-que te hace pensar que te podría contratar? _ le dije mientras me sentaba en el sillón con una actitud arrogante.
- su mayordomo es bastante adulto, ya no puede encargarse solo de la mansión, y sus sirvientes, no son exactamente buenos para atender las labores que le corresponden, además _ mientras él hablaba yo no podía evitar mirarle, de pies a cabeza, lo observe, su cabello era negro, oscuro como la noche, sus ojos eran color carmesí, me atraían, era alto y su cuerpo se notaba que lo trabajaba, un rostro hermoso, una piel como la porcelana, es bastante atractivo. _ pensé mientras me sonrojaba. –Que es lo que piensa, mientras me mira de esa manera_ me dijo con una sonrisa un poco burlona. –hay algo malo en mi cara, que la observa tan atentamente? –esa no es la manera de hablarle a quien le estas pidiendo que sea tu amo. Le dije en un tono fuerte, mientras ocultaba mi vergüenza.
-mis disculpas _ dijo haciendo una reverencia – pero, he traído una carta de la princesa Leticia, diciendo que estaría muy agradecida si usted me contrata.
Lei la carta, la cual pedía expresamente contratar a Sebastián, el cual era un estupendo mayordomo. - disculpa, nos hemos visto en algún lugar antes de que le viera con la princesa Leticia? Le pregunte curiosamente mientras leia la carta.
-yo al igual que la princesa, vivía en otra ciudad del país, la primera vez que vine a esta ciudad, fue para la fiesta de bienvenida de la princesa Leticia, la cual se realizó en su mansión. Además, para mi seria imposible poder olvidar una cara tan adorable, como la suya.
- soy hombre, no me llames adorable _ le dije avergonzado. Este hombre me intriga siento que lo conozco, además el al parecer no sabe de la muerte de la princesa, quizás lo han mandado aquí para que la sustituta de Leticia no sea descubierta, después de todo, no pueden arriesgarse. Creo que tendré que aceptarlo por el bienestar de la reina.
-te dejare a prueba unos días _le dije. Comienzas a trabajar desde hoy, te iré a mostrar las habitaciones, empezaremos por el salón, este es el lugar en donde se reciben todos los invitados, este es el comedor, la cocina, aquí están las habitaciones de los sirvientes, esta será la tuya, puedes venir a verla cuando terminemos el recorrido, cuando termine de mostrarle el primer piso, fui al segundo piso, en el cual le dije cuál era mi habitación y mi oficina, terminando el recorrido le presente a todos los sirvientes y le dije cuáles eran sus obligaciones.
En la tarde me aliste para ir al funeral de la princesa, en el cual hice un breve acto de presencia solamente, no podía soportar a tanta gente llorando hipócritamente, como si les hubiese importado ella en algún momento pensé.
De vuelta, mientras estaba sentado en el carruaje, pensaba en cómo se sentiría Sebastián si se enterase, que su ama anterior había muerto. No pude evitar sentir un poco de pena mesclado con celos, aunque no entendí la razón.
Al llegar Sebastián me dio la bienvenida, me llevo al comedor y me sirvió la comida, sirve para dos le dije, el al traer el otro plato, lo invite a que se sentase, el obviamente intento resistirse, pero le dije que mis órdenes eran absolutas, por eso el término accediendo a mi peticion.
-No te sientes mal porque la princesa te envio hacia otro lado? _le dije un poco curioso.
-No, yo por la princesa Leticia haría cualquier cosa, todo lo que me ordene, porque soy su sirviente no me puedo negar, no soy más que una simple marioneta manejado al antojo de mi amo. _ no pude evitar sentirme irritado por sus palabras y le grite – ella ya no es tu ama, ahora lo soy yo, ahora eres mío, me perteneces _quede sorprendido por mis palabras, - ahh estoy agotado, me ire a acostar._ dije para cambiar la conversación.
-quiere que le acompañe joven amo?
- si, por favor.
Al llegar a la habitación, a la luz de las velas, el empezó a quitarme mi vestimenta empezó a desabrochar lentamente mi chaqueta, luego desabotono mi camisa, mientras la quitaba, sus manos tocaron mi piel –que frias _dije, mientras se me erizaba la piel. El solo respondió a mis palabras con una sonrisa, mi pantalón lo desabrocho de una manera suave, me dijo siéntese en la cama joven amo, me senté y empezó a sacar mis zapatos, luego sacar mis calcetines suavemente. Al dejarme solamente en ropa interior, empezó a observarme fijamente, paso un rato sin que el me pudiese mi pijama, me examinaba de pies a la cabeza, me miraba rigurosamente, me sentía un poco incómodo de la situación, pero realmente la disfrutaba bastante. –cuanto tiempo pretendes mantenerme en ropa interior?_ le dije alzando la voz.
-acaso duerme con pijama joven amo?_ me dijo con un tono un poco burlesco.
-Que tiene de malo, esto es lo normal, _ le dije avergonzado -o acaso no usas?
-la verdad es que tengo la mala costubre de dormir sin pijama, _ me dijo, mientras me ponía la pijama, se acerco a mi oído y me susurro -me gusta dormir desnudo. No pude evitar sonrojarme por sus palabras, todo el tiempo hablas estupideces?. Le dije dando un suspiro. Le pido que me disculpe, si he dicho algo inapropiado, pero usted me ha preguntado, no puedo negarme a responder ninguna pregunta que me haga. _Me dijo con una pequeña sonrisita. Yo atraído por la curiosidad le pregunte sin pensarlo. –tu- tuviste algo con Leticia?
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