Desperté, no sentía la calidez de su cuerpo, mire hacia atrás, él no estaba en la cama, por primera vez al despertar Sebastián no estaba a mi lado, eso se sentía un poco solitario. Me levante y me vestí, nuevamente un vestido, este era parecido al anterior, pero era de color celeste y su cinta en la cintura era azul. Salí de la habitación y le comencé a buscar, aun así por el hambre que tenía en ese momento fui prácticamente directo a la cocina, tampoco está aquí, pensé un poco desanimando. Vi sobre la mesa un pastel, se veía delicioso, rodeado de chocolate y crema. ¿Acaso era el que Sebastián echo a coser antes de irnos al baño? Estaba decorado hermosamente, tenía muchas ganas de probarlo, pase mi dedo por la base del pastel y lo lamí, la crema sabia deliciosa, y si le doy una mordida? Le puedo echar la culpa a un ratón, u otro animal. Me acerque a mi objetivo es algo que siempre había querido hacer, abrí mi boca lentamente, estando a unos centímetros de mi objetivo, descendí aún más -que está haciendo Ciel? _escuche en mi oído, reaccione de una mala manera, eche mi cabeza hacia adelante lo cual hizo que mi cara quede enterrada en el pastel ¡Me descubrió! –ha quedado todo sucio y ha echado a perder el pastel por el que estuvimos trabajado toda la tarde, eso es una conducta bastante mala, debería corregirla? –no...no fui yo…em -debería reflexionar por sus acciones, -estoy arrepentido Sebastián. –lo perdonare cuando muestre un conducta más creíble de su arrepentimiento. _Me tomo de las muñecas y me dejo boca abajo encima de la mesa. –ya me disculpe que más quieres? –eso no es suficiente quiero que sea un poco más sincero. –Sebastián estoy siendo sincero! ¿Porque no escuchas lo que te estoy diciendo? me estoy disculpando correctamente! _su mano comenzó a subir lentamente por mi pierna. –¿¡solamente estas buscando una excusa para que lo hagamos en la cocina!? –La mesa la mande a hacer a la medida de mi cadera, usted debería entender el porqué cierto? _maldito pervertido, –acaso quieres recorrer toda la casa mientras lo hacemos? –Usted si sabe cómo contentarme, encantado lo haría. –estaba siendo sarcástico! _Manteniéndome en la misma posición, sus manos se detuvieron en mis muslos, las cuales subían arrastrando el vestido. Mientras susurraba en mi oído. - Ciel, si no se disculpa correctamente tendré que castigarlo. _sus palabras, seductoras y elocuentes me encantaban me deleitaba con estas, con sus dientes tomó el cierre del vestido y comenzó a bajarlo, sentía su cálida respiración rozando mi piel, descendía sin prisa alguna, mientras sus manos seguían acariciando mis muslos y caderas, bajó el cierre hasta el final de mi espalda, me daba suaves y húmedos besos, estremeciendo mi piel y erizándola, ansiando por más de sus provocativos y adictivos toques, dejando su huella por donde habían pasado aumentando el placer, me encantaban sus tratos me excitaban, se detuvieron al llegar a cuello, puso cada mano en uno de mis hombros y las metió por dentro del vestido, deslizándolo suavemente, por mis brazos, mientras besaba mi cuello, sus manos descendían por mis brazos mientras se deshacía del vestido, acariciando mi piel, tocando y recorriendo todo con delicadeza, haciendo que el placer aumente. Sus manos se dirigieron a mi pecho, tocaban mis pezones suavemente, mientras deslizaba su lengua por mi oído, su mano la dirigió a la cinta de mi vestido, la cual comenzó a tirar hasta que saco el nudo que tenía, sus manos comenzaron a quitar mi vestido lentamente, bajando sin prisa alguna, tocando mi cintura, cadera, muslos, bajándolo aún más, hasta que cayó al suelo por sí solo. Sus dedos los comenzó a pasear por mi rostro, quitando la crema que tenía en este. -Lámalo. _ susurro con un tono seductor en mi oído. Metió dos dedos en mi boca llenos de crema, moviéndolos delicadamente, mientras yo paseaba mi lengua por estos, mientras él los continuaba moviendo dentro de mi boca, embistiéndolos. Mientras con su otra mano quitaba la ropa interior. Sus dedos los saco de mi boca, los llevo atrás y adentro el primer dedo, los que recién había quitado de mi boca, utilizando mi saliva como lubricante, moviéndolo suavemente, buscando mis lugares sensibles, comencé a sentir un líquido helado en mientras adentraba el segundo dedo. –que..estas…echando? _pregunté entre cortado. –solo es aceite de cocina, ayuda bastante con la lubricación, aunque en realidad usted ya no la necesita. _ Decía mientras adentraba el tercer dedo, los movía dentro de mí, embistiéndome, se deslizaban tan fácilmente, mientras me embestía con sus dedos, volteo mi cabeza un poco, comenzó pasear su lengua por mi rostro, quitando la crema que quedaba. –la crema sabe bastante bien, o será porque esta sobre su piel lo que la hace más deliciosa? _Lamiéndome sutilmente, paseando su lengua por mi rostro, mientras sus dedos aumentaban el ritmo de las estocadas, cada vez más intensas, profundas y veloces, aun así esto no bastaba para saciar mi sed, ansiaba que se adentre en mí, estaba acostumbrado a sentirlo dentro, mi cuerpo ya era adicto al suyo, a su sentir, estaba un poco desesperado, si ya estaba dilatado o no era algo irrelevante. Estaba tan excitado me costaba respirar, me ahogaba en mis gemidos, -Ciel se va a disculpar correctamente? _dijo con su erótica voz, la excitación no me permitía pensar con claridad, solamente palabras hacían eco en mi cabeza, “Quiero sentirte dentro de mí, lo ansío desesperadamente, de esa manera sutil, sensual, adictiva…” -per…do..name…hare…lo…que…sea _ sus labios se posaron en los míos sellando mis ahogadas palabras y gemidos, dándome un profundo y apasionado beso, saboreaba sus besos mientras lentamente iba cayendo en la dulzura del placer, los cuales se tornaban más apasionados y adictivos, intentaba no darle importancia al aire que escaseaba, disfrutando cada vez más de estos, mientras el lentamente quitaba sus dedos de mi cavidad, su otra mano la deslizo por mi pecho, dejándola en mi abdomen y me levanto un poco, y comenzó a adentrar por lo que ansiaba tener dentro de mí, comenzando con las embestidas, cada una un poco más fuerte que la anterior, haciendo que mi cuerpo se estremezca una y otra vez como un cosquilleo continuo, no tarde en eyacular, me dejaba seducir por sus tratos y no tarde en ponerme duro nuevamente, sintiendo como me continuaba embistiendo eso era demasiado excitante, hacía anhelar más de él, sintiendo su ser completamente, era una sensación agradable complaciente y adictiva, comenzó a masturbarme, tocando la punta, y luego lo comenzó a agitar hasta conseguir mi eyaculación, haciendo que lo hagamos en el mismo momento, sus besos recorrían mi oído –su cuerpo es tan sensible. Susurró suavemente.
Desperté sintiendo su mano acariciando mi cabello, Sebastián estaba sentado a la orilla de la cama. –creo que me excedido mucho en estos días, no te tenido consideración con su cuerpo. _no recuerdo nada después de que me susurro, debo haberme desmayado. –es mi culpa también no me he reusado. _susurré suavemente, –me está seduciendo? Incitándome de una manera tan descarada. –no..no… es… eso! _le dije avergonzado. Tomo mi mano jugo un poco con mis dedos, mirándome fijamente beso mi mano – si su cuerpo no fuese tan frágil lo seduciría en ese momento y lo volvería a poseer. _sonrío seductoramente –Entonces cobrare su palabra, usted dijo anteriormente que haría lo que yo quisiera. _le rogué que me perdonase, solo para que se adentre en mí, lo dice interesado, debe tener algo en mente. -soy un hombre de palabra. Hare lo que quieras. _le dije un poco orgulloso. –lo que yo quiera…_guardo silencio por un momento, pedirá algo prácticamente imposible? Porque lo piensa tanto! Me hace poner nervioso! Será algo pervertido!? Será eso? Volvió a abrir sus labios, inhalo un poco de aire y se dispuso a hablar quede atentamente escuchando lo que me quería pedir. –quisiera que usted me deje dormir en su regazo. –eeeeeehhh!? –porque grita de esa manera ¿Esperaba que le pidiese algo indecente? _dijo con esa típica sonrisita de él. No pensé que me pediría algo así! Estaba avergonzado, emocionado y nervioso! Me vistió, con un vestido blanco, sin poner resistencia deje que lo hiciese, con mi cabeza mirando al suelo, sentado en la orilla de la cama, mis manos empuñadas sobre mis rodillas, el estando sentado en la orilla también detrás de mí. Besando mi espalda lentamente mientras iba subiendo el cierre y termino atando la cinta de mi vestido, ese trato tan delicado y dulce me encantaba. -ya está vestido. _Me susurro suavemente en mi oído. Tomo mi mano y me llevo al jardín. Lo seguí en silencio. Nos sentamos en una banca, beso suavemente mi mejilla. -Ahora cobrare su palabra. _Colocó su cabeza en mis piernas, me miraba fijamente. Qué vergüenza no sabía dónde esconder mi ruborizado rostro, estaba nervioso que anteriormente. Con una sonrisita cerro sus ojos, después de un rato se fue calmando mi corazón y fui perdiendo los nervios, pasaron unos minutos, él se había dormido, comencé a acariciar su cabello, a la luz del día acariciando su cabello, podía ver claramente su rostro él realmente es hermoso, no me cansaba de mirarle, su belleza era sublime.
Que sucedería si en algún momento me dice que terminemos con esto? –Sebastián _ tengo miedo de seguir a tu lado, mis sentimientos hacía ti han crecido. Mis ojos se llenaron de lágrimas tengo miedo por la felicidad que estoy sintiendo en este momento, con las palmas de mis manos comencé a limpiar las lágrimas que caían no quería que se percatase que estaba llorando. Soy consciente que no debo ilusionarme con él y que solo me dañare con esto. –Quiero…volver... _no soy diferente a un ave enjaulada a la cual le arrancaron sus alas. Pienso de esta manera pero solamente quiero huir, tengo miedo porque sé perfectamente que nada es eterno. Mire hacia el cielo, comencé a inhalar aire, necesitaba estar más tranquilo, seria vergonzoso si el me descubre llorando no podría decirle el motivo real. Conteniendo mi llanto, intentando ser lo más silencioso posible para que él no me pudiese escuchar. Paso un momento para que dejase de llorar, cuando logre tranquilizarme, pude ver a Sebastián el por suerte seguía dormido, cerré un momento mis ojos. Inhale oxígeno, Sentí su mano en mi mejilla, acariciándola suavemente. –Ciel que le sucede? _Pregunto suavemente mirándome a los ojos. –no es nada, no te preocupes. – Tiene los ojos hinchados. Estuvo llorado cierto? –Es algo irrelevante, sin importancia. –Ciel es mi culpa por actuar egoístamente. –no es tu culpa es la mía. –intenta hacerme sentir mejor? Aunque yo intento consolarle? –no, es eso. _se sentó y me tomo y me acomodó entre sus piernas–Ciel no se preocupe yo asumiré su culpa y la mía_ dijo con una amable sonrisa, me abrazó y besó suavemente mi mejilla. –cualquier cosa que quiera decir yo estaré dispuesto a escucharle, puede confiar en mí. Por ahora le apetece un té de manzanilla? Le ayudara a relajarse. _asentí con la cabeza. Me tomó en brazos y me llevó a la cocina, me sentó en una silla. Mientras el preparaba el té. Me sirvió el té, cuando lo termine, tomó mi rostro y lo levanto, me miró con una sonrisa un poco triste y me beso.
Desperté acostado en la cama de la habitación de Sebastián, él estaba usando su traje de mayordomo. Me mire yo llevaba mi ropa normal de niño. ¿Porque? ¿Hemos vuelto? frote mis ojos, ¿no era un sueño? Piñizque la mejilla de Sebastián. –joven amo eso duele. _ ¿Joven amo? ¿Entonces estamos en mi mansión? ¿Pero no me iba a tener encerado por siempre? ¿Porque lo ha hecho? no entiendo nada.
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