Con lo último que Kim Kibum imaginó despertarse ese día era la noticia de un divorcio. Mucho menos el divorcio de Choi Minho.
Cada sección de espectáculos de los programas matutinos, hablaban sobre la noticia. En la pantalla se apreciaba una película de imágenes, de la que se consideraba la pareja perfecta, sonriendo y saludando, demostrando su “amor” en cada foto.
Kibum sintió el café más amargo después de ver una imagen de Minho y Yuri en su luna de miel. Sintió la amargura traspasar más cuando una nueva imagen de Minho en su boda se plasmó en la pantalla. Mucho peor.
La televisión y los programas de espectáculo parecían burlarse de él esa mañana, y las preguntas sobre lo sucedido le estaban volviendo loco. Él sólo quería apagar el televisor y olvidar por un momento el rostro de Choi Minho atacándole desde una pantalla.
Pero no podía hacer eso.
—¿No es el mismo Choi Minho con el que estuviste en un grupo?—Daehyun preguntó. Kibum quería que se quedara callado.
Pero tampoco podía hacer eso. Daehyun era su pareja y merecía respuestas a sus preguntas. Merecía más que su mal humor por culpa de Choi Minho. Merecía mucho más.
—Sí, es él. —Confirmó, escondiéndose detrás de la taza de café. Daehyun asintió hacia él y continuó con su desayuno.
Sólo a veces, como esa mañana, Kibum odiaba un poco que Daehyun no conociera nada sobre su pasado. Daaehyun podía conocer lo superficial, pero Kibum se había asegurado de dejar lo más íntimo bajo la superficie.
—¿Lo sabías?—Daehyun preguntó de nuevo, esta vez mirándole directamente a los ojos. Kibum frunció el ceño, no entendiendo del todo la pregunta.
—¿Saber qué?
—Sobre su divorcio—Asintió hacia el televisor, con los ojos brillantes. —Son amigos, ¿Estoy en lo cierto?
Kibum mordió su labio inferior, muriendo por dentro con la pregunta. ¿Qué diablos debería decirle? No, no somos amigos. Terminamos cuando él no pudo ser lo suficiente valiente.
Negó con la cabeza cuando las imágenes de Minho y él lo atacaron. No debería pensar en él, debería dejar de hacerlo. Pero entonces Minho había llegado a arruinarle su mañana.
—No somos tan cercanos. —Mintió. —Hemos perdido contacto con los años.
Daehyun murmuró algo como un ‘hmm’ y regresó a su desayuno, como si él hubiera dado la respuesta correcta. Kibum se sintió mal al mentirle, pero simplemente había cosas que no podía compartir con él.
Su móvil sonó después de eso y leyó el nombre de Jinki en la pantalla. Murmuró un suave ‘tengo que atender esto’ a Daehyun y caminó por el pasillo hasta perderse en su habitación.
—¿Si, Jinki?—Dijo, cuando dejó a su dedo pulgar caer en ‘aceptar’.
—¿Cómo estás, Kibum?—Jinki preguntó, con esa voz que utilizaba cuando ellos tenían montones de trabajo, esa que hacía que quisieras a Jinki reconfortándote toda la vida. —Estoy seguro que has escuchado las noticias, digo, quién no lo ha hecho.
De pronto Kibum sintió un nudo en la garganta. De pronto las lágrimas ya estaban golpeando contra él, humedeciendo sus ojos y haciéndole temblar. Dios, Jinki podía lograr eso. Y él estaba malditamente sentimental sólo por un ‘¿Cómo estás, Kibum?’.
—Sí, lo he escuchado, Jinki. —Kibum dijo, tratando con todas sus fuerzas de no dejar que su voz temblara y se rompiera. —Estoy bien. —Mintió por segunda vez en el día y rogó porque Jinki no descubriera su mentira.
—No te escucho así, Kibum.
Sí, bueno, era demasiado pedir, pensó. Jinki no fue el líder por nada. Él podía leer las mentiras en todos ellos, y Kibum no sería la excepción a pesar de los años y la línea telefónica entre ellos.
Kibum suspiró, dejando que una y sólo una lágrima resbalara por su mejilla. Se perdió contra sus labios y su cuerpo tembló un poco, y era demasiado para poder soportarlo.
—Estaré bien. —Dijo entonces, mordisqueando sus labios suavemente. —No es como si algo cambiara. No tengo que fingir sonrisas, no tengo que verle.
Y esperaba que eso pasara por un largo tiempo y que ningún medio lo acosara con preguntas sobre Choi Minho. Él había tenido suficiente de Choi Minho en su tiempo juntos y no planeaba tener más con él.
—Sabes, aún podemos encontrarnos y hablar. —Jinki dijo. —Estaría encantado de tenerte en casa.
La oferta era muy tentadora, porque Jinki siempre tenía buenos consejos, pero Kibum no estaba seguro. Sabía que se rompería y lloraría y los buenos recuerdos llegarían y lo atacarían peor que otras veces. Estaba demasiado seguro de eso.
Y tampoco quería darle explicaciones a Daehyun. Él podría comenzar a hacer preguntas, para que las no tendría respuestas y todo en su feliz vida podría caer. Kibum decidió que estaba mejor de esa manera.
—No es necesario, en verdad, Jinki. —Caminó por la habitación y cayó sobre la cama minutos después. —Estoy bien, o al menos lo estaré pronto.
Kibum tenía que proponerse eso. Estar bien, no pensar en Minho, disfrutar de su vida con Daehyun y seguir con su trabajo como si nada estuviera sucediendo.
—¿En verdad, Kibum?—La duda bañó la voz de Jinki y se vio sonriendo por lo preocupado que también sonaba. Dios, él podría decirle a Jinki en ese momento que lo amaba y no se avergonzaría de eso.
—En verdad, Jinki.
Escuchó un par más de ‘¿Estás seguro?’ antes que Jinki colgara con un ‘Hasta luego. Llámame si necesitas algo.’ Dejó el móvil a un costado de él y entonces cerró los ojos, evitando las lágrimas que estaban formándose de nuevo.
La noticia seguía fresca en él. Las imágenes de Minho seguían golpeando contra sus ojos a pesar de tenerlos cerrados y los recuerdos causaban un cosquilleo que creyó olvidado en él.
Choi Minho le hacía mal a pesar de los años. Las películas con todas las imágenes de Minho y Yuri seguían reproduciéndose en él. Minho y Yuri en su boda. Minho y Yuri en la luna de miel. Minho y Yuri en el estreno de una película. Minho y Yuri sonriéndose el uno al otro.
Dios, era una completa tortura.
Entonces las imágenes de Minho y él lo torturaron también. Si Kibum cerraba los ojos aun podía sentir ese cosquilleo en su piel cada que Minho lo acariciaba, o entrelazaba sus manos o dejaba que sus brazos chocaran suavemente.
A veces cuando el dolor no era tan tanto, a Kibum le gustaba recordar los besos que Minho le daba por las mañanas o la manera en que sus brazos le abrazaban por las noches y murmuraba palabras de amor contra su oído suavemente. A veces le gustaba hacerlo.
Pero a veces odiaba recordarlo. Y se sentía como un estúpido por amar todos esos recuerdos y odiarlos por momentos.
Pero eran, después de todo, sus recuerdos. Y tal vez él y Minho no pudieron lograrlo al final, pero Kibum no estaba arrepentido de nada en su pasado. Minho era un bonito recuerdo, que a veces le dejaba nostálgico y otras veces traía a él sentimientos horribles.
—¡Kibum, dónde estás! —Escuchó el grito justo cuando cerraba los ojos. Kibum suspiró, mientras rodaba por la cama y se alejaba hacía el otro extremo.
—¡En la habitación! —Gritó también, escuchando los pasos de Daehyun acercándose a la recamara. Kibum cerró los ojos más fuerte, y trató de no parecer débil frente a él. No quería que mirara el rastro de lágrimas en él.
—Kibum, aquí estás. —Afirmó, cuando llegó a la habitación. Kibum le escuchó moverse por el lugar y lo sintió dejarse caer en la cama.
Kibum dejó que su cuerpo se relajara cuando sintió los dedos de Daehyun pasearse por su brazo. El toque de Daehyun era similar al de Minho, le relajaba por las noches, pero nunca lograba ese cosquilleo en él. No como el de Minho.
—¿Qué sucede?—Preguntó, cuando los dedos de Daehyun dejaron de pasearse en él.
Daehyun se dejó caer a su lado y su brazo pasó por su cintura. Kibum se permitió un poco más de relajación y suspiró, dejando que Daehyun le abrazara más fuerte.
—Sabes, Kibum, tal vez no conozca mucho sobre tu pasado, —Él dijo cerca de su oído, causándole cosquillas. —pero entenderé si quieres ver a tu amigo, o a todos ellos. Conviviste bastante tiempo con ellos, ¿no es así? Y tal vez en estos momentos necesite todo el apoyo posible.
Y eso era todo. Era el peor novio de todos. Kibum se sintió de esa manera. Abrió los ojos y pensó en una buena respuesta, pero nada venía a él.
Simplemente no podía decirle a Daehyun que nunca se encontraría con Minho de nuevo, que no pensaba hacerlo, que no quería hacerlo. Y que justo en ese momento, no quería saber cómo se sentía Choi Minho y cuánto apoyo estaría necesitando.
Tal vez Minho sería la persona más importante en su vida. Pero también sería la persona que más le dañó. Y Kibum no quería saber de él, porque no lo soportaría.
—Seguro que sí. —Murmuró. Daehyun rió, y Kibum se preguntó por qué.
Lo miró entonces, perdiéndose un momento en sus ojos. Daehyun era tan diferente a Minho, tan diferente, que lo único que podía decir que tenían en común, sería su cabello. Era tan suave y castaño como el de Minho y podía enredarlo entre sus dedos, como lo hizo en el de Minho en el pasado.
Y eso era todo.
Daehyun tenía los ojos y pequeños y brillosos. Y siempre que lo miraban, le adoraban. Su nariz era pequeña y a veces Kibum tenía unas inmensas ganas de besarla suavemente, como alguna vez Minho lo había hecho con él. Y entonces estaban sus labios. Kibum tal vez no sentía ese cosquilleo cada que sus labios se encontraban, y tampoco estaba esa sensación romántica. Eran dulces sus labios y a Kibum le gustaba que su labio inferior fuera más grueso que el inferior.
—Tal vez deberías encontrarte con ellos. —Él dijo, apresándole más fuerte contra él. —¿Cuándo fue la última vez que te reuniste con ellos?
Kibum mordió su labio inferior, mientras se encogía de hombros. No tenía una fecha exacta, tampoco podía recordar cuando había sido la última vez que ellos estuvieron juntos, como cinco al menos.
Él se había encontrado con Jonghyun cuando celebraron su carrera como solista. También con Taemin cuando él comenzó a salir con una chica. Y también se había reunido con Jinki infinidad de veces, aún después de su matrimonio. Pero entonces después de SHINee y de que todo terminara, ellos cinco no habían estado juntos.
Kibum había evadido todas las reuniones en donde el nombre de Choi Minho estaba en la lista. A veces se sentía como un cobarde por hacerlo, pero entonces, Minho había hecho cosas que Kibum no estaba tan seguro de poder perdonar y dejar pasar.
Le había dañado, le había hecho derramar lágrimas por noches y eso era demasiado. Kibum estaba bien entonces. Estaba bien sin verle, sin saber de él, y eso pensaba seguir haciendo. Sólo pretender que Choi Minho no existía.
—No puedo recordarlo. —Murmuró contra la camisa de Daehyun. Él rió y le abrazó más posesivamente. —En verdad que no puedo hacerlo.
Daehyun besó su frente suavemente y Kibum tuvo un recordatorio del pasado, y decidió que ese día era el peor de todos. Minho y las noticias mañaneras no estaban haciendo de su día el mejor y todo lo que hacía y dejaba de hacer, le recordaba los años pasados.
—¿No crees que es tiempo?—Su pareja preguntó, con ese tono suave que usaba por las noches cuando hablaban de todo y nada.
Kibum, sin embargo, no estaba tan seguro de lo que Daehyun decía. Ellos ya no eran grupo, ellos no tenían que encontrarse en cada ocasión, y si planeaba dejar todo atrás y marcharse, tenía que comenzar a dejar el pasado atrás y olvidar quién era en ese lugar. O al menos lo que quedaba de él.
—Sí. Podría ser.
Daehyun asintió, sus dedos jugando contra la piel de su mejilla, y sus labios tratando de alcanzar su boca. Kibum lo dejó, besando suavemente y mordiendo también.
Olvidando por un momento que Choi Minho estaba soltero de nuevo.