¿Acaso no estoy dándole muchas vueltas al asunto? Puede que solamente sea una coincidencia, pero ella hablaba de las derivaciones de su nombre como si quisiera que yo notase que Leticia y Tisha son el mismo nombre. Si es así, ella fingió su muerte para poder estar con Sebastián, su rostro cambio, lo más probable es que se haya hecho una cirugía, aunque continua con esa actitud arrogante y llena de grandeza.
Leticia fue la que mando una carta para que acepte a Sebastián, que él se haya convertido en mi mayordomo es algo que ella decidió, Aun sabiendo que su marido le es infiel, ¿Por qué no se van? Ella renuncio a todo por él, lo ama tanto que está dispuesta a perdonarle cualquier cosa o, ¿Acaso necesitan algo de mí? Sebastián, ¿Por qué se casó con ella? ¿Por lástima, obligación, interés, amor? ¿La reina sabe que su sobrina no ha muerto? Tranquilízate, eso no puede ser posible, podría ser una coincidencia solamente, comencé a ordenar mis papeles, mis manos tiritaban, respire profundo, una y otra vez para lograr tranquilizarme.
Sebastián entro a la oficina, era hora de la merienda. -joven amo, le he traído su postre favorito. –retírate, estoy ocupado. _baje mi cabeza. No lo quería mirar a la cara, tenía que calmarme y analizar bien la situación, no podía sacar conclusiones apresuradas, debía confirmar todo antes de hablar. No noté cuando estaba frente a mí, agachado a mí altura, buscando mi rostro, comenzó a recoger mi cabello hacía atrás. –joven amo, ¿Qué es lo que le sucede? Está temblando. _acariciaba suavemente mi rostro. – ¿Por qué continuas aquí? Te dije que te retires. –¿Su cuerpo aún le duele? ¿Está molesto por eso? –no es por eso, solamente tengo trabajo que terminar. –no es necesario que lo oculte, puedo escucharlo si eso le hace sentir mejor. –¡No te estoy pidiendo que me escuches! ¡Te estoy pidiendo que te retires! ¿¡Cuántas veces más tengo que repetirlo!? _Comenzó a acortar la distancia de nuestros labios, lo mire fijamente. -Sebastián, ¿Eres sordo o estúpido? ayer ya conversamos esto. _me jalo hacía él, haciendo que quede sentado en su pierna y abrazo de la cintura. -lo siento, aunque tengo las cosas claras, es difícil contenerme, pero como se encuentra, creo que no debería dejarle solo, no se preocupe, no hare nada. _Estaba cargado en mi pecho, comenzó a inhalar un poco más profundo. –Que bien huele. –¡Ya es suficiente! _comencé a zafarme de él, pero se acercó a mi oído. –shhh…. _Me acercó más a él. Se acomodó bajo el escritorio. –viene alguien. _la puerta suavemente se abrió. –Shieru, ¿Estás aquí? _Preguntó la rubia que ingreso sin tocar la puerta. …l con sus manos tomó mi cabeza y mi espalda, apegándome a él, evitando que me mueva. –Tenías razón Alois, no está en la oficina. -Te dije que lo más probable es que continúe en su habitación, no es como si estuviese jugando a las escondidas y este oculto bajo el escritorio, desde la entrada se ve completamente la parte de abajo, serías un idiota si te escondes ahí. _nos vio, definitivamente nos vio. Se escuchó la puerta que fue suavemente cerrada. –puedes soltarme, ya se fueron. –permítame quedarnos así un momento más. –no quiero mantener esa clase de contacto contigo. –no le estoy haciendo nada, solamente le estoy abrazando. Si no quiere hablar no lo obligare, pero permítame hacerle compañía, hasta que hasta que esté más tranquilo -no me trates con gentileza, no es necesario que te preocupes por mí. –¿le molesta que sea amable con usted? -porque duele… no necesito tu caridad, eso me hace darme cuenta lo miserable que me he vuelto, aunque digas que no es un juego no le hayo la diferencia de no serlo. Vienes aquí haces y deshaces controlas mis emociones, alborotas todo mi alrededor, me dañas, me hieres, aunque me esfuerzo en avanzar, solamente consigo dolor, porque sigo aferrado a ti. ¿Puedes soltarme? Haces que me sienta peor. –realmente lo siento. _Me soltó, me puse de pie, él en silencio se retiró de la oficina. _las palabras que le dije me dolieron a mí también. No paso mucho para que la puerta se vuelva a abrir, era el rubio. –Ciel te estamos esperando con Lizzy en el jardín. –iré en un momento. -Te vez decaído, paso algo con Sebastián? _¿Estaría bien hacer preguntas a Alois sobre Leticia? Después de todo ellos son familiares, aun así probablemente no sean lo suficientemente cercanos como para que él tenga información. –no te preocupes Ciel, si no quieres contármelo no te obligare, pero si en algún momento necesitas a alguien que te escuche siempre estaré disponible para ti. En el ámbito sexual también. –Gracias Alois. –realmente estas distraído. _me tomó de la mano y me llevó al jardín, sentada sobre una manta estaba esperándonos Lizzy. – Alois y yo, horneamos galletas.
Después del picnic, ella se levantó con una sonrisa. –Shieru, ya debo irme, esto es para expresar mis sentimientos, Alois me ayudó a escribirla. _me dio una carta, estaba sellada dentro de un sobre, -Para la próxima vez que vuelva conversaremos más, tengo muchas cosas de las que te quiero hablar, lo único que te diré es que no tengo ni una intención de casarme contigo. _se acercó a Alois y lo abrazo. -Alois gracias por todo, ¡Iré a visitarte! _Se subió al carruaje con una sonrisa, y hasta que la figura de este se perdió en el camino, curioso abrí la carta.
Shieru, era broma lo del embarazo! Cuídate
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