Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ese mayordomo irresistible por yumeko kuroneko

[Reviews - 301]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

HHOOOOOLA! He vuelto! estoy muy feliz y emosionada de poder volver a actualizar y espero que támbien hayan personas que me extrañaron, esoo..... espero que sea de su agrado el capítulo >v<


Ya era tarde, me dirigí directamente a mi habitación, la luz que emitía la luna, le daba un toque mágico al ambiente, me senté sobre la cama, acaricie las suaves sabanas, me volteé acomodándome sobre estas e inhale profundamente, con mi cabeza apegada a estas, intentando sentir aunque sea un poco de la fragancia de Sebastián, pero como era de esperarse, no había nada. Él las cambiaba todos los días, las apreté un poco desesperado, molesto, ¿Porque aún sigo buscando su esencia? ¿Acaso no había dicho que esto era el fin? Me senté desilusionado de mí mismo, al no tener realmente las ganas de dejarlo. ¿A quién intento engañar con estas palabras? ¿Cómo puedo olvidarlo? ¿Cómo puedo deshacerme de estos sentimientos que descontrolan todo mi ser? Pero ahora más que nunca, no podía parar de pensar en él, ¿Será porque Lizzy me confesó que era broma lo del embarazo? Me sentía más relajado, ¿Era por eso que ansiaba desesperadamente su piel?
Cerré mis ojos y me mantuve así, quité mi listón suavemente imaginando que era él quien me desvestía, continué con el abrigo, de esa manera suave, delicada como lo hacía él, esa forma en la me hacía caer en la desesperación, rogando que me desvistiese más rápido, que haga más contacto con mi piel, mi cuerpo temblaba al solo imaginar que eran sus manos las que se deshacían de mi ropa, que estuviese cerca de mí, que me toque de esa manera como solía hacerlo, me hacía gemir, suspirar, mi cuerpo quemaba, estaba casi al borde de la desesperación, no podía evitarlo, necesitaba sentirlo, necesitaba tenerlo cerca de mí, quité mi calzado, imaginando que era él quien mirándome fijamente hincado frente a mí, me quitaba los zapatos, desabroche el cinturón que tenían mis medias y los bajé suavemente, pausadamente, él lo hacía de esa manera mientras que a lo largo de mis piernas dejaba caer sus besos, comencé a deshacerme de los pantalones cortos, imaginando que estaba detrás de mí como solía hacerlo, mientras me abrazaba susurrando o besando mi oído, me senté en la cama, lo extrañaba quería sentir su piel, tocar hasta lo más profundo de su ser, quería todo lo de él para mí, pero no quería verlo, aunque ansiaba con todas mis ganas probar aún más de él, mi cuerpo ardía, se estremecía necesitaba tocar su piel.
La puerta sin tocarse a abrió. -Joven amo. _al escuchar su voz, esa elocuente voz, llamarme, sentía que hace mucho tiempo no la había oído, me mantuve en silencio y cerré mis ojos. –retírate. _le dije secamente. –disculpe, pero debo hablar con usted. –lo haremos mañana. _ continuó caminando hacia mí, mi cuerpo temblaba miles de imágenes rondaban en mi cabeza, teniéndole a mi lado, besándole, acariciándome, tomados de la mano, disfrutando un momento juntos, como cuando estábamos en su residencia. Se sentó en la cama, me senté instantáneamente, quedando frente a frente, mirándole a los ojos. -¿Qué es lo que necesitas tan urgentemente que no puedes dejarlo para mañana? _su mano la colocó en un costado de mi mejilla. Mi mano la dirigí donde poso la suya con intención de quitarla, pero se posó sobre mis labios, antes de que pudiese negarme. –necesitaba verle, necesitaba conversar con usted antes de que termine el día, necesitaba ver esos hermosos ojos, saborear esos dulces labios. Permítame pasar la noche con usted –Sebastián ya te dije que yo no tengo ni una intensión de tener sexo, no estoy de humor para eso. -joven amo solo será dormir. -Si intentas algo te echaré, -le prometo que no haré nada. _En silencio me acomodé dándole la espalda. -Que acepte dormir contigo no significa que esté haciendo las paces, sigo igual de molesto que antes y no me retractare. -Sé que está molesto pero, no quiero discutir, permítame hacerle compañía esta noche solamente quiero descansar, quiero dormir con usted.


Cerró sus ojos suavemente, y aunque no tenía una sonrisa en el rostro se notaba aliviado, anteriormente habíamos discutido, aun así no le dio importancia, mi intención era saber si habían llegado a algún acuerdo con la señorita Elizabeth, se notaba tranquilo, de hecho más de lo normal, a tal punto que me hacía sentir relajado. Luego de un momento de permanecer dándome la espalda volteó hacia mí, cerré mis ojos, no quería que notara que estaba despierto, él era bastante vergonzoso, no quería que se sintiera incómodo. –¿Sebastián?... ¿Sebastián?... _habló suavemente, abrí un poco mis ojos fingiendo qué estaba medio dormido. –¿Sucede algo joven amo? -¿De que querías hablar? _Preguntó en un tono curioso. -¿Quedó en un buen termino con la señorita Elizabeth? –sí, aunque no hubo necesidad de hablar, me dejó una nota. –¿De qué trataba su contenido? –aclaró que era una broma que decidió hacer junto a Alois. -Eso es bueno. _le dije con un tono optimista y le di un beso en su frente. Era extraño que se haya acomodado luego de que se acueste a mi lado, siempre quedaba quieto como una piedra, se apegó a mi cuerpo, y se durmió, estaba mucho más sincero con el mismo, su actitud ha cambiado un poco desde que nos conocimos, quizás se ha acostumbrado a mi presencia. Aunque solo he estado con él unos meses, han sido bastante intensos, es bastante difícil complacerlo y se molesta con facilidad, pero me acostumbre rápidamente a su compañía.
En la fiesta que organizó para la reina en su mansión, cuando yo aún le servía como mayordomo a la princesa Leticia, fue la primera vez que lo vi, bajar las escaleras, con una gran aura de orgullo a su alrededor, arrogancia, vanidad, bueno aunque era un mocoso estaba sirviéndole a la reina no podía tener una actitud sumisa, pero en realidad era un chico bastante normal, de apariencia normal, y un carácter bastante molesto, solo lo miré de reojo, aun así ni siquiera me miro, fui desapercibido ante su mirada, eso era lo que me molestaba? Ni siquiera me acerque a saludarle, bueno soy un mayordomo no era como si lo fuera a saludar, me molestó que no me notara, que sea el centro de atención, que la gente se le acercara, ¿Porque odiaba tanto a alguien que ni siquiera había visto antes?
Antes de que Leticia muriera me ordeno que sea mayordomo de Ciel, no entendí porque me pidió eso, antes de venir a la mansión, investigué todo lo que concierne a Ciel pero había algo que no tenía coherencia, él salió de dicho lugar, y todos los que estaban ahí murieron, pero como un niño que no tiene fuerza ni agilidad como para hacerlo fue el único sobreviviente? Un contrato, fue la única respuesta que encontré, pero con quien hizo ese contrato?
Fui a su mansión, ya era de noche y había habido un evento en su casa, fácilmente entre por una de las ventanas de una de las habitaciones del segundo piso, de alguna manera sabía que esta era su habitación, pero él aún no estaba en su habitación, salí de esta y comencé a caminar por el pasillo, miraba a mis alrededores, sentía que conocía el lugar, como si hubiese estado ahí, comencé a caminar a lo largo del pasillo antes de llegar a las escaleras, él conde estaba en el suelo, al parecer estaba inconsciente, lo tomé, y lo lleve a su habitación, estaba desilusionado no había aparecido el que hizo el contrato con él, y tampoco tenía algún tipo de marca, sentí más curiosidad, porque era imposible que él haya escapado sin la ayuda de alguien, lo recosté en su cama. Me dirigía a la ventana, no había conseguido información. –¿Te iras? Quítame la ropa. _¿Estaba despierto? el tiró de su listón, lo miré mantenía sus ojos cerrados, quizás piensa que soy su sirviente, desabrochaba su camisa delicadamente, no quería que note que una persona desconocida, era quien lo estaba desnudando, quité su ropa sin problemas, su camisón estaba al costado de su cama, le puse su pijama, al final lo termine acostando bajo las sabanas. Al verle durmiendo, quedé admirando su rostro, esa silueta frágil e indefensa se veía increíblemente apetecible, acerque mi mano a su mejilla, acaricie su cabello. -No me dejes no quiero volver a perderte… _el tono de su voz emitía aflicción, de sus ojos caía agua salada descendiendo a lo largo de su mejillas, me cautive por sus palabras, estaba hablando dormido, probablemente está soñando, pero ¿A quién se refería? ¿A quién le decía esas palabras? Después de eso, aunque pasó bastante tiempo no lo pude quitar de mi cabeza.


Él yacía sobre su cama, yo estaba de pie a un costado de esta. –Sebastián, me duele un poco el cuerpo. ¿Podrías mirarme? Me pase a golpear la espalda. _se acercó gateando tímidamente hacia mí, dándome la espalda se sentó sobre sus rodillas subió su camisón, miré su nívea piel, se veía apetecible, acerqué mis manos y cuando las posé sobre su piel note que traía mis guantes, quería tener contacto con su piel, miré detenidamente su espalda y bajé un poco mi vista para notar que no usaba ropa interior, quiero ver más. –quitaré mis guantes para examinar con más claridad. _Al estar sin ellos, comencé a tocar su piel, recorriéndola suave y pausadamente, –aahh… _cubrió su boca avergonzado, al hacerlo soltó su camisón dejando mis manos dentro de su prenda, deslicé mis manos ascendiendo arrastrándola, con esa excusa tocaba su piel. –no suelte el pijama. _intentando actuar indiferente lo tomó, antes de terminar su espalda toqué donde tenía un hematoma. Volteó su rostro hacía mí, con los ojos llorosos me miro con una expresión avergonzada. –Sebastián duele, más despacio por favor. _Sentí que algo encendió dentro de mí, era un deseo incontrolable, quería corromper ese cuerpo. Deseaba incontrolablemente poseerlo, tocarlo, besarlo, hacerlo gemir excitado pidiendo por más. Yo ansiaba su cuerpo lo ansiaba.
Descendí mis manos acariciando su espalda, quería descender mucho más, llegando más debajo de su espalda, quería conocer esos gemidos. Incline su cabeza hacia adelante, me acerque a su cuello quería sentir el olor de su piel. -¡Espera si haces eso me veras todo! -permanezca quieto joven amo puede ser algo grave lo que tiene. _Me incline hacia él, quería posar mis besos en su piel, comenzaría por su cuello. ¿Qué estoy haciendo? No puedo hacer esto, ¿Qué haré si me rechaza? intentando contener las ganas descontroladas que tenía de saltar sobre él, él es mi amo.
Abrí los ojos impresionado, ¿Había sido un sueño? Era tan realista, como si lo hubiese vivido, el sueño se repetía una y otra vez en mi mente, esos ojos llorosos, ese gemido de dolor. Después de ese sueño tenía un sin fin de fantasías sexuales con un niño que solamente había visto dos veces, ese sueño fue como un interruptor hacia lo prohibido ¿Acaso me había vuelto un pedófilo? A cada momento imaginaba corrompiendo su cuerpo, a cada pestañeo veía una imagen de él. Ciertamente nosotros nos damos el lujo de dormir pero, cerraba mis ojos porque quería volver a encontrarme con él. Dormir se había vuelto algo cotidiano, cerrar mis ojos y pensar en él era algo que disfrutaba aun así era imposible, por más que lo desease, mi estética de mayordomo me prohibía acercarme a él, porque lo deseaba tanto? Ni en mis sueños podía tenerlo para mí ¿Cómo podía sentir eso por un niño? Reacciona, no es alguien que debería considerar como una presa. ¿Si me acuesto con él podre tranquilizare y dejar de pensarle? Ansiaba probar el sabor de su piel, tenía que tocarlo, saber si su piel era tan deliciosa como se veía.
Acercarme a él sería más fácil, si me presentaba como mayordomo, y tenía una carta de la princesa Leticia, eso ayudaba a cumplir mi objetivo, luego solamente debía seducirlo y acostarme con él, este deseo descontrolado que tenía por él, debería desaparecer. Después de convertirme en su mayordomo conseguí mi objetivo fácilmente, pero los resultados tampoco fueron los deseados, ansiaba su cuerpo aún más, no podía tranquilizarme, una ni dos veces bastaban para detener ese apetito sexual que él despertaba en mí, su cuerpo, sus expresiones eran increíblemente adictivas, cada uno debería tener un límite, pero yo ya perdí la razón por él, y aunque me lo pregunté muchas veces, aun no le encuentro coherencia, que es lo que me obsesiona que es lo que estoy buscando de él. Solo quería probar el sabor de su piel, pero terminé quedándome a su lado.
---------------------------
Sentía mi cuerpo pesado, abrí mis ojos, sobre mí una persona con una de sus manos tapando mi boca, ¿Quién es? La habitación estaba en completa oscuridad, aún faltaba para que amanezca, sebastián ya e había ido a trabajar, solamente podía divisar una silueta. ¿Un ladrón? Sin que se diese cuenta, metí mi mano derecha bajo la almohada, comencé a buscar mi revolver -¡No te muevas! _exclamó fuertemente. Así que es la rubia, me sentí un poco aliviado al saber quién era mi atacante, continué moviéndome sigiloso, si lo encuentro y le doy un tiro, no podrían culparme de que la maté, es la ocasión perfecta para deshacerme de ella. Quitó su mano de mi boca – Porque soy gentil te daré la última oportunidad de terminar tu relación con Sebastián, si te comprometes a no volver a acostarte con él, te dejare vivir. _ no pude evitar sonreír. –¿Cuánto más estas dispuesta a dar por alguien que no te aprecia? _Como era de esperarse incentive su ira hacía mí, sus ojos se tornaron a un color rojizo, brillaban como si tuviesen luz propia, puso sus manos en mi cuello y sin piedad, comenzó a apretar mi tráquea, mis manos simultáneamente las pose sobre las manos de mi atacante, las rasguñaba intentando que por el dolor que le provocaba que me soltase, luchando con todas mis fuerzas para conseguir un poco de aire, mis pies los movía intentado desesperadamente zafarme de su agarre, pero por más que lo intentaba no lo conseguía, la desesperación no me permitía actuar correctamente o, ¿Tenía una fuerza exageradamente superior a la mía?, ni siquiera había podido mover un centímetro sus brazos, con esa cantidad de fuerza podría haberme matado en un instante, talvez quería ver como agonizaba. Sentía que mi vida se iba yendo poco a poco, a medida que iba perdiendo la fuerza, y el aire se hacía más necesario, mis lágrimas comenzaron a correr, el dolor se hacía más agudo, -esta era la expresión que quería ver. _dijo la atacante, con un tono de voz bastante optimista. En ese momento, sentí que sonó algo, ¿Acaso me había roto un hueso? Relájate piensa con claridad, tienes que encontrar la forma de que te suelte antes de que mueras. -ya es suficiente. _ escuche una voz de lejos que decía eso, mi vista estaba bastante nublada, no podía distinguir las siluetas que estaban frente a mí, la voz era conocida, pero no lograba pensar con claridad de quien se trababa. La mujer al escuchar aflojó su ataque, no estaba usando la misma fuerza que unos segundos atrás, ocupé la energía que me quedaba para alcanzar el arma que mantenía bajo mi cabecera, aunque tenga una fuerza impresionante sigue siendo una persona. La adrenalina que se apoderó de mi cuerpo me hizo actuar instintivamente, tome el arma, le quité el seguro, le apunté y le disparé entre las dos cejas, saltó sangre al instante, tibias gotas cayeron sobre mi rostro, un quejido de dolor, me soltó y el sonido de su cuerpo al caer al suelo, desesperadamente intente adquirir un poco de aire y comencé a respirar, mientras tocaba mi cuello intentaba tranquilizar mi dolor, tocía, mi cuerpo estaba lacio, no podía moverme con facilidad, me cargué un poco con mis brazos y me asomé al costado de la cama, al verla muerta, su sangre aun desprendiendo de la herida que le había provocado, manchando la alfombra y su vestido, su cabello teñido de sangre, sus ojos color miel ya no tenían vida, había muerto al instante, me sentí aliviado, mucho más tranquilo. Mis ojos comenzaron a pesar, Sentí como de golpe se me vino todo el dolor que me causo con su ataque, todo se volvió oscuro, mis ojos se cerraron por voluntad propia, sin saber quien la había distraído _¿Sebastián? Fue lo último que pensé antes de perder el conocimiento.

Notas finales:

Bueno espero que se hayan emocionado igual que mi al leerlo, quiero disculparme sinceramente por no haber podido actulizar, realmente viví muchas cosas en este tiempo ausente y solamente ahora último he tenido un tiempo para poder escribir, lo siento! Desde ahora me portare bien así que no me odien..........

y un saludo especial para esas personas que se comunicaron por face para saber y aun estaba viva, para quienes dejan sus reviews que son el incentivo que tengo, y para quienes se dan el tiempo de leer todo lo que escribooooo!!!!           adiiosiin!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).