Miércoles. 20 Nov (6 días para el examen)
La alarma sonó a las 7:00 am, y yo no había pegado el ojo en toda la noche, había pasado de largo, mirando el techo, tratando de encajar las piezas del rompecabezas, porque eso era mi mente, un rompecabezas de mil piezas que había sido desordenada por todos lados. Pesadamente me di la media vuelta y apague la alarma, no quería ir al Instituto, no quería encontrarme con él por ningún motivo, aunque supiera que en la tarde lo tendría de nuevo en mi pieza, y no sabría bien que hacer o decir.
-¡Nieli, hijo, levántate, ya es hora de ir al Instituto! –Grito mi madre-
-¡No quiero ir! –Me tape con las frazadas, no saldría de mi cuarto-
-¡Hey! –sentí alguien entrar de golpe a mi cuarto, y pegue un leve salto, era una voz de chico, rece porque no fuera quien pensaba, de a poco fui bajando mis frazadas para ver quién era, y lo vi ahí parado en el umbral de la puerta con una enorme sonrisa-
-¿Qué es eso, de que no quieres ir al Instituto? ¿He? –Camino hacia mí- ¡Vamos! –Me quito las frazadas y me hice bolita para no dejar escapar el calor de mi cuerpo-
-¡Ya! Déjame, no quiero ir Ricky –sí, fue un gran alivio, pero no del todo, sabía que no se iría hasta que estuviera listo y rumbo al Instituto junto a él-
-Nada de eso, levántate y cámbiate de ropa –me la tiro encima-
-Pero…. –reclame-
-Nada de peros, levante –rio mientras se sentaba al lado mío- Lo siento, no pude ir ayer, ¿no te paso nada? Estuve preocupado durante casi todo el día, y mi madre no me dejo tomar mi móvil por nada del mundo, y tú tampoco me llamaste.
-Estaba cansado, pero no, no me paso nada, nada… -no podía contárselo, quizás se alegaría de mi por pensar que soy extraño, no sabía su opinión sobre los homosexuales, pero tampoco se la preguntaría ahora, sería demasiado obvio, pero, ¿de verdad era uno?-
-Es un alivio, no quería faltar, pero… bueno, ahora vamos al Instituto –me sacudió animadamente-
-Está bien – me levante pesadamente y me reí junto a el-
Mi amistad con Changhyun comenzó hace unos dos años atrás, cuando él ingreso al Instituto. Se podría decir que sufría bullying escolar, por mis grandes labios, y por qué todos decían que parecía una chica, no por ellos, sino por mi aspecto físico, quizás el tener el cabello un poco más largo no ayudaba, casi parecía una melena y me gustaba así, solo soportaba, no sé cómo, no hablaba con nadie, ya que todos me despreciaban, hasta que Changhyun llego, y me comenzó a hablar, al principio pensé que sería algún tipo de trampa o algo, pero de a poco me fui dando cuenta que era un buen chico, el me defendió de los demás cuando me molestaban, y me dijo que me cortara un poco más el cabello, lo sigo teniendo algo largo, pero no tanto como antes, ahora me llega hasta la nuca y tenía un poco de flequillo, me dijo que tan solo me defendiera cuando ellos me molestaran. Desde ese entonces solo hice eso, y dejaron de molestarme, será porque casi les había roto la nariz a la mitad de la clase por llamarme chica, ahora solo me ignoraban en mayor parte, pero aún sigo escuchando sus murmullos de vez en cuando a mis espaldas, ya no se atreven a plantarme cara. Es gracioso, porque Changhyun fue quien me enseño a pelear, y se podría decir que me entreno, ambos de vez en cuando vemos programas de box en la televisión, e incluso una vez asistimos a un corto curso de boxeo, claro sin que nuestras madres se enteraran, pero al menos sabíamos defendernos muy bien ambos. Aunque él sea un año menor que yo, está en mí mismo nivel, ya que por su inteligencia había sido promovido un año más, aunque no es de los que se jactan de aquello, tan solo lo dice cuando se lo preguntan, no quiere ser tratado de una manera diferente. Ha sido una gran ayuda en mi vida, y por eso es como mi segunda madre, mi hermano.
Por eso mismo no quería que supiera lo que me paso ayer, no. Quizás se alejaría y me dejara, y estaría solo como antes, y no quería eso.
-¿Cómo te fue ayer con tu tutor? –Me pregunto entusiasmado mientras caminábamos hacia el Instituto -
-Bien –trate de no ponerme nervioso, el tema aún era complicado para mí-
-¿Si? Pues, ¡qué bien! –envolvió mi cuello con su brazo haciéndome bajar hasta el- así me gusta, ¿ves? Te dije que serviría.
-Ya, ya, solo ha sido un día, no es mucho, aún queda mucho, además… -me solté de su agarre- es un pesado, tiene el ego por las nubes, no sé cómo le soporte tanto sin romperle la cara.
-Wow, ¿enserio?, no muchos saben cosas de él, como es muy reservado.
-Claro, si se sigue portando tan chulito, no lo soportare ni tres días. –se rio-
-Sabes, no quería decirlo frente a tu madre, y porque tampoco sé si sean cien por ciento verídicos, pero hay rumores que se corren de él.
-¿Sí?, haber suéltalo –así que el chico ególatra tenía sus cosillas-
-Bueno… -miro a todos los lados verificando que no hubiera nadie muy cerca- el primero es que es un ligón por defecto, un completo casanova, se le ve con una chica nueva cada semana ¿has visto que a veces hay un grupo de chicas fuera del Instituto a la salida? Y pocas veces en la mañana.
-Creo, ¿es por él?
-Sí, tratan de llamar su atención y a veces le dan regalos.
-Vaya.
-Creo recordar que este año en febrero, para el día de los enamorados, varias vinieron a darle chocolates, pero el salió por atrás o por algún otro sitio.
-Así que un casanova –si tenía a tantas chicas detrás de él, ¿Por qué había hecho lo de ayer?-
-La otra es que tiene un sobre nombre muy particular, pero nadie se atreve a llamarle por él, creo que una vez un chico se lo dijo en broma y le rompió toda la cara, pero nadie le dijo nada por ser de familia adinerada. Dicen que en el Instituto que iba antes le llamaban así, junto a alguien más eran los más populares de ahí, pero de un día a otro se cambió de Instituto, al nuestro, creo que fue un año antes de que yo entrara al Instituto. La verdad esa historia es bien confusa.
-Sabes muchas cosas he, y no me lo habías contado antes –le mire algo molesto-
-Bueno no sabía que te podría interesar.
-Tienes razón, no me hubiera interesado…- no hasta ahora, así que casanova y con alguna cosa oscura por detrás, vaya tutor el que tengo- Y ¿Cuál era ese apodo? –Ricky paro y me hizo una señal para que me acercara-
-Changjo –me dijo en un susurro, al parecer también tenía miedo de decirlo-
-¿Creación? ¿A que vendrá ese apodo? – De cierta manera creo que eso le habrá hecho crecer su ego-
-No lo sé, solo sé que si le llamas así, no se quedara de brazos cruzados.
-Lo tendré en mente.
Bien, tenía información muy valiosa, que quizá me ayude mucho.
-Aun así deberías tratar de aprender mucho de él, al menos en lo que es el estudio, sabes que estas a un pelo de reprobar el ramo y…
-Losé, losé, ¡ven aquí! –lo agarre y le di un coscorrón suave-
-¡Ya, Daniel suéltame! –Se quejó, y nos fuimos riendo el resto del camino-
…
Veía las horas pasar en el reloj que estaba arriba del pizarrón, no hallaba la hora de volver a casa, quizás porque quería saber que tan verdad era lo que me había dicho Ricky, es cierto que tenía un poco de miedo, pero la curiosidad y el saber que se mosquearía, eran más fuertes que yo. Ese día no lo vi por ningún lugar, bueno que tampoco me di el tiempo de buscarle, quizás estaría en la azotea leyendo algún libro. De todos modos lo vería más tarde.
Sonó el timbre de salida. Salí casi volando de mi asiento, con ganas de llegar a mi hogar.
-Hey, porque tan apurado – sentí a Ricky al lado mío-
-Quiero llegar a casa rápido –sonreí mientras no dejaba de caminar-
-¿Y eso?
-Solo quiero llegar – quería verle, no me mentiría, no sé muy bien porque pero quería hacerlo, creo que tengo bipolaridad ¿eso es bueno?-
-Quien te entiende he –rio y me siguió el paso-
…
Nos fuimos todo el camino hablando de un montón de cosas como siempre, hasta llegar a donde vivíamos.
-Suerte –me dijo mientras abría la rejilla de su casa-
-No la necesito –le dije siguiendo mi camino, me faltaban tres casas más para llegar a la mía-
-Vaya con este chico –se rio- ¡esfuérzate! –Me grito antes de entrar a su casa-
Entre en mi casa, salude a mi madre y corrí a mi cuarto, no me cambie, estaba algo cansado así que me tire en mi cama a dormir unos minutos.
Desperté al poco tiempo después, había pasado una hora, me fui a lavar la cara y me eche de nuevo en mi cama, mirando el techo, ayer no supe a qué hora llego, ni le pregunte a mi madre a qué hora vendría, pero ya me estaba poniendo inquieto. ¿Debería estar nervioso?, no, solo quería aclarar todo con él y que cumpliera con su función de tutor, otro día más que no le volví a entender nada al profesor, y me estaba preocupando un poco por ello.
Mi pieza estaba en completo silencio, podía escuchar los ladridos del perro vecino que estaba a cinco casas más allá, el sonido que mi madre hacía en la cocina, todo estaba tan tranquilo, no había sentido aquello nunca antes, nunca me pare a escuchar mí alrededor. Era una suerte que mi madre solo trabajara en las mañanas, cuando llegaba del Instituto siempre estaba ahí esperándome con una cálida sonrisa. Era muy cariñosa conmigo, el ser hijo único tiene sus ventajas.
De pronto siento como alguien toca la puerta ¿será él?
-¡Nieli cariño! ¡Jonghyun ha llegado! –Grito mi madre-
Sentí como los pasos poco a poco llegaban a mi cuarto, parándose frente a él, toco la puerta.
-¡Adelante! –Dije mientras estaba sentado a la orilla de mi cama-
-Hola Daniel –dijo todo normal mientras entraba a mi cuarto, él también estaba con el uniforme de nuevo, ¿es que no se cambia hasta que se va de aquí?-
-Hola… -lo mire extrañado, no tenía la actitud de ayer, ahora era una neutra o, normal-
-He planificado como hacer que aprendas todo lo necesario para tu examen, nos tomara cinco días a lo máximo, así que espero cooperes conmigo –dijo mientras se sentaba y sacaba un libro y lo ponía en la mesita-
-¿En serio? –levante una ceja, ¿era este el mismo chico arrogante de ayer?-
-Sí, así que siéntate y saca tu cuaderno, empezaremos ahora mismo –me miro neutral-
-Está bien… -me levante y senté, buscando mi cuaderno para luego ponerlo en la mesa-
Comenzó a hablar sobre la materia, ¿Qué paso con el chico de ayer? ¿Dónde se había ido su actitud arrogante y su enorme ego? Pero de alguna extraña manera, entendía lo que me explicaba, le entendía muy bien, como si una luz me hubiera iluminado, vendrá a ser que si era un buen tutor. En ese momento lo olvide todo, olvide lo de ayer, me sentí tan emocionado al poder entender al fin todas esas letras y números, claro, era algo que debería haber entendido a principios de año, pero era una sensación tan gratificante, si seguía así quizás y pudiera pasar con un diez el examen, y restregárselo en la cara al vejete ese, eso sería genial.
Luego de dos horas habíamos terminado con todo lo que era la primera unidad, y hasta había resuelto bien todos los ejercicios del libro, faltaban cinco unidades más y sabría todo lo de debería de saber.
Me recosté en el suelo descansando un poco, si, eran cansado estudiar, y bien poco que lo hacía. Él solo se quedó mirando el libro, quizás podríamos seguir con la siguiente unidad y terminar la segunda este mismo día.
Sentí como unos pasos llegaban a mi cuarto, ha de ser mi madre. Golpeo y entro a la pieza
-Nieli cariño, siento si les molesto.
-No te preocupes madre, estábamos tomando un descanso –le dije aun recostado-
-Que bien, sabes, me acaban de llamar de la empresa y me necesitan urgente, así que volveré un poco tarde, pero hare lo posible para volver antes de la cena.
-Oh, no te preocupes, ve tranquila –le sonreí-
-Entonces me voy, nos vemos hijo, Jonghyun no te vayas muy tarde, de noche el barrio suele ser algo peligroso.
-No se preocupe señora –dijo con una leve sonrisa a mi madre-
Nunca le había visto sonreír así, pude notar como era casi forzada o ¿añorada? Se cerró la puerta, se podía sentir los pasos de mi madre bajar por las escaleras y luego caminar hasta la puerta, y hasta cuando esta se cerró.
-Vaya, en realidad eres un buen tutor –comente mientras me volvía a sentar, tenía ánimos de seguir con la materia- nunca creí que entendería esto –reí un poco- ¿sabes? Deberías ser profesor, o algo así, se te da muy bien – de verdad me sentía muy animado-
-¿Y recién te das cuenta? –dijo con un tono burlón-
<¡Paren todo! ¿Qué?>
-¿Qué? –lo mire algo sorprendido-
-Eres un poco lento para algunas cosas Daniel – se recostó en el suelo- ¿Qué? –Me miro de reojo-
-Eehh... –no podía decir nada, no sabía cómo describirlo, acaso ¿había cambiado su personalidad en un instante?-
-No pongas esa cara que me da risa –sonrió burlón y se volvió a levantar-
-Tú, tú has… -me miro expectante, como si estuviera impaciente por lo próximo que diría, no entendía muy bien pero no volvería a caer en su juego de nuevo, no. – Eee… no, nada, olvídalo. Sigamos con la siguiente unidad –me senté recto esperando a que todo siguiera como estaba antes-
-Haces que el juego se vuelva aburrido Nieli – una ola de nervios recorrió mi espalda, trataba de molestarme, pero no caería tan fácil-
-¿A si?, entonces deberíamos dejarlo y seguir en lo que estábamos – lo mire tranquilo, o al menos intentando aparentarlo-
-¿Eso quieres?
-Sí, eso quiero –nos quedamos mirando un rato, por un momento pensé en preguntarle que era todo eso que me había contado Ricky, si era cierto, quería saberlo, pero si eso implicaba que volviera con su juego, prefería quedarme con la duda-
-Bien –miro el reloj que llevaba en su muñeca, y luego cerró el libro y lo guardo-
-Oye, ¿Qué haces? Se supone que seguiríamos con la segunda unidad –me queje-
-Te lo había dicho antes, yo nunca pierdo nada, y si mal no recuerdo ayer no terminamos el juego –sonrió de lado- tengo un buen tiempo para poder hacerlo hoy.