–joven amo, por ahora tendremos que quedarnos en mi habitación hasta la noche. _me volvió a decir joven amo. Me tomó de la mano, mientras él entraba al closet. –porque nos estamos escondiendo en tu closet? _le preguntaba mientras entraba en este. –si hubiese entrado por la puerta principal con usted en brazos inconsciente, que hubiesen hecho los sirvientes? _dijo mientras me tomaba en brazos y me subía a sus piernas, dejando cada pierna mía a un costado de él. -Estarían encima usted preocupados. _decía mientras cerraba la puerta. Nos quedamos en la oscuridad de su closet. –eso no responde mi pregunta. -Solamente quería estar con usted sin que nadie nos moleste, después de todo ya no podremos estar todo el día juntos. _decía suavemente mientras respiraba en mi oído _Decía mientras me abraza y su mano la metía por debajo de mi camisa en mi espalda y me acariciaba suavemente, con la otra quitaba la cinta que tenía en mi cuello, y desabrochaba mi camisa. Descendiendo lentamente por mi pecho, besando, chupando, lamiendo. Desabrocho mi pantalón. –Sebastián…-shhh _susurró suavemente mientras subía sus rodillas quedando mucho más cerca que anteriormente. –viene alguien _continuaba susurrando mientras bajaba el cierre de mi pantalón. _la puerta de la habitación se abrió. Comenzó a tocarme lentamente, dando suaves caricias por sobre de mi ropa interior. –estoy segura que sentí un sonido en la habitación! _era la voz de Maylene. Sebastián metió su mano adentro de mi ropa interior y comenzó a acariciar mi miembro. –si comienza gemir se darán cuenta en donde estamos. _ Escondí mi cabeza en su cuello, intentando silenciar mis gemidos. Comenzó con una suave agitación. Con mis manos apretaba su ropa a medida que iba aumentando la excitación. Intentando no hacer ruido de ninguna manera, asustado de que nos pudiesen encontrar y a la vez increíblemente excitado, sumergiéndome en el placer, disfrutando de su tacto. Mientras ingresaba alguien más a la habitación –estas segura? Quizás escucharte mal_ decía Bard con un tono desganado. –pero realmente escuche un ruido, busque hasta debajo de la cama, aun así no encontré nada. _Sebastián como me puede hacer esto mientras corremos el riesgo que nos encuentren, estaba increíblemente excitado, a quien intentaba engañar. -Ya revistaste en el closet de Sebastián? _dijo bard. Maldición abrirán el closet? No quería que Sebastián apartase su mano de mí, aun así debía hacerlo, pero no lo hacía, no podía moverme o decir algo nos descubrirían, lo apreté fuertemente. Sentir los pasos acercándose cada vez más a donde estábamos aumento mi excitación y acelero mi eyaculación. Corriéndome en la mano de Sebastián. –chicos esto es grave! Tisha se ha desmayado! _gritó Finían con un tono asustado y también desesperado. Los pasos apresurados comenzaron a hacerse más débiles, al parecer habían abandonado la habitación. Por primera vez en mi vida agradecí que esa maldita estuviese en mi mansión. -casi nos descubren! _susurre enojado. –De esa manera fue más placentera–no digas estupideces! Estoy hablando en serio! –me encanta cuando se enoja, es más adorable. _me decía mientras me abrazaba y besaba. Así nos mantuvimos unas horas. Saco su reloj de su bolsillo. -Ya son las 12 de la noche, ya es hora de llevarlo a su habitación. –cómo puedes ver la hora si no hay luz? –mi vista es bastante buena _que eres un gato? No se escuchó de nadie que ingreso a la habitación estará ella durmiendo en la misma habitación que le entregué? ¿No está durmiendo con Sebastián? …l estuvo desaparecido por tanto tiempo, estará ella preocupada por él? Sebastián abrió el closet y me tomo de la mano, me llevo directamente a mi habitación, preparo el baño y me metí al agua. Era diferente, mi tina era pequeña, aunque él era quien me hacía compañía, en este momento se estaba comportando como mi sirviente, creí que se bañaría conmigo. Me seco, me puso la pijama y me dejo acostado en mi cama, –buenas noches joven amo _ ¿Ira a ver a su mujer? Tome de su traje para detenerlo. Aun no le he preguntado porque hemos vuelto, ¿Escucho lo que dije en el jardín o solamente quería ver a su mujer? –Sebastián quédate…hasta que me duerma…quédate. _dibujó una sonrisa en su rostro. Para luego inhalar aire soplar las velas, aunque si se quedase toda la noche a mi lado estaría más tranquilo. –joven amo ¿Me dejara de pie? _En silencio me corrí quedando al medio de la cama. Se sentó en la cama. –puedes acostarte si quieres… _dije mientras me volteaba para darle la espalda y taparme. _sin decir nada se acostó a mi lado, apegando su cuerpo al mío, se había quitado la ropa, me abrazó su mano recorría mi pierna acariciándola suavemente, la cual subió hasta mi abdomen. –joven amo…ya está dormido? _ Susurraba suavemente mientras su mano la deslizaba mi abdomen. Descendió un poco más y antes de meterla en mi ropa interior le dije. –estoy despierto termina con tu juego! –no estoy jugando estoy seduciéndole. –solo me estas manoseando! –joven amo… -¿Qué? _Mi pijama lo comenzó a subir, dejándolo más arriba de mi pecho. –Quiero sentir el calor de su piel, la ropa solamente estorba. –me dará frio… -yo de la daré el calor que necesite. _Quito mi pijama y me abrazó envolviéndome en sus brazos. Esos tratos amables hacían que mi corazón latiese incontrolablemente. -Joven amo…. esta dormido? _con todo lo que has dicho recién se me ha quitado todo el sueño. –Estoy despierto… _paso un momento y volvió a preguntar. -Joven amo… ¿Está despierto? –lo estoy. _Pasaban unos minutos y él volvía a preguntar lo mismo. –joven amo, está despierto? –Sebastián que quieres? –usted me pidió que le acompañase hasta que se duerma y no quiero que lo haga, para no tener que separarme de su lado. _ puedes quedarte pensaba una y otra vez, mientras sentía un mescla entre nervios y alegría, pero las palabras no salían. _ Lamió suavemente mi oído y susurro. -Podría quedarme a su lado toda la noche? _tomé su mano que estaba acariciando mi abdomen y la apreté suavemente. –si…_musite en un tono casi inaudible. Agradecido estaba por haber escuchado las palabras que yo no le había podido decir. …l entrelazó sus dedos con los míos y me dormí disfrutando de su compañía y de sus suaves caricias.
-joven amo...buenos días _susurraba suavemente mientras besaba mi mejilla. Volteó mi rosto y comenzó a besar mis labios. Estaba fascinado por recibir ese trato tan dulce en la mañana, quería continuar durmiendo para seguir disfrutando de sus besos. Tomaba mi labio inferior y lo apretaba le daba leves mordiscos y lo tiraba. –solo un momento más… -ya hemos descansado bastante… _me provocaban un cosquilleo en el estómago sus besos. -iré a preparar su desayuno. _Se despidió gentilmente, se levantó, dejando mi piel desnuda, sin su calor. –Sebastián tengo frio. _me tapo y se retiró de la habitación.
–buenos días _dijo alegremente Sebastián mientras abría las cortinas. La luz de la ventana llegaba directamente a mi cara, me cubrí con la sabana. -le traje un té exclusivo de la india, sus hojas son de la más alta calidad. _me senté medio dormido, mirando hacia abajo, abrí mis ojos como unos platos al ver mi cuerpo. –Sebastián! Mi cuerpo lo has vuelto llenar de chupones! –ruego me perdone. Pero dormía tan plácidamente que me hizo irresistible el no jugarle una broma. _que más podía hacer, lo hecho, hecho estaba, y con esa expresión era imposible enojarme. –joven amo tiene una visita. –quien podría haber llegado tan temprano? _un escalofrío recorrió mi espalda, tenía el presentimiento de quien se trataba. –no ha llegado temprano, paso la noche en la mansión. Me vistió y me dirigí directamente a mi oficina, debía trabajar lo más que pudiese antes que viniese a molestar. Espero que no note que he vuelto. Me senté en mi escritorio y comencé a trabajar. Ya eran casi las tres de la tarde y aunque había terminado con bastante trabajo aún quedaba mucho por hacer. –Que aburrido…. _dije desganado. La puerta se abrió de golpe. –Ciel! _gritó alegremente y comenzó a correr hacia mí. Por el susto me puse de pie, empujado la silla hacia atrás. -tenía tantas ganas de verte! _dijo para colgarse en mi cuello. Sabía que era él, el rubio enérgico con mucho tiempo libre. –te extrañe tanto! No pensé que te tomaría tanto tiempo! _es cierto ni siquiera sé cuánto tiempo trascurrido. –ha pasado casi un año desde que no te veía! ¡Me sentía tan solitario! – ¿¡un año!? _exclamé impresionado, no pensé que había pasado tanto tiempo. –no te enojes, sé que no ha sido tanto tiempo, pero sin ti los días parecían meses! Me sentía tan solo, decía mientras me comenzaba a dar besos en la mejilla, y me abrazaba fuertemente sonriendo alegremente. –dame un poco de espacio… _le decía mientras intentaba quitarlo de encima. –disculpe podría apartarse del joven amo? _dijo Sebastián con un tono enojado. Mientras lo tomaba del brazo. Ni siquiera noté cuando entró a la oficina. Alois sonrió alegre. –felicitaciones Ciel tu novio es bastante atractivo. _mi novio? Quede en silencio, impresionado por las palabras de Alois no reaccionaba a la situación. –joven amo podría conversar con usted? –oye novio de Ciel podrías soltarme me haces daño. _decía Alois mirando seriamente a Sebastián. –ruego disculpe mi reacción. _dijo mientras soltaba a Alois y hacia una reverencia. -No te preocupes si él fuera mío reaccionaria de la misma manera. _Dijo Alois con una sonrisa desafiante. –aunque yo no puedo hacerlo feliz porque yo no soy a quien –Alois! _dije para interrumpir su oración lo tome de los hombros. –espéranos afuera por favor. _salió con una sonrisa y detrás de él cerró a puerta. Alois casi dice algo inapropiado, mi novio, mi novio, esa frase elocuente y sublime resonaba una y otra vez como un suave eco en mi cabeza. -Que es lo que querías conversar conmigo Sebastián? _se sentó en mi silla y me abrazó por la cintura.–Aún no me acostumbro a estar tanto tiempo lejos de usted y él podrá estar a su lado todo el tiempo que guste. No soporto que él esté tan cerca de usted _beso mi mejilla. –No se quede a solas con el -no digas estupideces, él solamente es mi amigo. –él no tiene las mismas intenciones con usted. El seduce a todos y es muy coqueto. –no estás en posición de decir eso. _tú podrías seducir a cualquier cosa que se mueva, no me excluyo de eso. –Y no me des órdenes. -entonces que debería hacer? ¿Qué posición debería tener para poder imponer lo que quiero? _decía suavemente mientras me besaba. -tock, tock, tock. _sonó la puerta, nos separamos y Sebastián abrió a puerta. -Has vuelto! _Dijo Tisha con una inmensa sonrisa mientras abrazaba por el cuello a Sebastián.
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