Al despertar, mis ojos dirigieron su vista a la ventana y ahí se encontraba la raíz de mi irritación.
-buenos días joven amo._ dijo Sebastián, con una sonrisa alegre en su rostro, mientras abría las cortinas.
Que descarado, saluda con una bonita sonrisa, como si nada hubiese sucedido ayer, maldito bastardo, me irritas, pero no perderé ante ti.
-buenos días _le respondí, con una sonrisa coqueta. el me miro sorprendido y luego bajo su mirada. Parece que este idiota siente algo por mi, después de todo ayer igual me dijo de ese tipo de cosas. pensé. Si es así podre manejarlo a mi antojo, lo hare que sufra, que page por la humillación que me ha hecho pasar.
–Sebastián, tengo sed podrias traerme agua? _le dije, mientras me desabrochaba mi pijama sutilmente. Mientras la acercaba, me destape, y me subi el pijama, dejando mis delgadas piernas completamente a la vista del mayordomo, le recibí el agua, con una sonrisa
–quiere que le cambie de ropa? _dijo mientras el miraba mis piernas . – No, aun no y gracias por el agua. _ le dije amablemente,–Sebastián, con ese traje negro no tiene calor? le pregunte con una expresión de preocupación -en realidad no, yo no siento calor. _ que rara su manera de responder. Empecé a meter mis dedos en el vaso, para sacar el hielo, con dos de mis dedos, tome el hielo y lo empecé a pasar por mi pecho. -que refrescante se siente. _Dije con una voz sensual. …l dejo de hablar y no apartaba su vista de mi, parecía un animal carnívoro, esperando el descuido de su presa para poder atacar. – que miras tanto!! _ le dije con una voz amenazante –ruego, me disculpe, joven amo no era mi intención incomodarlo. Empecé a mirar el color peculiar de sus ojos, los cuales parecían que me habían hipnotizado, no podía apartar mi vista de ellos. –desvísteme _le dije sin pensarlo. El termino de desabotonar mi pijama. Estaba sin guantes, y con sus manos empezó rozar mi piel, junto con la pijama que me quitaba. – no me toques! _le grite. –acaso no te dije que me das asco!! –perdón por mi descortesía, pero pensé que usted al tener calor el pasar mis manos heladas por su piel, no serviría para que esta pueda enfriarse?
Fuera de aquí le grite vuelve cuando hayas pensado en lo que hiciste.
-realmente no se que es lo que estoy haciendo. _ me dije a mi mismo.
Al estar “vestido” Salí de la habitación, el estaba parado frente a la puerta haciendo una inclinación hacia mi –que haces? –estaba esperando su salida de la habitación para poder disculparme, siento mucho lo ocurrido, le prometo que no volverá a suceder. –esta bien, si lo vuelves hacer la próxima vez tendrás una grave sanción.
Me acompaño a mi oficina. Me senté de una manera arrogante en mi silla, le mire a los ojos. –si quieres permanecer en esta mansión, tienes que cumplir lo básico de fuerza y habilidad, esta mansion la invaden bastante seguido. Esta bien si te quieres negar, después de todo en esta prueba podrías morir.
-hare lo que sea para complacerlo _dijo mientras hacia una reverencia.
-entonces te explicare. Tu objetivo, es secuestrarme .Te dare una semana para que te prepares en la cual puedes atacar en cualquier momento, todos los sirvientes de la mansión pueden atacarte. Ten cuidado podrias morir. Esperare ansioso por saber tu capacidad. _ le dije con una sonrisa burlona. –empiezas hoy en la noche, Puedes retirarte. –ahora que me desacere de ese bastardo puedo respirar tranquilo.
Ya había oscurecido y luego de cenar iba acompañado de Sebastián a mi habitación cuando subíamos la escalera mi pie se tocio, Sebastián me agarro de la espalda y me tomo en sus brazos le grite bájame! _ un deja vu? pensé -Acaso no te dije que una de las condiciones de estar trabando aquí es que no me toques, te lo he dicho varias veces me das asco!! – el me bajo inmediatamente, mostrando en su cara una evidente tristeza. -Ruego que me disculpe _dijo mientras hacia una reverencia.
Cojeando llegue a la habitación. Me senté en la cama para disimular mi dolor, el me desvestía suavemente, con mucho cuidado, yo, no se el por que pero en ese momento sentía la necesidad de que me tocase, ansiaba que una de sus manos, por casualidad pase suavemente por mi piel, aunque sea por un momento me bastaría. Como me puedo contradecir tanto? Pensé. El se agacho y empezó a sacar mis zapatos, -Sebastián – que desea joven amo? _ dijo mientras levantaba su rostro para mirar el mío, yo, mire a sus ojos siendo nuevamente hechizados por estos. –que hermoso. _dije, mientras ponia mi mano en un costado de su cara y me empecé a acercar a él, mi objetivo eran sus labios, iba directo a estos. Al estar a una pequeña distancia de él y percatarme de lo que hacía, desvíe mi cara, acercándome a su oído y le empecé a susurrar -hazlo con delicadeza, esta lastimado, me duele un poco, hazlo despacio. Dejándome llevar por el mismo impulso lo abrase, quedando mi rostro, en su cuello. si me preguntaba él, el porque, me excusaría con el dolor de mi pie. Al estar ahí pude sentir su aroma, ese aroma nostálgico, era ese aroma el que buscaba.
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