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Can't you just be mine? [Kaisoo] por kimlawliet

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Notas del capitulo:

Holi~~

No voy a empezar a explicaros por qué tarde en actualizar, croe que es mejor que lean y disfruten del cap! <3

-¡¿Eres imbécil?! -grité expulsando todo el oxígeno presente en mis pulmones.

-Solo contigo -sonrió. Juntó nuestras frentes mientras intentaba zafarme de su agarre. Acercó sus labios a los míos, y giré la cabeza bruscamente.

-¿Te estás rindiendo? -pregunté confuso. Chasqueó la lengua y presionó su cuerpo contra el mío, cortándome la respiración.

-Tú eres el que tiene todas las de perder, pensé que eso lo sabías -sonrió arrogantemente -no entiendo por qué juegas a esto conmigo cuando solo quieres que nos acostemos de una vez.

-¿Qué? -pregunté sorprendido -Parece que no te has dado cuenta de quién está acorralando a quien -escupí molesto.

-Eres tú el que sigue provocándome –con una mano me cogió de mentón para obligarme a mirarlo -¿En tu juego entraba el orejón? –mis ojos se abrieron.

-Ah… eh… -comencé a balbucear y me regañé por ello. Respiré hondo y clavé la mirada en sus ojos, parecía orgullosos por haber tirado mi defensa por un momento –Lo que haga o deje de hacer con Chanyeol no es asunto tuyo.

-Kyungsoo –dijo cabreado, sus ojos ardían.

-¿Qué? ¿Acaso pensaste que sería un perrito faldero? Te dije que la imagen que tienes de mí, es errónea. NO EXISTE -al igual que la imagen de ti que intento borrar.

-Ante mis ojos eres un niño mimado, viviendo su vida perfecta, teniendo sexo cuando quiere- entrecerré los ojos -Un niño que se atreve a alardear de orgullo cuando sabe que lo perdió en el momento en el que aceptó ser mi esclavo –cerré los puños con fuerza, mis ojos se aguaron y los cerré mientras mordía mi labio con fuerza -Cuando te acostaste conmigo por primera vez –finalizó en mi cuello. Abrí los ojos cabreado.

-¡¡SI!! ¡Lo admito! –grité haciendo que se sobresaltase -. ¡No sé lo que es el orgullo! –¡Desaparece de mi vista! –mi voz se quebró en la última palabra. ¿Desde cuándo me he vuelto un llorón? Retuve las lágrimas y conté mentalmente antes de volver a enfrentarlo –No sé en qué momento me atreví a pensar que no eras tan gilipollas. No te atrevas a hablar de orgullo delante de mí de nuevo. No soy el único que ya no recuerda que es eso Jongin, y eso es algo que también debes tener claro.

  Lo fulminé con la mirada todo lo que pude, mientras seguía atrapado en su agarre. De repente, mis manos cayeron bruscamente a los lados de mi cuerpo, mi mandíbula fue liberada y todo el peso que acorralaba mi cuerpo despareció, mis piernas flaquearon y caí al suelo. Lo miré cansado desde abajo, pero el miraba hacia otra dirección.

-¿Me estás diciendo que quieres acabar con esto? –preguntó, lo veía de perfil pero pude apreciar su ceño fruncido. Pensé la respuesta y con un suspiró contesté con una pregunta.

-¿Hubo para ti alguna vez un “esto”? –su cabeza giró lentamente hasta clavar su mirada en mí. Se revolvió el pelo, cabreado y se agachó hasta ponerse a mi nivel. Me encogí, pegué las rodillas a mi pecho y pegué la espalda a la pared todo lo que pude. Al notar mi miedo se relajó y enterró el rostro entre sus manos.

-Eres demasiado frustrante… -dijo molesto. Mi boca se abrió.

-¿Q-Qué yo soy frustrante? –pregunté estupefacto.

-Un “esto”, un “aquello”, ese “algo”, me da igual cómo lo llames, seré estúpido, pero no soy ciego. Llámalo atracción, tentación, como quieras, todo es lo mismo y es solo eso –aclaró muy serio. Apoyé la cabeza en la pared y cerré los ojos.

-Se que no quieres algo más, pero yo tampoco y menos con alguien como tú.

  Me anoté un punto, con una sonrisa, pero mi semblante cambió cuando Jongin desvió la mirada lentamente como si esas palabras le hubiesen hecho daño. Fue como si me tiraran un balde de agua fría, de repente me sentí fatal conmigo mismo. Pero no mentí, yo no deseo enamorarme de él. Sería otro error en mi vida, somos incompatibles. No es lo que necesito. Sé que él no me quiere, que mi presencia le molesta, pero por una vez me gustaría saber qué es lo que pasa por su cabeza, el por qué le dolieron exactamente mis palabras.

-¿En qué estas pensando? –dije despertándolo de su ensoñación.

-¿Te interesa? –me preguntó clavando su mirada en mi. Estaba vez no hubo una sonrisa arrogante, ni una indirecta, tampoco su tono molesto al que ya me había acostumbrado. Me está preguntando de verdad.

-Sí.

  Cuando ese monosílabo se escapó de mis labios, Jongin suspiró, y antes de que le diera tiempo a levantarse, tiré de su corbata para que volviera a quedar a mi nivel.

-¿Por qué no puedes responderme a una sola pregunta? ¿Tan difícil te resulta ceder? –pregunté realmente cansado. No aparté mi mano de su corbata, ni él intentó alejarse. Ambos nos sumimos en un silencio cómodo olvidándonos por completo de nuestro alrededor.

  Su mirada se desvió lentamente a mis labios, y otra vez me moría por saber en lo que estaba pensando. Pero ya no me importaba, me daba igual, quién se rinde antes, quién ganó o perdió… porque lo único que necesito es sentir sus labios contra los míos. Su aliento en mi cuello. Tiré levemente de su corbata y con tan solo intercambiar unas miradas, engulló mis labios. Abrí mi boca deseando que el contacto se volviera más íntimo, entrelazando nuestras lenguas, hasta que nos separamos para poder respirar. Nuestros labios se rozaban insistentemente mientras respirábamos entrecortadamente.

-Estoy acostumbrado a ser solo diversión.

-Solo eres diversión –aclaré, pero mis palabras fueron como un taladro a máxima potencia en mi cabeza y en mi corazón. En su rostro se plasmó una de las sonrisas más tristes que jamás había visto, tanto que pensé que mi corazón se partiría en dos. ¿Acaso no era eso lo que quería escuchar? -¿en qué piensas? –pregunté consciente de que no me respondería, pero pensó la pregunta.

-Por muy engreído que pueda ser a veces, sé que nunca me verías como algo más. Nadie podría –. Su tono de voz disminuyó considerablemente. Un nudo se apoderó de mi garganta al verlo tan decaído.

-¿P-Por qué piensas eso? –pregunté, su respuesta me ha había dejado perplejo. Quería avasallarle a preguntas, pero sabía que no iba a contestar más. Ya ha sido bastante razonable.

-Olvídalo –miró al suelo y fue a levantarse pero volví a tirar de su corbata. Me senté encima de él, y se quedó completamente inmóvil, llevé sus manos a mi cintura y cogí su rostro entre mis manos. No sabía que decir, a mi no se me dan bien las palabras. Yo no soy Chanyeol. No sé animar a la gente.

-Bésame –le rogué, y en una milésima de segundo ya sentía su aliento en mis labios, sus dientes mordiendo mi labio inferior, chupándolo, y marcándolo como suyo. Deslizó sus labios por mi mandíbula y bajó hasta mi cuello.

-Jongin…  ¿Podemos volver a empezar desde el principio? Sin amenazas –pregunté en apenas un murmullo. Jongin apoyó la frente entre mi cuello y mi hombro.

-Si… -murmuró. Mi corazón comenzó a bombear rápidamente, alcé la mano para acariciar su pelo, y me apretó más contra él

–Lo único que te pido es exclusividad –expliqué.

-Pues aléjate de Chanyeol –dijo molesto, aún apoyado en mi cuello, fruncí el ceño e hice que alzara la cabeza y me mirara a los ojos.

-Es mi mejor amigo, no lo besaré y menos me acostaré con él. Pero seguirá siendo mi mejor amigo.

-No tienes por qué abrazar a tu mejor amigo, ni por qué sentarte en sus piernas o darle la mano –añadió con el ceño fruncido. Lo miré con los ojos entrecerrados y con una sonrisa.

-Eres muy mono celoso… -me miró como si fuese idiota y luego bufó.

-¿Celoso? Estás muy confundido –besó mis labios rápidamente -¿Entonces trato hecho? –lo miré sonriente, mi relación con Chanyeol no iba a cambiar, pero supongo que podría contenerme en su presencia.

-¿Ahora es un trato? –dije confundido pero con una sonrisa -Trato hecho –reí. Jongin me devolvió la sonrisa, y se acercó a mis labios pero giré la cabeza haciendo que rozara mi mejilla. Gruñó.

-Debemos sellar el pacto –dijo pasando los dedos por mi torso. Cerré los ojos pero negué con la cabeza.

-Por muy excitante que me parezca, se te olvida dónde estamos –miramos a nuestro alrededor, me había acostumbrado a la oscuridad, tanto que veía perfectamente cada una de sus expresiones.

-Cerré la puerta, nadie puede entrar. Además este baño es el aseo más limpio que he visto en mi vida.

-No te lo niego, pero no lo vamos a hacer aquí, no quiero un polvo rápido –dije pronunciando cada palabra. De todas formas no lo tendrá tan fácil, a alguien le va a tocar rogar, y estoy segurísimo de que no seré yo.

  Me levanté de encima de él y le ofrecí mi mano y se levantó sin mi ayuda, rodé los ojos y encendí la luz. Los dos cerramos los ojos con fuerza, la luz nos cegó por completo y nos reímos como un par de tontos.

  Jongin se acercó a mí con los ojos entrecerrados y cogió mi mano, para salir de ahí juntos. Paré en seco.

-¿Cómo pretendes que salgamos así?

-¿Así cómo? –preguntó confundido.

  Bufé ante su pregunta, solté su mano, y frunció el ceño, sonreí y llevé las manos a su corbata y su semblante se relajó al notar que no había rechazado su agarre. Cuando terminé con él, me di la vuelta y me miré en el espejo para arreglarme el traje. Jongin me miraba a través del espejo con una sonrisa maliciosa.

-¿Por qué me sonríes así?

-Me parece gracioso que pienses que voy a volver a sentarme en esa mesa.

-Deben de estar preocupados –dije con el ceño fruncido.

-Espera aquí.

  Esperé en el baño, mientras seguía arreglando un poco mi pelo y el traje, mis labios estaban un poco hinchados. Sonreí mientras los rozaba con la yema de los dedos. Escuché la puerta abrirse y entró un hombre. Uno de los que estaban en nuestras mesa, un hombre joven, de unos 25 años tal vez.

-¿No crees que tu madre estaría muy desilusionada si supiera lo que está pasando?

-¿Qué? –pregunté confuso.

-No es de mi incumbencia por eso no diré nada, tranquilo. Cuando era más joven me gustaban los juegos peligrosos, solo tened más cuidado.

-N-No sé a qué te refieres –dije mientras jugaba con mis dedos nerviosamente.

-Se os nota a metros de distancia, desaparecisteis mucho rato, y sinceramente yo no te noto indispuesto. Solo te veo con un nerviosismo que acabara en infarto –sonrió.

  Solté todo el aire que había en mis pulmones y respiré hondo. ¿Qué lo sabía? ¿De verdad éramos tan obvios? De repente la puerta se abrió, y Jongin entró por ella

-Ya está todo solucionado, vámonos de aquí.

  El hombre me miró con una sonrisa y se despidió con la mano, ganándose que Jognin lo fulminara con la mirada. Cogimos un taxi y Jongin me preguntó quién era y le conté lo que me dijo, se rascó la cabeza pero luego se encogió de hombros.

-No hay nada que podamos hacer al respecto.

 

*

 

-No puedes esperar a que cierre la puerta? –pregunté mientras era aprisionado contra la pared. Jongin cerró la puerta principal con el pie y tiró de mí hasta llevarme al cuarto.

-Pensé que nunca llegaríamos –sonrió. Quitó su chaqueta e inmediatamente me quité la mía y la arrojamos al suelo.

-Que impacien… -mis palabras fueron silenciadas por sus labios. Me empujó contra la cama con brusquedad y volvió a besarme. ¿Dónde quedó el Jongin vulnerable de hace media hora?

  Hacía tiempo que no tenía esta clase de besos con él, uno necesitado que desprende lujuria. Un beso capaz de excitarme completamente. Quizá lo niegue en voz alta, pero los añoraba. Deslizó su boca por mi mandíbula hasta llegar a mi cuello, donde comenzó a dar pequeños mordiscos.

-Jongin… -gemí. Otra vez me estaba dejando dominar, pero su tacto, la yema de sus dedos acariciando mi torso y mi cintura (aún incluso por encima de la camisa) se siente genial.

-No me explico por qué no puedo dejar de tocarte –dijo con la voz ronca debido a la excitación. Volví a gemir, y llevé una mano a su cabello para hacer que me mirara.

-Porque soy irresistible, ¿quizá? –pregunté con una sonrisa, que le contagié.

-Es lo más probable –murmuró en mis labios.

  Aflojé mi corbata debido al calor que emanaba de mi cuerpo y Jongin sonrió. Se sentó en mi cintura y se quitó la corbata lentamente sin apartar la mirada de mí. La dejó colgando de su dedo índice.

-¿Quieres jugar a un juego? –me preguntó con la mirada cargada en lujuria mientras mordía su labio inferior.

  No estaba seguro de mi respuesta, una parte de mi quería ser dominado por completo, dejar que Jongin hiciera lo que sea que quiera hacer. Pero otra parte de mi grita que este es el momento para dejar claro que no soy su juguete, que yo también se controlar la situación.

-¿Y bien? –me preguntó.

-Quiero jugar a mi juego –especifiqué. Me miró con los ojos entrecerrados y sonreí. Lo empujé contra la cama y me puse encima de él –juguemos a mi juego.

-¿Normas?

-Yo mando –aclaré quitándole la corbata de la mano -el juego se titula: “A ver cuánto puedes aguantar”.

-¿Estás seguro de que quieres jugar a un juego que sabes que perderás?

-Estoy seguro de jugar a un juego que se que ganaré.

Notas finales:

Gracias por seguir leyendo, y gracias a todos los nuevos lectores, cuidense <3!


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