-Basta de juegos, se ira a dormir, me aseguro que ya no estaba ebrio y repite lo que le digo de una manera más lasciva. _me tomo en brazos al estilo princesa y me llevo a la habitación. –aún no terminamos Sebastián. _le decía al oído mientras lo abrazaba por el cuello. –le dije anteriormente no? No quiero que me culpe y me diga que me aproveché de usted. _me intentó dejar sobre la cama, pero como yo lo tenía abrazado no se podía levantar. Decidió recostarse a mi lado. –Te cuesta contenerte? Estoy accediendo a lo que me has estado proponiendo todo este tiempo. _mis labios se dirigieron a los suyos. No se resistió, me siguió el juego, mis manos acariciaban suavemente en su cabello. -Sebastián quiero que me lo hagas!... _me tomo de los hombros, suavemente me alejo de él . – Ciel yo –Piensas que estoy borracho? Eso se me quito cuando me echaste a la tina. –Esta no es su manera de comportarse, usted es siempre más tímido y reservado, no dice la primera cosa que se le venga a la cabeza. –Entonces podríamos dormir abrazados? sentir tu piel es muy agradable, ven. _ Abrí espacio en la cama, para que se acostase a mi lado, no respondió a mis peticiones, solamente se acostó a mi lado y me abrazó subí un poco quedando frente a su rostro. –no pongas esa expresión te dije que no haría nada. _le dije con un sonrisita. Lo abrase gentilmente y le di un beso en la mejilla, me acerque a su oído y le dije. –pensé que si estaba ebrio te aprovecharías de mí, lo has hecho bien Sebastián.
Desperté sintiendo un gran dolor en la cabeza, usando como cabecera un brazo de Sebastián, estaba a la altura de su pecho, mis brazos estaban entre el pecho de Sebastián y el mío. Me volvió a poner pijama mientras dormía, era de color rosado, tenía unas mangas largas, cubrían mis manos. Ahora que lo recuerdo ayer yo, me comporte de una manera tan descarada. Lo toqué, lo masturbe, se lo lamí, y le insistí mucho. El recordarlo, hizo que me sonrojara. –por su expresión deduzco que recuerda lo que sucedió ayer. _dijo mientras con su mano la puso en mi mentón y lo levanto, haciendo que mire directamente a él. –de que hablas? no... no recuerdo nada! _le dije tímidamente mientras desviaba la mirada hacia un lado. –Cantaba y bailaba muy bien. Se subió arriba de la mesa y comenzó a sacarse la ropa sensualmente. -mentiroso yo nunca hice eso! _le dije un poco enojado. –entonces recuerda lo que hizo. _dijo con una sonrisita burlona. -No debería ofrecerse de esa manera cuando esta ebrio, debe hacerlo cuando este sin alcohol en el cuerpo. _me aleje de él, en un instante. Quedé sentado sobre mis rodillas y mi cabeza agachada, mis manos empuñadas sobre mis rodillas, mi rostro se sonrojó mucho más que antes, sentía como mis orejas ardían. –no… lo hare! _le dije titubeando. Me paso un vaso de agua y una medicina que tenía al lado de la cama, encima de un velador. –Es para el dolor de cabeza. _Lo recibí en silencio y lo bebí sin decir nada, sentí como su pulgar lo paso suavemente por un lado de mi boca. –se le está cayendo el agua. _dijo suavemente. Por los nervios que sentí cuando me toco pase a votar el vaso. Sobre mi pijama y la cama. Solo quedo un pequeño espacio donde no se mojó, donde estaba Sebastián. Me tendré que levantar? Siento que la cabeza me va a explotar. Le devolví el vaso, lo dejo sobre el velador, -Ciel, por ahora debería descansar. _decía mientras me quitaba la pijama. ¿Me cambio la ropa interior? Me mire, si lo hizo, esta tenía tres tiras en cada costado, de color blanca. Del velador saco otro de los pijamas su color era calipso, sin resistir o decir algo, deje que me pusiese el pijama. -La medicina hará su efecto más rápido de esta manera. _ decía mientras con una mano golpeaba la cama, haciendo seña que me acueste en ese lugar. Lo cuestione unos segundos, pero mi cabeza dolía, necesitaba dormir, me acosté a su lado dándole la espalda y con las sabanas me tape completamente, se metió abajo de las sabanas conmigo, se acercó a mí, quería decirle que se alejara como solía tratarlo, exigirle un poco de espacio para mí, pero estaba muy avergonzado, las palabras no salían. –hoy está bastante sumiso. _me susurraba en el oído, decía mientras uno de sus brazos lo colocaba debajo de mi cabeza para que lo use como cabecera. Lamio sutilmente mi oído. –debería aprovéchame de su condición? _reúsate! Reúsate! Las palabras no salían. Ayer le dije todo lo que pensaba, hice todo lo que quería, además rogaba por su atención, todo de una manera tan desvergonzada. Deslizo su mano por mi pierna, subía sutilmente, por debajo del pijama, siguió su curso, hasta llegar a mi abdomen y me acercó a él, dejando su cuerpo apegado al mío. –duérmase, más tarde lo despertaré. _como si pudiese dormir mientras estás tan cerca. Cerré mis ojos, pasaron unos minutos, el nerviosismo no me permitía concebir el sueño. Sentir la calidez de su cuerpo, su respiración cosquilleando en mi pelo, su mano en mi abdomen, era imposible dormir mientras estábamos de esta manera. –Ciel quiero hacerlo gemir. _me susurro sensualmente, me sonroje completamente al escuchar esa declaración tan lasciva. –lo sabía aún está despierto. Lo dejare solo, para que pueda descansar bien. _Comenzó a sacar su brazo que estaba usando como cabecera. Mi corazón latía con mucha fuerza, aun así quería permanecer de esta manera. Tome su mano que estaba en mi abdomen. –Solo… un… poco… más... _le dije avergonzado entre titubeos, se volvió a acomodar a mi lado y entrelazo nuestras manos y besó mi mejilla. Esto es lo que haría una pareja, pensé emocionado y nervioso, es lo primero que paso por mi cabeza, recibir sin quejarme la amabilidad con la que estoy siendo tratado, disfrutar tranquilamente de su compañía, imaginar que no solamente quiere poseer mi cuerpo, sino que también disfruta estando a mi lado, sentirlo tan cerca de mí, que me sienta de esta manera me hace inmensamente feliz. Nos mantuvimos así mucho tiempo, no sé cuánto, aun así esa situación era muy agradable.
Al final no pude dormir, pero el dolor ya no estaba, la medicina hizo efecto más rápido de lo que esperaba. Me voltie para poder contemplar su rostro mientras dormía. Mi mano la comencé a deslizar por su rostro, por su oreja, me dirigí a su cuello, con mi dedo índice recorría su clavícula admirando y tocando detenidamente su cuerpo, estando frente a frente, mi vista se dirigió a lo que más me gustaba y ansiaba volver a probar, esos exquisitos labios, mi dedo índice volvió a subir pero esta vez se concentró en sentir con mi yema sus labios, comencé a acortar la pequeña distancia que nos separaba, al sentir el roce de sus labios contra los míos me detuve, no lo besaré, siempre está despierto cuando lo toco, tiene que tener el sueño muy liviano. Retrocedí un poco, quedando en la misma posición cerré mis ojos un momento, me concentraba en sentir su respiración rozando mi piel. Abrí mis ojos, él me estaba mirando detenidamente, aun así ni por la vergüenza que sentía aparté mi cara, ni escondí mi mirada, perdido en la belleza de sus ojos carmesí, termine con la distancia entre nosotros y uní mis labios con los de él. Comenzamos a besarnos, su mano la comenzó a deslizar por mi espalda acercándome más a él. Sus besos no se detuvieron y yo tampoco tenía pensado detenerme, ¿No lo hare? Pensando solamente en las incontrolables ganas que tenía de volver a estar con él, todo lo demás era irrelevante. Suavemente se puso arriba de mí, desabrochaba mi pijama lentamente los primeros 3 botones, sus manos recorrían mis piernas, subiendo por mi cuerpo, haciendo que la excitación aumente, comenzó a besar mi oído, suavemente lamia mi lóbulo, le daba leves mordiscos. Aún no había tocado ni un lado sensible, pero ya estaba gimiendo excitado, Sus manos que estaban en mi espalda las coloco con los pulgares en mis pezones, acariciándolos sutilmente, sus labios los dirigió a mi pecho, con su lengua recorría todo, me daba suaves besos. Sentir esa lengua lamiendo mi pezón aumentaba la sed que tenia de sentirlo, me quitó la pijama, volvió a subir a mis labios, sus manos bajaron y se dirigió a mi miembro, comenzó a tocarlo por encima de mi ropa lentamente, su mano lo acariciaba sutilmente, mientras sentía que se me iba poniendo más duro, no decía nada, no preguntaba ni decía cosas sucias, quizás pensaba que si me decía algo, volvería a mi cordura y lo rechazaría, entre besos metió su lengua dentro de mí boca, yo sin quedarme atrás seguí con el juego, metió su mano debajo de la ropa interior y seguía acariciándolo, cuando lo tomó con su mano lo comenzó a agitar, solté un gemido un poco más fuerte que los demás, me miro con una sonrisa, para luego, comenzar a bajar metiéndose entre las sabanas y comenzó a lamerlo, su lengua la paseaba por todos lados, con sus dedos jugaba con la punta, me quiero correr, que bien se siente se lo metió completo, quiero ver como lo hace, quiero ver sus expresiones, pero está bajo las sabanas no puedo ver nada. Me supongo que estaría un poco colorado con los ojos mirando hacia mí fijamente para ver las expresiones que hago. –ahhh….! Al imaginarlo me corrí. –su cuerpo tiene más resistencia, soporta más tiempo antes de correrse. _salió de debajo de las sabanas lamiéndose los labios, mientras subía se puso entre mis piernas e iba besando mi cuerpo mientras subía lentamente, tome su rostro y lo dirigí a mis labios, comenzó a besarme nuevamente, entremedio de mis piernas, paso a apretar por un momento su miembro contra mí, pude sentir que ya estaba duro, lo abrace, mis manos estaban alrededor de su cuello. Metió un dedo. Se dirigió a mi oído, lo lamia suavemente mientras adentraba su segundo dedo, de forma lenta los movía hacia adentro y hacia afuera lo hacía lentamente, adentro el tercero, mi respiración estaba descontrolada, mi cuerpo ansiaba sentir el cuerpo de él, sentirlo completamente. –Sebastián hazlo…_saco lentamente sus dedos, o remplazo por lo que amaba tener dentro de mí, ese éxtasis que me provocaba era indescriptible, comenzaron suaves las embestidas, sus manos se dirigieron a mi rostro, abrazaba su espalda, mientras él seguía con el movimiento, besaba mi cuello mientras me envestía, sin previo aviso, se corrió dentro de mí, lentamente lo saco, me tomo y me dio vuelta dejándome boca abajo comenzó a besar un cosquilleo se apodero de mi cuerpo, al sentir sus húmedos labios corriendo mi espalda, –está cansado? Quiero volverle a penetrar, lo puedo hacer? –hazlo… _me voltie para mirarlo a los ojos, comenzamos a besarnos, entre besos, se volvió a adentrar en mí, pero ahora lo hizo de una manera un poco más brusca, besaba mi oído mientras me envestía, cada vez estas comenzaban a tomar más velocidad, mis manos apretando las sabanas, disfrutando del placer carnal, sentirlo dentro de mi era una sensación realmente placentera.
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