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First Class: De alfas y omegas por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

¡Hola, hola! ¿Qué tal gente bonita? Hoy la compu me ha estado haciendo troler y cada vez que quiero publicar esto se apaga, se cierra el navegador, se tilda... uff, un drama.

Pero aqui estamos. ¡Ahhhhh! Estoy como... con la piel de gallina (?).A mi ver pasan muchas cosas, muchisimas, pero bueno... no se. Ya me dirán ustedes. Realmente espero que les guste, por que me costo muchiiisimo, y creo que quedo bien. Pero eso lo deciden ustedes.

En fin, Enjoy!!

RENUNCIAR A TODO



Erik gimió al despertarse por sentir unos suaves besos en su cuello. Se removió un poco, gruñendo suavemente, y abrió los ojos, frunciendo el ceño. Sus ojos se toparon automáticamente con la mirada de Charles, los ojos azules se veían mas hermosos aun con la luz de mañana, su piel parecía más blanca que nunca, y sus labios mas rojos. Charles le sonrió y le beso perezosamente, antes de que Erik gruñera, desperezándose, estirando todos sus músculos. Finalmente el magnético relajo su expresión y cerro os ojos, ronroneando al sentir las manos de Charles acariciando su espalda. 

-Déjame dormir, Charles, es temprano-protesto, enterrando su rostro en la almohada. No quería levantarse, no quería arrancar el día por que iría a su cuarto, se ducharía, y... se inyectaría. Y no quería no todavía. Quería quedarse allí. Estaba tan cómodo, tan feliz. 

-Ya son las nueve y media de la mañana, mi amigo-murmuro Charles, acariciando la espalda baja de Erik, mirándole sin recelo el trasero cuando se arqueo un poco. Dios, aun no podía creer que le había hecho el amor a ese cuerpo. A ese delicioso cuerpo masculino, a esa figura tan hermosa y viril. Realmente había follando a Erik... no podía creerlo. Su mano bajo tímidamente, lento, hacia el agujero de Erik y lo acaricio. Lo escucho gemir contra la almohada y vio como disimuladamente alzaba más las nalgas. Si, prefería poder tocar a gusto a su omega. No le gustaba tanto estar atado, prefería poder usar sus manos. Lentamente sus dedos se enterraron en el interior ajeno, sintiéndolo aun flojo. Había estado escurriendo su semen, y era tan morboso. 

Vio como Erik alzaba más las caderas, y no pudo contenerse, se levanto, para ir hacía sus nalgas y se mordió el labio, abriendo los glúteos y mirando ese sonrojado orificio, que estaba más rojizo por la acción nocturna. Se relamió los labios, y sin sentir asco alguno enterró su rostro en él y comenzó a lamerlo, sintiendo el sabor de ambos mezclado. El cuerpo del magnetico se removió entero, arqueándose. Erik mordió la almohada y llevo las manos a sus glúteos para separarlos más, queriendo que esa lengua llegue más profundo. Después de descubrir lo delicioso que se sentía dejarse follar por el telepata, tenerle a dentro, no quería detenerse. Ese era su ultimo día como omega, quería aprovecharlo al máximo, dejarse hacer por el alfa y disfrutar como loco. Charles sonrió ante eso... los dos lo disfrutaban más cuando él tenía el control. Su lengua jugo contra los pliegues ajenos, sintiendo como cedía fácilmente. Erik estaba muy ansioso, no podía contenerse, abrió más sus nalgas, anhelandolo casi desesperadamente, tanto que termino rogando: “Charles.... Charles... Charles... follame por favor... te necesito dentro, por favor...”. El telepata gimió al escuchar eso en su cabeza y escupio esa entrada, la masajeo un poco con la yema de sus dedos, antes de subirse encima de Erik, hacerle alzar un poco las caderas y alinear su pene contra esa húmeda entrada. La froto suavemente con su glande, escuchándolo llorisquear y viéndolo alzar más las caderas. Oh, Erik se veía demasiado sexy así. “Por favor, Charles... joder...”. Le escucho gruñir mientras, de a poco, iba penetrandole, volviendo a llenarle, sintiendo de nuevo como ese cuerpo le recibía.

Erik era tan cálido y...-Oh dios...-lo vio girar su rostro, para poder respirar, estaba sonrosado y no dejaba de gimotear. Gemía delicioso, joder. Charles comenzó a moverse, bajando su mano para acariciar el pene ajeno. Dios, quería despertar así cada maldita mañana... eso era el cielo.



**


Raven se sorprendió cuando la mansión volvió a hacer ese ruido extraño. Miro de nuevo el picaporte de su puerta y vio como se retorcía. Realmente no quiso imaginarse por que... al parecer la noche de Charles y de Erik había terminado bastante bien. Durante toda la noche los resortes de su cama habían estado removiéndose y cuando se levanto vio que eran varias las cosas de metal que estaban retorcidas y estiradas, como en una sensual danza. Si, si, ya sabía que tenía que sentirse feliz por Charles, pero era un poco difícil. Miro la hora y se sorprendió de que su hermano no les hubiera levantado aun, aunque, viendo de nuevo el picaporte era fácil adivinar por que no lo había hecho.

Se termino de alistar y bajo las escaleras, la mansión estaba en silencio a pesar de que ya eran más de las diez de la mañana. Camino hacía la cocina para preparar el desayuno pero se encontró con que Alex y Hank ya estaban allí. Vio como el científico sacaba un cuchara del cajón y se quedaba mirándola al ver que estaba anormalmente doblada. Raven soltó una risita que hizo que los chicos se giraran y Hank sonrió tímidamente.

-Hola Raven-dijeron ambos, casi al unisono y ella se acerco tomando una taza para prepararse un café. No había dormido tan bien como había esperado. Su habitación era la más cercana a la de Charles y aunque no había escuchado gemidos ni cosas inadecuadas, todo el metal de su cuarto había estado removiéndose como loco. Tampoco fue algo que duro toda la noche, pero la despertó y ya luego le costo dormirse.

-Todo en la mansión esta...-Alex tomo un cuchillo que también estaba retorico e intento enderezarlo. Mierda, ese era el cuchillo con el que servía la mantequilla. Lo jalo y vio como el cuchillo se partía al medio. Abrió los ojos sorprendido y luego miro a los otros dos-Eso ya estaba así, yo no lo toque-dijo volviendo a dejarlo donde estaba. Hank rodó los ojos y lo saco, dejándolo sobre la mesada para luego pedirle a Erik que lo arreglara. Estaba preocupado por Erik, aun más cuando todavía no lo había visto. Era raro que todo estuviera tan retorcido y desformado, tenía miedo de que se hubiera puesto la inyección y se hubiera arrepentido, o que algo hubiera salido mal y hubiera perdido el control. Que perdiera el control era la única explicación que encontraba para que todo estuviera... así. 

-Creo que debería ir a ver si Erik esta bien, no es normal que...

-Oh, Erik esta más que bien-comento indiscretamente la rubia. Los ojos de los presentes se clavaron en ella, quien al sentirse observada noto su indiscreción y luego emitió un suspiro-. Solo decía...

-¿Pero lo has visto hoy? Yo no lo he visto en toda la mañana, suele levantarse y entrenar, es raro-comento Hank frunciendo el ceño. Saco la pava de la cocina ni bien el agua hirvió y se preparo un café antes de dejarla en medio de la mesa para que los otros hicieran lo propio. Aun seguía preocupado, Erik el día anterior no se había inyectado, seguramente le hizo caso y se tomo tiempo para pensarlo... pero no lo veía desde ayer a la noche. Ni siquiera lo vio en la cena ¿acaso se inyecto en ese momento y algo había salido mal?-Debería ir a ver por las du...

-Esta con Charles-finalmente soltó Raven, rodando los ojos. Lo ultimo que quería era que Hank fuera a interrumpir. El chico pareció dudar y detuvo su marcha, volviendo a su café, endulzandolo, sin quitar sus ojos atentos de la chica.

-¿Estas completamente segura?-pregunto, ganándose una mirada confusa por parte de Raven.

-¿Por que tanta preocupación por Erik, Hank? Pensé que ni siquiera se llevaban tan bien-alego, mirándolo confundida mientras tomaba su propia taza para preparar su desayuno. Alex los miraba aleatoriamente, notando también la ausencia del profesor, de Moira y de... Sean. Últimamente Sean y Moira desaparecían juntos, cosa que le molestaba bastante.

El científico había desviado la mirada y le dio un sorbo a su café antes de sentarse en la mesa-Antes de ayer le di el suero-susurro apenas en un murmullo. La chica le miro incrédula, sin saber que decir. Boqueo varias veces y lego frunció el ceño.

-Pero.... él y Charles tuvieron una cita anoche. Seguramente decidió... decidió no usarlo-quiso creer, ahora con duda. ¿Acaso Erik se había inyectado? No, no, Charles estaría allí como un lunatico, no podía haberse inyectado, ya lo sabrían. Sabía que no debía enojarse con Hank, había decidido dejarlo hacer tanto a él como a Erik, pero no pudo evitar mirarlo con molestia. El chico desvió la mirada avergonzado-Quizás noto que Charles es su alfa y decidió no usarla-comento la rubia, encogiéndose de hombros. Vio como Hank alzaba la ceja antes de apretar los labios.

-No creo que eso pase-susurro, cruzando miradas con Alex. El chico no dejaba de mirarlos el uno al otro, realmente no entendía mucho de que estaban hablando. Bueno si, obviamente de Charles y Erik, pero ¿de que suero hablaban? Lo único que había escuchado sobre un suero era el que Hank hacía para cambiar sus pies. 

-¿De que me perdí?-pregunto el rubio confundido, pero los otros dos volvieron a mirarse y parecieron pasar de él.

-Anoche tuvieron una cita, quizás si paso-comento la chica. Hank frunció el ceño cada vez más confundido. ¿Una cita? Extrañamente se le hacia anormal imaginando a Erik en una cita, rodeado d humanos, comiendo tranquilo, conversando casual. No, no era algo fácil de imaginar. Quizás Erik lo había pensado y había decidido no hacerlo, o quizás era su forma de asimilarlo antes de inyectarse. Realmente no sabía que creer.

-Quizás-se limito a decir, volviendo a concentrarse en su café. Alex aun les miraba confundido, sin entender nada, y estaba por preguntar cuando vio a Sean entrar con un sonrisa radiante. El pelirrojo saludo a todos con emoción antes de sentarse para preparar su propio desayuno. Alex le miro atento notando la pequeña marca que había cerca de su clavícula. Se sintió molesto y desvió la mirada, prefiriendo ignorarlo. Apenas y pasaron diez minutos cuando llego Moira. Dios, eran tan poco disimulados. Y lo que más le molestaba era que Moira no disimulaba demasiado en mostrar su interés en Charles, esa vez en el bar había sido muy obvia. ¿Acaso Sean no lo notaba? La chica saludo amablemente antes de sentarse, y claro pregunto por los dos faltantes. 

-Que raro que Charles no nos despe....

-Seguramente estaban ocupados follando-todas las miradas se posaron en Alex. Sean y Moira que no habían estado presentes en la conversación anterior se sonrojaron, sintiéndose aludidos. Alex noto la mirada molesta que le daba Raven y se encogió de hombros-¿Que?-se forzó a sonreír-Es una broma, se habrán quedado dormidos. No se...-comento, acabándose rápido su café y levantándose, quería marcharse de allí. Esa maldita mañana era un infierno. 



**



Erik se ato la toalla a la cintura y salio del baño. Definitivamente cuando entro a bañarse no había pensado que terminarían haciéndolo de nuevo en la ducha. Y menos mal que se negó a usar la tina para que no pasara nada mas... ¿Quien iba a pensar que ese flaquito telepata con cara de inocente era tan buen amante? Bueno, Erik lo sabía desde antes, pero no se había imaginado que disfrutaría tanto de sentir las caderas de Charles moviéndose contra su cuerpo, penetrandole. Nunca se imagino que fuera tan exquisito, había imaginado que era placentero pero... lo hacía sentirte tan condenadamente bien, tan completo, le daba una sensación de calma asombrosa. Había descubierto que le agradaba sentir el aroma de Charles cerca, le gustaba sentirlo sobre su piel. Dios, eso no debería ser así, no debería sentirse tan bien estar con él. Le daba algo de pena también, por que se suponía que solo debería sentir ese gozo absoluto con su pareja y si con Charles era así ¿como hubiera sido con Shaw si las cosas hubieran sido como correspondían? Bah, quizás en realidad las cosas no eran tan buenas en las relaciones alfas y omegas, quizás solo era... Charles. 

-¿Quieres que te preste una bata así vas a tu cuarto?-pregunto el telepata, saliendo del baño, secando su cabello con una toalla, y con otra atada a su cintura. El menor no podía apartar los ojos de Erik, se veía sumamente hermoso. Su cuerpo tenía esa musculatura tan sexy, sus piernas eran tan largas... no tenía una de los mejores traseros, no era de esos redondos y apetecibles traseros, era delgado, musculoso, firme. Y tenía un pene... dios santo, Charles estaba seguro de que si su pareja fuera un alfa todos los omegas del mundo desearían tenerlo como pareja. Oh, y si él fuera el omega más de una vez sentiría problemas para sentarse. El pene de Erik era algo asombroso, y sin duda el lo amaba. Amaba verlo endurecido, erecto, tan jodidamente viril y alfa... y amaba masturbarle mientras lo sentía estremecerse y ansiar que también atendieran su parte posterior. 

Erik se giro a mirarle y negó con la cabeza-Me pondré la ropa que tenia anoche y me iré a cambiar-comento, notando como Charles le comía con la mirada disimuladamente. Sonrió ladino y arqueo la ceja-Nunca hubiera pensado que eras tan maniático sexualmente-los ojos azules subieron a los suyos y vio al chico sonrojarse un poco pero sonreír también.

-Es que eres exquisito, mi amigo-comento, caminando hacía su armario para comenzar a vestirse. El magnético hizo lo propio, volviendo a ponerse la misma ropa de la noche anterior. Seco un poco su cabello, revolviendolo, antes de ponerse la camisa y miro a Charles que aun seguía parado frente al espejo, abotonando prolijamente su camisa, aun sin pantalones. El ingles era sumamente... quisquilloso con su vestimenta. Erik le miro un momento, contemplando la belleza de su compañero, el alfa era guapo e increíblemente tenía un aura dominante y masculina a su alrededor, a pesar de su altura y su cuerpo atlético pero delgado. El telepata le correspondió la mirada por el espejo y le sonrió ladino-¿Te gusta lo que ves, Erik?-pregunto coqueto, robandole una risa.

-Por favor no empieces con eso de que es producto de las mutaciones-dijo rodando los ojos. Charles se rió también-No puedo creer que te funcionara para conseguir mujeres...

-Funciono contigo en la ducha, mi amigo-dijo sonriendo travieso y Erik se limito a rodar los ojos. Había funcionado por que a él le gustaba Charles, no entendía como le funcionaba con personas que recién conocían. El ingles se giro mientras comenzaba a colocarse un pantalón color beige-¿Ya te vas?-Erik asintió y camino hacía la puerta, mirando el picaporte y estirando su mano para arreglarlo ya que estaba retorcido como varias cosas en el cuarto-Gracias por arreglar la ducha, aunque era artística no era muy funcional... solo espero que la cañería este bien-comento, pensando que la noche anterior Erik había perdido realmente el control. Había demasiadas cosas desfiguradas. No que se quejara, pero iba a ser incomodo andar arreglando todo. Escucho un bufido y anoto mentalmente que no tenía que mencionar que perdía el control de sus poderes cuando le follaban.

-Bueno, te veo en el desayuno...-ni bien menciono las palabras recordó que volvería a su cuarto y se inyectaría. Sintió como su corazón comenzaba latir más despacio. La idea de pronto le parecía repulsiva, pero siendo analítico sabía que era lo mejor, al fin podría dejar de ser el omega de Shaw, al fin sería libre de esa maldita maldición que él no había pedido. Pero a pesar de saber todo eso, de saber que era lo mejor, aun le dolía cuando pensaba en Charles y que ya no harían esas cosas. Si él se convertía en un alfa sería un inconveniente, y si era un beta... quizás ya no le llamara tanto la atención si no olía a omega. Abrió la puerta y se detuvo, sintiendo los pasos del alfa acercarse. Le miro un momento, Charles sonreía, como si fuera navidad, ajeno a todas las cosas en la mente ajena. Erik realmente agradecía que respetara el hecho de no meterse en su cabeza.

-Esta bien-se acerco a darle un rápido beso, pero acabo gimiendo cuando sintió las manos de Erik sujetarle con necesidad desde la nuca, haciendo que se quede en su lugar y prolongara el contacto. Suspiro de placer, respondiendole... aunque ese beso era extraño, Erik le besaba como si fuera una despedida, con una necesidad palpable, con añoranza. Estiro su mano para acariciar el cabello de su amigo, y se puso de puntas para prolongar el contacto. Cuando se aparto vio que tenía el entrecejo fruncido como afligido, el omega no se movió, esos delgados labios volvieron a capturar su boca. El omega aun no abría sus ojos y el cerro los suyos para volver a besarle. Las grandes manos del magnético sujetaban su nuca y le acercaban, se dejo hacer, hasta que finalmente se separaron. El beso se le hacía algo raro, Erik de pronto se había puesto extraño... Charles le miro con curiosidad, no entendía que había pasado de pronto. ¿Por que se veía afligido? Acaricio la marcada mandíbula, que estaba tensa, y el hombre finalmente abrió los ojos para mirarle. Esos traslucidos ojos celestes lucían extraños, tristes. ¿Acaso se estaba arrepintiendo? No... no quería lidiar con eso de nuevo, no después de que habían avanzado tan bien.

-Te veo luego, Charles-se giro para marcharse pero rápidamente se volteo para darle un nuevo beso. Parecía que no quería despedirse y Charles se sentía emocionado ante la idea. Quizas finalmente comenzaba a sentir esa necesidad de estar juntos. Le acaricio el cabello para calmarlo, y le dio un casto beso cuando se separaron, antes de sonreír con completa felicidad, de una manera que hizo estremecerse al mayor.

Finalmente Erik se giro para marcharse, al fin había llegado ese momento que espero toda su vida. El momento en el que se transformaría en lo que siempre quiso. No tenía que temer ni ser débil, era era el comienzo de la nueva era. Una vez que realizara ese cambio seria lo suficientemente fuerte para enfrentarse a Shaw.... lo sabía, tenía que serlo.

Llego a su habitación rápidamente y miro la inyección que el día anterior había dejado sobre la cama. Había pensado venir luego de concluir el acto e inyectarse, pero no había podido resistirse a reposar en la cama del telepata. Se acerco ansioso, sintiendo el corazón retumbandole en los oídos. Estaba por agarrarla cuando se aparto, mejor... mejor primero se daba una ducha, a pesar de que ya se había bañado aun sentía el aroma de Charles en su piel, aun debía tener su elixir en las entrañas. Se quito la ropa mientras caminaba al baño, abrió la regadera y se metió bajo el agua fría. Sintió como sus músculos se relajaban, como su cuerpo se enfriaba, el agua borraba un poco el aroma del telepata. Apoyo los brazos y la frente en los azulejos, cerro los ojos mientras separaba un poco las piernas... con solo relajar su cuerpo podía sentir su entrada ceder y dejar salir el liquido que el menor había regado en el interior de su cuerpo. Los alfas siempre se venían tanto... sintió el liquido bajar por sus muslos, mezclado con la lubricación de su propio orgasmo. Se quedo allí, no supo exactamente cuanto tiempo, pero hasta que esa semilla fue borrada por el agua que se deslizaba por su piel. 

La ducha había refrescado su mente y le hacía pensar con raciocinio... por más que la noche anterior hubiera sido asombrosa, por más que con Charles no se sintiera inferior por ser un omega, eso no era suficiente. Tenía que inyectarse, tenía que hacerlo. Tomo un toalla y se seco un poco cuerpo mientras caminaba de nuevo al cuarto. Se apoyo en un escritorio, mientras miraba fijamente el estuche con la inyección, acomodado en medio de la cama. Sonaba tan fácil, una inyección y todo quedaría atrás... Miro el tatuaje en su brazo, ¿realmente quedaría todo atrás? Las cosas que había vivido le habían dejado una marca tan imborrable como la tinta de su piel, y lo único que acallaría los gritos de su cabeza era la venganza. Y para realizar su venganza, contra Shaw, contra los hombres, contra todos los que abusaron de él, el primer paso era inyectarse. 

Finalmente se acerco a tomar el suero, lo saco de su estuche y miro atentamente la aguja. Le habían clavado agujas tantas veces en su vida que le resultaba insignificante... pero la duda era ¿donde tenía que ponerla? ¿Músculos, venas, piel? Bufo, pensando que Hank no había explicado esa parte. Ese chico era un... suspiro, y se levanto poniéndose unos boxer y unos pantalones negros. Mientras salía del cuarto, completamente decidido, se fue poniendo una camisa que fue lo primero que encontró. Estaba yendo rumbo al laboratorio de Hank cuando lo vio subir las escaleras-Hank-le llamo con voz ronca, el chico se giro y Erik noto la mirada que le daba a su pecho descubierto y como sus fosas nasales se dilataban. Oh, otro paso a favor de la inyección, dejaría de recibir esas miradas. Hank se sonrojo y acomodo sus lentes, sabiendo que no tenía que tener esa clase de comportamiento.

-¿Erik? ¿Sucede algo?-pregunto cordial, mirando los ojos del mayor. ¿Acaso Raven tenía razón y Erik venía a decirle que no iba a usar el suero? Quizas Charles tenía suerte e iba a encontrar el final feliz con su omega, después de todo se lo merecía. 

-¿Donde tengo que inyectar el suero?-Hank frunció el ceño, confundido. Okey, al parecer Charles no iba a tener tanta suerte. Hank se sintió ligeramente culpable por él, pero su inyección era algo útil, sabía que Erik se sentiría mejor cuando dejara todo atrás; tan bien como él se sentiría al terminar su suero y poder inyectarse, y nunca más esconderse ni avergonzarse.

-Es intravenoso, en alguna vena de una extremidad. ¿sabes colocarla o pre...?

-Se colocarla. Gracias.-corto el magnético y luego se giro para volver a su cuarto. Hank se quedo parado en su sitio, mirando a Erik alegarse. Dios, esperaba que el profesor no le matara. Él no había hecho aquello con malas intensiones... apresuro el paso al laboratorio, pensando que allí estaría más seguro. 

El polaco camino a paso lento a su habitación, su cabeza no podía dejar de maquinar pensamientos. Había pasado una noche y una mañana grandiosas, sumamente placentera, y lo había disfrutado tanto por que había sido un omega que se había entregado a los brazos de Charles Xavier. Se había sentido tan bien ¿De verdad quería inyectarse? Sabía que disfruto mucho del sexo por sus instintos naturales, y si se inyectaba eso ya no se repetiría nunca más. Y también era cierto que en algún momento Charles encontraría a su omega y él se quedaría de nuevo solo. 

Entro a la habitación y se detuvo a mirar de nuevo la inyección que aun estaba sobre la cama. No debería pensar en Charles en esos momentos, solo debía pensar en él, en lo que era mejor para si mismo. Tenia que pensar que tenía que enfrentar a Shaw, su maldito alfa que arruino su vida... y podía imaginar su rostro cuando lo viera como un alfa, podía imaginarlo. Sería delicioso cumplir su venganza, quedar como un alfa, ser completamente poderoso. 

Era lo mejor, era lo mejor... ser un alfa era lo que siempre había querido. Y si se convertía en un beta al menos dejaría de sufrir con esos celos. Tendría control de si mismo, podría decidir sobre su destino y su vida, no sufriría mas por celos que lo hacían sentir desesperado. Estaría completo al fin, no necesitaría de nadie más. Al fin, al fin sería eso que siempre quiso. Era lo que había esperado toda su vida, no tenía que dudar. Lo mejor era dejar de pensar y hacerlo, simplemente un pinchaso y ya. 

No tenía que pensarlo, simplemente había que hacerlo. Las grandes decisiones de la vida no se meditaban tanto, simplemente se realizaban. Se sentó en la cama, tomo con cuidado la inyección y la dejo sobre la misma. Miro su brazo izquierdo fijamente, golpeo con sus dedos su muñeca, intentando activar mejor la circulación sanguínea. Luego de varios golpes reiterados y rápidos su muñeca se sonrojo un poco y él tomo la inyección con su mano derecha. Miro el liquido y la aguja con atención. Durante toda su niñez le sacaron sangre, le inyectaron cosas, experimentaron con él continuamente... y ahora simple inyección iba a transformarle en lo que siempre quiso. Soltó el aire de sus pulmones y en sus labios se dibujo una pequeña sonrisa.

Era era el momento del cambio. Acomodo la aguja a noventa grados de su piel y presiono muy suavemente, quería ver como lentamente la aguja entraba, el liquido se metía y de apoco notar el cambio en cada una de sus...

-¡¡ERIK!! ¡¡Erik abre inmediatamente!!-los golpes en su puerta le hicieron levantar la mirada algo fastidiado. No eran solo los gritos, sino que alguien golpeaba la puerta con fuerza y la intentaba abrir. Menos mal que la habia cerrado-¡Abre Erik! ¡Ábreme! Mas te vale que no h...-bufo levantándose, dejando la inyección a un lado y camino presuroso hacía la puerta.

-¡¿Que haces aquí?!-pregunto, mientras abría la puerta. Realmente le había sorprendido que le buscaran, pensó que le dejarían tranquilo. 

-¡¿Que estabas haciendo Erik?!



**


Raven, luego del momento incomodo en el desayuno, salió de la cocina, casi detrás de Alex. Subió a cambiarse para irse al gimnasio, entro a su cuarto y empezó a revisar su ropa. Se puso una sudadera limpia y unos yogins grises, antes de salir. Antes de ir al gimnasio bajo las escaleras para buscar un poco de agua fresca, la cocina había quedado sola, a excepción de... Charles que estaba calentando el agua para hacer un té seguramente. El telepata estaba tarareando por lo bajo, lo cual revelaba su felicidad. La chica a pesar de que aun no estaba cómoda al respecto sonrió, feliz de ver a Charles como nunca antes lo había visto. 

-Charles... ¿y esa cara?-pregunto ella divertida. El telepata se giro a mirarle y solo acentuó la sonrisa, más no respondió nada. La chica chasqueó la lengua sabiendo que si quería escuchar algo iba a tener que sacárselo con tenaza. Se apoyo en la heladera mientras veía al menor tomar el azúcar-¿Tienes idea de por que todo el metal de la casa esta retorcido?-pregunto, justo a tiempo cuando Charles tomaba una de las cucharas que parecía haber sido centrifugada. El telepata suspiro y se digno a revolver su desayuno con ese utensilio, ya que los de más parecían correr la misma suerte.

-Le pediré a Erik que lo arregle-murmuro, agregando azúcar a su taza antes de sentarse en la mesa. Raven noto que a pesar de todo la sonrisa del hombre no se borraba de sus labios. Parecía un niño que había visto a Santa Claus. La mirada de la chica seguía fija en su hermano, y el telepata finalmente suspiro y se digno a mirarla. Dio un sorbo a su taza mientras lo hacía, y noto la sonrisa perversa de su hermana-Raven, ciertamente no entiendo por que sonríes así... no se que esperas que te cuente. Hay cosas que son privadas-comento, volviendo a bajar la taza a la mesa. Ante todo era un ser educado y no iba a rebelar los avances con su pareja ya que era de muy mal gusto. 

-Oh, Charles... tienes esa cara de felicidad... esa que solo pones cuando has follado, y esta es tres veces más feliz-la chica soltó una risa, antes de escuchar un bufido por parte de su hermano. Se acerco por detrás de él y le abrazo el cuello, le miro de reojo y sus ojos se abrieron asombrados al ver una marca en el cuello que la camisa que Charles llevaba intentaba disimular patéticamente-¿Y eso? Oh, quien diría que Lehnsherr... era tan posesivo ¡Esto parece un moretón!-Charles siseo cuando los dedos de la chica tocaron su marca y solo se acomodo el cuello de la camisa para cubrirse. Miro molesto a Raven pero ella no se amedrento, se sentó a su lado y le enfrento-Si esta tan posesivo significa que...¿te reconoció?-Raven sintió todos esos sentimientos encontrados, suponiendo que si le había reconocido la inyección estaba descartada. Y eso era bueno para Charles, pero mala para esa pequeña parte de ella que se ilusiono con que podía pasar algo entre ellos. 

Charles chasqueo la lengua y negó con la cabeza-No aun no, me la hizo de puro vengativo que es-comento divertido, no pudo disimular la sonrisa que se instalo en sus labios-Pero se que pronto lo hará, ahora estoy seguro...-la chica noto una fuerte determinación en los ojos de Charles y se obligo a sonreír, ver esa mirada decidida fue suficiente para que se convenciera así misma de que olvidar a Erik sería lo mejor. 

-Estoy feliz por ti, Charles. Espero que así sea, que pronto te reconozca-se inclino hacia el frente, tomando la nuca de Charles y atrayendole para besarle la frente. El telepata le miro con cariño mientras continuaba con su desayuno, en cualquier otro día se hubiera apresurado para aprovechar el día, pero en este momento solo quería continuar prolongando esa relajación que el sexo matutino habia dejado en su cuerpo-. Voy a entrenar, hermano. Saca esa cara de baboso...-Raven rió divertida y le cacheteo con suavidad la mejilla. Charles solo pudo sonreír y se despidió de ella con un asentimiento de cabeza.

Aunque la chica iba directamente a entrenar, decidió pasar a ver a Hank. ¿Por que? Bueno, la charla, a pesar de que lo disimulara, le había afectado. Erik y Charles estarían juntos, al fin. Erik y Charles serían una pareja y ella quedaría sola de nuevo. Necesitaba compañía, y necesitaba un oído con quien hablar, aunque fueran verdades a medias necesitaba descargarse. Camino al laboratorio y ni se molesto en golpear, paso directamente. El chico se giro a mirarla con curiosidad, dejando de lado el traje en el que había estado trabajando-¿Que su...?

-Charles y Erik están juntos-dijo ella, y su voz sonó algo angustiosa, cosa que hizo que Hank alzara la ceja. La chica carraspeo y se forzó a sonreír, no quería que el científico notara nada inusual-Es fantástico. Charles esta seguro de que pronto le reconocerá, no le hará falta el suero.... estoy segura de que ya desecho la idea-dijo, forzándose en todo momento a sonreír. Hank desvió la mirada y chasqueo la lengua antes de suspirar. No hacía falta ser un genio para saber que iba a decir algo malo, ya que de pronto lucía muy incomodo.

-Erik acaba de irse-comento, acomodando sus lentes y tomándose su tiempo en pensar como diría de esto. Finalmente decidió que sin anestesia era lo mejor-. Me pregunto donde debía inyectarse. Yo creo que debe estar haciéndolo ahora, él no va a reconocer a Charles. Ni ahora ni nunca, él ya no va a ser un omega.

Raven se había quedado de piedra ante las palabras ajenas, no sabía exactamente como actuar. Si Erik se estaba inyectando en ese preciso momento... su corazón se acelero ante la idea de un Erik beta, libre, con quien ella podría ser feliz. Pero ni bien pensó en Charles su mundo se vino al piso, su hermano iba a terminar destruido, no iba a poder soportarlo. Se veía tan feliz esa mañana, se veía tan emocionado ante la idea de que Erik iba a reconocerle... si en unas horas se enteraba que no sería nunca su omega iba a terminar destrozado. No podía dejar que pasara eso, Charles era su única familia, siempre se había preocupado por ella y era el momento de retribuírselo al fin. 

Ni siquiera le hablo a Hank, simplemente se giro con prisa y salio corriendo del laboratorio. Tenía que encontrar a Erik, ya, tenía que detenerlo. Solo esperaba llegar a tiempo. Se apresuro hacia la puerta ajena y comenzó a golpearla con fuerza.

-¡¡ERIK!! ¡¡Erik abre inmediatamente!!-se sintió desesperada al no obtener respuesta. ¿Y si algo había salido mal con la inyección? ¿O si ya se lo había inyectado y no había marcha atrás? ¡Dios santo, Charles iba a quebrarse!-¡Abre Erik! ¡Ábreme! Mas te vale que no h...-escucho varios ruidos a dentro, pero no dejo de golpear, hasta que finalmente la puerta se abrió.

-¡¿Que haces aquí?!-la chica le miro atenta, intentando notar un cambio. Le empujo, apoyando la mano en su pecho y metiéndose dentro.

-¡¿Que estabas haciendo Erik?!-pregunto, mientras entraba miro todo con atención y vio la inyección que reposaba en la mesa de noche. Abrio los ojos grande y miro acusadoramente a Erik-¡Estabas por inyectarte eso! ¡¿Por que estabas por..?!-se quedo callado ante la puerta que se cerro con un fuerte golpe luego de que Erik moviera los dedos.

-¿Puedes dejar de gritar? Toda la mansión se entero de que estas aquí-miro molesto a la chica. Hank era muy inteligente, pero a su vez era un idiota, no debió contarle a Raven. Era obvio que era él quien le había contado, la chica estaba sumamente histérica y no tenía ganas de lidiar con eso ahora-No entiendo que haces aquí. ¿Por que no vas a seguir chismorreando con tu noviecito?

-¡Erik dios santo, no puedes inyectarte esa cosa! Es una completa locura ¿que se supone que vas a hacer cuando seas un alfa? Tu naciste omega por que la naturaleza lo dio así, o deberías querer cambiarte-la chica se quedo callada ante la mirada condescendiente ajena. Obviamente Erik consideraba que era muy hipócrita ese discurso saliendo de sus labios, aunque ella tenía el mismo argumento de todas las veces que él le dijo que no debería cambiar. 

-¿Que voy a hacer? Voy a matar a Shaw, eso haré. Y encontrare una fuerza y un poder que no te imaginas. Al fin seré dueño de mi mismo.-dijo, con seguridad. Miro atentamente a la rubia que lucia realmente preocupada, angustiada. Eso le hizo fruncir más el ceño, no entendía por que la chica e veía tan afectada al respecto-Ademas no se en que te incumbe esto, es mi vida Raven. No tienes opinión en ella-la chica seguía mirándole atenta, de a poco su postura comenzó a verse rendida, como si esa discusión empezara a darla por perdida.

-Pero eres perfecto así, Erik. Eres un mutante sumamente poderoso, eres perfecto tal cual eres. No entiendo por que no te aceptas. ¡¿Acaso aquí eres infeliz siendo un omega?! Sabes que si alguien te dijera algo Charles le liquidaría el cerebro sin dudar... aquí no tienes que cambiar Erik, eres perfecto y...

-Callate Raven.-dijo el omega fastidiado. No quería que le hicieran dudar, no ahora que ya habia tomado la decisión-Tu eres una beta, no sabes como se siente esto. No tienes derecho a opinar. Are lo que quiera, y mi decisión es dejar de ser un omega solo me incumbe a mi deberías entender que...

-¡No, no, no! No voy a dejarte hacerlo...-la chica se apresuro hacia la mesa, queriendo tomar la inyección pero no logro hacerlo antes de que el instrumento saliera volando directo hacía la mano de Erik. El magnético la veía realmente molesta-¡Erik de verdad te digo que...!

-Basta Raven, si quiero hacerlo voy a hacerlo. ¿Que carajos haces aquí? Ve a meterte en tus propios asuntos.-se quejo, de un movimiento la puerta se abrió y se la señalo a la chica-Vete de aquí, no tengo ganas de escucharte ahora. No te metas en mis cosas.

-¡No seas hipócrita! Eres tu quien me ha dicho siempre que no debo cambiar. Y ante la primera oportunidad quieres cambiarte a ti mismo. ¡¿Por que no te aceptas como me pide que yo me acepte?!

-¡Eso es completamente distinto! Eres una mutante, eres una evolución... ademas eres beta. Eres perfecta. ¡Absolutamente perfecta! Todos deberían aspira a ser como tu.-se quejo, pero la chica solo lo veía más molesta. Noto como los ojos de la chica comenzaban a llenarse de lagrimas y emitió un bufido-. No es lo mismo Raven, nunca atentaría contra mi mutación...

-Pero atentas contra tu naturaleza-dijo la chica por lo bajo. Estaba asustada, no sabía como detenerle, no quería que Chalres sufriera, no quería verle mal-Somos perfectos así Erik, los dos-se acerco a tomar la mano ajena, mientras su cuerpo de a poco cambiaba para convertirse en el ser de color azul. Erik le sonrió un poco al verla, pero luego se aparto.

-Tu eres perfecta, y yo voy a serlo.-el magnetico lucia muy decidido, se sentó en la cama e hizo flotar la inyección frente a sus ojos. Miro un momento a Raven y alzo la ceja-Tienes dos opciones, te quedas a mirar o te vas-la aguja se acomodo y de a poco descendió hacia su brazo. La chica de pronto se puso pálida-Prefiero privacidad, Raven-comento el hombre, pero la chica negó con la cabeza y se limito a hacer lo único que se le ocurría.

-¡¡CHARLES!!!-mientras gritaba la voz se le quebró en llanto. Erik de pronto abrió los ojos de golpe, sintiéndose muy nervioso repentinamente. La aguja floto hasta apoyarse en la cama mientras el se levantaba rápidamente, acercándose con rapidez a la chica e intentando cubrirle la boca-¡¡CHARMJ!!-la chica protesto, llevando sus manos a la boca para intentar apartar las de Erik. Se movió inquieta, pero no iba a detenerse, no iba a dejar que lo hiciera. No podía, si no lo detenía ella Charles iba a poder hacerlo. De eso estaba segura. Charles no dejaría que eso pasara. 



**


Charles estaba tarareando mientras comenzaba a preparar el almuerzo. Si bien podía encargar comida, o contratar a alguien que la hiciera, sabía que era mejor no tener demasiada gente husmeando en la mansión, y lo más equitativo era que todos prepararan algo de ves en cuando, así que ese día era su turno. Estaba de buen humor, y normalmente le gustaba cocinar asi que no era ninguna molestia. De hecho prefería cocinar él, ya que al parecer era uno de los pocos que era capaz de realizar una comida elaborada. Los más jóvenes preferían comida chatarra, Raven cocinaba rico, pero dejaba la cocina hecha un desastre, Erik también disfrutaba de la buena comida pero prefería encargar (aunque la vez que cocino fue muy agradable aunque quizás su juicio no era muy confiable. Todo lo que hacía Erik parecía perfecto). Moira también era buena cocinera, aunque no se jugaba demasiado, al vivir sola parecía estar más acostumbrada a comidas simples y recalentadas. 

Ese día el prefería preparar algo como carne al horno, o algo sustentable. Estaba hambriento, quizás por la actividad de anoche... y con suerte esa noche volvía a repetirse. Una vez que le había puesto las manos encima a Erik era adictivo y realmente ya no se podía imaginar pasar una noche sin hundirse un su cálido y delicioso interior. Se sentía insaciable, tanto tiempo esperándolo y finalmente...

-¡¡CHARLES!!-el grito de Raven le hiz soltar las cosas. Le había sorprendido y le parecio extraño. Dejo todo y salio presurosamente de la cocina-¡¡CHARMJJ!!-frunció el ceño y apresuro el paso, subió las escaleras rápidamente.

-¡¿Raven?! ¡¡Raven!! ¿Donde estas?!-pregunto preocupado, apresurando el paso. Se llevo los dedos a la frente y rápidamente su cabeza se lleno de los pensamientos de la chica “¡¡Charles!! Charles, apresúrate, ven al cuarto de Erik... ¡rápido Charles! El va a hacer una locura... Apresúrate Charles...”. El telepata se sintió mas turbado y comenzó a correr por el pasillo, estaba preocupado. ¡¿Que carajos era todo ese alboroto?! No entendía que estaba pasando, hasta hace un momento todo estaba bien con ambos y de pronto todo parecía haber salido de control.

Llego a la habitación de Erik y se encontró la puerta abierta. Vio a Hank corriendo por el pasillo, al parecer advertido por los gritos de la rubia. Charles se asomo dentro de la habitación y se encontró a Erik y Raven forcejeando. Las cosas de metal flotaban en la habitación y la rubia había tomado la forma de un hombre musculoso para que la lucha fuera pareja.

-¡¿Que demonios es lo que esta pasando aquí?!-pregunto con su voz dominante, haciendo que ambos se detuvieran y le miraran asombrados. Raven tomo su forma rubia y le miro con los ojos llorosos.

-¡Charles! Erik esta por inyectarse ese suero y... ¡No puedes dejar que lo haga charles, no puede hacerlo!-Charles entro en la habitación y se acerco a su hermana, rodeándola con el brazo. No entendía demasiado, el supuesto suero estaba flotando cerca del techo, al parecer Erik quería alejarlo de Raven... y de él-Ese suero lo hizo Hank y...-el susodicho había llegado a la puerta y al escuchar su nombre se quedo estático. Todos le miraron y él no sabía exactamente que hacer. Miro con atención a la rubia, que abrazaba a su hermano y había enterrado su rostro en el cuello ajeno. Erik lucia nervioso, alterado. Era obvio que Raven lo había atrapado infraganti y realmente hubiera preferido evitarse todo esto. Hank se acomodo los lentes y entro a la habitación también, acercándose un poco al magnetico, para plantear su posición al respecto.

-Si, es cierto, yo hice ese suero y...

-¡No debiste dárselo!-protesto la rubia separándose un poco de Charles para mirarlo, aunque no lucia enojada, solo angustiada. Erik había emitido un bufido y ahora se masajeaba la cabeza.

-Esta es mi decisión Raven, tu no tienes por que meterte en esto. ¡Es asunto mio!-Charles solo les miraba con el ceño fruncido. No quería entrar a sus mentes, pero si no lo hacían pronto iba a tener que hacerlo.

-¿Alguno va a tener la amabilidad de explicarme o tendré que meterme en sus cabezas?-pregunto, tan calmo como podía sonar. Erik había cerrado los ojos y apretaba las mandíbulas, se sentó en la cama, obviamente tenso. No le agradaba para nada que invadieran su privacidad y mucho menos que comenzaran a juzgarle por una decisión que era suya.

-Hank hizo un suero, si Erik se inyecta dejara de ser un omega-Charles frunció el ceño y miro primero a su pareja y luego a Hank que permanecía callado y parado cerca de la puerta. El telepata aun lucia confundido y miro interrogante a Hank.

-Es un suero que hace un cambio en el ADN y...-Charles se impaciento ya que Hank estaba tartamudeando. Se llevo los dedos a la frente y se adentro a su mente. Cuando descubrió que era lo que sucedía sintió que su corazón latía más despacio. Miro instintivamente a Erik, era obvio que había estado por hacerlo. De pronto se sentía vació, a pesar de lo ocurrido en la noche anterior Erik quería dejar de ser un omega.

-Lo siento Erik-susurro antes de llevar sus dedos a su frente nuevamente e invadir la cabeza de su pareja, violando su privacidad. Necesitaba saber que era exactamente lo que estaba pasando, que estaba pensando, como podía comprender lo que quería. Y los pensamientos de Erik le inundaron, desde el momento en que se entero, la cita... que era solo un experimento, una prueba, para calmar su deseo de estar con Charles y para una despedida de si mismo. Soltó un jadeo ante eso, soltó a Raven y dio un paso atrás. Erik lo había planeado todo. No podía creerlo... Erik había planeado dejarlo sin más, sin culpas ni remordimientos. Solo había querido probar, y aunque le había encantado... Se mordió los labios con dolor y salio de su cabeza, sin poder aguantarlo. No había sido amor, no había sido puro deseo, había sido una tonta despedida. Y Charles no podía creer que luego de que lo sintieron ambos, de lo bien que la pasaron, Erik hubiera continuado reconciderando hacerlo. Erik no iba a reconocerle, no iba a hacerlo... lo había leído en la mente Hank también, el científico estaba seguro de que eso era imposible.

Él y Erik eran imposibles. Su omega no iba a reconocerle, su pareja no le amaba, no iba a notarlo, no iban a estar juntos. Miro fijamente a Erik que lucia molesto, no solo por la invasión a su privacidad, sino también por la interrupción. Erik quería eso, realmente, quería dejar de ser un omega. El magnetico había esperado eso toda su vida, era lo que anhelaba. Estaba convencido de que así encontraría su felicidad.

-Raven, él... él puede hacer lo que quiera-dijo, ganándose una mirada incrédula por parte de la rubia, y una atenta por parte del omega. Por mucho que le doliera, y que quisiera hacerlo, no podía simplemente prohibir hacer eso que Erik había esperado toda su vida. Sentía el vació en el pecho, la angustia querer embargarle. La angustia de perder a su pareja, la desesperación de querer sujetarla y no dejar que se aparte. Su lado dominante reclamándole, queriendo exigirle que finalmente le reconozca, que deje de hacer idiotez y se quede a su lado. Pero contuvo todo eso, sabiendo que no podía obligarle a nada, que no sería justo-. Es su cuerpo, puede hacer lo que quiera... es su libertad-la rubia le mirada incrédulo y el le sonrió con tristeza antes de besarle la frente. La chica fue consciente de los ojos empañados en lagrimas, del gesto desanimado. 

-No, no, ¡No Charles! Él es... él es tu...-Charles la silencio, invadiendo su cabeza sin pensarlo demasiado. La miro fijo, decidido, y negó con la cabeza. No podía dejar que de lo dijera, simplemente era algo que no le podían decir así. Y que ya no tenía caso, Erik se vería librado de todo eso en muy poco... y él se quedaría completamente solo-Solo, váyanse...-miro a Hank, que se acerco a la rubia que no paraba de llorar. La abrazo y la acompaño a salir de la habitación, pero ni bien lo hicieron la chica se aparto y corrió a su cuarto, dejando al joven solo. 

Chales volvió a mirar a Erik, que le observaba atento. Los ojos del magnético estaban inyectados de sangre, mientras que los de Charles estaban llenos de lagrimas. Mirándole allí, viéndose tan rudo, el telepata solo podía pensar que Erik sería un alfa exquisito. Sonrió con tristeza-¿Realmente esto es lo que quieres?-pregunto casi sin voz, el magnetico apretó sus labios pero asintió.

-Se que no lo entiendes, pero...-Charles soltó una risa ahogada y negó con la cabeza. Sonreía pero se veía devastado. Se acerco a Erik y se arrodillo enfrente suyo.

-No necesito entenderlo. Si es lo que te hará feliz esta bien...-ambos se sonrieron con pena, y Charles luego suspiro-Erik.. un ultimo beso... por favor-el magnetico le miro con atención, sintiendo su tristeza y sintiendo su propio pecho encogerse de pena. Esos ojos azules realmente parecían destruidos, a pesar de que el alfa sonriera toda su expresión era de suplica. Erik le sonrió también, con pena, y asintió. Se inclino con lentitud, uniendo sus delgados labios a los rojizos de Charles. Escucho un sollozo ahogado contra su boca y se desespero, sujeto el cuerpo más chico entre sus brazos, rodeandole, queriendo contenerle. Su boca beso con suavidad la ajena, con cariño, con anhelo. Sus labios comenzaron suaves, pero de a poco la desesperación que Charles parecía sentir le gano y sus bocas se besaban cada vez con más y más ansias. El magnetico empezaba a sentirse embargado por la angustia, todo su interior retociendose en queja. Sus manos no querían apartarse del alfa, de pronto sentía que podía perder el oxigeno si el menor salia de sus brazos. ¿De donde nacia tanta desesperación, tanto anhelo? No quería soltarle, no podía hacerlo. Sintió los ojos arder, y sus uñas se enterraron en la ropa ajena, tironeandose, casi queriendo arrancársela. 

Charles jadeo cuando el brazo de Erik empezó a jalarle, se levanto y casi sin saber como termino sentado sobre el omega, con sus piernas a cada lado de las caderas ajenas. Le rodeo el cuello, con movimientos nerviosos, sin querer despegarse. Joder, ¿por que tenía que pasar eso? ¿Por que no podía quedarse para siempre asi? No quería perderle, era su omega, el amor de su vida... y tenía que renunciar a él para que sea feliz. Sus lagrimas, incontenibles, habían bajado por sus mejillas y habían hecho que el beso tuviera un sabor salado y angustioso. Intentaba mantener una respiración regular, pero cada tanto el aire salia desesperado, jadeante, robandole el aliento. Sentía que ese beso le estaba robando la vida, era el beso del final. 

Las manos de Erik abrazaban con desesperación al alfa, atrayendole mas, sujetando su espalda como si fuera lo único tangible a su alrededor, mientras sentía las de Charles sujetarle con firmeza el cuello. Lo tenía encima, cabalgandole, y sino fuera por su aroma, le costaría tanto pensar que ese pequeño cuerpo era el de un alfa. Sus lenguas danzaron una contra la otra, sin querer separarse, hasta que un nuevo sollozo del menor hizo temblar todo su cuerpo y se aparto un poco, jadeando. Erik exhalo todo su aliento y de pronto sintió que la angustia le embargaba también. Intento volver a capturar sus labios en un nuevo beso, cargado de emociones, pero antes de que pudiera detenerle Charles se había separado de sus brazos. Lo notaba nervioso, como nunca lo había visto. Le miro acomodarse el cabello, y sonreír de esa forma que comenzaba a odiar: sonriendo pero viéndose triste.

-Eres un mutante asombroso, Erik-le dijo el telepata, sus ojos estaban rojos y brillosos-Haz lo que sea correcto para ti-las palabras salieron forzadas de su boca. No era lo que su instinto quería. Quería reclamarle, quería empujarle a la cama, hacerle suyo nuevamente y obligarle a sentir su vinculo. Le estaba costando muchísimo pelear contra su instinto, pelear contra el vinculo que le exigua no dejar ir a su pareja.

Como pudo, peleando contra si mismo, salio del cuarto. Bajo la atenta mirada del magnetico. Ni bien cerro la puerta detrás suyo sintió como cada latido de su corazón dolía. No podía creerlo, acababa de perder a Erik para siempre. Su omega dejaría de serlo, no podría estar mas con él como la noche anterior. No podía creerlo, ya no había posibilidad de que estuvieran juntos. De pronto esa historia se había borrado así como así. Todo en una fracción de segundo. No lo podía creer. No podía calmar su angustia, su mente que parecía atrapada en un agujero de desesperación y de tristeza. 

Quería tirarse en su cama y abrazar la almohada hasta que el mundo se viniera abajo. Nunca en su vida se había sentido tan deprimido, tan desolado, tan solo. Realmente su instinto le exigía que volviera, que se dejara de comportar tan comprensivo y fuera uno de esos malditos alfas que ataban a su pareja y se lo follaban hasta que eran reconocidos. Si lo pensaba no sonaba tan mal, pero no podría hacerle eso. Lo amaba demasiado, no quería forzarlo, quería que le eligiera.

Camino lento hacía su habitación, pero a ultimo momento se dio vuelta volvió sobre sus pasos caminando hacia el laboratorio de Hank. Primero pensó que debía estar con Raven, pero la chica le había apartado así que seguro que estaba... ¡Bingo! Lo encontró justo saliendo-Hank-le detuvo, el chico le miro y el apresuro el paso-Necesito de ese suero-el científico lucio confundido, frunció el ceño.

-¿El suero que le di a Erik? ¿Para que querrías eso?-pregunto, sin entender demasiado del asunto. Le sorprendía que Charles n le hubiera golpeado, que mínimo no estuviera enojado, se veía tan tranquilo a pesar de todo. Triste, desolado, pero... tranquilo. Al menos no parecía que fuera a matarlo.

-Solamente dámelo. ¿puedes?-el chico lucia incomodo pero finalmente asintió y entro dentro del laboratorio seguido por el profesor que miro curioso las muestras de Hank. Pronto debían juntarse a hablar, le gustaban las conversaciones con Hank. Miro la jeringa con el suero rosa que le presentaba el chico y la tomo estudiándola un momento-Entonces, te inyectas esto y..-chasqueo los dedos-dejas de ser un omega al acto.

Hank se removió incomodo pero asintió-Bueno si, dejas de ser lo que eras de la dinámica, normalmente tiende a hacerte un beta-comento. Se acomodo los lentes, y tras varios minutos de silenció carraspeo-. Siento lo de Erik, no era mi intención alejarlo de ti. Realmente me sentía identificado con su problema y solo quería ayu...

-No importa, en verdad lo entiendo-murmuro, mirando aun con atención el suero. Sus ojos finalmente se posaron en Hank y se obligo a sonreír, no estaba enojado, pero igualmente seguía devastado-. Eres científico Hank, es lo que haces-comento. Finalmente se aparto para marcharse a su cuarto, le costaba fingir que todo estaba bien. Ahora que tenía esa inyección que sus manos empezaba a pensar en alguna situación.

Camino hacia su cuarto, una vez que entro dejo caer la mascara y volvió a sentir las lagrimas caer por sus mejillas. Realmente sentía su corazón partido al medio. Erik no le reconocería, ellos no serían pareja. Él no podría disfrutar de Erik como su omega, era algo que fue solo un momento y nunca podría repetirse. Oh dios, debió hacerle el amor con más pasión, debió tocarle más, debió deleitarse por completo con su aroma. Debió llenarle el cuello de marcas, y apretarlo entre sus brazos hasta que toda la piel de Erik quedara embargada de su aroma. Debió quedarse horas en su interior, debió terminar y volver a empezar una y otra vez. Dios, solo quería repetir esa noche... pero al mismo tiempo, sabia que si tenía una posibilidad de pasar una ultima noche con Erik se la pasaría llorando entre sus brazos pidiendo por favor al cielo que no lo aleje de su lado. 

Se fue directo a la tina, para darse un baño. Pensaba que eso podía relajarle, que así se iba a sentir calmado. Se metió en la tina con agua tibia, intentando ignorar el vació que había en su pecho. Se quedo sumergido hasta que el agua paso ha estar fría, y continuo allí, hasta que su piel comenzó a poner arrugada. Se sentía tan angustiado, no quería no moverse, quería que su existencia misma acabara allí. Pero supo que no podía ser tan patético. Se obligo a salir de la tina, y sin preocuparse siquiera por tomar una toalla se fue a tirar a su cama. 

Llevo sus piernas al pecho y abrazo una almohada en medio de su cuerpo. Aun tenía el aroma de Erik en ella... era una de las ultimas veces que podría olfatearle así. Ese delicioso aroma que le hacia sentirse en el cielo mismo. Nada olía mejor, y nunca podría volver a olerlo. Pero... pero al menos ahora tenía una solución. Volteo el rostro para mirar la inyección que tenia al lado. Haría lo que fuera necesario para estar con él, no importaba que. Si se inyectaba él también lo haría, solo esperaba que el cielo fuera piadoso y le permitiera cambiar a algo que fuera compatible con su pareja. Solo quería eso. Si Erik era alfa el no tenía problema en ser omega, o ambos betas, pero cualquier cosa que les mantuviera juntos. Solo pedía eso.

Volvió a hundir el rostro en la almohada y las lagrimas continuaron cayendo, sin poder contener la tristeza. A pesar de que tenía esa alternativa su parte dominante gritaba y lloraba, le suplicaba que no, que quería a su omega, que no quería cambios. Pero no era posible, Erik no era feliz así... ambos tendrían que cambiar. Se repitió así mismo que no importaba, que no importaba siempre y cuando estuvieran juntos. Enamoraría a Erik, como fuera, costara lo que costara.

 

 

Notas finales:

...

Si, de pronto se e fue la emoción del principio. Estaba emocionada por que amo el drama, y había mucho lió aquí, pero bueno... se que es triste. Se que muchos deseaban que Erik se arrepintiera, y se que muchos más esperaban que Charles no lo dejara hacerlo, que peleara más. ¡Incluso a mi me desespera por necio! Por que se rindió facil, pero bueno, a su ver Erik sera feliz así. Lo ama demasiado.

Estoy parlanchina hoy (?). Espero que les haya gustado :D dentro de lo que cabe. Les dejo el adelanto. ¿Me dejan reviews? jaja, aunque sea para insultarme.

"“Es solo un pinchazo”. Gruño cuando el pensamiento se colo en su cabeza, se tironeo el cabello y sin más comenzó a sollozar. Lo había hecho, el maldito de Erik lo había hecho, se había inyectado. Su corazón se partio en mil pedazos. Su llanto se volvió más intenso y su cuerpo se convulsiono. Había perdido a su omega, lo había perdido... y se lo tenía merecido por que era un maldito cobarde, por que no debió ser tan optimista. Debió decirle que era su omega, debió hacerle notar, debió anudarlo para que sintiera su vinculo. ¡No debió ser tan cortés y educado, debió obligarlo a que lo reconozca!

Alzo su cabeza y miró la inyección que tenía al lado. Ya no había nada que perder, lo mejor era inyectarse."


-se va escondiéndose para que no la maten-


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