Al llegar al frente de la puerta de aquel departamento estaba hecho un lio de emociones. Felicidad, resentimiento, tristeza, pero tan solo quería verlo de nuevo, verlo y abrazarlo, sentirlo al lado mío.
Iba a tocar la puerta cuando se abrió sola, extrañado entre de a poco llamándolo, pero no recibí respuesta, entre más para buscarlo, pero cometí un grave error. Lo último que recuerdo era una cabellera rubia, un golpe y nada más.
Narra Jonghyun
Días tortuosos fueron los que pasé en aquella casa, porque a mi “padre” se le ocurrió la gran idea de mandarme a hablar con todos los que cuidaban cada sector de su propiedad, pero no podía negarme ya que si obtenía el liderazgo podría acabar con esa mafia de una vez por todas.
Estuve a las puertas del instituto el día de la graduación, milagrosamente había terminado rápido todo lo que mi padre me había mandado, pero para mi gran suerte mi móvil comenzó a sonar cuando estaba entrando al Instituto. Mi padre me mando urgentemente a terminar unos asuntos.
Dos meses.
Los moretones y cicatrices aumentaron en mi cuerpo durante esos dos meses, el estar en peleas era de todos los días.
Daniel.
Sí, lo recordaba gran parte del día, pero no podía llamarlo, no podía verlo, y tenía que acostumbrarme a esa idea, aunque quería con todas mis fuerzas al menos despedirme decentemente de él, o decirle que me esperara un tiempo más… bueno aunque no se lo digiera, cuando acabe esto iría a buscarlo y lo haría mío de nuevo sin importarme nada.
Flash Back
Luego de ir al asunto que me impidió ir a la graduación, mi padre me busco.
-Jonghyun, supe que tienes a alguien especial –la última palabra sonaba estirada-
-¿Te interesa mi vida personal?
-Sí, y mucho más cuando ese alguien es un hombre.
-¿Cuál es el problema en eso?
Mi padre se rio estruendosamente mientras se acercaba a mí y me tomo el hombro, su risa se calmó y su mirada se volvió fría. Un golpe tan rápido que no pude esquivarlo.
-¡Mi hijo no es un marica! ¡Escuchaste!
-¡Puedo ser lo que quiera! –Le escupí mientras me levantaba lentamente y lo encaraba- ¿Tu que sabes? ¡No sabes nada!
-Sé que mi hijo no será un marica, así que deja tus estúpidos juegos.
-No dejare nada. –sonríe con sorna, no me dejaría intimidar-
-¿No? ¿Estás seguro?
-Tú no me harás dejar nada.
-Claro que puedo querido hijo mío, y lo haré, ¡L.joe! –Grito y entro aquel rubio que conocía con una media sonrisa en su rostro-
-Dígame jefe. –respondió obedientemente-
-Ve a eliminar al estorbo del juguete de mi hijo.
Mis ojos se abrieron levemente, a mi mente volvieron imágenes que pensé había olvidado. Gritos, golpes, amenazas, un disparo.
-No te atrevas –dije entre dientes-
-¡No dejare que digan que mi hijo es un puto marica! O lo dejas, o elimino el problema.
Sabía que no me dejaría ir a buscarlo, incluso si el mismo tenía que dejarme inconsciente en el piso. Conocía muy bien su fría mentalidad.
-Lo dejare –mentí-
-No confió en ti querido hijo mío, pero sabes que no es de mi estar matando gente por doquier –rio- pero tendrás a dos de mis hombres vigilándote, nada de llamadas, visitas sospechosas o algo por el estilo, al primer movimiento tuyo, aquel chico se va a mejor vida.
-Entiendo.
Fin Flash back
No esperaba para que aquella enfermedad terminal se lo llevara.
Estaba en casa después de haberle dado su merecido a unos tipos que no obedecían las reglas de nuestro territorio, al menos podía descargar toda mi rabia con ellos. Sentí como alguien entro a la sala en donde estaba, esperaba no fuera la odiosa de mi madrastra. Tuve fortuna, pero aquella persona tampoco era de mi completo agrado.
-Así que… eres ¿gay? –Pregunto aquel rubio con una media sonrisa-
-¿Te importa?
-La verdad sí, habíamos estado una buena cantidad de años juntos… pensar que mi amigo podía violarme en cualquier momento, suena curioso.
-¿A ti? Por favor, aunque lo hubiera sido en ese momento no te hubiera follado aunque me lo rogaras. –ambos reímos-
-Bueno debo admitir que aquel chico era lindo ¿Te gustan las cosas lindas? ¿Tanto disfrutas darle al culo de un hombre?
-¿Quieres que te parta la cara? Ve a soltar tu veneno a otro lado. Y respondiendo a tu última pregunta, sí, me encanta, pero solo a él.
-Que romántico, solo amas a una sola persona ¿Te has enamorado del chico? Que tierno Jonghyun. –dijo de manera burlona-
Me levante de golpe acorralándolo en la pared, sujetándolo de su camisa.
-¿De verdad quieres que te parta la cara?
-¿Es que no lo amas? Habías desafiado a tu padre por él, así que era solo un juguete más, uno experimental al parecer. –sonrió-
Su pregunta me movió un poco, no había pensado en eso todavía, solo sabía que lo necesitaba, y lo quería al lado mío.
-Que mal por el chico –lo solté, y me encamine a mi cuarto- sigues siendo igual que siempre Jonghyun. –Fue lo último que escuche cuando salí de aquella sala-
¿Amar? Hubo un tiempo que lo hice, la persona a la que más amaba en este mundo.
Mi madre.
Pero ella ya no está aquí, y no volverá nunca. No fui capaz de protegerla… no pude. El amor era solo algo que no quería tener de nuevo en mí, no quería pasar por aquellos días oscuros, aquellos días en los que siempre estuvo él, y me traiciono ¿Qué tan factible era volver a sentir algún tipo de sentimiento bueno por alguien? Ninguno, pero Daniel, él simplemente me fascina, no sabría asegurar que lo amo, pero lo necesito, necesito sentir su piel, su aroma, ver su sonrisa.
Maldito viejo, muérete ya.
Dos meses después
Había sido enviado a resolver unos asuntos a la ciudad vecina, a la cual mi padre planeaba expandir su territorio. Estaba hablando con aquellos hombres que parecían verdaderos gangsters con varias cicatrices en el rostro, aunque bien poco me importaba que era todo eso, siempre tenía que escuchar atento, esta información me podía ser útil después. Mientras estaba en media platica mi móvil sonó, era L.joe, como era casi la mano derecha de mi padre, ya que el padre de L.joe había sido asignado a otro lugar, tenía que escuchar su voz casi todos los días, dándome las ordenes que le decía mi padre. Recibí varias miradas de descontento mientras iba afuera a contestar.
-Estaba en algo importante ¿Qué quieres?
-Amigo, no te preocupes no tomara mucho.
-No me llames así, ve al grano.
-Oh lo siento, bueno solo quería informarte de algo, aunque se supone no debería decirte, pero para que sepas que aun te considero mi amigo te lo diré.
-Oh que honor –dije sarcástico-
-Tu padre me ordeno que alejara a aquella molestia tuya.
-¿Qué?
-¿Cómo se llamaba? ¿Niel? Oh no ese era su apodo, su nombre era mmm, ¿Daniel?, sí, creo que ese es.
-Dime lo que hiciste y quizás no te mate. –Por como pensaba mi padre no quería saber que estupidez le encomendó a L.joe-
-Tranquilo no he hecho nada aun, pero lo haré en unos minutos. De verdad se ve lindo amarrado y dormido, ¿debería mandarte una foto? –Su voz llena de veneno resonó por toda mi cabeza-
¿Amarrado? ¿Dormido?
-No te atrevas a tocarlo Byunghyun –amenace-
-Lo siento Jonghyun, no eres el líder, yo solo obedezco órdenes del líder, ahora si me disculpas estaré un poco ocupado.
-¡Byunghyun! ¡No te atrevas!
La llamada se cortó.
Estuve a punto de salir corriendo pero aquellos gorilas que mi padre me puso me detuvieron, tenía que terminar de hablar con aquellos gangsters antes de irme, y eran tres horas mínimo en auto, solo esperaba que Byunghyun me obedeciera, cosa que sabía no haría.