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First Class: De alfas y omegas por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! No quiero adelantar nada, así que notas al final... 

Enjoy

 

LO BUENO DE LOS CELOS




Esa noche habían salido a festejar sin ninguna razón en especifico, la excusa era que Alex había podido controlar por completo su poder, lastimando al maniquí y a nada más. A Raven le costo, pero finalmente había convencido de Erik de venir. Al parecer su interrupción había terminado en una pelea por parte de la pareja. Oh si, toda una novedad. Raven empezaba a tener dudas sobre esa pareja, Erik no le reconocía y se vivían peleando. ¿No se suponía que debían amarse, necesitarse y querer estar juntos? Quizás Charles estaba equivocado, quizás Erik no era su pareja... La rubia miro al polaco que estaba sentado al otro lado de la mesa. Y... ¿y si Erik en realidad era la pareja de Shaw? Quizás la inyección lo haría aceptarse y ella podría... Aparto esos pensamientos mientras bebía un poco de su trago. No podía ilusionarse, no quería hacerlo.

Ella y Hank seguían sin hablarse, sentía la mirada de Hank clavada en su rostro, pero prefería ignorarlo. Hank no había aceptado dejar de trabajar en el suero, y eso la ponía molesta. Por que le daba ilusiones con Erik, y por que era un riesgo si Charles se enteraba. Miro a su hermano, que se veía algo incomodo, sonrojado y tenía a Moira sentada a un lado. La chica le coqueteaba “disimuladamente”, y él le rechazaba con cortesía y también tan disimulado como podía... pero joder, igual todos estaban notándolo. Quizás era esa la razón por la que Erik se veía tan jodidamente molesto. 

Salir no parecía haber sido buena idea. Alex también lucía molesto, y Sean miraba con ojos de cachorro a Moira que estaba demasiado preocupada por coquetear con Charles. Eso le recordaba ligeramente a una frase que decía algo así como “él gusta de ella, perro ella gusta de él, y él gusta de otra...”. Ahí estaba Hank, mirándola con anhelo, mientras ella quería estar con Erik, quien aunque lo negara quería estar con Charles. Y también estaba Sean, intentando llamar la atención de Moira, quien coqueteaba con Charles, quien cada dos segundos le mandaba miradas intensas a Erik. La noche era una maldita mierda. ¿A quien carajos se le había ocurrido salir a festejar? Oh, si, esa mañana Sean había bajado emocionado queriendo salir a festejar y justo Alex había llegado emocionado de que pudo controlar su pared. Todo pareció encajar y Charles había aceptado y ella... ella había convencido a Erik. 

Raven sintió su cadena vibrar sutilmente y la miro un momento. Luego miro a Erik que se veía algo colorado, sus ojos detonaban ira pura. Ella volvió a mirar a Charles y lo vio intentando apartarse de Moira, que no dejaba de susurrarle cosas al oído. La agente estaba media ebria, y su lápiz labial había dejado marcas en la pálida mejilla del telepata, que realmente comenzaba a lucir fastidiado.

-Voy a dar una vuelta...-dijo Erik con voz ronca, y se levanto, haciendo que todos en la mesa se giraran a mirarle. Charles se removió con más fuerza, queriendo escaparse del agarre de la castaña.

-Espera Erik, quiero ir al ba...-ni se molesto en terminar la frase, el polaco se había ido en cuestión de segundos. Raven suspiro algo incomoda y se levanto también.

-Mejor voy a buscarlo, quizás quiera bailar-noto la mirada de Alex, con la ceja alzada. Vale, todos sabían que Erik no quería bailar. Ella solo se encogió de hombros y se levanto lentamente de la mesa, intentando pasar al lado del rubio que le hacía lugar como podía. Raven bufo ¿por que se habían sentado en una mesa tan pequeña? Se acomodo el cabello y comenzó a caminar, pero se detuvo al escuchar la voz de Hank.

-Espera Raven, em.. yo quiero bailar-Raven se giro a mirar incrédula a Hank, bueno, todos le miraban. El chico estaba parado, algo inseguro, con un ligero sonrojo en sus mejillas y sus ojos celestes continuaban mirándole con anhelo. La chica suspiro, sabía que Hank quería hablar, quería arreglar las cosas... y estaba esforzándose. Y se veía tan patético y tímido... y adorable. Raven sonrió apenas y le extendió su mano. Hank era como las aspirinas, hacían olvidar el dolor... y a veces se volvían adictivas. 

La chica le atrajo hacía la pista para bailar. Oh, si Hank quería que le disculpara debería bailar con ella de verdad. El chico le rodeo con los brazos suavemente, para balancearse con torpeza. Raven soltó una risa divertida-Lo siento de verdad, Raven, no era mi intención pelear contigo. Solo creí que... quizás le ayudaría. Y que sería su opción si hacerlo o no, él no es el único a quien ayudaría-la chica bajo la mirada y luego emitió un suspiro. No quería ponerse a pelear sobre eso, Hank había tenido razón en algo: era hipócrita querer cambiar y no querer dejar que Erik le hiciera.

-No quiero hablar de eso, solo... sigamos como antes ¿si?-pidió a rubia, clavando sus ojos claros en los hermosos ojos del científico. El chico sonrió y se inclino a besarle. Raven suspiro de gusto... si solo supiera que Hank podría aceptarla y amarla tanto como ella quería todo sería perfecto. Pero él era un alfa... y seguro encontraría a su pareja. Le abrazo con fuerza por el cuello, para atraerle más y continuo besandole con más ganas. Aprovecharía ese tierno amor que Hank le profesaba mientras se pudiera. Luego... ya vería.

** 

Charles se había escapado de Moira, la agente era demasiado insistente cuando estaba algo tomada. Por suerte se la había sacado de encima. Ahora estaba buscando a Erik, y no tardo en encontrarle, apoyado en una pared... coqueteando con una chica. Bufo molesto pero de igual forma se acerco hacía a él. Erik estaba equivocado si pensaba que le iba dejar estar con alguien más, una vez que le había tocado, solamente él se deleitaría con esa piel-Erik, amigo, te estaba buscando...-Charles miro como el mutante se enderezaba, sacando sus manos de los bolsillos de su jean. La chica noto algo de tensión, Charles disimuladamente se acomodo el cabello, inundando su mente y haciéndola marchar.

Erik ni bien le noto lo fulmino con la mirada-No es muy ético que hagas eso-protesto sintiéndose entre aliviado y frustrado de que la chica se hubiera ido. Esa mañana se había levantado en calor de nuevo, hablando con Hank descubrió que era muy leve, la ultima liberación hormonal. No era tan fuerte como las otras pero igual había tomado un inhibidor suave, y el efecto ya estaba pasándose. Se sentía algo necesitado, y con pocas ganas de follar con una chica... menos si Charles estaba allí. Solo tenía ganas de estar con él. Se había sentido condenadamente celoso al verlo con Moira, pero era bueno saber que ahora estaba allí, que le había buscado. Se giro a mirarle con la ceja alzada y se apoyo en la pared con más comodidad-¿Qué paso, Charles? ¿Moira te dejo respirar?-el telepata rodó los ojos, y luego bufo.

-Realmente es una mujer... molesta-aunque dudo en decir eso noto una sonrisa disimulada de Erik, de triunfo. Charles lo dudo un poco antes de acercarse y apoyarse en la pared a su lado mirando la pista. Sus brazos se rozaban apenas, pero lo bueno es que la tensión en el ambiente había disminuido un poco. Al tenerlo cerca de nuevo sintió el aroma ligeramente dulzón llegarle con algo de fuerza y... dios, Erik estaba en celo de nuevo. Eso iba a volverle loco, quería saltarle encima justo ahora para que nadie más lo notara. 

-Pensé que ella te gustaba...-comento Erik en un murmullo. Charles le miro de reojo y luego soltó una risita. Era absurdo que el magnético pensara eso, cuando era más que obvio que estaba completamente loco por él.

-¿Como puedes pensar eso? Es... no se, no es mi tipo-dijo y escucho a Erik soltar una risa, poniendo esa sonrisa de tiburón en su boca. Charles se mordió el labio y volvió a mirar a la pista antes de rozar su mano con la ajena-Sabes que me gustas tu, siempre lo has hecho-dijo, y su mano termino de buscar la de Erik y enredo sus dedos. Pasaron varios minutos, en completo silencio, antes de sentir que Erik le apretaba la mano también.

-No quería pelear anoche, estábamos pasándola bien-dijo finalmente Erik, dándole un sorbo al vaso que tenía en la mano. Charles sonrió girándose a mirarlo y sus ojos azules brillaron de felicidad.

-Lo sé, pero hay cosas en las que no opinamos lo mismo, tenemos que aceptarlo-dijo con voz tranquila. Erik le estudio un momento con la mirada, antes de sonreír también y asentir con la cabeza. Charles sintió su corazón acelerarse de felicidad y luego miro a la pista donde la chica con la que antes Erik hablaba bailaba con sus amigas-¿De verdad querías estar con ella?-pregunto algo dudoso, no le agradaba que su pareja deseara a alguien más. Le ponía celoso, sabía que debía contenerse, sino querría reclamarle allí mismo.. ponerle contra la pared y follarle para marcarle, aún mas teniéndole en celo. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la risa de Erik. Lo vio terminar su bebida y luego ponerse de costado hacía él.

-A ella le falta algo que me interesa...-dijo con una sonrisa coqueta, y sus ojos traviesos bajaron a mirar el bulto en los pantalones de Charles-Aparte, tienes mucho mejor trasero que ella-dijo el polaco, su acento estaba marcado, lo que significaba que estaba algo tomado. Pero era obvio que estaba consciente, solo algo desinhibido. A Charles le gustaba este Erik que coqueteaba con él sin problemas ¿por que no podían ser siempre así? 

-Es bueno saber eso-dijo el menor, terminando su bebida también. Atrajo a Erik y rozo suave y rápidamente sus labios con el omega, escuchando un suspiro por parte del mayor. Mhh, si siempre pudieran estar así, como una pareja.. todo sería perfecto.

-¿Vamos a casa?-dijo Erik, con una voz insinuante y ronca. La necesidad de estar con Charles estaba embargandole y empezaba a sentirse un poco desesperado. Charles parpadeo un poco sorprendido, no podía creer que su pareja fuera tan descara con respecto a que ellos... estuvieran juntos. Sintió un cosquilleo en el vientre pero miro hacía la pista.

-¿Y los chicos?

-Que se vayan en taxi-respondió sin importancia, luego se rió. Oh, Erik era travieso. Charles sonrió y se dejo jalar hacía a fuera por el ansioso omega. Esa noche prometía ser fabulosa. 

**

Estaba agitado, le costaba horrores controlar su respiración, no podía creer que estaba en cuatro, se sentía vulnerable, y no le gustaba, pero no se apartaba por que se sentía tan condenadamente... ohh, tan delicioso. Separo un poco más sus nalgas, moviendo ansioso las caderas, sentía su pene colgando duro entre sus piernas, rozando la cama de vez en cuando. Su glande estaba húmedo, escurriendo liquido preseminal, y su trasero no se quedaba atrás, dejando caer el liquido sin reservas. 

Su interior estaba ardiendo, y podía sentir todo su conducto palpitar. Sentía la lengua de Charles meterse a dentro suyo, y buscar llegar tan hondo como se podía. Literalmente se estaba bebiendo sus jugos, y parecía que le gustaba por como ronroneaba. De momentos sentía que le rozaba los dientes contra sus pliegues, y sus testículos se tensaban por el exceso de placer. Charles era un increíble amante, lo hacía sentir tan bien... 

El moreno llevaba varios minutos metido entre sus nalgas, comiéndole sin vergüenza alguna. El ingles siempre pensó que Erik debía saber delicioso, pero era realmente adictivo. Su interior era apretado y cálido, y deseaba tanto remplazar esa lengua con su pene, y meterse bien a dentro, tocar todos esos rincones a los que su lengua no llegaba. Erik se veía delicioso cuando se dejaba ir, cuando no se preocupaba por sentirse o no un omega, y se limitaba a disfrutar. 

Podía sentir los roncos gemidos, y con una mano se veía obligado a mantenerle quieta la cadera, por que Erik se removía, alejándose y acercándose de a momentos. Los surcos de placer le obligaban a removerse, le hacían perder el control. Charles estaba seguro de que si se acomodara para penetrarle no se apartaría, pero le había prometido que no lo haría, que se limitaría a relajarlo. A relajarlos. 

Charles podría pasarse todo el día allí, metido entre sus nalgas, le encantaba. Adoraba sentir el aroma de Erik llamarle desde su habitación, sabía que era el inconsciente del polaco, pidiéndole que vaya y que se encargue de él. Erik podía negarse, podía no notarlo, pero su cuerpo llamaba a Charles, le solicitaba que fuera. Por eso sus celos eran tan seguidos, no solo por el desorden hormonal, sino por que buscaba a Charles. Su instinto no entendía por que estando su Alfa cerca y disponible, aun no se habían unido, y por eso liberaba hormonas para tentarlo y que fuera a reclamarle. Claro que el instinto de Erik no entendía que no era Charles el que se resistía, sino el propio Erik... ese era el problema de una mente tan maravillosa como la del polaco, la gente tan inteligente, podía negarse a sus propios instintos y naturaleza, podía controlarse, podía confundirse a si misma, era lo suficientemente listo para engañarse a si mismo. Aun más... era lo suficientemente complejo para creer que Shaw realmente era su alfa, el maldito se había gravado bien en su mente, aunque no en su cuerpo, que respondía a Charles con deleite.

-Date la vuelta, darling...-susurro Charles, sacando su lengua del interior ajeno, pero le sujeto la cadera para retenerle un momento más. Su mirada se centro en la palpitante entrada, que abría y cerraba sus anillos, extrañando el contacto de la lengua de Charles. Se veía delicioso, en cuatro, ofrecido para que él le usara. Le encantaba verlo escurrir, ver la humedad bajar, ligeramente viscosa, decender por su perineo, bajando hacía sus testículos duros y grandes, humedeciéndolos. Mordisqueo cariñosamente el escroto que envolvía los huevos del mayor, y luego le soltó para que se diera vuelta.

Erik no dejaba de morderse los labios, quería acallar los gemidos, gruñía por lo bajo intentando contenerse un poco, aunque le era imposible. Las manos de Charles siempre le llevaban al extremo placer. Se dio vuelta, recargándose en las almohadas, y Charles le miro, admirando su musculatura, la forma en la que sus abdominales se marcaban. Estaba completamente sonrosado, sus mejillas, su boca, sus ojos estaban vidriosos. Era obvio que su celo le pedía ser penetrado. Su expresión entera era de “jodeme”. 

-Te ves tan hermoso, mi amigo-le ronroneo Charles, mirándole con sus ojos azules plagados de cariño. Luego esa mirada bajo al pene del mayor, estaba muy duro, y chorreante. Erik era más grande que Charles, y esto al menor le encantaba, amaba masturbarlo y sentirlo completamente hinchado. Sin dudarlo mucho se inclino, y su boca rosada recubrió el pene ajeno, saboreando el glande. Se bebió sus líquidos, mientras sus dedos se acercaban a la entrada de Erik, para acariciarla y tentarla. No le penetraba aun, solo lo masajeaba, haciendo que abriera mas las piernas, y cerrara con fuerza los ojos, sintiéndose desesperado.

Los metales de la habitación habían comenzado a retorcerse, al unisono del cuerpo de Erik. El telepata sonrió ante eso, y engullo más su virilidad, tragandosela casi hasta el fondo. El cuerpo de Erik había comenzado a agitarse, su respiración estaba sumamente acelerada, y con el brazos se tapaba los ojos, mientras que se mordía la boca. Charles no le quitaba los ojos de encima mientras mamaba con devoción la endurecida verga. Sus dedos seguían jugando, acariciando su perineo, masajeando su entrada, acariciando sus pliegues, empujando para que se abriera un poco el orificio, pero sacándolos antes de penetrarle. Erik abría mas las piernas y movía la cadera cada tanto, como exigiendo algo.

Charles... por favor...”, en momentos así Charles amaba aun más ser un telepata, sabía que Erik no era de los que rogara, no en voz alta al menos, pero cuando le superaba el placer sus pensamientos se conectaban con los suyos fácilmente. Continuo mamandosela, de a poco dos de sus dedos comenzaron a pujar contra esa entrada que le recibió más que gustoso. Lo escucho gruñir, antes de gemir ronco, cuando sus dedos se enterraron tanto como podían, presionando sus nudillos contra la carne ajena. “Oh, si, oh, si, oh si... Es tan jodidamente bueno... dios, dios... si...”. Charles gruño de gusto al escuchar sus gemidos en su cabeza, Erik balbuceaba como loco cada vez que algo atravesaba su trasero.

Los dedos de Charles se abrían y se movían con ganas, mientras la propia mano del moreno se masturbaba, moviendo su pelvis contra la cama, fantaseando con follarse a Erik y anudarlo para que su vinculo se concluyera. Masajeo la próstata y por poco se vino al comprobar que el mayor prácticamente babeaba de gusto. Dejo los dedo quietos presionando la próstata de Erik y finalmente el mayor dejo de morder sus labios para gimotear, el brazo se aparto, dejando ver los traslucidos ojos que nadaban en deseo. Charles le sonrió con travesura, y Erik lo estudio un momento antes de sonreirle igual, haciendo que sus delgados labios dibujaran una ladina sonrisa. Cerro los ojos y tiro el rostro hacía atrás, empezando a mover sus caderas para que los dedos se movieran dentro de él-Charles... Dios...-el menor estaba preparado para cuando, en un movimiento ágil, el cuerpo de Erik termino encima suyo, en posición de 69. Sabía que si quería tener los dedos dentro de él, tenía que estar abajo... 

El mayor comenzó a chuparle el pene, tragándose la virilidad del ingles. Le encantaba sentir la boca llena, y había descubierto que adoraba, amaba, el sabor de Charles. Su lengua presionaba contra la uretra, intentando beber el precum-Gime para mi, Charles...-el ingles sonrió, Erik parecía todo un alfa, incluso en la cama. No se contuvo, comenzó a gemir con gusto, mientras sus dedos se movían aun en el interior ajeno. Erik gemía contra ese pene, sus gemidos vibraban mientras tragaba el pene de Charles, y escucharlo gemir también le llenaba de gusto. 

No dudo cuando sus dedos bajaron a su propia entrada, rozando los de Charles, y juntando algo de su propia lubricación. Lleno sus dedos de su lubricante natural, antes de acercarlos a la entrada de Charles. El menor dio un respingo, pero se limito a relajarse, dejándose hacer. Los dedos de Erik acariciaban sus pliegues, mojaban su entrada, mientras el hombre seguía comiéndose su pene con ganas. Se sentía ligeramente extraño al sentir esos dedos acariciarle, no era algo a lo que se acostumbrara del todo, aunque no lo sentía desagradable. Con tal de estar con Erik nada más importaba.

Gruño cuando un dedo se le metió a dentro, y sus propios dedos se curvaron dentro de Erik, para presionar su próstata. El polaco comenzó a mover el dedo, follandole con este. Retiro su dedo lentamente, y lo llevo de nuevo a su entrada, para volver a empaparlo con sus jugos. Empapo completamente tres dedos, agradeciendo lubricar tanto, y volvió a llevarlos a la entrada ajena. Esta vez dos dedos presionaban el orificio, sintiendo los anillos abrirse para recibirle. De a poco los dos dedos fueron tres, que se movían con facilidad dentro de un jadeante Charles. Erik dejo de chupársela, para voltearse y capturar la roja boca de Charles en un ardiente beso. Los hombres estaban acalorados, y se besaban como si el mundo fuera a acabarse.

-Charles...-la voz ronca de Erik le obligo a gemir, y estiro su cuello al sentir que el mayor bajaba a besarlo y le olfateaba con ganas. El telepata no podía evitar desear que el magnético finalmente reconociera su aroma y se diera cuenta que él era su alfa, no Shaw-Charles... Charles... ¿puedo... puedo penetrarte?-las mejillas de Erik ardieron al preguntar eso. Si bien él había tenido sexo como activo, le daba vergüenza ser un omega que le pedía a un alfa que se deje penetrar. Pero se moría por follar con él, y no se atrevía a que fuera a la inversa.

Los ojos intensos de Charles le miraron, y durante un segundo pensó que se había propasado. El menor le estudiaba, nunca pensó que un omega le follaría, más bien que nadie le follaría, aunque Erik... Erik era suyo. Erik era el único con el que parecía correcto ese tipo de reclamo. Sonrió, con ternura, con amor, y asintió. Si pretendía que Erik confiara en él algún día, este era un paso importante-Hazlo Erik...-gimió roncamente, el hombre jadeo de gusto contra su boca, y le beso con más ganas. El menor abrió las piernas, acomodándolas a cada lado de la cadera de Erik, y sintió como los dedos le abandonaban con lentitud. Su entrada se relajo, aunque extrañando la presión un poco. Era sumamente extraño, pero era placentero. Esos dedos le hacían sentir una especie de calma, era al menos una forma en la que podía ser de Erik, y Erik suyo. Su boca roja exhalaba jadeos contra la de del polaco, que lo miraba con intensidad y deseo, aunque con algo de duda.

“No tengas miedo Erik, te quiero dentro mio..” dijo mentalmente, moviendo su cadera para sentir el pene ajeno acomodarse en su canutillo. Suspiro al sentir la dura virilidad pasear por su pasaje. Dios, era tan monstruosamente grande que durante un momento sintió algo de miedo. ¿Que tal si eso lo desgarraba? Los ojos celestes le estudiaban, con una mirada de anhelo que hizo acelerar su corazón. Erik quería estar con él, una parte de su instinto le obligaba a estar con Charles, hacia que le deseara... Erik anhelaba que ellos hicieran el amor, pero esta era la única manera en la que se atrevía. Pero era bueno, era un avance: cada vez le necesitaba más. El polaco le tomo con una mano por el mentón para atraerlo a su boca-Gracias-dijo roncamente, bajo, antes de comenzar a besarlo, metiendo su lengua tan hondo como podía. Quería que sus dos cuerpos se fundieran, el celo le hacía sentirse algo desesperado. Necesitaba estar unido a Charles, como fuera. 

Con la otra mano acomodo su pene contra la entrada ajena, la froto suavemente distribuyendo saliva y algo de su propia lubricación. Se refregó contra esas nalgas, presionando y jugando con sus pliegues, sintiendo ese conducto palpitar errático. Charles temblaba ligeramente, se notaba un poco tenso, por lo cual le apretó entre sus brazos. Oh dios, Charles estaba hecho para estar entre sus brazos. Era tan hermoso, tan pequeño en comparación, tan perfecto. En ese momento realmente deseo ser un alfa, y que el menor fuera su omega. Era tan hermoso y perfecto, lo quería por siempre a su lado. Le beso con dulzura para calmarle, aunque el mismo se sentía demasiado ansioso. Estaba muy excitado, tanto que su cuerpo también temblaba. En realidad sus instintos le pedían ser penetrado, follado, pero igualmente se sentía muy descontrolado... necesitaba cualquier tipo de acción-Muérdeme si duele...-su lengua dejo espacio para que Charles dominara el beso. Eso pareció animar al telepata que enredo ambas manos en su nuca y comenzó a comerle la boca de esa forma tan experta que sabía. Erik se sintió derretido, sumamente excitado, su cuerpo vibro y sin poder contenerse comenzó a empujar lentamente. Sentía los anillos ajenos ceder un poco, aunque se ceñían sin dejarle entrar del todo. Charles estaba gimiendo contra su boca, y Erik continuo moviéndose, firme y lento. Ese cuerpo se abría pulgada a pulgada, dándole espacio. Los muslos del telepata temblaron, se sentía tan lleno, tan jodidamente abierto. Erik era grande, sentía que podía partirle al medio con esa virilidad. Su respiración era irregular, tomaba aire intentando relajarse, pero no pudo evitar gruñir y morder con fuerza los labios ajenos al sentir como cada vez llegaba más profundo. El magnético se detuvo un momento para escupir sobre el pedazo que faltaba. Desparramo la saliva y luego continuo gimoteando al sentir como ese cuerpo le apresaba y le robaba el aire. Dios, era demasiado pequeño. Se sentía tan apretado, tan cálido, tan al borde del placer. Termino de meterse en el menor, y gimió cuando sus testículos chocaron contra las nalgas ajenas.

Xavier estaba arqueado hacía atrás, tironeando la almohada, presionando su pecho contra el de Erik, las pieles sudadas se pegoteaban al tocarse. Erik gimio de gusto, era delicioso sentirse apretado por Charles, era tan... tan estrecho. Sentía los corazones de ambos latiendo al unisono, una extraña sensación de confort se había instalado en su pecho. Quería estar allí para siempre. Se movió despacio, saliendo apenas, y el gemido que recibió en consecuencia le incentivo a moverse de nuevo hacía dentro. De a poco el ritmo se fue marcando, la entrada ajena ya le recibía con gusto, e incluso le succionaba. Charles no había esperado sentir tanto placer, pero entre el vinculo sentimental y sentirlo frotar su próstata no podía dejar de gemir. Era perfecto, perfecto a su manera. Sentía la verga de Erik palpitando dentro suyo, y era delicioso. Era Erik, tan embriagador, tan único, con ese aroma delicioso embriagandolo. Con su rostro de extremo placer, su mirada velada por el celo. Era Erik, y era suyo, aunque no lo supiera.

-Erik... Erik... más rápido.. muévete...-con una mano soltó la almohada para volar a las nalgas ajenas, y la acomodo para que sus dedos volvieran a penetrar al pelirrojo. Sabia que eso era lo que necesitaba, su celo le pedía ser follado, y Charles era un buen alfa, iba a dárselo aunque Erik no se atreviera a pedirlo. El hombre gimió y comenzó a moverse con más ganas, sintiendo su pene apretado y su entrada profanada. Era tan delicioso, tan pecaminoso... acelero el movimiento, embriagado por la sensación. Joder, le encantaba esos dedos en su trasero, abriéndole, follandole, llegando tan profundo como podían. Mordió los labios de Charles, intentando calmarse a si mismo, sentía demasiado placer, se sentía en el cielo. Temblaba, y sus caderas se movían algo erráticas, sin poder mantener del todo el control. Los dedos de Charles se curvaron para golpear con fuerza su próstata y soltó un gemido. Sollozo y se quedo un momento quieto, dentro del menor, sintiendo como esos dedos le follaban-Eres tan rico Erik...-sintió el susurro en su oído y la mano del Charles le penetro con más fuerza-Muévete Erik, por favor...-la necesidad ajena le hizo retomar el ritmo, empujándose tan hondo como podía antes de volver a salir.

“¿Te gusta Charles? ¿Te gusta ser mio?”. En su mente esto había sido diferente, el había pensado dominar por completo la situación, pero no podía ni hablar por el exceso de sensaciones que sentía-Dios, Erik si... más hondo, amor-se obligo a abrir los ojos para mirar la expresión de Charles. Su rostro enrojecido, los labios hinchados y eso ojos azules condenadamente profundos. Oh, era tan hermoso. El menor le dedico una sonrisa placentera, antes de besarle, ambos se movieron con ganas y Erik empezó a temblar, sintiendo como el calor y el placer subían por su espalda. Tras tres movimientos no lo aguanto más, y se presiono tan hondo como podía dentro del hombre más joven, llenándolo con su semilla. Gruño, sus uñas se clavaron en Charles, y su cuerpo se sacudió ferozmente, en temblores que hicieron que su propio pene se sacudiera aun dentro de Charles. Su pene quedo apresado en el interior ajeno, palpitando violentamente, y la fuerza abandono sus músculos, haciendolo desmoronarse sin poder evitarlo.

Apartaron sus bocas, Erik estaba agitado, y su frente sudada. Tenia los ojos cerrados y respiraba por la boca. Charles había comenzado a masturbarse a si mismo mientras le miraba, y le daba besos sobre los labios, que no eran correspondido por lo ido que estaba el otro. Cuando Erik abrió los ojos y vio como el chico se auto satisfacía se retiro con cuidado jadeando al sentir su pene hipersensible. Se acomodo para volver a bajar y mamársela, sintiendo su boca hacerse agua de deseo. Joder, realmente quería esa verga atorada en su interior, si no podía ser en su trasero quería que le atragantara la boca. Su mano apreso el pene ajeno, masturbandole apretado, como si estuviera en su interior. Charles gimió al sentir la boca ajena rodear su glande, la lengua empujo su prepucio y de a poco esa cavidad húmeda y cálida se apodero de él. 

-Oh Erik... como quisiera...-Charles se mordió los labios para no arruinar el momento, pero rápidamente le llegaron los pensamientos de Erik, que estaba proyectando a propósito, recordando como se había sentido estar en su interior. Gimió al verse embargado por eso, y movió su pelvis follándose la boca ajena. Erik relajo la garganta, y siguió comiéndole con ganas. El pene de Charles se follaba su boca, y por el placer que acababa de sentir, se sentía sumamente excitante y placentero. Dios, quería pasar su vida satisfaciendo a Charles. Un estremecimiento le anuncio lo que vendría, antes de sentir el calor bañar su boca. Ronroneo de gusto y se trago el liquido, tan abundante y espeso, mientras su boca volvía a bajar para tragarse entero ese pene. Se detuvo al sentir que no podía cubrir la base y abrió los ojos gimiendo al ver el nudo de Charles. Oh... ese nudo era tan grande.

Libero el pene para que su lengua se deleitara lamiendo la blanca y suave piel del nudo de Charles, que adornaba la parte baja de su virilidad, y que era bastante grande. Casi el doble de grueso que su pene, lo lamió con gusto, escuchando los gimoteos del menor, que aun tenía en la cabeza la sensación de haber follado, ya que realmente había sentido lo apretado de su propio interior en los pensamientos ajenos.

Erik lamia con gusto el nudo, como si fuera un cachorro, lamidas cortas y rápidas, mientras su nariz aspiraba el olor del sexo de Charles. Sus ojos no dejaban de mirar esa porción de su cuerpo, y Charles estaba relajado, y con los ojos cerrados, su cuerpo vibraba de gusto ante las lamidas. Como le gustaría estar abotonado a Erik, haciendo que su entrada se expanda, y dejandole sentir como su pene palpitaba dentro de él.

“OH, que hermoso es su nudo... como quisiera que me anude, que me atore...”. Charles abrió los ojos de golpe y gruño excitado, tomando la muñeca de Erik. Sus ojos se habían oscurecido de deseo al escuchar ese pensamiento que se colo en su mente. De pronto tenía muchísimas ganas de follarlo y anudarse, más que antes. Su pareja estaba en celo, y quería ser atendida, quería que le anudara... y si, si, si, quería reclamarle más que nada. Erik estaba sorprendido de su propio pensamiento y se retiro de golpe, forcejeando para que Charles le suelte. “No, no, no... no soy un omega... no quiero eso...”. Escucho a Charles gemir de dolor, y supo que le había escuchado de nuevo, la mano que le sujetaba le soltó y vio a Charles bajar el rostro, el cabello traspirado cubrió su frente.

-Yo... mejor me voy...-Charles dibujo una sonrisa triste en respuesta y asintió.

-Ve, Erik-respondió tranquilo, sabiendo que debía ser paciente. Erik de pronto se sintió un poco culpable, Charles le había dejado follarle y él ni siquiera... suspirando se cambio rápido y se fue del lugar, arreglando el picaporte que estaba retorcido a normalmente. 

Charles se aseo y se acostó, queriendo no pensar. No sabía si estaba haciendo bien, de momento sentía que apartaba más a su omega de que lo acercaba. Se sentía algo deprimido, tenía que tener paciencia, pero él y Erik ahora tenían relaciones y él no le reconocía ¡Dios santo! ¿Por que su omega no le aceptaba? ¿Por que no se aceptaba como un omega? Charles empezaba a sentirse ansioso y desesperado.

Se pudo dormir, con una mezcla de satisfacción, pero a la mismas vez insatisfecho por que el hecho de no poder tenerlo del todo, no poder dormir con él, no poder decirse su pareja, su alfa. Se había entregado por completo, y ni siquiera pudo disfrutar de abrazar a su pareja durante toda la noche. 


**


El látigo cayó en su piel, sentía calor en el cuerpo, era uno de esos momentos en los que esta iniciando el celo. Sintió una risa burlona a sus espaldas, mientras unos dedos acariciaban sin delicadeza su entrada que estaba apenas húmeda. Era uno de sus primeros celos, no se humedecía demasiado aun... Otro látigo cayo en su espalda, generándole un fuerte dolor, y tuvo que mantener firme los brazos. Estaba en cuatro y si se aflojaba solo un poco, terminaría tirado en la cama y recibiría un muy fuerte castigo.

Se mordía los labios para no quejarse, pero igual sentía que las lagrimas caían por sus ojos. Charles miro sus brazos, sus manos temblaban, tenía los nudillos blancos por la fuerza que hacía al sujetarse del colchón... casi como si su vida dependiera de eso. Sus manos eran blanquecinas, pero lo que más llamo su atención fue el tatuaje en su brazo. El numero le resultaba muy familiar, muy conocido... igualmente su cerebro tardaba en procesar.

-Erik estas tan húmedo... eres una maldita zorra omega... ¿te gusta estar en celo perra? ¿Quieres que te atienda tu alfa verdad?-tres latigazos en su espalda, que le hicieron quejarse. Apretó mas la cama y soltó un sollozo al sentir que un latigazo daba directo en sus nalgas-¡Dilo!-se escucho a si mismo, con una voz aguda rogar, pedir por favor que le atendiera, que era una sucia y necesitada zorra, que era un puto omega. Y por más que se sentía húmedo no estaba para nada caliente, simplemente muy asustado, cansado, y con dolor de que su alfa le tratara tan mal. ¿Por que su alfa le trataba así? ¿no debía cuidarle? Sentía una angustia en el pecho, odio a su cuerpo por humedecerse cuando el estaba tan condenadamente triste y mal. 

Los insultos y las burlas continuaron, riéndose de su condición, burlándose por ser inferior, llamándole niña débil, puta. Intentaba controlarse, pero no lo soportaba. Charles ya sabía que no era el mismo, sino que era alguna pesadilla o recuerdo de Erik que se había filtrado en su cabeza. Se sentía tan impotente, intentaba calmar a Erik, inundar su mente, explicarle que todo era un sueño, que estaba a salvo, que iba a cuidarle. Pero la mente ajena estaba descontrolada, no dejaba de maquinar, era como una avalancha de imágenes, de insultos, de sentimientos de vértigo y dolor. Sentía dolor en el cuerpo, un nudo en la garganta, su cuerpo doler. Sus entrañas ardían, pero todo él se sentía mal. Solo quería llorar y devolver... abrazarse a su almohada y que alguien llegara y le diera dulces caricias. Era uno de los primeros celos, no se suponía que era así como lo debería pasar. Estaba tan asustado, pequeño, indefenso... y se sentía tan mal, por que su alfa lo insultaba demasiado, y le decía que era un maldito por humedecerse. ¿Pero acaso eso no era lo natural? ¿Acaso..? Se mordió los labios para no sollozar de tristeza al sentir esos dedos hurgar en su interior sin delicadeza alguna, al sentir las burlas de Shaw por que su cuerpo era el de una maldita puta. 

Fue consciente de que Shaw le penetraba y quiso gritar, quiso huir... lloraba, se quejaba, se movía, pero nada funcionaba. Le costaba tomar conciencia de que eso no era real, por que era demasiado vivido, y también por eso le costaba calmar al mayor. Sintió un dolor, pero fue el miedo el que lo embargo, sabía que Shaw iba a abotonarle, y dolería, dolería horrible, sangraría, se desgarraría, al día siguiente no podría caminar... “Erik, Erik, ¡ERIK! ¡Calma tu mente!” pero era como hablar al vació, el mayor estaba demasiado situado en la inconsciencia, y su cabeza solo gritaba de miedo y dolor. “Erik, mi amor, cálmate, es solo un sueño darling...”, le suplico, al sentir el dolor surcar su cuerpo, ante el recuerdo del nudo desgarrándole las entrañas. Dioos, era la cosa más dolorosa que hubiera sentido, era como sentirse partido al medio, era sentir como si su cuerpo se quebrara y casi podía sentir la sangre caliente deslizarse por sus muslos.

Grito, y se araño así mismo, y de pronto pudo abrir su ojos, despertándose, y rápidamente tuvo que correr a su baño a devolver, sintiendo que no podía resistir nada en su estomago. Estaba sudado, tenía lagrimas en las mejillas, pero ni pensó cuando ya estaba saliendo de su cuarto caminando hacía el de Erik. Estuvo por llamar a su puerta cuando los pensamientos empezaron a llegarle, lastimeros.

“No soy un omega, no lo soy, no lo soy, nunca lo sere... no de nuevo, no quiero un alfa en mi vida, nunca más. Soy un alfa, soy un alfa, soy un alfa”. Charles estuvo a punto de golpear la puesta cuando vio que se había rasguñado los brazos así mismo. Miro sus heridas un momento, pensando que realmente se había dejado atrapar por el inconsciente ajeno, y finalmente golpeo.

Los pensamientos de Erik cesaron de golpe, y volvió a golpear con insistencia-¿Quien es?-pregunto la voz derrotada del mayor, y Charles pudo notar que estaba ligeramente fastidiada. No sabía si había sido buena idea venir a verle, pero su instinto le solicitaba que fuera a cuidarle. 

-Soy Charles, Erik, ábreme-le pidió el ingles, y sintió unos pasos acercándose, y yendo hacía la puerta. Erik le abrió, tenía esa remera blanca que usaba para dormir y unos bóxer, estaba ligeramente sudado, y su cara húmeda, aunque tenía una expresión dura y temeraria.

-No estoy de humor Charles, vete-le dijo muy serio, con sus ojos evitándole la mirada.

-Erik, yo solo...

-Quiero dormir, Charles-aclaro, y sin más le cerro la puerta en la cara. Charles alcanzo a ver que Erik también se había rasguñado los brazos a si mismo, y suspiro, obligándose a marcharse. Sabía que tenía que darle tiempo, respetar su espacio, aunque lo único que quisiera era abrazarlo, consolarlo y cuidarlo.

-Descansa Erik-dijo alto, para que le escuchara, "Cualquier cosa que necesites me llamas" le informo, antes de retirarse a su cuarto, esperando poder conciliar el sueño y descansar. había avanzado solo unos metros cuando escucho la puerta abrirse. "Charles". Al sentir el llamado mental se giro, Erik estaba apoyado en el umbral, aun le evitaba la mirada, y aunque intentaba verse casual su cuerpo lucía jodidamente tenso.

-Ven-dijo la voz dominante del mayor, Charles no dudo en ir hacía a él. Aunque fuera él quien debía dar las ordenes no le molestaba para nada acatarse a los deseos ajenos. Su corazón se estrujo un poco al ver esos ojos rojos. Odio realmente a Shaw por ser capaz de lastimar a su pareja. Erik finalmente le miro y uno de sus fuertes brazos le tomo de la nuca y le acerco para darle un corto pero dominante beso. 

El menor se dejo hacer, suspirando de placer y limitandose a prestarse para lo que sea que Erik necesitara en ese momento. ¿Quería sentirse un jodido alfa? Bien, lo dejaría. Sería su omega una y otra vez si era lo que hacía falta. Cuando sus labios se separaron escucho como el aire abandonaba con fuerza los pulmones del mayor. Realmente parecía estar conteniendose, dando todo de si para mantenerse fuerte. 

-¿Te quedas?-fue apenas un murmullo. Una voz segura, pero el telepata pudo sentir la cantidad de emociones que albergaban la mente ajena. Necesitaba compañía, necesitaba estar seguro, necesitaba a Charles. Le miro y sonrió suavemente antes de asentir. Ambos se metieron al cuarto y Erik se dejo caer en la cama, de costado, dándole la espalda. El menor se acerco para recostarse también, y con cautela, sin saber como proceder, se fue aproximando hasta que sus brazos finalmente rodearon el cuerpo del mayor. Sintió como la tensión abandonaba un poco a Erik y le apretó más fuerte.

No quería decir nada, por que no quería arruinarlo. Erik temblaba, y lo único que se sintió capaz de hacer fue besarle con cariño la nuca, el cabello, acariciarle con delicadeza el cuerpo. Sus dedos rozaron el rasguño del brazo, idéntico al suyo. Esa era la única herida visible que Shaw había dejado sangrando en su pareja, todas las de más eran puramente mentales, aun más desgarradoras. En ese momento entendió por que no lo reconocía, por que odiaba tanto lo que era. Y deseo realmente poder ayudarlo, como fuera, a superar todo eso.

Estuvo acariciándole por horas, con suavidad, dulzura. Se permitió susurrarle palabras de cariño cuando lo sentía temblar. Erik no respondía ni se movía, demediado avergonzado por ya haberse mostrado débil. Pero igualmente Charles rescataba de su mente algunos instantes de calma, y que eso le estaba ayudando. No iba a presionarle, solo iba a permanecer allí, toda la noche, rogando besos en su piel, acariciando su cuerpo, susurrándole amor.

Recién cuando el sol empezaba a filtrarse en la ventana sintió que el sueño comenzaba a ganarle, y se fue dejando llevar por Morfeo, sin poder evitarlo. Erik continuo despierto, sin moverse en absoluto. Media hora después se soltó del abrazo ajeno y se levanto para ducharse. Había intentando dormir, realmente lo había intentando, pero por más que Charles le hubiera llenado de paz no pudo hacerlo. Había caído en una somnolencia muy débil, que apenas le permitió descansar, aunque lo prefería así por que fue consciente de que estaba acompañado por el telepata y no por nadie más. 

Se baño sin ganas, y salio del cuarto. Sabía que debería agradecerle a Charles, pero se sentía muy humillado para enfrentarle. Charles lo había visto, estaba seguro. Había visto el rasguño del brazo. Le compartió su sueño sin querer, y había dejado que el alfa viera todo lo que Shaw hizo con él. Le sorprendía que aun así el menor se hubiera acercado, le hubiera abrazado, le hubiera susurrado palabras tan lindas. Charles era un alfa especial. Pero Erik se sentía muy humillado y avergonzado en ese momento para ser amable, así que simplemente se fue a correr. Quería olvidar que era un omega, realmente quería hacerlo.

**

Hank miro la formula que acaba a de terminar. Una sonrisa se dibujo en sus labios... al fin lo tenía listo. El liquido era de un tono magenta oscuro, casi violeta, y era lo suficientemente liquido como para inyectarlo. Ya le había hecho las pruebas necesarias y sabía que era completamente seguro de usar. Solo hacía falta una inyección para cambiar las dinámicas, para lograr generar un cambio en el ADN. 

Ahora solo debía encontrar el momento adecuado para mostrárselo a Erik, sabía que el omega se sentiría encantado de dejar de serlo. Y claro, tenía que evitar que Charles lo descubriera por que sino iba a matarlo antes de que pudiera dárselo. Charles no iba a entender, no entendía lo que era ser diferente... él si lo hacía, y solo quería ayudar. Quería ayudarlos a todos, a Erik a dejar de ser omega, a Raven y a él mismo a lucir perfectos. Si tenía el conocimiento de como hacerlo debía hacerlo, no podía ver a la gente sufrir, esconderse por no ser aceptados.

Sabía que este suero era necesario, sabía que ayudaría a Erik, y sabía que a la larga Charles entendería que fue lo mejor. Si Erik no quería ser un omega no tenía por que serlo.

Notas finales:

En fin, ¿que les pareció?

Seré completamente sincera. Estaba insegura de este capitulo. Hacía mucho que lo tenía escrito, y no me parecía malo, pero de pronto hubo una ola de descontentos ante la idea de Erik follándose a Charles. Estuve muy tentada a cambiarlo por que realmente casi nadie parecía feliz al respecto. Lo releí, lo releí, lo releí y no pude. Ya lo había imaginado así, a mi me gustaba, y aunque amo complacerlos no me parecía correcto. Habrá gente a la que no le guste la versatilidad, pero seré clara en esto: soy una jodida pervertida, y con esta pareja tan sexy me gusta que se den de todas las formas habidas y por haber.

Otra cosa que me animo a dejarlo asi, fue de una amiga que me escribió "Erik es el maestro en follarse a Charles", así literal... y bueno, me resulto gracioso, al final edite un poco el capitulo por que en la versión original Erik aguantaba muy poco dentro de Charles, se sentía embriagado de placer y se venía muy rápido xD Pero bueno, fui mas buena con él y lo deje durar un ratito más jajaja 

Volviendo al tema, ya me dirán si les gusto la versatilidad o no. Yo no quiero sonar ruda ni nada, amo sus comentarios y opiniones, y siempre los tengo en cuenta, pero a la larga es mi historia y escribo lo que me parece. Si la historia deja de agradar pues, le daré un final pronto y... ya. Repito, no quiero sonar agresiva ni mucho menos, ni tampoco quiero que parezca que no tengo en cuenta su opinión (amo sus opiniones), pero durante un momento me resulto que era más importante en el fic quien se jodia a quien en vez de la trama. Yo soy la primera en admitir que quizás la trama es un poco sosa y le falta argumento, quizás es demasiado sexopata, incluso me plantee hacerla menos sexopata, pero pensé que a pesar de todo la trama era relevante más allá de quien se folla a quien xD No se, ustedes dirán, realmente me gustaría saber que opinan.

Sin alargarme mas dejo el adelanto. Besos 

-Me estas diciendo que esto... si... si me inyecto esto ¿dejare de ser un omega?-pregunto el magnético incredulo. Oh dios, esa podía ser la solución a todos sus problemas. Su corazón había comenzado a latir rápido mientras su estomago se revolvía de puro nerviosismo. Podría dejar de ser un omega, podría ser normal... podría olvidarse de todos sus problemas. Al fin, al fin podría dejar de ser eso que tanto odiaba.


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