Yoh miraba un poco asqueado como Hao recogía parsimoniosamente sus entrañas del suelo, eran una cosa extraña de ver, algunas eran de un color muy oscuro y otras muy brillantes, pero todas eran transparentes, como si fueran un holograma o una especie de entrañas fantasma, aun así hacían algo de ruido al ser acomodadas en su interior, plash fluuuc.
(Para quienes no los saben, hay un capítulo perdido que no se si se borró por error o fue víctima de la censura donde para hacer a Hao el shaman King oficial le sacan todo lo de adentro,)
-Tal vez deberías solo indicarme como hacer las cosas en vez de mostrármelas- sonrío Yoh con una gota de sudor bajando por su frente.
-Tonterías, con esa actitud nunca llegarás a ser un dios.
-No necesita serlo- añadió Hana, quien haraganeaba sentado en la hierba- simplemente déjenos todo a las nuevas generaciones, viejos.
Los tres se encontraban en el jardín frente a la casa Asakura, comenzando el entrenamiento de Yoh.
-¿A quién le llamas viejo? Te recuerdo que ahora soy exactamente de tu edad- riñó Yoh.
Cuano Hana había regresado a casa y preguntado por su madre no se sorprendió mucho con la respuesta de Hao.
-Nos enviará su dirección pronto, si quieres visitarla o incluso vivir con ella es tu decisión.
-Ha dejado a papá por esto no?- dijo el rubio señalando a un joven Yoh.
-No creo que funcionara una relación después de un impacto como este- sonrió Yoh, además que la nueva residencia del tío Hao aquí, no ayudó mucho.
-Tranquilo pa, realmente nunca creí que ustedes dos funcionarían… aunque aguantaron varios años… supongo que voy a tener que pagarle a Alumi
-¿Estaban apostado por la duración de estos dos?-se carcajeó Hao.
-Ella y Horo son los que más se acercaron, tenemos que pagarles el 80 y el 40 por cient..
-Mis amigos también??- se indignó Yoh- no puedo creerlo que crueles!!
-Todos en su tiempo te lo dijeron, hasta yo- dijo Hao encogiéndose de hombros.
-¿Dónde te gustaría vivir?- preguntó Yoh cambiando de tema, su voz sonaba a que en verdad quería saber lo que necesitaba su hijo para ser feliz.
-Eso no está a discusión- dijo Hana- yo estaré donde el tío Hao esté… es decir! Necesito espiar al enemigo que eres tú!! Y te recuerdo que él es más como un padre para mí que tú y que mamá!!
Yoh puso una mirada herida.
-Como quieras.
Hao los miró a ambos con preocupación, pero sabía que de nada serviría tratar de obligar a Hana a absolutamente nada, tenía que darse cuenta por sí mismo, incluso sabía que si le prohibían visitar a su madre él se empeñaría en hacerlo, así que había dejado abierta la posibilidad conociendo a la perfección que en primer lugar por ahora estaría demasiado ocupado para eso y en segunda que le daría flojera ir hasta quien sabe donde solo para ser regañado.
-Como sea, volvamos… Yoh tu postura está mal- señaló cerrando sus vendajes sobre la herida- tienes que flexionar las rodillas así…
Se puso detrás de su hermano menor agachándose un poco y colocando sus rodillas dentro de las corvas de Yoh.
-Mueve tus muslos como yo así- luego lo sujetó de la cintura con un brazo y la muñeca con el otro- el brazo así-sus cuerpos estaban tan pegados que parecían ser uno solo, la mejilla de Hao estaba pegada a la de su hermano menor para indicarle el movimiento del cuello
-Sabes Hao, no te haría mal usar ropa interior de vez en cuando- dijo Yoh sonrojado pues su cadera estaba recargada contra la del Shaman King.
-Si quisiera hacerte algo ahora estarías desmayado- dijo Hao- concéntrate en tu entrenamiento y no en mi…
-Quiero entrenar!- gritó Hana.
-Que?
-No es justo que solo mi padre aprenda esas técnicas milenarias, estaríamos en desventaja, también quiero entrenar- diciendo esto ya estaba de pie imitando la postura de ambos pero sumamente mal hecha.
-Que torpes son los dos- dijo Hao- No es así, es así- corrigió aplicando la misma didáctica que había practicado con Yoh- tienes que estirar la espalda así y el brazo de esta forma- dijo cerca del oído de Hana.
Al rubio se le erizó la piel y se puso rojo, era cierto, el tío jamás usaba ropa interior.
-Así? – preguntó Hana repitiendo la misma pose idiota.
-No!! Así!- dijo Hao poniéndose detrás él y volviendo a corregir la postura.
Hana sonrió.
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-Johane pon atención a lo que estás haciendo!- gritó Alumi sacándose el visor, su hermosa melena pajiza se refrescó al viento.
-Perdón…-
-Casi me matas.
-Lo siento Gakko.
El resto del equipo Hao entrenaba en un cementerio abandonado, la próxima locación de las peleas; Gakko devolvió al peli negro su paraguas, el cual había estado a punto de atravesarlo por el medio.
-Ustedes están muy distraídos, ¿Qué vamos a hacer si perdemos la próxima pelea? Ya es una batalla oficial por si no lo recuerdan.
-Es ese niño! – susurró Gakko- su mirada me pone nervioso, siento que me está vigilando todo el tiempo- Men Tao también estaba entrenando aunque todavía tenía los vendajes de su pelea anterior. En todo el rato sus ojos albinos no se habían quitado de encima de él.
-Yo no sé cómo puedes entrenar tan quitada de la pena sin preocupare por Hana, su vida familiar debe estar hecha un caos ahora mismo.
-No seas idiota, es por eso que debemos ganar, tenemos que demostrarles a los adultos que podemos tomar nuestro destino en nuestras propias…
Un bip bip bip interrumpió la charla, Alumi sacó su oráculo virtual y lo miró con interés durante un rato, luego se dirigió sonriente a los otros
-Venga, es hora de pagar, he ganado la nueve a uno!
-La nueve a uno!- repitió Johane alarmado
-sip, esa donde solo tú apostaste a que se quedaban juntos.
-Eso quiere decir….- Empezó Gakko
-Que los papás de Hana se han separado- terminó Johane.
-Maldita sea! Justo en el momento en que menos tengo dinero!- gruño el del pelo bicolor.
-No puedo creer que se preocupen más por eso que por el pobre Hana, debe estar destrozado.
-¿de qué hablas? Hanna no es un debilucho, ahora paga.
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-¿Dónde encontraremos un dios que nos represente Lyz?- preguntó Ryu
Estaban cruzando el desierto a bordo de un jeep de última generación, comprado a la compañía del papá e Manta.
-Espero que hallemos alguno aquí, sino tendremos que viajar al otro extremo del mundo a buscar algo en el fondo del mar.
-¿porqué no te conviertes en dios tu mismo?
-Bromeas Ryu? ¿Sabes lo que duele eso? Peor que la muerte.
-Bueno, tampoco estamos seguros de sobrevivir haciendo esto, puede que encontremos un dios pero ¿Qué tal que no quiere ser shaman King? ¿o que tal que simplemente decide comernos?
-Encontraremos a alguien.
-Bueno es un alivio.
-¿Qué?
-Si Lyzerg no está dispuesto a ser el Shaman King para seguir a Kami-Hao eso quiere decir que debo tener alguna esperanza- sonrío Ryu guiñando un ojo. Era broma evidentemente, un regaño amistoso.
-jajajaja tu no te rindes no? Creí que te gustaba Tamao.
-Si me gusta, pero el joven Lyzerg fue todo mi amor por muchos años, y ahora trato de hacerle ver que si no está dispuesto a morir por alguien no vale la pena ni atravesar este desierto.
-Tienes razón Ryu, mira… en el fondo no es eso, simplemente no me imagino desarrollando el poder necesario para ser Dios, la probada que tuve me hizo ver cuán lejos estoy de ello.
-Yo podría solucionar eso.
Una voz que viajaba en el viento llegó a sus oídos.