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Teach Me por Nielie

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Notas del capitulo:

Semi lemon a su disposición (?) kkk~

Narra Daniel

 

—¿Resistir? ¿Resistir qué? Oye que estás muy cer-

 

No pude terminar, de pronto sentí como pegaba sus labios a los míos, abrí mis ojos a mas no poder al sentir su extrema cercanía, trate de separarme de él empujándolo, pero era fuerte, bueno, por su cuerpo podría haberlo predicho, sus manos comenzaron a viajar por mi cuerpo, un extraño calor empezaba a sofocarme, y creció aún más al sentir como una de sus manos acariciaba mi cintura desnuda. Sí, había metido su mano por debajo de mi camiseta, debido a la sorpresa di un pequeño gritito, cosa que el aprovecho para profundizar más el beso y entrar su lengua en mi boca, buscando la mía. Sentí como la encontró, un extraño sentimiento me recorrió el cuerpo, algo que no podía parar…

 

Narra Jonghyun.

 

No iba a perder, definitivamente le iba a hacer cantar la verdad, aunque no sé cómo es que termine así, saboreando sus gruesos labios. Me costó poder tener más contacto, sabía que él tampoco se iba a dejar fácilmente, pero el que iba a ganar era yo.

Lentamente pase mi mano debajo de su camiseta y la sentí, su piel, era suave, muy suave, al sentirme dio un gritillo, cosa que no deje pasar, profundice el beso, con eso ya daría todo por terminado, pero él no dejaba de querer apartarme, aunque sus intentos eran cada vez más débiles ¡Lo sabía! Aunque estaba perdiendo la mente por unos momentos dejándome llevar. La primera vez que lo vi, enserio pensé que era una chica, y me gusto, suena cursi, pero creí que era lo que llaman “amor a primera vista”, su rostro sonrojado, su mirada perdida, su cabello moviéndose a un ritmo suave, sus labios, creí que era perfecta hasta que me di cuenta de que era un chico. ¿Quién lo diría? Quizás por esa confusión es que en parte lo estoy disfrutando. Sus labios son tan suaves, esponjosos, y el encuentro de su lengua con la mía hizo que mi respiración aumentara, queriendo estar así por siempre, sentí como sus brazos ya no emitían ningún tipo de forcejeo, le estaba gustando, y bueno, a mí también. Debí dejarlo ahí, terminar el juego, pero no quise, algo de él me dejo loco, lo empotre contra la pared, haciendo que sintiera todo mi cuerpo contra el suyo, mientras lo seguía besando con ansias, él ya había perdido, sus labios se movían al ritmo de los míos, disfrutándolo, sí, sabía que lo disfrutaba tanto como yo. Delinee con mis dedos su espalda y soltó un leve gemido, escuchar aquello me estaba excitando de sobremanera, si no paraba, no sabría cómo terminaría esto, aunque si terminara, creo que ambos lo disfrutaríamos, y mucho. Me deje llevar por el momento, deje sus labios, esos exquisitos labios, para bajar en un camino de besos húmedos hasta su cuello, al que saboree por completo, mordiendo y besando, dejando a mi paso unas marcas rojas, de su boca solo podía escuchar suspiros y gemidos llenos de placer, una de sus manos llego a mi cabeza enredando sus dedos en mis cabellos, mientras que la otra acariciaba torpemente mi espalda. Mire de reojo su rostro, tenía la cabeza de lado y hacia atrás, dándome espacio, los ojos cerrados, sus cabellos se pegaron a su rostro por el sudor, aquel que nos envolvía, estábamos llenos de calor, mi mirada se desvió un tanto hacia abajo, mientras seguía jugando en su cuello, y vi su cama, intacta, tuve unas tremendas ganas de tirarlo y seguir con nuestro divertido juego, pero tenía que detenerme, mi sangre se estaba dirigiendo hacia otro lugar, y eso no era bueno.  

 

—Has perdido Daniel. —dije mientras dejaba su cuello y ponía mi rostro frente al de él— Ahora solo te toca admitirlo… —sentí su rápido respirar, mientras abría de a poco los ojos, incorporándose, se veía tan sexy, tan… me daban unas ganas de seguir, de volver a besar aquellos labios, de besar más allá de solo su cuello y sus labios, me separe por completo de él, ya que si seguía así no podría controlarme, su cuerpo cayo sentado al piso, aun con la respiración agitada, y claro yo también, pero me reincorpore rápido.

 

—Qu-que… —decía bajito con la cabeza gacha.

 

—Admítelo Daniel, te ha gustado, YO te gusto. —le pique.

 

—Serás… —lo vi tomar aire y apretar los puños, creo que esto no sería tan fácil— ¡Idiota! ¿Qué me has hecho? —Se levantó de golpe— ¿¡Co-como has podido!?

 

—Cómo has visto, el juego lo has perdido, no aguantaste nada Daniel, nada.

 

—Pe-pero tu ¿Estás loco?

 

—Quizás, un poco —sonreí y vi como su cara se llenó de ira.

 

—¿Un poco? ¿Un poco?, ¿Te parece poco lo que acabas de hacer? Tú, tú, tú, me… ¡Me has besado!

 

—En eso consistía el juego Nieli. —me gustaba ver como se irritaba, era divertido.

 

—¡No me llames así!, no tenías por qué hacerlo, ¿Qué hare ahora? Un chico me ha besado. —puso sus dedos en sus labios, con los ojos medio idos en la nada y cayo de nuevo al suelo.

 

—Vamos, no dramatices, ni que no te haya gustado.

 

—¡Claro que no me ha gustado!

 

—¿No?, me pregunto entonces… —me acerque a él y baje para estar a la altura de su mirada— ¿De quién habrán sido aquellos gemidos? ¿De quién eran esas manos que acariciaban mi cabello y mi espalda? ¿De quién era esa lengua que gustosa jugaba con la mía? ¿Me lo puedes responder?  

 

—¡No te me acerques! Tú, tú, tú… —retrocedió mientras con una mano se trataba de tapar.

 

—Vaya, ahora no quieres que me acerque, muy bien que estabas restregándote contra mi ¿No?

 

—¡Cállate!

 

—Solo tienes que admitirlo, te gusto, y al parecer mucho. —sonreí triunfal en su cara, había ganado, y con creces.

 

—Yo…yo… —vi cómo se agarró la cabeza, esto no iba bien, si seguía así le daría algún colapso nervioso.

 

—Oye, tranquilízate, no creí que fueras homofóbico, respira ¿Si?

 

—¿Cómo?... —me miro— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de esto?, es que tú eres…

 

—Hey, cuidado con lo que dices, no soy gay, aunque no tengo nada contra ellos.

 

—Entonces lo que acabas de hacer es de machos ¿No?

 

—Bueno… es la primera vez que beso a un chico. —pensé, nunca antes me habían atraído los hombres, ninguno, por muy guapos que fueran, las chicas son bonitas, y sirven bien, pero ninguna me ha atraído lo suficiente, ninguna tiene algo especial que haga que vaya a por ellas en términos más serios, no al menos de esta manera, pero él sí, quizás, este cambiando de preferencias sexuales, bueno, no es algo que me importe mucho, pero al parecer a él sí, y vaya que le afecta.

 

Narra Daniel

 

¿Que había hecho? ¡Me había besado! Y, y, y, yo también… me había dejado llevar por sus labios, por sus caricias, por él. Perdí la cabeza por completo, ¿Dónde había ido mi razonamiento? ¿Dónde? ¿Por qué me había abandonado en aquel momento tan crítico? Pero lo que no entiendo es… ¿Por qué lo disfrute? ¡Sí! Mierda ¡como lo disfrute!, como disfrute sus labios sobre los míos, su lengua jugar con la mía, sentir su ser restregándose encima mío, como jugaba con mi cuello, aquellas mordidas que solo me causaban olas de placer. Estaba loco, casi lo daba por hecho, éramos ambos chicos, los dos, pero aun así…

 

—Haaa… —hundí  mi rostro entre mis brazos, no quería mirarlo, sabía que debía de tener una sonrisa triunfante, había perdido, me deje llevar.

 

—Estoy esperando. —me dijo tranquilo.

 

—Entonces sigue esperando, porque nunca me escucharas decir… lo que quieres escuchar. —dije sin sacar mi rostro de entre mis brazos.

 

—Has perdido, debes de decirlo, pensé que serías un buen perdedor, pero ya veo que no… —sentí como se acercaba a mí, quedando parado al frente mío—

 

—Simplemente no lo siento, no es verdad, no puedo decir algo que no es verdad ¿Entiendes? Tú… no me gustas, y porque he dejado que pasara lo de antes aun no lo entiendo… —era sincero ¿Para qué mentiría a estas alturas? ¿Para qué negar lo que había pasado? Pero aun así, no entendía nada.

 

—Daniel… —me llamo, y sentí como tomaba una de mis manos y trataba de que sacara mi rostro de entre mis brazos, cosa que logro, dirigí mi mirada hacia un lado, definitivamente no quería verle el rostro, me tomo la barbilla con delicadeza, y dio un leve suspiro— Sabes, no he hecho todo este jueguito para que no cumplas con lo que acordamos, tendrás que admitirlo si o si. —Sentencio, temblé al sentir el frío de sus palabras.

 

—Tú estás loco. —dije bajo, y con fuerza corrió mi cabeza poniéndola recta, frente a su rostro, aquel rostro que parecía molesto— Suéltame. —no iba a dejar que dominara la situación.

 

—No lo haré, si no quieres soltarlo por las buenas, tendrá que ser por las malas. —sonrió de lado—  Tienes que saber una cosa Nieli. —puso su rostro al lado del mío, como en aquel sueño que tuve— Yo nunca pierdo nada, nunca.

 

—Suelta-haa. —sentí como una de sus manos rodeaba mi cuello y me mordió el lóbulo, para luego pasar su lengua por él, no tuve las fuerzas para empujarlo, no podía, sentí ese calorcillo subir por mi cuerpo de nuevo, sus manos, una de ellas se coló bajo mi camiseta acariciándome la cintura, su manos estaban frías, pero se entibiaban al contacto con mi piel, creo que el calor de nuevo invadía mi cuerpo. Razón ¿Por qué me abandonas de nuevo?

 

—Vas a soltarlo Daniel, aun así sea entre gemidos, vas a hacerlo. —dijo, yo ya me sentía embriagado por el placer, sentir sus labios en mi piel me ponía a mil, de a poco me fue dejando tirado en el suelo, hasta estar completamente recostado, sintiendo sus caricias, su lengua pasar por el largo de  mi cuello, solté un casi inaudible gemido cuando dejo de jugar en ella y se acercó a mis labios, rozándolo con los suyos— Ahora mismo me importa la nada misma el que seas un chico, tienes que admitirlo, lo veo en tus ojos, no te mientas Daniel, y solo dilo. —me quede mirándolo, su respiración se volvió agitada como la mía, y sus ojos tenían un extraño brillo, pero aun así, aunque no sabía bien que me pasaba, quería que siguiera, que no parara, pero de mi boca no salía nada, no podía articular palabra por más que quisiera hacerlo—  O…¿Quieres que te saque las palabras?¿He? —mi razón se había ido ya por completo, quería responderle, de a poco fui reuniendo el valor y la fuerza.

 

—Inténtalo. —solté y su sonrisa de ensancho aún más.

 

—Saldrás perdiendo Daniel y eso lo sabes bien. —sentencio y se acercó para besarme, suave y lento, una mano la tenía siempre en mi cuello acercándome a él, como si quisiera que no me moviera de ahí ni un centímetro, y su otra mano viajo desde mi cintura, hasta mi pecho donde se movía inquieta, acariciando y explorando todo, de pronto solté un gemido al sentir como acariciaba uno de mis pezones, se sentía tan bien, su toque— Dilo… —su voz se había vuelto ronca, y solo escucharla hacia crecer más aquel calor.

—Me… —lo mire a los ojos,  casi veía el triunfo en ellos, pero no le daría el placer, no tan rápido— ¿Qué? Se me ha olvidado… —solté con una sonrisa.

 

—Estás jugando con fuego Daniel, y te vas a quemar entero. —dijo y me apretó el pezón con el que había estado jugando, haciéndome salir de mi garganta un grito de dolor.

 

—No seas bruto. —lo mire enojado.

 

—¿Qué? ¿No te gusta? —rió por lo bajo, y aparte su mano de mi cuerpo. Definitivamente no dejaría que ganara.

 

—Salte de encima. —le mire frío, sí, se me había ido todo el calor que antes sentía.

 

—Sabes que no lo haré, al menos no hasta que admitas que te-

 

—No-me-gustas. —le corte, viendo como su rostro cambiaba a uno neutro— Así que vete quitando de encima, tutor. —recalque lo último.

 

—Vaya, vaya, has reunido valor, veamos que tanto te dura he. —y volvió a besarme, pero ahora con ansias, con fiereza, y yo trataba de seguir su ritmo.

 

Aquella mano que yacía en mi pecho, viajo peligrosamente hacia abajo, hasta llegar a mi bajo vientre, acariciándolo con la yema de sus dedos, se sentía tan bien. Sus besos de nuevo me estaban llenando de calor, puse mis manos en su cuello, pasando una por su cabello, restregándola en ellos, me estaba volviendo loco. Para mi sorpresa soltó mis labios, dándome una fiera mirada, nuestras respiraciones casi acompasadas, sentía como mis labios temblaban y podía decir que ya estarían hinchados.

 

—Te vas a quemar… —no entendí por qué lo dijo hasta que pude sentir su mano meterse debajo de mis pantalones y comenzó a acariciar lentamente de arriba hacia abajo mi miembro, haciendo que mi cabeza se fuera hacia atrás y mi espalda se arqueaba, sintiendo un espasmo de placer, todo mi cuerpo tembló, mi respiración se hizo más agitada, apreté con fuerza sus cabellos entre mi mano y me mordía el labio para no soltar aquellos gemidos que querían salir, aunque fuera encima del bóxer, se sentía tan bien, y mi miembro estaba reaccionando a aquellas caricias, sentía como toda la sangre se concentraba en un solo lugar— Es la primera vez que toco uno. —dijo a mi oído— No sabía que estabas tan bien dotado Nieli. —me mordió el lóbulo  y solo pude soltar un gritito, comenzó a besarme el cuello de nuevo, y yo solo podía soltar pequeños gemidos de placer— Te has puesto bien duro. —rió, volviendo su rostro frente al mío— Y ¿Aun puedes decir que no te gusto? —alzo una ceja, mientras me seguía masturbando, era el bendito paraíso.

 

—So-son reacciones no-nor-normales —dije tratando de no perder ante él.

 

—¿A si? —Me empezó a masturbar con fuerza, haciéndome gritar, un sentir entre placer y dolor.

 

—S-sí

 

—Puede ser. — volvió a besarme como antes, con ansias, sabía que no admitiría su derrota con algo tan simple, su otra mano subió hasta donde más pudo mi camiseta, se separó de mis labios, dejándome con gusto a poco,  bajo a mi pecho y empezó a dar lamidas sobre él, su saliva caliente me volvía aún más loco.

 

—Jon-Jonghyun…para... —aunque no quería que lo hiciera, pero sentí que explotaría en cualquier momento, su mano empezaba a moverse más rápido ahí abajo, y me estaba doliendo el tener mi masculinidad atrapada entre mis boxers.

 

—¿En serio quieres que lo haga? — comenzó a chupar y darle pequeñas mordidas a uno de mis pezones, definitivamente explotaría en cualquier momento.

 

—N…no. —dije casi solo para mí, no sabía si él lo habrá escuchado. Estaba a punto, lo podía sentir, sentir ese calor nublándome la vista.

 

<Pero no todo siempre acaba bien.>

 

—¡Nieli! ¡Ya llegue cariño! —Era la voz de mi madre en el primer piso.

 

Ambos dimos un salto, sorprendidos, y de pronto él se empezó a reír suavemente.

 

—¿Qué es tan gracioso? —dije con el alma en un hilo, si mi madre me viera así me mataría; eso es seguro.

 

—Tú. —dijo sin dejar de reír— Deberías verte. —para ese entonces estábamos completamente separados el uno del otro, mi ojos viajaron a mi entrepierna, y ahí estaba, el bulto en mi pantalón era más que evidente, me senté tratando de taparme— Si no quieres que tu madre sospeche nada, deberían taparte entero Nieli. —sonrió de medio lado, aun con esa risa superior.

 

—¿Qué? —me mire, y aun tenía la camiseta subida, y en mi pecho varios puntos rojos, me la baje de inmediato y sentí como un calor subía a mi rostro, seguro me habría ruborizado, lo mire de nuevo, viendo como doblada un poco su cabeza apuntándose el cuello— Mentira… —corrí al baño de mi pieza y me mire al espejo, tenía muchas más marcas rojas que en mi pecho, por todo mi cuello— ¿Qué me has hecho? —Le grite bajo.

 

—Nada que no hayas disfrutado Nieli. —sonrió con picardía.

 

—¡No-  —no debía gritar, mi madre había llegado y en cualquier momento subiría a vernos— No me llames así, ¡ash!

 

—¿Por qué el enojo? ¿Lo has disfrutado, no? —Paso su lengua por sus labios.

 

—Vete a la mierda, estúpido. —se levantó del piso y camino hasta mí con una cara de pocos amigos.

 

—Te dije que tuvieras cuidado con lo que dices Daniel. —puso su rostro algo enojado cerca del mío— Ahora tapate y terminemos esto. —dijo y  volvió  a sentarse en la mesita, ordenándose la camisa y la corbata, en unos segundos quedo igual a como había llegado, y yo, yo no podía estar más… más, ash, no era justo.

 

Cerré la puerta del baño, me volví a mirar al espejo, viendo todas aquellas marcas, y recordé como me las había hecho, las toque con la yema de mis dedos, una corriente eléctrica paso por mi cuerpo, haciéndome estremecer, aun podía sentir su calor; sus caricias; su besos, mi entrepierna volvió a reaccionar, debía de darme una ducha bien fría.

 

—¡Hijo! ¡Jonghyun! ¡Voy a pasar! —escuche  a mi madre mientras tocaba la puerta para luego abrirla, no tenía pensado salir como estaba, no sabría cómo explicar todo.

 

—Oh, Jonghyun, ¿Dónde está Daniel? —Solo podía escuchar su conversación.

 

—Se metió al baño, dijo que tomaría una ducha, al parecer tiene mucho calor.

 

<¡Ese maldito!, si no estuviera así saldría a partirle la cara.>

 

—Vaya, ¿Ya han terminado?

 

—Sí, ha ido todo muy bien, mañana seguiremos con lo demás.

 

<¿Bien? No he aprendido nada nuevo ¡estúpido!, bueno en parte sí, pero eso no tiene que ver con las matemáticas, además ¿Mañana? ¿Lo volveré a tener en mi cuarto mañana? ¿Qué haré?, lo menos que quiero ahora y durante un largo tiempo, es volver a verle el rostro.>

 

—¡Qué bien! Me alegro mucho, pensé que Daniel sería un poco difícil de enseñar.

 

—Bueno, si lo es, es un poco testarudo, pero nada que no pueda controlar.

 

—Vaya, se te da muy bien el enseñar al parecer.

 

<Si claro, como no, enseñar, pero enseñar otras cosas será.>

 

—Claro, no por nada soy el mejor del Instituto.

 

—Tienes razón, tu madre debe estar muy orgullosa de ti.

 

<Vaya él y su enorme ego.>

 

—Seguro. —le escuche decirlo más bajo de lo normal— Bueno debo irme, ya es tarde, me despide de Daniel.

 

—Oh, sí claro, cuídate en el camino, y gracias por ser el tutor de mi hijo, no sabes lo mucho que le servirá.

 

<Si supiera lo que me ha hecho no diría aquello.>

 

—No se preocupe, nos vemos mañana. —sentí como sus pasos se alejaban— Adiós.

 

—Adiós Jonghyun. —sentí los pasos de mi madre dirigirse hacia el baño— Hijo ¿Estás bien?

 

—Si madre. —corrí a abrir la llave dejando correr el agua— Solo tomo una ducha.

 

—Que bien, pensé que quizás pudo haberte dado fiebre, como Jonghyun dijo que tenías calor.

 

<Claro que tenía calor, pero no por la fiebre, no.>

 

—No te preocupes, no es eso. —trate de calmarla.

 

—Está bien, iré a preparar la cena. —sentí como sus pasos se iban y cerraba la puerta de mi habitación.

 

Un alivio recorrió mi cuerpo y pase mis manos por mi cuello algo agotado, pero el calor me invadió de nuevo al sentir sus marcas en mi cuello, me desvestí y me metí en la ducha, el agua recorría mi cuerpo y podía ver con claridad las marcas por mi pecho, me las tocaba y sentí pequeños espasmos de placer. ¿Qué acababa de hacer? Y ¿Por qué me ha gustado? ¿De verdad me gusta Jonghyun? Mi mente era un caos, y mi mente formulo una extraña cuestión… ¿Le gustare yo a él?

Notas finales:

Espero sea de su agrado ;O;~


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