ese mayordomo irresistible por yumeko kuroneko

-muchas gracias Tanaka, terminare de bañar al joven amo he iré. -si le parece al joven amo, puedo hacerme yo cargo de terminar de bañarlo, para que usted Sebastián pueda atender sus asuntos personales. _Dijo amablemente. -no te preocupes Tanaka, este es el trabajo que le corresponde, no puede abandonar sus labores por cualquier cosa, él es un mayordomo después de todo. _le dije un poco irritado, esa visita había impedido mi confesión. -le diré que espere entonces. _dijo e hizo una reverencia y abandono la habitación.
Me puse de pie y salí de la tina, quedando frente a él, pero él no me miraba, estaba perdido en sus pensamientos, aunque el era una persona que ocultaba bien sus sentimientos y pensamientos, se le notaban aunque levemente, su expresión había cambiado un poco, se mostraba un poco preocupado. -puedes empezar a secarme. _le ordene para que saliera de sus pensamientos y me mire. El me secaba un poco más rápido de lo normal, disimulaba su nerviosismo, él se sentía incómodo. –sabes quién es? _le pregunte un poco curioso por su expresión. –no, no lo sé. _dijo el mayordomo mientras me secaba las piernas. -realmente no lo sabes? no tienes aunque sea una idea de quién te ha venido ha visitar? –no, realmente no lo sé. _dijo el mentiroso mayordomo, intenta engañarme, mientras baja su cabeza, para no mirarme a la cara, piensas que si te veo a los ojos solamente me daré cuenta de que me estas mintiendo? Soy un niño pero no soy estúpido. Sebastián en este momento eres un libro abierto, se te nota, es evidente que sabes quien espera por ti ahí abajo, , -apúrate y vísteme, tienes cosas que hacer no? Estaba enojado quizás eran celos, lo que sentía realmente no sabía cómo explicarlo pero estos sentimientos ya habían inundado mi ser hace tiempo atrás, mi mente no lo recordaba pero mi corazón si, esos mismos sentimientos los había experimentado en el pasado, una angustia mezclada con celos y ansiedad, el mayordomo me vistió un poco más rápido de lo normal, no posaba sus besos en mi piel, como solía acostumbrar mientras me vestía, no me beso mientras ponía y abotonaba mi camisa, él se veía preocupado, se notaba un poco en su rostro no era del todo agradable. El me ignoraba, no me miraba, no me tocaba, no intentaba seducirme mientras estaba cerca mio, era una persona completamente diferente, un simple mayordomo haciendo correctamente su trabajo. Mi corazón se empezó a angustiar, por las expresiones de Sebastián entendí que la visita de esa mujer no traería nada bueno. No pude evitar sentirme inseguro e incómodo. –puedes retirarte!! _le exclame enojado, pero el mayordomo no respondía, ni mostro alguna reacción o expresión de que le importase las palabras recientemente dichas, el estaba ignorándome completamente ni siquiera lograba llamar su atención.!! -puedes marcharte, terminare yo, no puedo trabajar contigo en estas condiciones, solo me estorbas!! _le volví a hablar al mayordomo, pero esta voz el tono de voz había sido mas alto y golpeado que el anterior. El seguía ignorándome, parecía estar en otro mundo, en ese momento lo sentí lejano a mi, estando tan cerca, pero sentía que me era inalcanzable. –escúchame maldito bastardo!! _le dije mientras estaba agachado poniendo mis calcetines. -Deja de ignorarme acaso no te das cuenta que estoy frente a ti y te he estado hablando hace un rato? Lo empuje hacia el suelo, el cayo. Mierda ahora si que la jodi, se va a enojar!! _me asuste, temía por una mala reacción, pero él no me tomo en cuenta, solo se levantó y siguió haciendo su trabajo. Con mis manos tome su rostro haciendo que me mire. Lo bese, en ese momento sentí que era necesario, fue un beso corto, pero apasionado. –Sebastián, yo terminare de vestirme. _El recién parecía empezar a reaccionar, su rostro parecía de alguien angustiado, él no me dijo nada, solo se puso de pie y se retiró de la habitación. Maldición me sentía inseguro, un escalofrío empezó a recorrer mi cuerpo, el miedo estaba empezando a apoderarse de mí, dejándome paralizado. Cuando pude reaccionar, termine de vestirme, salí del baño dirigiéndome hacia mi habitación, me recosté en mi cama boca arriba, mientras miraba el cielo raso me pregunte a mí mismo, quien será la señorita que lo visita? En ese momento sentí una dolorosa punzada en mi corazón, e hizo que me empezase a angustiar nuevamente, quien puede ser?, una amiga un familiar, alguna enamorada? Quiero saber quién es, necesito saberlo, quiero ver su rostro, quiero conocerla y preguntarle personalmente de quien se trata. Decidí levantarme de mi cama, empecé a caminar, cada paso que daba hacían que mi pecho duela y me sentía intranquilo, llegue a las escaleras, empecé a bajar lentamente los peldaños hasta llegar al descanso de esta y de allí pude contemplar a la que buscaba al mayordomo. Mis piernas empezaron a temblar sentía que si no me sujetaba del pasamanos caería. Estaba nervioso inhale aire e intente mantenerme sereno, seguí bajando las escaleras, teniendo mi vista fijamente en ella, estaba sentada daba un aura de educada y elegante, además de la belleza que era, una rubia, con un rostro hermosamente delicado, parecía una muñeca, no pude evitar sentirme celoso, estaba furioso pero mordí mi rabia y trague mi ira y con una sonrisa hipócrita la salude –buenos días, soy el conde de la mansión Ciel Phantomhive. _Dije con mi falsa expresión. -Buenos días, soy Tisha. _dijo ella con una espléndida sonrisa, a un lado de ella de pie el mayordomo, con una expresión un poco de disgusto. –quien es ella? Pregunte mientras me sentaba en el sillón de enfrente de ellos. –ella es.. ella es.. –soy su prometida. Dijo la dama con una sonrisita un poco engreída.