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Premonition (KaiSoo) por DebyMil

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Notas del capitulo:

Hola! Al fin estoy de vuelta!! No tienen idea de cuánto las extrañé y me disculpo por mi larga ausencia pero es que en serio necesité de un tiempo para descansar y estar bien. Pero bueno, ya volví y vengo con un capítulo bien tierno y romántico, aunque un poco extraño por partes que les despertarán algunas dudas ;)

No les molesto más y les dejo disfrutar de la lectura ^^

Justo cuando estaban llegando a casa comenzó a nevar de nuevo. Ya estaba oscureciendo, el día había llegado a su fin.


Los chicos entraron en el hall del edificio sacudiéndose la nieve que tenían encima. Entraron al ascensor y marcaron como de costumbre el botón del piso dieciséis. El conocido ding sonó unos minutos después y salieron del ascensor para entrar a su departamento. Kyungsoo digitó el código de seguridad y abrieron la puerta, adentro estaba todo oscuro ya que habían salido temprano en la mañana y no habían dejado luces encendidas. Ambos se quitaron los zapatos y los abrigos dejándolos en el perchero de la entrada y Kai se dirigió al sofá y encendió el televisor mientras que Kyungsoo fue derecho a la cocina; eran las ocho de la noche, debía cocinar algo rápido ya que el resto llegaría en poco tiempo, pero cuando abrió la heladera, no había prácticamente nada que pudieran comer los doce. Desesperado comenzó a revisar las alacenas en busca de comida pero ni siquiera un paquete de arroz había. ¿Cómo no se había acordado de ir a la tienda a comprar algo? Habían estado afuera todo el día y lo había olvidado por completo.


-¡Maldición! –exclamó frustrado.


-¿Qué sucede? –preguntó Kai desde el sofá del living.


-No hay nada de comida –explicó Kyungsoo –Los chicos se enfadarán si no tienen lista la cena para cuando lleguen.


-¿Por qué no ordenamos algo entonces?


-¡Tienes razón! Buena idea ¿Qué pedimos? –preguntó Kyungsoo mientras sacaba su celular del bolsillo y digitaba el número de un local de comida.


-¿Qué te parece pollo frito? Hace bastante que no como eso y es mi platillo favorito.


-De acuerdo.


El mayor hizo el pedido y le informaron que se lo llevarían a domicilio en media hora. Un poco cansado fue a sentarse al lado de Kai y apoyó su cabeza en el hombro del menor, exhalando un largo suspiro.


-¿Qué sucede? –inquirió Kai  risueño.


-Estoy muy cansado…-contestó el más bajo al tiempo que cerraba los ojos.


-¿Por qué? ¿No pudiste dormir anoche?


-No…y es gracias a ti –acusó levantando la cabeza y lanzándole una mirada de reproche.


-¿Yo por qué? ¿Qué hice?


-Es que…me preocupas –soltó Kyungsoo. El chico lo miró sin comprender.


-¿Qué quieres decir?


-Tu pie…-explicó –Estabas muy mal anoche, en serio me asustaste.


-Kyungsoo…ya te dije que estoy bien –suspiró el más alto desviando la mirada hacia un costado.


-Sí, claro…-ironizó el mayor –Si estuvieras bien no habrías venido llorando a mi cama anoche.


-¡Fue un momento de debilidad! –se excusó el moreno.


-¿Y los moretones? No puedes seguir ocultándolos.


-Sí, puedo. ¿Por qué crees que uso medias cuando sabes que detesto hacerlo? –dijo Kai revolviendo el cabello del mayor con su mano.


-Estoy hablando en serio, Kai –suspiró Kyungsoo poniendo los ojos en blanco.


Al ver que no podía convencerlo con sus palabras, el bailarín intentó otra cosa.


-Hagamos así: prometo hacer todo lo que digas y trataré de curarme. Y si me pasa algo serás el primero en saberlo –propuso.


-De acuerdo… ¿a cambio de qué? –suspiró el más bajo. Kai no prometía nada sin algo a cambio.


El moreno se quedó pensando unos segundos, pero luego torció la boca en esa característica sonrisa suya, y sin decir ni media palabra comenzó a aproximar su rostro al de Kyungsoo. Éste se echó atrás al instante pero una firme mano tomó su rostro mientras que la otra se posó en su espalda baja en un intento de acercar ambos cuerpos. El más bajo dejó que el bailarín tomara la iniciativa cuando este presionó suavemente sus labios contra los suyos, pero luego de unos segundos que parecieron eternos, fue Kyungsoo quien decidió profundizar más aquel beso. Kai no se hizo rogar y le siguió el juego, aunque tenía otras reglas en mente, puesto que una de sus manos se dirigió rápidamente hacia unos de los botones de la camisa del mayor desprendiéndolo rápidamente y siguiendo con el de más abajo. Kyungsoo ni siquiera se molestó en frenar las rápidas manos del menor, sólo deslizó una de sus manos a la parte de atrás del cuello contrario, acercando más su rostro al de él sin despegar sus labios de los de Kai, quien en un movimiento rápido tomó al chico de los hombros y lo empujó hacia atrás, colocándose él arriba y aprisionándolo suavemente contra los cojines del sofá.


Kyungsoo de nuevo no hizo ningún ademán de apartarlo y dejó que Kai siguiera con su juego, extrañamente le estaba gustando a donde iban con todo esto, y le estaba provocando que sintiera cada vez más calor. Cuando la falta de aire se hizo presente, el más joven despegó sus labios de los de Kyungsoo y los dirigió hacia el cuello del mayor, depositando incontables besos comenzando por el mentón para ir bajando lentamente por el costado de la mandíbula. Kyungsoo trató de no hacer ningún tipo de reacción exagerada pero pasados algunos minutos no pudo evitar que un sonoro suspiro se escapara de su garganta, provocando una risa de satisfacción malévola por parte de Kai, quien siguió torturándolo con aquellos besos. Sólo unos minutos más y el mayor volvió a soltar un segundo suspiro esta vez más fuerte, dejando caer su cabeza hacia atrás al tiempo que cerraba los ojos, tratando de disfrutar al máximo aquellos roces.


-Tú lo provocaste…tú lo hiciste…-dijo una voz.


-¿Qué? –inquirió el más bajo abriendo un poco los ojos.


-Es tu culpa…


-¿Mi culpa? Oh, sí. Ya sé que siempre es mi culpa que pasen estas cosas; pero que conste que yo no empecé –rió el más bajo mientras desprendía rápidamente los botones de la camisa de Kai.


-Kyungsoo ¿de qué hablas?


Para cuando el chico abrió los ojos se dio cuenta que el moreno lo miraba confundido y había cortado abruptamente el juego.


-Pues que dijiste que era mi culpa, que yo te había provocado –explicó.


-¿Qué? Yo no he dicho nada –objetó frunciendo el ceño extrañado. El más bajo lo imitó.


-Claro que sí. Te escuché. Y sería bueno que por una vez dejaras de echarme la culpa cuando pasan estas cosas porque siempre eres tú el que empieza a…


-Oye espera ¿de qué estás hablando?


El chico suspiró algo molesto. ¿Por qué tenía que dar explicaciones cuando quería continuar con el placentero jueguito?


-Que acabas de decir que yo te provoqué –repitió.


-No, Soo. En ningún momento dije nada.


-Pero…yo te oí. Tú dijiste que…


-¿Sabes qué? Mejor olvidémoslo –concluyó Kai hundiendo su cara en el cuello contrario –Quiero que terminemos esto antes de que los demás lleguen ¿no te parece? –susurró contra el oído del otro.


-Dios, pero si fuiste tú el que paró primero.


-¿O sea que fue un error hacerlo? –preguntó al tiempo que deslizaba sus labios por la blanca piel de nuevo.


-Si…claro que sí –jadeó Kyungsoo.


-Oh, lo lamento. No lo volveré a hacer –se disculpó sonriendo maliciosamente clavando sus oscuros ojos en los del mayor.


-Ya he oído esa frase antes así que ni sueñes que te crea –bufó poniendo los ojos en blanco.


-No esperaba que lo hicieras –dijo el menor e ipso facto volvió a besar esos carnosos labios. Para el momento en que decidió repartir algunos mordiscos leves en el cuello aunque sin marcarlo, Kyungsoo era un manojo de nervios mezclados con placer. Impaciente le quitó parte de la camisa a Kai y empezó a desabrocharle los pantalones mientras el otro se reía, pero no abandonaba su lluvia de besos.


‘No… Aléjate de mí…por favor…’


<<Vaya…Y dijo que no había dicho nada…es un mentiroso. Otra vez…>> pero los pensamientos del mayor callaron en cuanto se dio cuenta. Abrió los ojos y miró al moreno quien aún seguía ocupado con sus caricias y besos. ¡Kai tenía razón! Él no había hablado, ¡era esa voz!


El mayor de repente entró en pánico y dio un respingo al ver que el bailarín jugueteaba con la hebilla de su cinturón.


-Kai…espera.


Sin embargo el moreno lo ignoró olímpicamente mordiendo con suavidad la oreja del más bajo.


-En serio, para Kai.


-No…no hagas que pare ahora.


-Pero...


-Te prometo que lo disfrutaras.


-Es que no entiendes, no quiero hacerlo. No ahora –se quejó intentando sacárselo de encima.


-Tenemos tiempo –insistió el más alto.


-No. No quiero. Por favor, basta.


-Sólo un poco…


-No –replicó en un lloriqueo.


-Vamos, Soo –sonrió el moreno contra los labios del otro.


-¡Que no! ¡Apártate! –gritó sacándoselo al fin de encima –Si digo que no, ¡es no!


Kai lo miró con una mezcla de frustración y enojo.


-¿Por qué no? –preguntó.


Sin dar ningún tipo de explicaciones,  Kyungsoo ya había empezado a poner en orden su ropa vistiéndose y ni siquiera miraba al muchacho. Sentía una imperiosa necesidad de alejarse de él.


-Soo, contéstame. ¿Qué pasó? ¿Por qué no quieres?


-Porque no quiero que lo hagas. No de esta manera.


-¿Y de qué manera hablas? No hay otra forma de hacerlo –dijo encogiéndose de hombros hilarantemente.


-Es que tú…aish…-se desesperó revolviéndose los cabellos –Sólo no quiero que lo hagas así. Es decir, pareciera como si sólo me usaras para satisfacerte…


El chico intentaba buscar una excusa para que Kai lo dejara en paz, pero las constantes puntadas en la cabeza no lo dejaban pensar con claridad así que dijo lo primero que se le vino a la mente; aunque apenas terminó de decirlo se arrepintió, ese había sido un golpe muy bajo que claramente ofendió al moreno al escuchar semejante vaga explicación.


-No quería que lo tomaras de esa manera. Creí que estaba bien, es decir, al principio no te opusiste…


-Lo sé. Perdón. Pero es que en serio, no quiero. No si lo haces así.


-Bueno, lo comprendo pero, no tiene nada de malo. Ya te dije lo que siento por ti y pensé que…Kyungsoo ¿podrías prestarme atención? Intento explicarte –alegó tomando del brazo al muchacho que daba vueltas de un lado a otro.


-No hace falta que expliques nada –siseó soltándose del agarre del más alto.


-Yo creo que sí. Te dije que te amo, que me importas más que a nada en este mundo. ¿Acaso dudas de mí? ¿Crees que te mentí?


<<¡Maldición, no me digas eso!>>


-No.


-¿Entonces? –interrogó el bailarín mirándolo fijamente a los ojos –Pareciera que no confiaras en mí.


-No es eso…-contestó desviando la mirada.


-Pues explícame por qué de repente me esquivas.


-No te estoy esquivando.


-Me apartas súbitamente de la nada cuando estábamos en un buen momento…


-¡Si eso es lo que tanto te preocupa, entiende que habrá veces en las que no querré hacerlo! –interrumpió Kyungsoo enojado.


-Y no me miras cuando te estoy hablando…-continuó Kai calmadamente haciendo que el mayor se callara. Pero no logró que éste clavara sus enormes ojos en él, miraba hacia un costado como molesto o nervioso; el más joven suspiró –De acuerdo, no voy a hacerlo si no quieres, jamás te obligaría Soo.


-¿En serio?


-Tienes mi palabra.


-Bueno…está bien. Lamento el enojo, no quise gritarte.


-No te preocupes –murmuró apoyando su cálida mano suavemente en la mejilla del otro –La próxima intentaré ser más…comprensivo. Perdóname si te hice sentir mal.


-No, no. Lo siento, yo…fue mi culpa.


Kai sonrió pero tristemente, algo raro le había pasado a Kyungsoo. De eso estaba seguro, el chico seguía sin mirarlo y retorcía el borde de su buzo sin cesar. Estaba a punto de preguntarle qué le pasaba cuando el sonido del timbre de la casa los sobresaltó a ambos.


El muchacho sin perder ni medio segundo corrió a la puerta para ver en la pantalla de la cámara de seguridad quién era al tiempo que le ordenaba a Kai que se vistiera haciéndole señas de que eran los chicos. El menor se vistió rápidamente y dio gracias que el más bajo esperara unos segundos antes de abrir la puerta, de otra forma el grupo lo hubiera encontrado sin camiseta y hubieran empezado a sospechar.


Todos entraron saludando al par mientras se quitaban los abrigos y los zapatos, llenos de nieve. Al parecer no había parado de nevar aún.


-¡Hyung, pediste pollo! Gracias, hacía tanto que no comía –dijo Tao mientras abrazaba al mayor fuertemente.


-Conociéndote, estoy seguro que la idea fue de Kai, ¿verdad? –preguntó Luhan quien pasó por detrás.


-Es que…no había nada que cocinar…-se excusó Kyungsoo.


-Bueno, dejen de hablar y pongan la mesa que tengo hambre –apremió Chanyeol.


-Yo también, si fuera por mí me siento aquí a comer yo solo –agregó Baekhyun.


-Ni lo sueñes, yo también tengo hambre. No fuiste el único que practicó todo el día sin parar –se quejó Sehun.


Mientras bromeaban, Suho, Lay y Xiumin fueron derecho a la cocina para alistar la mesa para la cena. Kai quiso apartar a Kyungsoo un momento para hablar con él pero se dio cuenta que éste le pasó por adelante ignorándolo completamente, como si él no estuviera ahí y fue a ayudar a los demás. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué hacía eso? Sabía que la actitud era más que evidente y era una forma de dejarle en claro que no lo quería cerca, al menos por el momento.


Dejando caer sus hombros desanimado, el moreno fue hasta el sofá y se sentó allí a observarlo, preguntándose qué pasaba hasta que sintió que el almohadón se hundía bajo el peso de alguien más. Era Chen que se había sentado a su lado.


-Hola –saludó sonriendo -¿Cómo estás ahora? ¿Ya te sientes mejor?


-Hola, hyung. Sí ¿Por qué lo preguntas? –inquirió el bailarín, sin mirarlo. Seguía con la vista fija en Kyungsoo.


-¿Cómo que por qué? ¿No estabas enfermo?


<<¡Demonios! ¡Se me había olvidado!>>


-Ah, eso…sí, estoy bien, gracias –contestó rápidamente pero sin darse cuenta seguía mirando cómo Kyungsoo iba de un lado a otro con los platos.


-De acuerdo… ¿cenaras con nosotros o prefieres descansar? –preguntó Chen tratando de obtener la atención del menor.


-No…comeré con ustedes.


<<Tal vez pueda preguntarle a Kyungsoo que le pasa cuando todos empiecen a comer>> pensó. Sabía que el ambiente a la hora de la comida se tornaba ruidoso, así que era la oportunidad perfecta.


-Está bien… ¿en serio estás bien? Pareces distraído…-murmuró el mayor mirando fijamente al más joven. Nervioso, el chico se dio la vuelta y lo miró con una expresión aparentemente inocente.


-Si, hyung. Ya estoy bien –respondió con una sonrisa. Chen no dijo más nada, sólo suspiró y revolvió los cabellos del menor, provocando una corta risa entre ambos y luego se levantó y fue a ayudar a los demás a terminar de preparar las cosas para la cena.


 


Una vez que todos se hubieran sentado a la mesa y empezaran a comer, Kai miraba constantemente a Kyungsoo intentando entablar conversación con él pero este parecía ignorarlo a toda costa. El chico suspiró desanimado, su plan no estaba resultando. Sin embargo, le llamó la atención que el mayor frunciera tanto el entrecejo y mantuviera una expresión tan sombría, tan seria. Quería saber por qué, qué estaba mal; pero no se animó a preguntar nada.


Durante toda la cena sólo se limitó a observarlo en silencio y, cuando todos acabaron de comer él fue el primero en retirarse a dormir. El moreno se sorprendió al ver que el muchacho casi no había tocado su comida, el plato estaba prácticamente lleno. Sin embargo lo dejó ir sin preguntarle nada y decidió quedarse un rato con los demás en el living. Cuando empezó a sentir sueño decidió irse a dormir también. Dio las buenas noches al grupo y se fue a la cama.


Cuando entró a la pieza notó que Kyungsoo estaba en su cama profundamente dormido. Se quitó la ropa de calle y la sustituyó por una remera y un pantalón holgados pero, en vez de acostarse, se agachó al lado de la cama del más bajo. Notó que su expresión no había cambiado en nada: seguía frunciendo el entrecejo y una de sus manos, que descansaba al lado de su cara en la almohada, estaba cerrada fuertemente en un puño. Kai sin pensarlo la tomó entre la suya y acarició levemente con el dedo la cara del chico, delineando suavemente sus rasgos pero procurando de no despertarlo.


Cuando el más bajo suspiró en sueños al sentir el contacto de la mano del moreno, el bailarín sonrió al ver que el mayor se relajaba por completo. Hubiera dado lo que fuera por poder acostarse a su lado y abrazarlo toda la noche para que pudiera dormir bien, pero, primero que no podía hacer eso, y segundo parecía que con sólo tocarlo había logrado calmarlo.


Sin soltarle la mano, se acercó a su rostro sigilosamente y depositó sus labios en la frente del muchacho por unos segundos dándole un corto pero tierno beso.


-Descansa, Kyungsoo –murmuró antes de alejarse para acostarse en su cama.


Kai tardó en dormirse esa noche así que vio cuando Suho entró a la habitación un largo rato después para dormir también. Es que su mente seguía pensando en las cosas que le había dicho Kyungsoo unos momentos antes cuando ambos estaban en el sofá. Todavía tenía la ligera sospecha de que quizás el mayor no confiara demasiado en que él lo amara y no sabía qué hacer para demostrárselo.


Entonces se le ocurrió una brillante idea, pero lamentablemente tendría que llevarla a cabo a la mañana siguiente ya que era muy tarde para realizarla ahora. Sonriendo contento, se giró en el colchón y cerró los ojos cayendo en un profundo sueño.


 


***


 


Un potente rayo de luz despertó de improviso a Kyungsoo. Molesto y refunfuñando se dio vuelta en la cama y se encontró con que Suho había corrido completamente las cortinas de la habitación dejando que la luz matutina se filtrara hacia adentro cegándolo.


-Buenos días, Kyungsoo. Ya es hora de levantarse.


<<¿Buenos días? ¿Qué tienen de buenos? Estoy cansado, no logré dormir nada>>


Esas malditas premoniciones o sueños extraños lo habían molestado toda la noche.


-Buenos días, hyung –murmuró contra la almohada.


-Apresúrate y alístate, los demás ya están desayunando y en un rato nos vamos –el líder rió al escuchar un gruñido como respuesta –Hasta Kai logró levantarse temprano hoy estando enfermo, así que tú no tienes excusas. ¡Levántate!


<<Ah, hyung…Si supieras que en realidad no está enfermo…>>


-Pues que suerte que él pudo amanecer. Yo no. Ni el rugido de mi estómago hambriento me levantaría de la cama si tengo sueño. No soy como Kai.


-Pues la verdad es que ni siquiera está en la casa. Fue uno de los primeros en levantarse y se fue. Aún no regresa –comentó.


El más bajo se incorporó de golpe.


-¿Cómo que se fue? ¿Por qué? ¿A dónde?


-Ni idea. Dijo que tenía que hacer unas cosas personales y salió. Pero prometió volver a tiempo para ir a la compañía. Aunque si todavía no volvió supongo que nos tendremos que encontrar en la sala de ensayo.


Kyungsoo frunció el seño pensativo. Era raro… ¿qué serían esas cosas personales que tenía que hacer?


Sin más remedio, se levantó de la cama y una vez que terminó de alistarse fue al comedor a desayunar con los demás, que le dieron los buenos días alegremente.


-Parece que hoy tampoco pudiste descansar bien –susurró una voz cerca de su oído. Era Chen. El menor sólo se limitó a negar con la cabeza pesadamente –Bueno, supongo que por el día de hoy te vendría mejor un café así que te preparé uno.


-Gracias, hyung.


 


Una vez que todos terminaron de desayunar, cada uno tomó su abrigo para salir al frío clima de afuera. Kai aún no había vuelto, eso significaba que lo más probable era que lo vieran en la compañía. Kyungsoo no quería admitirlo, pero la caminata hasta el edificio se le hizo bastante larga sin el moreno a su lado. Para cuando llegaron ni siquiera lo vio en la puerta de entrada.


<<Tal vez esté en la sala de ensayo>> pensó para sí.


Y efectivamente una vez que subieron todos y entraron a la sala, lo vieron sentado en el sillón de siempre jugueteando con una pequeña caja de color negro que guardó rápidamente en el bolsillo de su abrigo.


-Hola, Kai. ¿En dónde te habías metido? –saludó Sehun yendo directo hacia el chico para abrazarlo.


-Le dije a Suho-hyung que tenía que hacer unas cosas y que tal vez los encontraría en casa. Lamentablemente no llegaba a tiempo así que decidí esperarlos aquí.


-Espero no hayas empeorado tu resfrío por estar caminando en la calle con este clima –lo regañó Suho –Por suerte no ha nevado hoy pero tienes que cuidarte.


-Descuida, hyung –sonrió el menor.


-Bueno, mejor comencemos –sugirió Lay atrapando la atención de todos. Kai estaba a punto de seguir al grupo pero el bailarín lo detuvo –Supongo que es mejor que todavía no te incorpores a la coreografía por las dudas, a no ser que ya te sientas bien.


Kai miró de reojo a Kyungsoo y éste le devolvió la mirada alarmado. No tenía idea de si el muchacho ya se sentía bien y sabía que era totalmente capaz de mentir con tal de poder volver a bailar. Su reacción fue negarle con la cabeza rápidamente sin que los demás lo notaran, no iba dejarlo. Ya bastantes problemas le había causado el día de ayer.


-Creo que es mejor que al menos por hoy no los acompañe –dijo Kai luego de unos minutos de fingir que lo pensaba. El más bajo abrió los ojos grandes debido a la sorpresa ¿Kai le había entendido y le estaba haciendo caso? ¿En qué mundo paralelo estaba?


-De acuerdo, entonces empezaremos donde quedamos ayer –comenzó Lay al tiempo que instaba a todos a poner manos a la obra –Kyungsoo quédate en un costado así observas lo que practicamos ayer para que luego nos sigas y Kai, tú también presta atención.


Kyungsoo asintió con la cabeza y fue a sentarse en el sofá al lado de Kai. Una vez que la música empezó el mayor le habló:


-¿A dónde fuiste esta mañana?


-Suho ya te lo debe haber dicho ¿o no? Tenía un par de cosas pendientes por hacer.


-No me digas. ¿Y qué eran esas cosas?


-Algo que quería comprar.


-¿Algo como qué? –insistió el más bajo.


-Un regalo.


-¿Qué? ¿Para quién?


-Si te lo digo arruinaría la sorpresa –le sonrió Kai pícaramente guiñándole un ojo al mismo tiempo. El mayor no pudo evitar sonreír en respuesta.


-Esa sorpresa… ¿es para mí?


-No lo sé…


-¿Cómo que no lo sabes?


-Yo no dije que hubiera comprado algo para ti –rió el bailarín.


-No, pero me miraste como si…


-Como siempre acostumbro a mirarte.


-Mentiroso. Es para mí ¿cierto? Dime qué es, por favor.


-Creo que ya te toca bailar –esquivó tratando de ocultar la sonrisa frente a la infantil actitud del más bajo.


-¡Kai! –exclamó molesto.


-Ya, ve a bailar con los demás. Te están esperando –instó empujando al chico del sofá.


Kyungsoo frunció el seño y devolvió al menor una mirada suplicante acompañada de un puchero pero no logró nada con aquello ya que sólo obtuvo una carcajada como respuesta. Refunfuñando se acercó al grupo y una vez que todos empezaron a bailar trató de seguirlos. Normalmente él no se hubiera comportado de esa forma y no le gustaban mucho las sorpresas, pero con Kai era distinto. Bueno, con él todo era distinto…el mocoso había logrado de cierta forma cambiar la personalidad del mayor hasta tal punto que el chico no podía creerlo siquiera.


Esa mañana se la pasaron repasando la coreografía una y otra vez. El moreno copiaba algunos movimientos y los realizaba sentado, como si estuviera practicando junto con los demás. Kyungsoo lo miraba de vez en cuando pero la mayor parte del tiempo intentaba no hacerlo, y es que el chico en ningún momento le quitaba la vista de encima.


Luego de un rato, el más bajo notó que empezaba a cansarse demasiado rápido y para colmo era el único. Los demás aún tenían energías para moverse pero él ya estaba exhausto. Necesitaba descansar. ¿Sería porque no había dormido lo suficiente? ¿O tal vez porque no comió mucho la noche anterior? El desayuno de la mañana había sido bastante abundante pero parece que no había sido suficiente. Sin prestarle la más mínima atención a los demás, abandonó el baile, se acercó al sofá de nuevo y se dejó caer en él jadeando.


-¿Ya te cansaste? –rió Kai –Me parece que estás necesitando algo de ejercicio, no puedes cansarte tan pronto y menos cuando no te moviste tanto.


-Búrlate si quieres. Tú has estado todo el tiempo sentado –contestó Kyungsoo de mala gana sin mirarlo. La sonrisa del menor se apagó un poco al escucharlo.


-Sabes que me gustaría acompañarlos…


El mayor abrió los ojos y miró al chico, aún sonreía pero tristemente.


-Perdón.


-Está bien. Ya estoy mucho mejor. Podría bailar pero por hoy decidí hacerte caso y seguir tu consejo.


-Eso es raro en ti –murmuró poniendo los ojos en blanco.


-Tal vez…Ven conmigo –dijo Kai tomando la mano de Kyungsoo para levantarlo del sofá.


-¿A dónde?


-A la terraza del edificio.


-¿Para qué?


-Es que quiero decirte algo.


-¿Y por qué no me lo dices aquí? –preguntó el mayor desconcertado.


-Porque no quiero que los demás se enteren –explicó empujando a Kyungsoo hacia la puerta de salida.


-¡Pero no podemos irnos en el medio del ensayo! Suho se enojará –advirtió el más bajo.


-No lo creo. Ni siquiera nos está mirando. Volveremos antes de que se dé cuenta. ¡Vamos! –apremió emocionadamente tomándolo de la muñeca y arrastrándolo consigo.


Ambos subieron por las escaleras ya que la terraza estaba en el piso superior y una vez afuera, Kai llevó al más bajo hasta uno de los grandes canteros cerca de la baranda, el más alejado de la puerta donde nadie los vería detrás de los árboles y arbustos.


Una vez allí, el moreno soltó la mano contraria y se quedó en silencio, contemplando el rostro de quien tenía en frente. Como el chico no hablaba, fue Kyungsoo quien lo hizo:


-Bueno, ¿qué es lo que quieres decirme?


-Es…sobre lo de anoche.


-¿Te refieres a cuando estábamos en el sofá? –el menor asintió –Kai ya lo discutimos.


-Lo sé, pero quiero disculparme.


-Ya lo hiciste anoche y te dije que fue culpa mía –objetó el mayor poniendo los ojos en blanco.


-Sí, bueno, es que quiero que sepas que mis sentimientos son sinceros. Que de verdad te quiero.


-Kai…-empezó el mayor para reprenderlo, no quería hablar sobre el tema. No ahora.


-Déjame terminar –insistió –Sólo quiero que sepas que lo que dije fue en serio y de verdad te amo. Por eso…esto es para ti –dijo entregándole una pequeña caja de pana negra.


-¿Qué es? –preguntó Kyungsoo.


-Ábrelo.


El muchacho obedeció y cuando lo hizo vio que adentro había una fina pulsera de cuero trenzada con un dije de plata que tenía la forma de la letra J.


-¿Esto…es lo que compraste esta mañana? ¿La sorpresa que mencionaste? –inquirió incrédulo. Kai sonrió ampliamente y sacó la pulsera de la caja. Acto seguido la ató en la muñeca izquierda de Kyungsoo.


-Se me ocurrió anoche regalarte una muestra de mi cariño por ti. La vi ayer en aquella tienda donde vimos el oso y los relojes así que esta mañana regresé para comprarla; y con mi salario –aclaró provocando que el más bajo riera -¿Te gusta?


-Sí. Gracias, pero ¿por qué la J? Mi nombre empieza con K.


-No es la inicial de tu nombre –rió el bailarín –Sino del mío: Jongin. Así tú podrás llevarme contigo a donde sea y yo podré llevarte a ti también.


-No comprendo. ¿Cómo que llevarme a donde sea? –preguntó confundido. Sonriendo, Kai se arremangó las mangas de su abrigo y Kyungsoo notó que atada en su muñeca había una pulsera idéntica a la suya pero con un dije con la forma de la letra K. El mayor la contempló sorprendido y al captar la intención sonrió.


-Así siempre estaremos juntos. No importa donde estemos –explicó el moreno posando su mano en la mejilla de Kyungsoo.


-Gracias. No tenías que…Es decir yo no sé si lo merezco…


-Te mereces esto y mucho más, Soo.


-Gracias –repitió el más bajo abrazando al menor fuertemente. Se pegó a él como si no hubiera un mañana, como tratando de demostrarle sus sentimientos a través de ese abrazo. Kai también lo abrazó tiernamente por un largo rato, pero luego se despegó un poco de él y, agachándose un poco, fundió sus labios con los contrarios suavemente. Kyungsoo no lo apartó ni mucho menos; es más, sonrió frente a la sorpresiva acción y le correspondió de la misma manera.


Luego de unos minutos ambos se separaron pero ninguno quitó los brazos de encima del otro, se dedicaron simplemente a devolverse la mirada y Kyungsoo por primera vez en mucho tiempo le sonrió con amor. Al instante Kai soltó una leve carcajada y rozó ligeramente la nariz del mayor con la suya.


-¿Qué? –preguntó Kyungsoo aparatándose un poco del moreno para observarlo a la vez que se reía.


-Nada.


-Oh, vamos ¿qué sucede? ¿De qué te ríes?


-Es que si ya me pierdo a mi mismo cuando me miras, imagínate cuando me sonríes así. Eres tan malvado, alguno de estos días me matarás.


El chico enrojeció al oír eso pero decidió seguirle el juego.


-Oh, es usted muy astuto, señor Kim. Sin embargo, el que hayas descubierto mi plan no significa que cambie de parecer –le provocó sonriendo pícaramente para luego besarlo rápidamente.


-Pues si tu plan es matarme de esta forma, con gusto me sacrificaré –sonrió Kai volviendo a besarlo. Ambos rieron en el medio del beso pero ni de broma se separaron.


El más alto aprovechó entonces para atacar esos carnosos labios sin ceremonias para luego explorar el mentón y parte del cuello contrario, provocando que el cuerpo bajo sus brazos se estremeciera ligeramente. Cuando Kyungsoo se dio cuenta de a dónde iba con todo ese juego lo frenó.


-Kai, estamos en la terraza de la compañía –rió tratando de aguantar las cosquillas que los labios del moreno provocaban en su cuello.


-Lo sé –murmuró el otro sin despegar los labios de la inmaculada piel.


-Tonto ¡no podemos hacerlo aquí! Además los chicos están abajo.


A regañadientes, el muchacho se detuvo.


-De acuerdo. Entonces vayamos a casa.


-¡¿Estás loco?! Suho nos matará si nos vamos.


-Puedes decirle que me acompañarás a casa ya que no me encuentro bien.


-¿De verdad te sientes mal o es sólo una excusa? –preguntó seriamente Kyungsoo.


Kai suspiró apenado.


-Ambas.


-¡¿Y por qué no me lo dijiste antes?! –se preocupó el más bajo.


-Tranquilo, Soo. Es que esta mañana se me olvidó tomar un analgésico para el dolor, pero no es grave. Además hubiera arruinado tu sorpresa si te lo decía.


-¡Tu condición es más importante que un regalo! Al menos esa es mi opinión.


-Bueno, pero…


-¡Eres un tonto! –interrumpió –Tal vez debiste quedarte en casa. Me preocupa que sigas fingiendo que estás bien cuando no es así.


-Pero es que estoy bien –rió el bailarín.


-No es cierto. ¿Cómo pudiste ser tan cabezota de olvidarte de tomar un analgésico si te dolía?


-Oye, Kyungsoo…


-Y sobretodo ocultarme que no estabas bien con tal de darme un regalo.


-Soo…-insistió.


-Y encima cuando me senté a tu lado en la sala de ensayo te traté de holgazán por haber estado todo el tiempo sentado… ¡Soy un estúpido! –se desesperó agarrándose la cabeza con ambas manos -¿Cómo pude decir eso? No tenía idea de que…


Sin embargo las quejas del mayor enmudecieron cuando Kai estrelló sus labios con los suyos para callarlo. Al principio Kyungsoo no reaccionó y se quedó helado con los ojos abiertos como dos platos, pero como unos fuertes brazos rodearon su cintura para atraerlo aún más al cuerpo contrario profundizando el beso, terminó por rendirse sin remedio y le correspondió. Cuando empezó a notar que le faltaba el aliento se separó jadeando; el más joven hizo lo mismo al verse en las mismas condiciones.


-Kai ¿por qué…?


-Bueno, dicen que besando se puede callar a alguien cuando no para de decir cosas sin sentido –respondió encogiéndose de hombros. Kyungsoo rió apenado –El problema es que a veces te quiero callar cuando no estás hablando –confesó mordiéndose el labio inferior haciendo alarde de esa maldita sonrisa suya tan característica.


<<Oh, demonios…>> pensó el mayor sintiendo calor repentinamente. ¿Por qué lo torturaba de esa manera?


-Odio que hagas estas cosas –sonrió el más bajo volviendo a besar a Kai, que correspondió sin chistar.


Kyungsoo estaba demasiado inmerso en las descontroladas emociones que su cuerpo experimentaba en el medio del beso para notar que las manos del bailarín viajaban rápidamente por toda su piel o de que se estaban arriesgando a que alguien los viera. Aunque sí se dio cuenta cuando Kai giró poniendo su espalda contra la baranda y el mayor aprovechó para empujarlo suavemente contra ella, como dándole a entender que no le dejaría escapar. El menor sonrió ante el hecho y luego continuó con su tarea.


Casi sin querer, Kyungsoo abrió los ojos apenas un poco y divisó una torre del reloj detrás de Kai. Nunca la había visto pero era muy parecida a la que había visto el día anterior en aquella película en el cine mientras esperaba para comprar las palomitas. Sin embargo, lo más extraño de la torre era la hora que marcaba la misma: las diez de la noche. ¿Las diez de la noche?


Como un rayo, un torrente de imágenes se precipitaron en su cabeza, mostrando una escena tras otra, las mismas escenas de siempre: él parado en medio de la carretera mientras una lluvia torrencial lo empapaba, una camioneta negra enorme que se acercaba rápidamente hasta él, una persona que le gritaba que se alejara del camino mientras corría hasta él. Antes de que todo se oscureciera, Kyungsoo daba un último vistazo a la misma torre del reloj que estaba en frente de él; las agujas marcaban las diez de la noche. Después de eso sentía que lo invadía la oscuridad, siendo interrumpida por la aterradora imagen de un chico con sus ropas manchadas de suciedad que caminaba hacia él repitiéndole una y otra vez la misma frase: -Tú lo hiciste, es tu culpa.


Esto era el colmo, tenía que averiguar de una vez por todas qué estaba pasando.


-Por favor –suplicó Kyungsoo a la persona –Explícame. No entiendo qué es lo que hice.


-Debes alejarte de mí –repitió.


-No hasta que me digas qué hice. ¿Qué es lo que va pasar? ¿Qué significan estos sueños? Por favor, necesito que me lo digas.


En silencio el chico levantó la cabeza como mirando hacia la torre del reloj, las agujas seguían clavadas en el mismo lugar. Kyungsoo dirigió su mirada hacia el mismo lugar tratando de interpretar lo que veía.


-Las diez de la noche… ¿a esa hora…sucederá un accidente? –preguntó con cautela. El muchacho asintió con su cabeza una vez -¿Cuándo? ¿Cuándo sucederá?


-No puedes impedirlo…


-¡Sí puedo! ¿Eres tú el que saldrá lastimado? Sólo dime quién eres y te ayudaré.


-Nadie puede ayudarme, ni siquiera tú –murmuró el muchacho.


-Pero…


-Por favor, aléjate de mí. Tienes que hacerlo.


-¿Cómo quieres que me aleje de ti si ni siquiera te conozco?


-No es así. Tú me conoces mejor que nadie, Soo –y dicho aquello, aquella persona desapareció justo cuando una camioneta pasaba exactamente por el lugar donde estaba parada. Su figura simplemente se esfumó al pasar el vehículo, como ya había visto antes, como siempre sucedía.


Kyungsoo abrió los ojos de sopetón y notó el rostro de Kai muy cerca, casi pegado al suyo. Lo estaba besando.


<<¡¿Qué diablos?!>>


Alarmado se separó del moreno respirando entrecortadamente. No tenía idea de qué expresión tenía su rostro pero seguramente no una buena ya que Kai lo miró extrañado, frunciendo el entrecejo.


-¿Estás bien? –le preguntó.


-Sí, yo…mejor vamos a casa.


-Ah ¿Quieres continuar el juego allá? –sonrió el más joven maliciosamente.


-¿Eh? Sí…le avisaré a los chicos que nos vamos –resolvió sacando el teléfono de su bolsillo. Luego de mandarle un corto mensaje a Suho diciéndole que llevaría a Kai a casa con la excusa de que el muchacho no se sentía bien, se dirigió hacia la puerta de salida con el menor pisándole los talones.


El bailarín lo tomó de la mano y sonrió divertido al salirse con la suya, pero Kyungsoo sólo atinó a apretar la mano contraria con aprensión. Quería deshacerse de sus enredados pensamientos, quería despreocuparse aunque sólo fuera por un rato con Kai.

Notas finales:

No es la cosa más tierna del mundo nuestro Kai? Darle un regalo a Kyungsoo y portarse tan amoroso con él

Sin embargo casi pierden los estribos en la terraza 3:) Ahora, qué idea creen que tenga Kyungsoo para olvidarse de sus problemas? Ya se lo imaginan? 3:) MUAJAJAJAJAJA 

Bueno, se enterarán en el próximo capítulo. Hasta entonces y gracias por no abandonar esta historia! SARANG HAE!!


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