendo esperando una explicación. Niego con la cabeza, es en verdad gracioso.

—Te dicen «Matt» por tu padre. Qué original.

—Oye —se queja, parece avergonzado —, iba a llamarme «Matthew» también pero a última hora mi mamá cambió de opinión. Aun así se quedó el «Matt».

—Bueno, queda como un dato curioso.

Lo miro, siempre lo hacemos cuando compartimos alguna broma, sin embargo en esta ocasión es diferente. Apenas nuestras miradas se cruzan recuerdo lo sucedido, más bien ambos lo hacemos ya que él desvía su mirada hacia otra dirección. Intento que el sentimiento no me domine y termino por intentar mantener contacto cara a cara pero en lugar de concentrarme en sus ojos me dedico a observar sus pecas y su nariz.

—Es bueno que tu papá ahora sí viniera —atino a decir. Es lo más acertado que se me ocurre, no voy a mencionar «oye, qué bueno estuvo el beso, ¿verdad?» —. ¿Te aclaró por qué no vino antes?

—El embarazo de Rachel se complicó. —Doy por hecho que esa mujer es la novia de su padre —. Pero ya todo está bien y de hecho voy a tener una hermana.

—Supongo que… felicidades.

—Eres un asco para esto.

Volvemos a reír, a compartir la broma. Noto que también hace un gran esfuerzo por sostenerme la mirada pero el que no deje de rascarse la nariz no es muy buena señal. Lo entiendo, también estoy ansioso pero sé aparentar mucho mejor. Repito el mantra «fue solo un beso, solo un beso» en mi mente una y otra vez. Mierda, ¿por qué tuve que besarlo?

Estábamos muy bien como para arruinarlo de esta manera. Meses de amistad tirados a la basura por un arrebato sin fundamentos… Vale, debo calmarme, comienzo a sonar como el mismo Matt, como un verdadero melodramático.

Lo mejor que puedo hacer es lo mismo que hice la vez pasada: tratar esto como lo que es, un suceso sin demasiada importancia, un beso como cualquier otro que no significó absolutamente nada para mí. Sí, estoy nervioso y siento que voy a vomitar pero es porque besé a mi mejor amigo y sea como sea eso mueve algo dentro de uno mismo. Eso es lo que pasa, eso debe ser lo que pasa, tal y como la vez anterior.

—Supongo que la salida se cancela —digo, necesito sacar otro tema de conversación. Es mejor hacer como si nada, de esa manera el asunto del beso queda relegado.

Matt suelta un suspiro no muy bien disimulado. Debe agradecer el que haya decidido no aunar más en el tema.

—Hasta nuevo aviso. —Pareciera un poco aliviado de eso también; supongo que luego de besarnos lo último que quería era pasar tiempo a solas conmigo, el que su padre llegara debió caerle como anillo al dedo —. Podemos reanudar todo para cuando mi papá se haya ido, igual no suele quedarse mucho tiempo, un par de días a lo mucho.

—¿Te parece este sábado?

—No veo porqué no.

—Entonces es un hecho.

Nos sonreímos de nueva cuenta el uno al otro. Agradezco que a pesar de la tensión ambos hagamos el esfuerzo de actuar como si nada, eso me deja ver que la amistad que tenemos es sincera y que un detalle como ese no va a arruinarla.

Un beso nos unió pero otro no logrará que nos separemos.

—Bueno, habiendo arreglado eso, me voy.

—¿No te quedas? —pregunta Matt.

—Vas a querer pasar tiempo con tus padres ahora, no te quito la oportunidad —abre los ojos más de la cuenta, parece realmente sorprendido; no entiendo porqué tanto. Él mismo me ha dicho que le gustan esos momentos, pues yo no pienso arruinárselos —. ¿Irás a clases mañana?

—No —sonríe de manera nerviosa. Eso también me lo esperaba.

—Nos vemos cuando tengas tiempo para mí en tu agenda. —Me hago el afectado, logro sacarle una risa.

—Tengo espacio el sábado, ya te confirmé.

—Pues eso espero.

Me dirijo hacia mi motocicleta. Tomo el casco y me lo coloco para luego montarme en mi vehículo. Matt, quien me había acompañado, mira a su alrededor y después hacia mí.

—¿También te vas para no recoger más nieve, verdad?

—Tardaste en captar —rio al mismo tiempo que enciendo el motor.

Me termino de despedir con un gesto de mano, después emprendo marcha hacia mi hogar. Debo reconocer que ya estaba cansado de recoger nieve pero también me urgía alejarme de Matt y poder despejar mi mente. Un paseo en moto siempre me ayuda.

.

.

.

Al día siguiente, tal y como me avisó, Matt no asiste a clases, ese no tan insignificante detalle vuelve mi día una mierda. No es que no me hable con nadie más del salón pero con ninguno de mis compañeros me llevo tan bien como con aquel idiota; me hace falta Matt, no me cuesta reconocerlo, pero tampoco es como si fuera a lloriquear por los rincones añorando su presencia. Nunca lo haría, menos ahora.

Lo que a hoy concierne me dedico a sobrevivir a las clases. Tomo apuntes, pongo mi mejor cara ante Yagami, finjo que presto atención con Mikami —los dos profesores que me tocaron de nuevo este semestre— y con los demás hago más o menos lo mismo. Aunque no lo parezca estoy esforzándome, necesito mejorar mis notas, más luego de los exámenes pasados en los que Alex me superó con creces; lo único que me alegró de ello fue ver la cara de desconcierto del imbécil de Near.

La hora de receso llega y Sayu me arrastra hacia la cafetería para que almuerce con ella. Esta vez no tengo manera de zafarme diciendo que comeré con Matt así que me resigno a seguirle el juego, de cualquier manera tampoco es como si tuviera una mejor opción, era esto o quedarme en el salón solo como asocial y, peor aún, con Near. Todo lo que me lleve a Near es mierda por ello la compañía de Sayu es mucho más atractiva en todos los sentidos.

Me toca comer con ella y con Linda, y no me la paso tan mal. Sayu es agradable y Linda es simpática, creo que nunca me había dado la oportunidad de tratarlas más allá de la insufrible hermana del profesor más hijo de puta y la novia de mi mejor. Las personas como yo que nos quedamos con la primera imagen que nos brinda una persona, aunque tampoco puedo negar que he tenido mis excepciones a esa regla.

Cuando el descanso termina, Linda se excusa con que tiene que ir al baño para dejarme a solas con su amiga. Sayu no pierde el tiempo y no desperdicia la oportunidad. Todo el trayecto, desde la cafetería hasta el salón de clases, se la pasa encima de mí charlando acerca de cosas que no me detengo a meditar; sé que soy un completo idiota con ella, que con eso de mantener una línea entre nosotros me he vuelto un verdadero imbécil, sin embargo, a pesar de mis desplantes, Sayu sigue ahí. Tal vez sea masoquista y le gusta que la traten mal o quizá solo le gusto demasiado, prefiero pensar que es lo primero.

Al llegar al salón, la mayoría ya se encuentra ahí, a excepción de Linda quien dijo que iría al baño. Eso no me llama tanto la atención hasta el momento en que me doy cuenta que Near, extrañamente, tampoco está. Lo primero que llega a mi mente son las palabras que Alex le dijo a Matt, y es que a mí nadie puede sacarme de la cabeza que él no estaba mintiendo.  

Para empezar, Alex no es ese tipo de persona; de lo poco que lo llegué a tratar pude darme cuenta que a pesar de todos sus defectos nunca se metió con nadie, más bien parecía ser una persona moralista incapaz de perjudicar a alguien sin fundamento; que sea un puto es otra historia. Por otro lado está Near el cual sí es un hijo de puta a quien no le importaría pasar por encima de lo que fuera para obtener lo que quiere; y no, esto no se trata de si me cae mal o si lo detesto, aunque sí admito que un poco hay de esas cosas. Lo de Near no fue odio a primera vista, lo que me desagradó fue la actitud que tuvo para conmigo al momento en que me disculpé por haberle tirado la sopa en el saco. Mis palabras se las pasó por el arco del triunfo y continuó con su aire altanero y arrogante, sin importarle cómo pudo haberme hecho sentir. Esa es una característica que yo le adjudico a una mala persona.

El factor que no me cuadra tanto es Linda la cual a simple vista tampoco parece una zorra, al contrario, ella es un poco como Alex, centrada y buena, pero tampoco es como si la hubiera tratado lo suficiente como para poder estar cien por ciento seguro de esa afirmación. Aparte, aunque parece que adora a Matt con el alma, me consta que en esa relación él da mucho más por ella que viceversa, de hecho hace tan solo un par de meses Matt se lamentaba por la indiferencia de su novia para todo lo que tuviera que ver con él.

Por esos detalles no puedo quitarme la idea de que entre Near y Linda sí hay algo y de que las probabilidades de que le estén viendo la cara a Matt son bastante altas, mas no pienso dar ningún paso sin haber comprobado ninguna de mis sospechas.

—Pensaba, Mello; mis padres no estarán en casa y mi hermano…?

En ese momento, Linda hace acto de presencia en el salón, a los pocos minutos entra Near y seguido de él está el profesor Mikami. No parece haber nada fuera de lo común en esa escena más que el hecho de que Linda y Near llegaron al último pudiendo haber pasado algunos minutos antes juntos.

—¿Qué dices, Mello?

Me le quedo mirando a Near esperando ver algo distinto en él, no obstante no hay nada. Su uniforme continua impecable y la expresión en su rostro es igual de pedante y estoica que siempre.

—¿Mello?

—Ah, sí —decido volver a prestarle atención a Sayu, mira que en verdad soy un desconsiderado —. Lo que dices suena bien.

—¿En verdad?

—Sí, además no tengo nada más qué hacer. —La verdad no sé ni a qué se refiere, no recuerdo muy bien lo que me dijo; solo sé que me invitó a algo, con suerte a la cafetería de la otra vez.

—Entonces te espero en mi casa a las ocho.

—Luego me das tu dirección por mensaje.

—¡De acuerdo!

Luego de ello, se levanta de la paleta de mi butaca —lugar en el que estuvo sentada todo el tiempo—y se encamina rápidamente hacia el lugar de Linda. Sayu luce muy animada, tanto que al parecer contagia a Linda; ambas comienzan a cotillear y ahí es cuando dejo de mirarlas. Esa clase de asuntos no me interesan.

Lo que resta del día escolar continuo con la duda, al menos ya encontré algo más con que ocupar mi mente en lugar de seguir recordando la escena del día anterior con Matt. A final de cuentas sigo pensando en él pero esta vez de una manera diferente y eso logra tranquilizarme un poco. No es como si me sintiera bien conmigo mismo al momento de rememorar ese beso. Más que sentirme gay, me siento culpable y ni siquiera sé por qué. Quizá es un poco de remordimiento por haber estado a punto de arruinar nuestra amistad, quién sabe.

Las clases terminan luego de un rato que me pareció eterno. Comienzo a guardar mis cosas, aunque cuando veo a Near que lo hace de manera lenta decido imitarlo para hacer tiempo. Uno a uno los demás comienzan a salir del salón; Alex es de los primeros en abandonar el aula yendo detrás de él Beyond quien le pisa los talones, Linda y Sayu son las siguientes y esta última me guiña un ojo antes de salir. Al final solo quedamos Near y yo. Cuando Near se cuelga su mochila, yo hago lo mismo y me adelanto hasta la puerta para impedirle el paso.

—Tengo algo de prisa, ¿me dejas pasar? —Sus palabras son amables, sé que sus intenciones no.

—¿Puedo preguntar por qué tan apurado?

—¿En verdad te interesa? ¿Acaso yo te pregunto acerca de tu vida privada?

—Así que sí tienes vida privada.

—¿Qué buscas exactamente?

No creo que se sienta acorralado, más bien de verdad debe tener prisa por llegar al lugar al que sea que vaya. Tal vez va a reunirse con Linda, aunque me parece demasiado temprano para eso.

—Near, ¿cómo es que tú sabes de los problemas en la relación de Matt Y Linda?

Eso fue ir demasiado al grano.

Poco antes de terminar el semestre pasado, ocurrió algo un tanto curioso que en su momento no le presté demasiada atención. Solo atiné a enojarme. Estábamos en el salón de clases sin hacer nada cuando de pronto escuché a Near diciéndole a alguien que él suponía que Linda y Matt terminarían debido a la indiferencia de ella para con los asuntos personales de él, un problema del que nadie más sabía aparte de los involucrados y de mí, tal vez Sayu también.

Escucharlo decir eso me enojó. Me levanté de mi asiento y me dirigí a encararlo. Los demás que estaban con Near se alejaron al verme alterado —lo cual demuestra que el idiota no es tan asocial como parece o que al menos puede permitirse la compañía de personas si eso le conviene—. Al final terminé gritándole y hasta lo empujé. De no haber sido por Matt que intervino, juro que le habría partido la cara.

Regresado a lo importante, el punto es que Near sabía algo que no debía saber, o en dado caso también significaría que presta demasiada atención a Matt y a Linda como para saberlo. En cualquiera de las dos posibilidades su actitud resulta sospechosa.

—Ya te lo dije, es obvio. Y si eso es todo…

Antes de que intente salir, vuelvo a bloquearle el paso. Como me gustaría ver que se molestara por eso, para mi mala suerte su rostro sigue con los mismos putos gestos de siempre.

—Aún no he terminado.

Near me mira a los ojos, es de los pocos que logran sostenerme la mirada tanto tiempo y doy por hecho que también pertenezco a la minoría que logra hacer lo mismo para con él. Luego de unos segundos de permanecer así, cuando se da cuenta que en verdad no va a poder conmigo, comienza a retorcerse un mechón de cabello.

—Mello, en verdad tengo prisa.

—¿Te interesa Linda? —Con Near hay que ser siempre directo, no estoy seguro si es porque él no entiende entre líneas o para no permitirle que enrede más el asunto. Sea como sea más vale prevenir.

—Esta conversación no tiene sentido —alega —. Solo piensa, me estás preguntando si tengo alguna clase de interés en la nova de tu amigo. Tengo entiendo que eso es demasiado extraño.

—No le des vueltas al asunto, ¿te interesa o no?

—A ti no es a la persona que voy a responderle eso.

—¿Entonces es un sí?

Near no da su brazo a torcer, aprovecha que bajé la guardia para intentar escabullirse por un costado. Lástima que sea tan lento y que mis reflejos sean demasiado buenos. Lo tomo por el cuello de la camisa y vuelvo a pararlo donde estaba.

—Estoy hablando en serio, idiota, no colmes mi paciencia.

—Yo también estoy hablando en serio —rebate —. Por más amigo que seas de Matt este es un asunto que tampoco te concierne, ¿o en verdad él te interesa tanto como para intervenir en esto?

No sé en qué sentido insinuó eso pero tampoco me voy a detener a averiguarlo. Aprovechando el agarre, lo sacudo para después aventarlo. Near logra mantener el equilibrio, no se cae esta vez.

—Entonces sí te interesa —afirma, el ligero tono burlón que distingo en su voz me causa hasta asco.

—Es mi amigo, no te confundas.

—Claro, tu amigo —continúa el juego.

—A diferencia de ti, yo sí puedo entablar una relación así con alguien, un cariño incondicional.

—Y está bien, Mello. Sabes, mientras más intentas justificarlo, más evidente es.

¿En qué momento cambiamos de papeles? ¿No se suponía que yo llevaba las riendas de la discusión? No cabe duda que Near es el diablo.

De ese shock no me es fácil reponerme, Near toma ventaja de esto y ahora sí logra cruzar el umbral de la puerta directo a los pasillos. Cuando me percato de que ya no está, giro sobre mis talones y lo veo a un par de pasos lejos de mí. Ya no hay nadie por los pasillos, pareciera que en ese piso solo quedamos él y yo.

—Descuida, tu secreto está a salvo conmigo. —Pareciera como si Near me reconfortara. Suelto un gruñido, exasperado. ¡Cómo lo detesto! —. Así como espero tú también puedas guardar el mío.

Cuando estoy molesto no me permito meditar nada más allá de mi propio enojo.

.

.

.

Me paso el resto del día lamentándome por mi mala suerte. Me siento inquieto, expuesto, como si hubieran descubierto algo que llevaba tiempo ocultando. En parte no entiendo esa sensación; Near dijo cosas idiotas que no tienen el menor sentido, o al menos las insinuó. Y no, Matt no me interesa de esa forma. Sin embargo, aún y cuando lo repita una y otra vez no logro sentirme a gusto con todo esto.

Dejo mi celular sobre la cómoda a un lado de mi cama. Los párpados me pesan demasiado, siento que en cualquier momento me quedaré dormido. Podría hacerlo, ya terminé las tareas y no tengo más pendientes. Con eso en mente me levanto para dirigirme al closet y sacar mi pijama. Quizá me ponga a ver alguna película.

Cuando estoy por sacarme la ropa, mi celular vibra varias veces. Por curiosidad voy a tomarlo; no creo que sea Matt, debe estar ocupado con su padre, y fuera de él no me hablo tanto con nadie más. Desbloqueo la pantalla para salir de dudas.

«Estoy ansiosa por nuestra reunión de hoy, ya te estoy esperando. Por cierto, mi dirección es St. Claire #23».

Se trata de Sayu. Es ahí cuando recuerdo que me invitó a quién sabe qué mientras estábamos charlando en el salón. La verdad no tengo demasiadas ganas de salir, estoy agotado en todos los sentidos, pero tampoco quiero seguir siendo tan mierda con ella, no soy tan desalmado.

Entre quedarme a ver películas y reunirme con Sayu la segunda opción es más atractiva, además no tengo nada qué perder.

Es una suerte que no me haya cambiado. Vuelvo a dejar la pijama donde estaba y en su lugar tomo una chaqueta, una bufanda y unos guantes. Al ya estar listo bajo hacia la salida; no voy a avisarle a Halle ni a Giovanni, escuché que estaban en un momento de pareja y realmente no deseo interrumpir.   

Tomo mi motocicleta y emprendo camino hacia la dirección de Sayu. El tiempo que llevo viviendo en esta ciudad ha sido suficiente como para aprenderme la ubicación de la mayoría de las calles, al menos de las principales, gracias a eso logro llegar a la casa de los Yagami con un elegante retraso de… muchos minutos.

Es una casa grande y cuidada, a los padres de Sayu deben irles bien; ese será un tema de conversación para nuestra salida, a qué se dedican en su casa. Con eso en mente me acerco a tocar la puerta. Al instante escucho pasos acercarse.

—¿A qué debo tu visita, Keehl? —No es como si no hubiera prevenido que podría encontrare con Yagami, después de todo también vive ahí; solo que preferiría no haber tenido el placer de saludarlo.

—¿Está Sayu? —No sé qué tanto me estoy arriesgando, aparte no puedo improvisar nada. Si no vengo por su hermana, ¿a qué más vendría?

Light Yagami no se inmuta, su mirada me demuestra que está molesto pero hace todo por mantener la compostura. Me cierra la puerta en la cara y vuelvo a escuchar movimiento adentro. Alcanzo a oír la voz de Sayu mas no distingo con claridad lo que sea que se estén diciendo.

Luego de unos minutos que se me antojaron eternos, Light vuelve a abrirme la puerta acompañado de Sayu. Esta vez me permiten entrar al vestíbulo. Ella luce preciosa, como una de esas idols japonesas de los videos que Matt me muestra a veces; algo me ha pegado de sus gustos frikis.

—¿Van a ir al cine? —Light pregunta mientras se coloca un abrigo. Sayu asiente de forma muy eufórica.

—Sí, y Mello me traerá apenas termine la película. —Habiendo dicho eso dirige la mirada hacia mí. Asiento —. No tienes de qué preocuparte.

Yagami no parece muy convencido, a pesar de ello no hace nada por impedir que su hermana salga conmigo. Termina por colocarse una bufanda e intercala la mirada entre ambos, la detiene en su hermana.

—Entonces cuídate, no regreses muy tarde —le sonríe de forma dulce. Abro los ojos más de la cuenta. Vaya, el profesor Yagami sí sonríe.

Sayu se despide de su hermano y este sale de la casa. El ambiente se siente más ligero al instante. Ya más relajado, miro a Sayu. También le sonrío.

—Vamos al cine antes de perder la función.

Doy un par de pasos hacia la puerta, sin embargo, justo en ese instante, Sayu me toma por el brazo, impidiendo que dé un paso más. Alzo una ceja sin comprender. ¿Me perdí de algo?

—Ya Light se fue, no tienes qué seguir fingiendo. —Sí, me perdí de algo, eso me pasa por no poner atención cuando me habla —. La película la vamos a ver aquí, vamos a mi habitación.

Tira de mí para que la siga. Ya ni siquiera presto atención a más detalles de su casa por quedarme pensando en su propuesta. No soy nada ingenuo, sé las intenciones que tiene. Cuando una chica te invita a su casa, te permite entrar a su habitación y dice que quiere ver una película, está gritando que se muere por tener sexo. Esto es nuevo para mí, no el tener sexo sino queuna chica va a llevarme a la cama, no al revés.

Subimos escaleras arriba e ingresamos en la primera puerta que queda a la izquierda. Cuando Sayu enciende la luz siento que me encandila. Es una habitación amplia, se nota que es de una chica por donde lo veas; no será toda rosa pero el toque femenino está por todos lados.

Supongo que esta es la última oportunidad que tengo de echarme para atrás. Bien, sus padres al parecer no están, su hermano tampoco, le tengo ganas, ella a mí también, siempre llevo condones, supongo que ella ya no es virgen… pero, ¿en verdad debería hacer esto? He tratado demasiado mal a Sayu como para ahora pretender que estoy genuinamente interesado en ella y tirármela. Además esto va a traer consecuencias, Sayu de seguro va a ilusionarse y no tengo nada de ganas de comenzar algo serio con alguien.

Debo irme ahora mismo. Sayu hará alguna rabieta y quizá deje de hablarme pero a la larga será lo mejor. Me lo agradecerá algún día.    

—Ponte cómodo —dice a la vez que señala la cama —, ¿qué tipo de películas te gustan?

Bien, es más difícil de lo que imaginé.

—La que sea está bien.

—Pondré una de terror. —Un clásico. Con el pretexto de que «tienen miedo» las mujeres aprovechan para arrejuntarse y también está el hecho que muchos filmes de terror tienen escenas medio porno. Es un arma efectiva —. Espero te guste.

Cuando estoy por rechazar la oferta de Sayu y dar la media vuelta, ella procede a quitarse su abrigo de manera lenta, además comienza a desabrochar algunos botones de su suéter con el pretexto tan idiota de que comienza a tener calor. Sayu no tiene las tetas demasiado grandes pero con el que me deje ver su escote me pone un poco. Soy de los que se prenden con gestos, no tanto por ver cuerpos exuberantes.

Al final, como cualquier hombre, termino por caer. Me recuesto en la cama mientras ella pone la película en el dvd. Intento enfocarme en el detalle de que Sayu sí tiene una televisión en su cuarto mientras yo no —Giovanni sí iba a ponerme una pero Halle alegó que de ser así jamás saldría de mi habitación—, mas me es imposible en el momento en que ella se coloca a mi lado.

Me siento como un inexperto, es más, ni cuando fue mi primera vez me puse así de nervioso. Supongo que esta vez siento que tengo más qué perder. Suelto un suspiro, espero de esa manera poder liberar un poco de tensión. Debería dejar que las cosas fluyan por sí solas, quizá ni siquiera pase nada. Al menos con todo este alboroto he podido dejar de pensar en Matt y en las estúpidas palabras del estúpido de Near.

La película es mala, no necesito ser un experto en esos temas para saberlo, tampoco da tanto miedo; Sayu exagera sus reacciones cuando hay una escena a la que deberíamos temerle. Me abraza de manera fuerte, tomando mi brazo y apretándolo contra su busto. La hora y media que duró la película me la pasé más concentrado en sus senos que en la burda trama del grupo de amigos perseguidos por un asesino, y para hacerlo peor ni siquiera hubo porno.

—Realmente me dio miedo —finge admitir. Yo solo me encojo de hombros —, ¿a ti qué te pareció?

—Algo mala, la verdad. —Honestidad ante todo.

No obstante, en lugar de tomarlo mal, ella sonríe. Ella debe estar encantada con todo esto.

—Tú ni siquiera la viste. Parecías estar más concentrado en otra cosa.

Se acomoda de una forma en la que me permite ver su escote de forma más clara y, para incrementar aquello, desabotona todo su suéter. Me quedo mirándole esa parte con atención, no voy a fingir demencia en este momento.

Eso la pone demasiado feliz. A pesar del frío, ahora se retira la blusa permitiendo que observe su sostén. Está siendo demasiado directa. Sabía que no era una chica precisamente tímida pero esto sí logra tomarme por sorpresa.   

—Sayu, espera…

—No te preocupes. Mis padres salieron de viaje y Light va a con un amigo, no va a venir nadie a molestarnos.

—No es eso. Tú y yo no deberíamos hacer esto.

—No me salgas con que no lo quieres. Sé que lo buscas desde el primer día. —Igual no tanto así pero admito que desde hace varios meses es una de las principales protagonistas de mis fantasías húmedas —. Mello, no voy a arrepentirme después, no te preocupes por eso, tampoco voy a obligarte a nada luego dé. Es solo que quiero compartir esto contigo.

Sus argumentos no me convencen del todo. Va a manipulare luego como lo hace la mayoría de las mujeres. En verdad no entiendo cómo es que las chicas siguen creyendo que ese truco va a surtir efecto. Vamos, ningún tipo va a enamorarse solo porque te acuestes con él, las cosas no son así de simples; de ser así ya me hubiera enamorado un par de veces en mi vida en lugar de las cero que llevo.

Me le quedo mirando las tetas de Sayu un rato más —sí, las tetas; no significa tanto para mí como para verla a los ojos—. Debo reconocer que también estoy necesitado, desde que llegué a vivir aquí no he tenido nada qué ver con nadie, lo más cercano que he tenido con el sexo son los besos que me he dado con Matt y eso no se escucha para nada bien.

Durante estos meses solo me he besado dos veces con Matt y, joder, ahora que tengo la oportunidad de estar con una chica estoy a punto de desperdiciarla. A este paso me volveré verdaderamente homosexual. Si quiero convencerme a mí mismo —y de paso al imbécil de Near— de que Matt no me interesa de esa forma, entonces debo volver a ser como antes en estos aspectos: follarme a la chica sin que me interesen las consecuencias.

El profesor Yagami puede irse a la mierda, si me detesta sin haberme follado a su hermana, que realmente me la tire no hará mucha diferencia; Matt lleva insistiéndome tanto tiempo que le haga caso a Sayu, ¿pues qué cree? ¡Por fin lo haré! ¡Y también chúpate esa Near! ¡Me siguen gustando las mujeres!

Con eso en mente, comienzo a besar a Sayu. Mierda, se siente tan bien. Ella sí que sabe hacerlo, justo como me gusta, siendo arrebatada pero sin llenarme de saliva, también parece saber que no me gusta que me muerdan durante el acto. Gracias a Dios, todo ha empezado bien.

Y así seguimos con los besos, después nos quitamos la ropa y al final nos frotamos el uno contra el otro para realmente animarnos. Sayu no tarda mucho en lograr que se me pare; cuando se da cuenta de mi erección, me realiza un trabajo manual y después ella misma me pone el condón. Está más vivida de lo que había pensado o tal vez solo sea muy desinhibida, en este instante no me importa mucho. Cuando terminamos con los previos, ella se recuesta y me abre las piernas tanto como puede, dejándose a mi merced y permitiendo que tenga vista de absolutamente todo. Me dan ganas de comerme esa parte de ella también.

Caigo en la tentación y le meto primero la lengua antes de mi miembro. Ella grita, patalea, su voz es más aguda de lo que lo es siempre. Escucharla tan excitada me hace sentir bien conmigo mismo, me sube el ego tanto como me pone. Siento que esta será una de las sesiones en las que más dure. Agradezco que no estén más personas en su casa, así puedo hacerla gritar tanto como quiera.

.

.

.

Lo hacemos solo dos veces, debido a la falta de actividad de ambos supongo que por eso quedamos demasiado agotados. Medito sobre la vida mientras me repongo y ella se acurruca en mi pecho; la atmosfera es más romántica de lo que me gustaría. Por suerte Sayu no dice nada, no me hace prometerle cosas ni tener que decirle palabras bonitas de amor, de hecho, aunque lo hubiera insinuado no lo hubiera hecho. Ella sabe que no la quiero y aun así accedió a tener sexo conmigo, los dos tenemos que atenernos a las consecuencias.

Ya se ha hecho bastante tarde. Me levanto y comienzo a desperezar mi cuerpo. Siento la mirada de Sayu sobre mí mas como no dice nada yo tampoco lo hago; tomo mi ropa y comienzo a vestirme, mientras más rápido termine con esto será mucho mejor.

—Me la pasé muy bien, Mello —la escucho decir —. Gracias por venir.

No sé qué responder con exactitud, es la primera vez que me quedo en blanco ante una situación así. Termino de ponerme la chaqueta y me giro a donde ella. A pesar de encontrarse desaliñada, sigue luciendo preciosa envuelta entre las sábanas. No debería hacer tanto contacto visual.

—También la pasé bien. —Supongo que es una buena contestación.

Ella me sonríe. Se levanta también y se viste de manera rápida. Cuando se dirige hacia mí, me toma de la mano y me guía hacia la salida. Aprieto su mano por inercia.

Cuando estamos en la puerta, se me queda mirando a los ojos como esperando algo, creo que un beso; solo me limito a sonreírle. Nos despedimos rápidamente y luego de eso salgo de su casa.

El frío me da de golpe. Froto mis manos varias veces para así poder guardar algo de calor. La calle ya se ve bastante solitaria, ¿qué hora será? Decido sacar mi celular para quitarme esa duda y saber si Halle y Giovanni se dieron cuenta de mi ausencia.

Es cerca de media noche, la noche entre Halle y Giovanni debe estar en su mejor punto ya que no me han llamado y tengo tres mensajes en what’s app de Matt. Me meto a la aplicación y leo lo que me ha dejado; dice que mañana sí irá a clases y que su padre también mañana mismo se va. Antes de que se me ocurra responderle a eso, lo primero que le escribo es:

«Ya son 5.»

Matt me envía emojis de duda seguidos de un «Qué diablos te metiste? De qué hablas?».

«Que mi historial de chicas con las que he tenido sexo ya ha incrementado a 5.»

Ahora caritas sorprendidas «Dónde estás, Mello?».

«Acabo de salir de casa de Sayu».

En el instante que mando el mensaje, me arrepiento. Seré imbécil, ¿por qué le cuento esto?

Matt lee el mensaje pero no me contesta. Guardo el celular y me monto en mi moto, necesito llegar a casa y dejar de pensar.

.

.

.

Notas finales:

¡Hola!

Tenía ganas de escribir este capítulo desde hacía algunas semanas pero los finales no me lo permitieron XD. Es una suerte ya estar de vacaciones.

Muchas gracias a Melmatt♥ y a Nancy♥ por sus reviews :3

¡Gracias por leer!

¡FELIZ AÑO 2017!

Arrivederci…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).