-¿Tú qué? –preguntó Kyungsoo incrédulo. Una sonrisa decoró la cara de Jongin.
-Lo que oíste, por ahora, empieza haciéndome la cena, me la llevas a mi cuarto y luego limpias mi ropa sucia –dijo dejando la sala y Kyungsoo se quedó con la boca abierta.
Al cabo de 10 minutos Kyungsoo entró al cuarto con una bandeja de comida y se la dejó en la mesita a Kai.
-Uff, por un momento pensé que no lo harías, buen chico –dijo cogiendo un poco de la comida -delicioso, ahora lava la ropa y luego limpia el baño.
Kyungsoo obedeció y se tragó las ganas de querer estrangularlo. Limpió el baño y metió la ropa en la lavadora. Luego se duchó. Salió con unos pantalones, frotándose el pelo con una toalla.
-Ahora limpia el cuarto –dijo Kai y Kyungsoo lo miró mal.
-Estoy cansado déjame en paz por hoy –dijo molesto yéndose al armario a por una camiseta.
-¿Te cambió la personalidad? me esperaba un sí, Jongin ya voy –dijo imitando la voz de una chica.
-Yo no hablo así –masculló –déjame descansar.
Kai se quedó mirando su espalda desnuda e imágenes de él montando a ese chico y gimiendo vinieron a su mente y empezó a sacudir la cabeza.
-Limpia –dijo cabreado consigo mismo.
-Ya te dije que estoy cansado –dijo malhumorado.
-Creo que lo que estás es frustrado porque te estropee el polvo –Kai se levantó y caminó hacia él.
-Lo que tu digas –dijo poniéndose la camiseta. Cuando se giró chocó de lleno con el duro pecho de Jongin y se alejó unos pasos alerta. Kai sonrió.
-¿Por qué te gustan las pollas? Es decir… no tiene sentido, creo que nunca has tocado una teta por eso eres gay –dijo Kai simulando que tocaba una en el aire.
-Buenas noches –ignoró Kyungsoo desviando la mirada. Cuando apenas había dado dos pasos notó unos brazos rodearle la cintura que lo hicieron temblar al saber de quién procedían.
-No te enamores de mí –susurró en su oído –y te mato como te masturbes pensando en mí –susurró seductoramente pero con un atisbo de amenaza –o al menos si lo haces sin mi permiso –aclaró con una gran sonrisa. Kyungsoo bufó o al menos un intento de ello porque tenía los nervios a flor de piel.
-No eres mi tipo –dijo zafándose e intentado encararle. Jongin lo miro divertido –para nada –dijo analizándolo de arriba a abajo y desechándolo con la mano con asco.
-Te creería si no fuese, por lo nervioso que estás, el tomate en el que te has convertido y bueno, que no hace falta que lo diga pero soy irresistible, tanto si eres mujer como hombre –Kai dio un paso adelante y Kyungsoo uno para atrás hasta que el segundo chocó con la cama y Kai aprovechó para empujarle haciendo que cayera de espaldas en ella.
-¿Qu-qué haces? –consiguió preguntar. Jongin sonrió con esa sonrisa traviesa que tanto provocaba a Kyungsoo por lo que el pequeño intentaba mirar a otro lado para que sus ojos no se desviaran a los labios del moreno.
-¿Por qué desvías la mirada? –dijo poniendo una rodilla en la cama y Kyungsoo se movió hasta la otra punta de la misma.
-No la desvié –aclaró mientras la volvía a desviar sacando unas risitas a Kai.
-Ya, claro- ironizó- aún no me has contestado –dijo con un toque de versión.
-¿A qué? –preguntó confundido.
-¿Por qué te gustan las pollas? –Kyungsoo lo miró molesto – Te gusta ser jodido –afirmó con una sonrisa. Los grandes ojos de Kyungsoo se abrieron ante tal afirmación.
-Eso... a ti no te interesa –dijo molesto.
-Créeme, si me interesa –carcajeó –puedes serme de mucha utilidad Soo – dijo mirándolo de forma lasciva sacándole todos los colores a Kyungsoo, que lo fulminó con la mirada. ¿Utilidad? ¿De qué le serviría saber si...? No terminó de formular la pregunta en su mente porque inmediatamente una imagen corrió por todas sus venas hasta su cerebro. Se quedó estático, confuso y sonrojado pero con una cara de odio plasmada en su rostro.
-Déjame en paz, vete a la mierda Jongin –Kai frunció el ceño. Por muy tentador que pareciera no estaba en sus planes acostarse con Jongin, su hermanastro.
-Enano, ¿así es como le tienes que hablar a alguien a quien le debes sumisión?
–inquirió molesto. Kyungsoo se mordió el labio de pura rabia.
Kai lo tenía comiendo de la palma de la mano, se sentía vulnerable, indefenso, inocente, impotente, y sabía perfectamente los efectos que Jongin podía causar en él. Porque sí, definitivamente sentía una evidente atracción hacia su moreno hermanastro.
Cuando se dio cuenta Kai había subido por completo en su cama y lo observaba fijamente. Kyungsoo tenía la espalda apoyada en la pared y los brazos le rodeaban las piernas que tenía encogidas en su pecho.
-Bájate- ordenó nervioso.
-JA -carcajeó Kai – ¿y si no qué? –lo retó mientras se acercaba a él.
Kyungsoo en un acto inconsciente le propinó una patada débil en el pecho para evitar que siguiera acercándose. Kai gruñó molesto y le cogió del pie atrayéndolo rudamente hacia él, haciendo que su cuerpo se arrastrará por la cama. Kyungsoo intentaba zafarse y movía todos los músculos de su cuerpo en el intento.
-¡Suéltame! –gritó.
Kai intentaba pararlo, pero Kyungsoo se había vuelto loco y se removía hasta que una de sus manos aterrizó en la cara de Jongin. Eso lo hizo parar en seco. La palma de su mano ardía, eso le dejará una marca. Kai tenía la cabeza girada hacia la derecha. La rodó lentamente y lo fulminó con la mirada. Una mirada cargada de odio. Kyungsoo comenzó a balbucear y hubiese intentado huir, si no fuese por la rápida acción de Jongin. Este se sentó encima de él y con una sola mano le cogió ambas muñecas ascendiéndolas por encima de su cabeza inmovilizándolo por completo.
-Sabes que seguramente dejará marca ¿no? –preguntó demasiado calmado. Kyungsoo giró la cabeza para no enfrentar su mirada ni la idea de que lo tenía encima, en su abdomen. Kai molesto le cogió de la mandíbula y le obligó a mirarlo –te estoy hablando –gruñó.
-Lo siento yo... bájate por favor –rogó. Sus ojos estaban vidriosos.
-¿Por favor? Vas mejorando. Mira Soo, creo que no te ha quedado claro tu posición aquí. Yo soy el jefe, el amo, y tu una simple pulga, un mísero esclavo que hará todo lo que le diga o desee- sonrió de nuevo con esa sonrisa que tan nervioso ponía a Kyungsoo. – ¿me entendiste? –preguntó. Kyungsoo tenía la cabeza a punto de explotar. ¿Sentir el desprecio de su madre y de su padrastro o ser un esclavo? Había tenido charlas con su madre sobre homosexuales y la madre no parecía estar conforme con eso, le parecía algo extraño pervertido, impuro y sabe que el día que le confiese sobre su orientación, su madre se sentirá decepcionada. Pero lo quería y con el paso del tiempo ella lo entendería pero ninguno de los estaba preparado. Ni él para confesárselo, ni ella para asimilarlo. También había otra razón oculta o quizá no tanto. Una razón que habitaba en su mente. Una razón que no tardó en aclarar cuando exploró con la mirada el cuerpo del moreno –no te he oído
–masculló Jongin.
-Si –habló Kyungsoo mientras tragaba duramente. Kai volvió a sonreír conforme y se acercó a su oído.
-Bien dicho –le susurró haciendo que el cuerpo de Kyungsoo se removiera y Kai lo notó. Se acercó a su oreja y la mordió. Kyungsoo gimió y Kai se rió en su cara. –Con qué no era tu tipo ehh –atacó.
-No lo eres –masculló entre dientes. Kai lo miró detenidamente y una sonrisa se apoderó de él se acercó al cuello de Kyungsoo. Durante varios segundos lamió y succionó esa parte del cuello tan sensible del pequeño que lanzaba largos suspiros.
-¿Seguro? –volvió a preguntar.
-No lo er... –intentó volver a negar pero Kai se apoderó de su oreja robándole más suspiros y gemidos que le impidieron terminar su mentira.
Kai se acercó de nuevo a su cuello y después de lamer repetidas veces la zona le mordió realmente fuerte haciendo que Kyungsoo gritara de dolor y placer.
-¡Ahhh! ¡Joder! –gritó.
-Eso por mentir cuando estás retorciéndote de placer- dijo soltándole las muñecas. Kyungsoo se llevo una mano a su cuello y lo fulminó con la mirada- no me gusta esa mirada que tienes- agregó y Kyungsoo no pudo evitar soltar las palabras que azoraban su mente.
-¡¿Qué eres un puto zoombie o qué?! ¡Por poco me quitas la piel animal! –Kai se rió ante esa gran bocaza impropia del enano.
-No es así como tendrías que hablarme –dijo divertido y Kyungsoo se mordió el labio con los ojos vidriosos otra vez. Por un momento deseó que volviera abrir esa boquita, para mostrar ese carácter que mantenía oculto para muchas personas, pero ¿se atrevería?
-Vete a la mier... –empezó pero se quedó callado, impotente y Kai rió fuertemente. Sabe perfectamente que acaba de ser un hijo de puta, lo está amenazando, pero sinceramente le importa una mierda lo que Kyungsoo piense de él.
Le cogió de nuevo las muñecas y Kyungsoo lo miró asustado. Se inclinó hacia él, sus labios rozaban la oreja de Kyungsoo insistentemente.
-Recuerda que eres mi esclavo –susurró –y que no solo te quiero para que hagas las tareas- aclaró. Kyungsoo tembló ante la idea.
Se quitó de encima del pequeño, ya tendrá días para molestarle. Kyungsoo se relajó pero seguía alerta, tenía la mirada fija en Kai, que caminaba hasta su cama con indiferencia antes de llegar se giró para mirar al pequeño.
-Por cierto, seguro que lo sabes pero eso te dejará marca, y yo que tú me echaría algo, está muy rojo -aclaró -a ver como lo tapas mañana –carcajeó. Kyungsoo se levantó dispuesto a ir al baño y Kai lo llamó una vez más –se que estás duro –dijo dejándose caer en la cama –no te toques sin mi consentimiento –dijo con un atisbo de amenaza. Kyungsoo bufó y fue al baño corriendo. Cerró la puerta tras él.
-Joder –gimió cuando se vio en el espejo- tengo hasta sangre joder... bruto, animal y aún así me pone como nadie lo ha hecho –susurró para sí mismo. –Es que eres masoquista o algo D.O, eres gilipollas. –se maldijo.
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