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First Class: De alfas y omegas por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

Hola mis amores, aqui les dejo el nuevo capitulo. Espero que les guste, y que esten teniendo una linda semana.


LA "CALMA" PREVIA

 

Quizás no era la forma en la que espero pasar la noche previa a una guerra, pero realmente no quería detener esa rutina, quizás por que quería pensar que luego de todo ese conflicto ellos podrían seguir como si nada. Con sus partidas, con sus encuentros, con el alboroto de los chicos en la mansión mientras ellos se encerraban para compartir alguna bebida, charlar, acercarse. No quería que esas cosas se detuvieran o cambiaran, quería seguir con esa rutina que habían creado... por que era feliz así. Pero no sabía si Erik era capaz de ser feliz con esa rutina, el magnético tenía ese alma revolucionara y violenta. Durante este tiempo se había abierto a ellos, a la idea de una familia ¿pero estaría dispuesto a quedarse allí para siempre? Luego de mañana... luego de detener una guerra, ¿Erik finalmente estaría en paz o solo se volvería mas turbia su alma? Charles realmente no sabía que iba a pasar una vez que Shaw y Erik se encontraran ¿que pasaría con su omega al ver a quien creía su pareja?-Cuba, Rusia, Estados Unidos... No hay diferencia.-murmuro tras varios minutos de silencio mirando el ajedrez. Desde que habían iniciado la partida estaban debatiendo ese tema, ya que estaba muy reciente en sus mentes. Erik aun se veía emocionado ante la idea de encontrar a Shaw, y eso revolvía su estomago-Shaw le declaro la guerra a la humanidad, a todos nosotros. Y hay que detenerlo.

Erik alzo la mirad para observar a Chrles, dejo la copa a un lado y su rostro mostró absoluta determinación-No voy a detener a Shaw, voy a matarlo.-dijo con seguridad, antes de extender la mano para mover la pieza, quitando una de las de Charles del tablero. El telepata había apretado el vaso al escucharle. Eso era lo que temía: que buscara venganza sin pensarlo, y que esa bondad, esa luz que había visto en su mente en la tarde, que todo lo bueno en él, despareciera. No, no era tonto, sabía que Erik ya había matado gente antes, pero antes había estado solo... ahora estaban juntos, había logrado estabilizarlo, hacerle sentirse en casa; Erik incluso le había dado su amor, pero si incluso con todas esas cosas buenas él era capaz de matar, quizás se condenara para siempre-¿Podrás permitir eso?-Charles se inclino para mirar fijamente el ajedrez y realizo su propia jugada. ¿Si podía permitirlo? Una parte de él quería destrozar a Shaw por atreverse a tocar lo que era suyo, por lastimar lo que más amaba, por creer que tenía el derecho de tocar a Erik, a su Erik. Pero no quería que su pareja se convirtiera en un asesino, no quería arriesgarse a perderlo ahora que finalmente lo tenía con él, como su pareja, su amante, su compañero-Siempre supiste por que estaba aquí, Charles. Pero las cosas han cambiado. Nosotros hemos cambiado-comento el magnetico, mirando con atención el rostro de Charles. Quería que lo entendiera, quería que lo aceptara, por que él iba a hacerlo, pero no quería perder al telepata por sus actos. Se extendió hacía adelante, y una de sus manos tomo la ajena. Sus ojos finalmente se encontraron... Erik sintió su corazón acelerarse, no quería perder a Charles. Debía hacerle entender-Ahora estamos juntos, y tenemos una familia-murmuro. La mirada del menor se suavizo un poco, enternecido por sus palabras-Esto comenzó como una misión encubierta pero mañana la humanidad sabrá de la existencia de los mutantes. Shaw, nosotros, no harán diferencia. Nos temerán, y ese temor se convertirá en odio.-Erik se había tensado nuevamente y Charles apretó los labios. Esta discusión no terminaría nada bien-No voy a dejar que nos lastimen, no dejare que te lastimen... ni a ti, ni a los chicos, ni a ningún otro mutante en la tierra-dijo con convicción.

Charles frunció el ceño, si, Erik quería defenderles, y eso le daba algo de orgullo, pero realmente no era la idea. Él quería que su pareja se sintiera calmada, que entendiera que podían convivir. El mayor tenía esa mirada determinada, esa postura de alfa, había vuelto a acomodarse en el sofá y se veía seguro de si mismo, decidido-No si evitamos una guerra. No si podemos detener a Shaw. No si arreglamos nuestras vidas haciéndolo.-le explico Charles. Él seguía inclinado hacia el frente, no dejaba de mirar a Erik a los ojos.

-¿Ellos harían lo mismo por nosotros?-contraataco el mutante, alzando ligeramente la ceja. Charles suspiro-Sabes que no, son despreciables. Ellos son quienes crearon todas esas diferencias, de razas, estatus, condiciones. Son quienes nos oprimen...-y de pronto Charles supo que no solo tenía que ver con la guerra, con los mutantes, con Shaw. Estaban hablando de todo eso, y de alfas y omegas, de las reglas establecidas-Ellos son quienes nos hacen ocultarnos-y claro, Erik había encontrado un nuevo chivo expiatorio a sus problemas.

-Tenemos que demostrar ser mejores.-murmuro el telepata, estiro su mano, tomando la de Erik que acababa de hacer una nueva jugada. Le acaricio suavemente, buscando calmarle-No volverá a pasar eso, no dejare que vuelva a pasar. No dejare que nadie te lastime.

-Ya somos mejores.-dijo con un poco de rudeza, molesto de que tocara esos temas que no debían nombrarse. Una parte de él odiaba que Charles supiera todo, supiera cada una de las cosas que experimento en su infancia. Prefería evitar ese tema, ignorar la paz que sentía ante la idea del alfa protegiendole, por que él no necesitaba que le protegieran, él era independiente-Somos el siguiente paso en la evolución humana. Lo dijiste tu mismo.

-No... no...-Charles no supo si reírse o bufar. Sacudió la cabeza y soltó las manos ajenas, sentándose erguido. Le dio un corto sorbo al whisky para distraerse.

Erik frunció el ceño, le molestaba cuando Charles era tan hipócrita. Negaba sus propias palabras, él mismo había dicho que eran el siguiente paso y ahora lo negaba. Eso era algo que odiaba de Charles, que no aceptara que eran mejores, únicos-¿De veres eres tan ingenuo para creer que no se opondrán a su extinción? ¿O es arrogancia?-noto la forma en la que Charles frunció el ceño, pero no se amedrento, continuo mirándole con firmeza.

-¿Disculpa?-contesto, ofendido el menor.

-Después de mañana se volverán en nuestra contra. Pero tu no lo ves por que piensas que todos son como Moira.-se abstuvo de insultar a la agente, no quería que la discusión se tornara confusa, simplemente quería dejar en claro sus puntos. Él sabía que lo ideal era atacar, antes de que los humanos lo hicieran. Por que iban a hacerlo, tarde o temprano ellos los atacarían.

-Y tu crees que todos son como Shaw.-contraataco. Los ojos de Erik se pusieron gélidos al escuchar el nombre, pero no iba a ceder, tenía que hacerle entender que no podían simplemente iniciar una guerra en contra de los humanos. Podían convivir-Creo que te demostré que no soy como él, nadie aquí lo es. No tienes que sentirte amenazado con...-escucho la risa engreída de Erik y suspiro. No debió abordar el tema, no debió insinuar nada, solo lo molestaría más. Y no quería pelear esa noche, no esa noche previa a una guerra que podía cambiarlo todo.

-No estamos hablando de alfa y omegas, Charles.-aclaro, intentando mostrarse confiado sobre el tema. No haberse inyectado no significaba que se hubiera aceptado por completo, pero sabía que no debía andar con un doble discurso. Aceptación era aceptación, aunque aun tenía que acostumbrarse. De momento era un tema que prefería ignorar-Sino de mutantes y humanos. Lo otro, Shaw, es un tema personal.-dijo con firmeza. Noto una ligera desilusión en la mirada ajena, al parecer no quería que él cumpliera su misión. Pero eso no estaba a debate de ninguna manera, iba a vengarse por todo lo que el nazi le había hecho. Charles tendría que aceptar esa verdad le gustara o no.

-Escúchame muy atentamente, amigo mio.-volvió a inclinarse, para ganar toda la atención de esos ojos celestes-Matar a Shaw no te dará paz.-se lo dijo lentamente, para que lo analizara para que entendiera que todo eso era una locura. Pero no, no hubo ni un estivo de duda en la mirada de su omega. Erik se veía decidido, inquebrantable.

-La paz nunca fue una opción.-ni bien le escucho bajo la mirada, rendido. No iba haber forma de calmar eso. Erik estaba decidido y él no sabía que hacer, no quería perderle... no quería que por esa venganza todo lo que tenían juntos terminara destrozado. Su corazón se estrujo, y cuando miro de reojo la pose segura, la mirada cruel, supo que no quería terminar esa noche así.

-No quiero seguir, dejemos la partida aquí.-comento, enderezándose sin realizar la jugada. Los ojos del magnetico le estudiaron, intentando adivinar si estaba molesto. Charles sonrió con algo de cansancio-La seguiremos mañana, ¿si?-era una invitación, una promesa. Quería dejarlo allí, incompleto, para saber que tenían la posibilidad de quedar donde quedaron pasara lo que pasara al día siguiente. Erik pareció entenderlo, ya que miro atentamente el ajedrez y luego estudio la mirada de Charles. Finalmente los ojos celestes mostraron algo de compasión, dejo caer esa mascara fría y se mostró como realmente era. Erik. Su Erik.

-Mañana-acordó, y llevo su copa a sus labios para acabar la bebida con un ultimo trago. Los dos se quedaron mirando en silencio unos minutos y luego Charles se levanto, camino lentamente hacía el sofa de su amigo y se sentó en el apoya brazo. Apenas y se inclino, Erik giro el rostro, y sus labios se encontraron en un suave beso. Si, definitivamente no quería pasar esa noche discutiendo... solo quería asegurarse de tenerlo con él, de que todo lo que vivieron juntos era real, que su relación significaba algo para el polaco también. Charles mantuvo las manos entrelazadas sobre sus piernas. Sus cuerpos apenas y se tocaban, sus labios eran quienes estaban en juego, y a pesar de ser un tacto sutil se notaba cargado de sentimiento. El ingles suspiro con placer al sentir la lengua ajena delinear sus labios y le dio acceso total a su cavidad, ronroneando de gusto. Aparto apenas sus labios, y entreabrió los ojos para mirarle, casi sin despegarse-¿Te quedas conmigo esta noche?-susurro contra su boca. Su mano fue a buscar la de Erik y entrelazo los dedos, se la apretó con firmeza sin dejar de mirarle con intensidad-Toda la noche-aclaro. No iba a dejarle escapar, lo quería tener a su lado hasta que se vieran obligados a separarse para enfrentar esa guerra que definiría todo.

-Iré a buscar ropa para mañana-respondido el polaco, sin apartarse ni un centímetro. Charles sonrió con cariño y gusto antes de asentir. Finalmente se separo, levantándose del sofa y yendo a guardar la botella de whisky. Miro de reojo el tablero pensando que esa era una forma de hacer que Erik volviera con él... el ajedrez lo mantendría a su lado. El polaco se levanto y dejo su vaso a un lado.

-¿Busco algo de comer? No creo que haya cena hoy, todos andan alborotados, y aunque deberíamos cenar para calmarnos... cada uno encontró sus propios asuntos-comento, chequeando rápidamente las mentes ajenas y notando que ninguno se sentía cómodo con la idea de cenar. Cada uno parecía querer poner sus asuntos en orden, con miedo a que mañana no volvieran. Charles odiaba hacerles pasar por eso, solo eran unos niños, pero debían hacerlo, debían salvar a la humanidad.

-No deberías meterte en las mentes ajenas-comento Erik, mirándole de reojo, con esa sonrisa burlista, insinuando que eso era travieso. El telepata frunció el ceño y soltó una suave risa.

-No violo su privacidad si es lo que te preocupa, mi amigo, pero soy un telepata es un poco dificil no ser consciente de lo que hacen-comento encogiendose de hombros. Erik se quedo mirándole un momento, con atención. Nunca había pensado en como funcionaba específicamente la telepatia. No midió el hecho de que era un poco difícil escapar de ella-Las mentes a veces me llaman, por más que yo no quiera escucharlas... tengo que concentrarme para lograr silencio. Y con gente que quiero, como ellos, mi mente se engancha más fácilmente-el magnético le siguió estudiando con sus ojos celestes. Así que esa era la razón por la que sus mentes se conectaban con facilidad, Charles siempre tendría facilidad para entrar en él... por que tenían una relación y se amaban. Extrañamente la idea no le molesto, solo por que Charles era de confianza, no intervenía en sus cosas, no le manipularía.

-Bueno, si no habrá cena busca algo, me ha bajado apetito-igualmente siempre cenaban ligero, pero suponía que se quedaría más tiempo despierto. Dudaba que dormir fuera lo único que fueran a hacer esa noche. Era raro, esa especie de rutina, de normalidad... saber que podía ir a la cama de Charles, que podrían hacer el amor, que se quedaría allí con él. Nunca pensó que podía tener esa vida tranquila, pero aquí estaba.. y se sentía bien ser parte de algo, ser importante para alguien.

Mientras pensaba eso salio del despacho rumbo a su habitación.


**


Raven se había quedado sola en su cuarto mirando la inyección. Realmente seguía incrédula de que Hank le hubiera rechazado. Pero debió esperarlo, el científico ni siquiera era su pareja, él era un alfa y era obvio que si no mantenía esa hermosa apariencia rubia no iba a quererla. Pero por mas que supiera todas esas cosas no podía evitar sentirse mal. Hank le había dicho, sutilmente, que su forma azul no podía ser considerada hermosa. Le había dicho que ella no era hermosa... y Raven, mirando al espejo su piel azul supo que era verdad. Era un monstruo más que un mutante.

Las lagrimas habían empezado a caer y el llanto fue imposible de controlar. No podía parar de llorar, había sido una ingenua pensando que alguien realmente podría apreciarla con esa forma. ¡Ni siquiera Charles era capaz de hacerlo! Dios, no quería pensar. No quería pensar en nada, no quería recordar los años que paso sola por tener ese color, como su verdadera familia la abandono, como tuvo que huir y como incluso ahora, a pesar de tener amigos, se sentía completamente sola. No hay nada peor que estar en compañía y sentirse sola. No quería... tenía que encontrar una forma de poder afrontar todo eso, tenía que poder calmarse, por que necesitaba dormir, mañana irían a una guerra y...

No lo considero demasiado, se levanto rápidamente. Tomo su forma humana y salio de la habitación. Necesitaba un trago, lo que fuera, para poder calmar los pensamientos de su mente. La primera idea fue agarrar el alcohol de charles, pero lo guardaba en el despacho y seguramente estaba con Erik. Vagamente recordó una conversación de Sean y Alex sobre unos juegos donde bebían y supuso que allí podría encontrar lo que quería. Los chicos se juntaban en el cuarto del pelirrojo. Apresuro el paso y cuando llego golpeo la puerta, no espero demasiado y la abrió-¿Sean?-susurro, pero no había nadie. Seguramente el chico andaba buscando meterse entre las piernas de Moira. Rodó los ojos, pero aprovecho la oportunidad y entro dentro del cuarto.

Los chicos no eran ingeniosos, seguramente lo habían escondido en algún lugar común. Hurgo el ropero, la mesa de noche y finalmente la cama. Sonrió al encontrar un par de botellas allí, tomo una mirando que era vodka y pensó que sería lo más rápido. La abrió y pego sus labios al pico de la botella, comenzando a beber la pálida sustancia que era sumamente fuerte. Arrugo la nariz y dio una respiración profunda, seca cuando termino de beber. Le quemaba la garganta... ella no solía tomar demasiado, Charles que amaba comportarse como su padre, no la dejaba. Pero en parte mejor, se emborracharía más rápido. Se sentó en el piso, apoyando su espalda en la cama y continuo bebiendo. Sorbos más pequeños, mientras su mirada se perdía en la ventana, evitando pensar pero sin poder hacerlo al mismo tiempo.

Mientras se acostumbraba al sabor ardiente del vodka, sus pensamientos vagaron recordando la conversación con Hank, algunas charlas que tuvo con Charles, y finalmente recordando sus conversaciones con Erik. Dio otro trago profundo mientras pensaba que el polaco era el único que podría aceptarla, que podría desearla. Era el único que se merecía su amor. Era el único que la entendía, quien podría calmarla en ese momento. Relamió sus labios, sintiendo el vodka mezclado con el sabor salado de sus lagrimas. Dejo la botella apoyada en el piso, y su mirada algo perdida continuo posada en la venta. Erik podría calmarla. Si, debía buscarlo.

Se sentía aun en sus facultades mentales hasta que se levanto. Todo el mundo se tambaleo un instante y tuvo que apoyar las manos en la cama para no caer. Se acomodo el pelo, apartándolo de su cara, y a pesar de tambalearse, no se rindió. Se levanto y camino saliendo de la habitación. El cuarto de Erik estaba al lado, no sería difícil llegar. Se sujeto con firmeza del picaporte y luego fue pegada a la pared hasta que llego a la puerta. La golpeo, esperando que alguien le responda. Se mordió el labio y golpeo de nuevo-Erik, soy Raven... necesito hablar contigo-su voz salia pastosa, torpe, pero ella ni lo pensó, solo golpeo con más insistencia-Erik de verdad, necesito que... que.. hablemos.-frunció el ceño y finalmente su mano torpemente sujeto el picaporte y lo bajo, antes de empujar su cuerpo con demasiada fuerza, queriendo abrir la puerta. La misma se abrió de golpe, y la chica trastrabillo hacía adentro. Cerro la puerta tras de si con un portazo y se quedo contemplando la habitación-¿Erik?-miro todo minuciosamente, con mucha lentitud, intentando procesarlo, y finalmente decidió que allí no había nadie.

Mierda, y ella que había necesitado tanto hablar con Erik. Quería contarle sus problemas, quería abrazarle, quería que la consolara, la besara, le dijera lo hermosa que era... si, ella era hermosa para Erik. Erik era el único hombre que la apreciaría. Ella... ella tenía que estar con él. Ni lo pensó cuando se quito la bata y la tiro lejos, cayendo milagrosamente sobre la silla. Luego miro la cama, se dejo caer en esta, boca abajo, aspirando la fragancia del hombre. Erik olía muy rico, incluso con ese aroma ligeramente dulzón de omega, despertaba en ella un deseo atroz. Quizás por que no parecía omega. Giro en la cama, enredándose entre las sabanas, sintiendo el tacto contra su piel. Allí dormía Erik, el perfecto Erik, su Erik.

Cuando escucho la puerta abrirse se giro rápidamente, quedando de costado, y sus ojos claros se clavaron en el magnetico. Le sonrió, tontamente, y noto el gesto extrañado del mayor. Erik se detuvo mientras entraba, solo un momento, luego lentamente cerro la puerta-Bueno... esto es una sorpresa-comento, contemplando a la chica, que apenas y se tapaba los pechos con la sabana. Si, no era difícil adivinar que estaba desnuda debajo. Pero ¿que había desnuda en su cuarto? ¿Se había confundido y había pensado que era el de Hank? Bueno, con el aroma a alcohol que emanaba de la chica no sería difícil que se confundiera.

-¿De las buenas?-pregunto pastosamente la joven, y el omega apretó un poco los labios. No, Raven no se había confundido de cuarto. A pesar de estar ebria. ¿Por que estaba ebria? Charles iba a matarla si la veía en ese estado, y aun más si se enteraba que andaba provocativamente desnuda en camas ajenas.

Prefirió no mirarla, por respeto ya que era la hermana del hombre con el que él se acostaba. Paso de largo hacía el ropero, buscando la ropa que se pondría al día siguiente-Lárgate de aquí, Raven. Quiero acostarme-comento, dándole la espalda y tomando alguna de sus cosas-. Ve a prepararte un café o algo, si Charles te llega ver en ese estado va a querer matarte.-comento, cogiendo unos bóxer y poniéndolo encima de los pantalones que había tomado.

-¿Que tal ahora?-Erik frunció el ceño y se giro confundido al escuchar esa voz. Y ahí estaba, frente a sus ojos el cuerpo de Charles, desnudo, acostado con esa pose sugerente y algo femenina, en su cama. Le miro un momento y frunció el ceño. Al parecer la chica necesitaba cierto tipo de compañía. No eran pocas las damas que había visto en estado de alcohol que solo necesitaban sentirse queridas. ¿Y si le daba eso? ¿Si la hacía sentirse querida? Sabía de sus problemas, los entendía. Quería apoyarla, para que se aceptara como era.

-Prefiero a la verdadera tu-dijo mirándola con atención. En pocos segundos tenía de nuevo a la chica rubia frente a sus ojos. La estudio con atención un momento-Dije la verdadera Raven-repitió, lentamente, para que la chica le entendiera. Noto la duda en su mirada, y quizás si ella no hubiera estado ebria no se hubiera atrevido a hacerlo. Pero lo hizo, frente a sus ojos apareció la piel azul, el pelo rojo, los ojos amarillos. Erik noto que a pesar de haberse transformado se veía insegura, su cuerpo temblaba ligeramente y esos ojos amarillos le miraban con duda y algo de temor-Perfección-dijo él, con seguridad, para trasmitirle su confianza. Pero ella solo bajo la mirada, obviamente sin creerle. Al parecer reafirmar su confianza no sería tan fácil.

-¿Me alcanzas mi bata?-pregunto con voz tímida, algo congestionada por el llanto que parecía querer contener. Erik miro la bata un momento, pero luego sus ojos volvieron a clavarse en Raven. No, no iba a dejar que escapara de si misma. Ella fue la que evito que se inyectara, tuvo el coraje de afrontarle, ahora él debía devolverle el favor.

-No tienes que esconderte-se acerco lentamente, con un movimiento seguro se sentó en la cama. Solo esperaba que Charles no le matara por estar en esa situación con su hermanita. Sentado a su lado le tomo la mano azul, sintiendo la textura escamosa. Era raro, pero no desagradable-¿Alguna vez viste un tigre y pensado que había que cubrirlo?-le sonrió con cariño, fraternalmente si, Raven era hermosa, y si bien durante un momento pensó en conquistarla ahora solo podía verla como una amiga, compañera, hermana. Le hablo suave, y su rostro se lleno de una dulzura que Raven nunca había visto, al menos no en Erik. No pudo evitar sonreír ella también.

-No-dijo segura, aunque al ver su propia mano entre las de Erik se estremeció. Nunca había estado en contacto, tan intimo, con alguien teniendo esa forma-Pero...

-Eres una criatura exquisita, Raven-la interrumpió con seguridad el polaco. La chica lo miro atenta. Una nueva determinación se veía en los ojos celestes, y ella sintió su piel arder, su interior temblar en pura ansiedad. Era un momento tan intimo, tan placentero. Su pecho se había llenado de un delicioso calor, de orgullo, de saber que alguien era capaz de mirarle con ternura, cariño, deseo; incluso estando en esa forma-Toda tu vida el mundo a intentado domarte. Es hora de que seas libre-el determinamiento brillo en los ojos de Erik, y Raven lo vio inclinarse lentamente. Su corazón se acelero de pura emoción y alzo un poco su rostro, para encontrarle a mitad de camino. Sus bocas se encontraron en un beso y ella sintió todo su interior palpitar en éxtasis. Dios, Erik la estaba besando. Erik, él único hombre que podía desearla de esa manera, la estaba besando, con su forma natural. Nunca pensó que nadie podría besarla estando así, pero no... aquí estaba, sintiendo los delgados labios ajenos besar los suyos, esa mano acariciar su cuello.

El contacto no era pasional, era más bien cariñoso, reconfortante. Solo un roce de labios pero se sentía sumamente bien, por que era lo que ella quería. Que la consolaran. Y Erik sabía hacerlo. La besaba con ternura, con sentimiento, y ella solo podía corresponderle atontada. Sentía un montón de mariposas bailar en su interior, de a poco se fue dejando caer en la cama, pero sus labios no se separaron. La boca de Erik continuaba besándola con una suavidad que nunca creyó sentir, como si ella fuera de cristal. El polaco se había inclinado casi completamente encima de la chica y sujetaba su cuerpo en lo alto apoyado una cama en la mano. No quería tocarla demasiado, no quería problemas con Charles, solo quería despertar la confianza ajena. Raven sonreía un poco entre besos, cada vez parecía más atontada, respondiendo más lento y pastoso, tras un par de minutos su respiración se había vuelto profunda y cuando el magnético se aparto la vio dormida. Le sonrió, contemplandola con cariño y finalmente se levanto con cuidado sin querer perturbarla.

Tuvo que abstenerse de limpiar sus labios con la mano, no por que sintiera asco, sino por que resultaba incorrecto besar otros labios. Dios, no podía creer que se sintiera tan culpable. Solo esperaba que Charles no le matara por haberse “aprovechado” de ella. Termino de tomar su ropa, y con mucho cuidado de no hacer ruido salio. Justo antes de retirarse, volvió, para abrir el cajón de la mesa de noche y tomar la moneda que allí había guardado. La contemplo con determinación un momento, antes de ponerla en su bolsillo.

Mañana iba a necesitarla.


**


Hank miro con atención la inyección que tenía entre sus manos. Era lo que había esperado toda su vida, la posibilidad de ser normal. Pero a pesar de todo estaba inseguro, las palabras de Raven le hacían dudar. Tanto ella como Erik habían pasado por su mismo problema, y ambos habían decidido no inyectarse. Ambos habían preferido continuar por el camino del “orgullo mutante”, de la aceptación. ¿Acaso él debía seguir sus ejemplos y continuar como era, aceptarse? Pero él no había podido aceptarse nunca, siempre inventando excusas, siempre escondiéndose... ¿acaso eso cambiaría solo por que la gente comenzara a aceptar a los mutantes? Por más que los aceptaran nadie pensaría que sus pies fueran algo que deba mostrarse con orgullo, nada cambiaría.

Dejo la inyección a un lado y con lentitud se quito ambos zapatos. Excesivamente grandes, siempre había tenido que pelear con eso. Retiro las medias y contemplo con atención esos desagradables pies. Tan anormales, extraños, tan despreciables. Era lo que más odiaba de si mismo, era la razón por la cual no era normal, por lo cual siempre se sentía inseguro. Esos pies eran el problema de su vida. No había podido tener una vida normal por ellos. Ellos eran la causa... simplemente no era capaz de aceptarlos. Ni siquiera podía mirarlos, le daban vergüenza.

Cerro los ojos un momento y respiro profundo. Desde pequeño se prometió encontrar una cura, y finalmente la había encontrado. No iba a renunciar a los sueños de su vida solo por que de pronto todos amaran ser extraños. Necesitaba hacer lo que era mejor para él, y lo mejor era inyectarse. Tomo de nuevo el suero y le miro un momento, no podía evitar sentirse nervioso, algo inseguro. Pero no se dejo llevar por eso, bajo la mano a sus pies e hincó sin temor la aguja. De a poco presiono y vio como el suero desaparecía de la jeringa para entrar en su cuerpo. Aparto la jeringa cuando acabo y contemplo sus pies con atención. Soltó un suspiro de alivio, al verlos comenzar a cambiar. Lentamente esa figura grotesca comenzaba a transformarse en algo más estático, lo que siempre deseo. Finalmente, ante sus ojos aparecieron dos pies perfectamente normales. No pudo evitar reír de felicidad, contemplándolos con orgullo, moviendo suavemente sus dedos, experimentando con ellos. Si, había perdido algo de su movilidad y agilidad pero... todo era perfecto. No podía borrar la sonrisa de su rostro. Al fin, lo que siempre deseo se había hecho realidad. Finalmente ¡lo había esperado tanto!

Una punzada le hizo bajar de nuevo la vista y noto como sus pies comenzaban a trasmutarse de nuevo-No, no-protesto, desilusionado. ¡No había funcionado! ¿Por que no...?-No, no...-repitió al sentir como el suero parecía arder en sus venas. Rápidamente bajo las manos, apretando su musculo intentando detener la circulación. ¿Que había pasado? ¿Que carajos había estado pasando? De a poco sintió un dolor en todo su cuerpo, sentía su anatomía cambiando. Intentaba detenerlo, pero de pronto vio sus propias manos cambiaron, convirtiéndose en unas bestiales garras. Sus vellos se habían teñido de una tonalidad azul y estaban multiplicándose exageradamente. ¡¿Que carajos estaba pasando?!

Se removió inquieto, presa del dolor que le azotaba. Se golpeo contra la mesada, y pudo ver su propio reflejo en un cristal. Unos ojos que de a poco se transformaban en amarillos le devolvieron la mirada. ¡No, no, no! ¡¿Que carajos había pasado?! Su rostro estaba poniéndose azul y él no pudo evitar rugir de pura desesperación. ¡¿Acababa de rugir?! Dios santo, ¡¿Que había hecho?!

 

**


Alex bufo, desde su escondite podía ver a Sean caminando por el pasillo. Era obvio que se iba a ver con la idiota de Moira, lo más gracioso es que la agente minutos antes había estado preguntando por Charles. Havok tuvo piedad del profesor y decidió mentirle a la chica, sabía que si iba a buscarle interrumpiría lo que seguramente era una noche apasionada con Erik. Decidió decirle que el profesor tenia muchas cosas en que pensar y que habia pedido no ser molestado. Al menos la agente le creyó, aunque se vio insegura. Alex estuvo seguro de que hizo bien cuando vio pasar a Erik con rumbo directo al cuarto de Charles.


Bueno, ya habia hecho la buena acción del dia. Ahora quería la recompensa. Ya había asumido que entre él y Sean no pasaría nada, él era un alfa y el chico era un beta, Alex tenía una pareja esperando por él en alguna parte del mundo. Pero saber eso no hacía que Sean le gustara menos. Nadie sabría lo que pasaría mañana y él solo quería aunque sea saber que se sentia besarlo. La primera vez no conto, ahora iba en serio.

Le miro mientras avanzaba, y cuando lo tuvo a la altura justa corrio hacía a él, empujandole contra la pared y atrapandolo en esta. Sean le miro sorprendido, incredulo, pero no alcanzo a hacer nada antes de que el rubio uniera sus labios en un demandante beso. El pelirrojo gimio y se removio inquieto, queriendo librarse de aquello, pero Alex le sujeto firmemente y se tomo el tiempo para recorrer con su lengua toda la boca ajena.

Había pensando en solo besarle, pero al tenerlo retorciendose contra él no pudo evitar querer tocarle. Con una sola mano le sujeto ambos brazos por sobre la cabeza y la otra exploro un poco su pecho. Sentia al pelirrojo temblar, por lo cual volvio el beso un poco más dulce, aunque se nego a soltarlo. Cuando su mano bajo por el vientre ajeno, Sean se desespero y forcejeo con más fuerza... Alex finalmente le dejo ir.

-¡¡Eres un idiota!!-jadeo el pelirrojo agitado-¡Te dije que no quería nada contigo! ¡No soy gay!-protesto, acomodandose la ropa, sintiendose sumamente nervioso.

-Ya, perdona...-el rubio se aparto serio, había esperado esa reaccion habia prometido mantenerse el calma, sabia que no era bueno perder el control.

-¡¿Perdon?! Maldito idiota ¿Por que carajos me saltas asi? ¡¿Que te piensas que soy un maldito muñeco que puedes usar para tus...?!

-Bueno, como Moira te usa como juguetito sexual no pense que te mo...-no termino de decir la frase antes de que un puñetazo se estrellara contra su menton. Jadeo y se sujeto con fuerza, sabía que se habia pasado, pero era la verdad, le gustara al pelirrojo o no.

-¡¡Callate imbecil!!-el chico se le fue encima, y Alex apenas logro sujetarlo para que no siguiera golpeandole-No sabes de lo que estas hablando, ¡no te metas en mis asuntos!

-Oh por dios Sean, ¿acaso piensas que ella te ama? ¡Esta enamorada de Charles y ni lo disimula!-protesto el rubio, logrando que con esas palabras el chico se quedara quieto.

-Charles es un alfa, nada pasara entre ellos, ella va a darse cuenta que...

-¿Que un adolescente en su mejor opcion?no pudo evitar burlarse. No era que no sintiera pena por Sean, el sentia el mismo dolor de no ser correspondido, pero quería abrirle los ojos aunque sea. Y con suerte el pelirrojo lo consideraba-Y luego el imbecil soy yo.-Sean se habia apartado y le miraba dolido.

-¿Y tu piensas que seras una mejor opcion para mi que Moira? Eso no pasara Alex, superalo. Somos amigos-Sean se aparto varios pasos, acomodandose el cabello y mirando de reojo el cuarto de Moira-Y si sigues comportandote tan idiota quizas ni eso.

-Tal vez no quiero ser tu amigo-sentencio el rubio, ganandose una mirada profunda por parte del menor. Suspiro con pena, y se encogió de hombros antes de volver hacia su cuarto. Sean le miro marcharse y apreto los labios antes de girarse para ir a buscar a Moira.

Le daba igual lo que pensara la gente, él estaba enamorado.


**

 

Erik golpeo despacio la puerta de la habitación de Charles-Pasa-respondió la voz del telepata y el magnético no dudo en hacerlo. Cerro la puerta tras de si y contemplo al menor, que se estaba quitando ese anticuado suéter. Menos mal que Charles no vestía de otra forma, por que sino no podría evitar querer saltarle encima cada vez que lo veía. Le gustaba incluso así, con ese sentido de la moda tan... distorsionado. Miro la mesa de noche, donde reposaba una jarra de agua y dos sanwdiches. De pronto el apetito se le había ido completamente, pero igual se acerco a servir un poco de agua en un vaso y le dio un trago. Miraba de reojo al profesor, que se estaba quitando la camisa y sintió su vientre quemarle.

-¿Quieres ayuda?-cuestiono, antes de pensarlo siquiera. El telepata se giro algo sorprendido y él solo le sonrió de esa forma maliciosa. Charles no pudo evitar sonreír también, aun más al sentir la mirada de su pareja contemplar con atención su pecho expuesto. Erik no espero respuesta, dejo el vaso a un lado antes de caminar con seguridad hacía a él, como un tigre hacía su presa. Tomo con posesividad la camisa ajena y lo jalo más cerca, sintiendo orgullo al escuchar un suave gemido por parte del alfa. Sus cuerpos chocaron y Charles le sonrió pervertidamente antes de que sus bocas se encontraran en un candente beso. Peleaban por ver quien dominaba a quien, sus lenguas chocaban, se exploraban, parecían querer comerse el uno al otro. El omega sintió las manos ajenas sujetando su cinturón, jalandole más cerca y gruño dentro del beso, con gusto. Sus cuerpos estaban pegados tanto como podían. Erik tenía la cabeza inclinada hacía abajo, para que su rostro estuviera a la altura del de Charles. El pequeño alfa había alzado el suyo, pero no se veía nada intimidado por la diferencia de alturas. De hecho se sentía con completa confianza como para comenzar a desabrochar el pantalón ajeno.

Lentamente caminaron hacía la cama, Erik retrocedió con cuidado hasta que sintió como chocaba con ella. Se continuaron besando antes de dejarse caer, sentándose en el borde y gimiendo de gusto al sentir a Charles sentarsele encima, ese trasero en su regazo, las piernas abiertas a cada lado de las suyas. Amaba cuando Charles se ponía así, cabalgandole. No dudo en guiar sus manos al trasero del menor y lo sujeto por encima de la ropa, escuchando un rugido que fue ahogado por sus labios y que hizo vibrar cada centímetro de su interior. Las manos del telepata habían comenzando a levantar su remera, para poder acceder a esos abdominales que le gustaban tanto. Dios, debería hacerle un monumento al cuerpo de Erik. Lo amaba, era tan perfecto. Se aparto para quitarle esa prenda y sonrió con gusto al ver su pecho descubierto, su cuello libre, dejando escapar mejor su aroma. No dudo en inclinarse y olfatearle suavemente. Sonrió contra su piel al ver en sus hombros y en su cuello varias marcas que él había dejado la noche anterior-No usaras esos horribles cuellos de tortuga para esconder mis marcas ¿verdad?-pregunto divertido, mientras su roja lengua lamia la marca principal, encima de la yugular de Erik. Sintió un temblor en el cuerpo ajeno, y la piel se erizo bajo sus manos.

-No son horribles, eres el menos apropiado para hablar al respecto... tu y...-suspiro tirando su cabeza hacía atrás al sentir esos besos. Apretó mas los glúteos de Charles, jalandole más cerca, queriendo sentirle bien pegado-Tu y tu horrible ropa de hombre de ochenta años...-Erik soltó una risa entrecortada y se arqueo al sentir la traviesa lengua del ingles bajar hacia su pecho y comenzar a jugar con sus tetillas.

-Mmm.. eso es clase, Erik-ronroneo Charles, y en regaño por quejarse de su ropa le mordió una tetilla logrando que se vuelva a arquear de puro gusto. Su boca subió con besos hasta acabar en su oreja, mientras sus manos amasaban esa musculosa espalda, disfrutando de rasguñarla y acariciar sus músculos. Adoraba ese cuerpo fuerte y fornido-. Solo espero que no sea para taparlas, por que esas marcas son para aclarar que eres mio-Erik gimió, sintiendo su interior arder cuando Charles rugió salvajemente en su oído. El alfa le volvía loco cuando dejaba salir su instinto animal, cundo se comportaba como un animal hambriento por su cuerpo-Eres de mi propiedad-repitió con seguridad, y sus manos volvieron a bajar por la espalda ajena, metiéndose entre el colchón y su cuerpo, logrando sujetar esas nalgas y las apretó con fuerzas. Al instante el polaco jadeo y se dejo caer recostado, respirando un poco más acelerado. Charles sonrió y se le fue encima, y continuo besando su cuello-Eres mio, solo mio...-repitió, mordisqueando su cuello de a momentos, dejando nuevas marcas en este. Erik debería odiar esto, debería detestar que un alfa quisiera nombrarse como su dueño pero en vez de eso solo podía retorcerse de placer, sintiéndose derretido ante la simple idea-¿Entiendes?-Erik apenas abrió los ojos para mirarle, los ojos azules de Charles no dejaban de observarle mientras su boca decencia lamiendole el pecho.

-Si-dijo casi sin voz, sintiendo su tono enronquecido. No podía apartar su mirada de esos ojos azules y lujuriosos. Dios, a pesar de su cara de santo, cuando Charles estaba en esos momentos eróticos parecía un demonio lujurioso.

-Dilo-dijo con maldad, su mano bajo a apretar con firmeza el bulto de Erik, que ya estaba endurecido, sintiendo que podía explotar contra sus pantalones. El mayor se estremeció cerrando con fuerza sus ojos, abriendo las piernas para darle lugar, sintiéndose ansioso por que esa mano continué tocándole.

-No jodas Charles...-lloriqueo al sentir la mano apartarse. Le miro de nuevo, y vio la ceja alzada del telepata, esa sonrisa traviesa. Erik se irguió apenas, para colar sus manos en los hombros ajenos, tocando la blanca piel, antes de comenzar a retirar esa camisa que no le dejaba ver completamente su cuerpo. Amaba la piel blanca, lampiña de Charles. Tan perfecta, lechosa, apenas algunas pecas decorando sus hombros y luego blancura absoluta. Era tan jodidamente perfecto.

Charles sonrió cuando quedo sin la prenda, y se inclino a darle un rápido beso en los labios, antes de continuar jugando con su pecho-Se un buen chico, Erik... dilo... te recompensare-su mano de nuevo acaricio la entrepierna ajena, y empujo un poco el pantalón hacía abajo, para tocarla por encima del boxer. El omega se removio, cerrando los ojos, crispando los dedos contra los brazos ajenos. “Dilo mi amor, dímelo... dame el gusto... por favor”, le suplico mentalmente y dejo el miembro ajeno para tomarle con firmeza los muslos y hacer que esas piernas largas se abrazaran a sus caderas. Embistió contra él, a pesar de que ambos tuvieran ropa, lo hizo como si le estuviera follando y un jadeo inundo sus oídos. “Sisisisisi, soy tuyo... lo soy...”. El telepata sonrió al escucharle y se inclino de nuevo, con hambre y ansias, para besar con gusto esos delgados labios. Domino por completo el beso, mientras sus caderas continuaban embistiendo contra Erik, sintiendo como este parecía desesperarse por que el contacto se volviera más intimo. Sabia que su posesividad se había despertado al máximo, quizás era por que sabía que al día siguiente se encontrarían con Shaw y quería dejar en claro que Erik le pertenecía a él. Solo a él. Se lo quería dejar claro a si mismo, a Erik y al idiota de Shaw también.

Normalmente el mayor odiaría que alguien le insinuara que él “era un buen chico” como si hablaran de un perro, era humillante, pero su parte omega se deleitaba sin poder evitarlo. Le llenaba de gozo agradar a su alfa, darle lo que quería, sumirse a sus deseos. Aunque era humillante, deseaba tanto agradar al alfa-Gracias-se estremeció al sentir el aliento de Charles en su oreja, suspiro con placer y sus manos abandonaron los brazos ajenos para posarse en su espalda, arañando la blanca piel-Gracias por querer ser mio-murmuro el telepata con voz ronca. Un gemido escapo de Erik al escucharle, cualquier otro alfa solo le diría que era un buen chico, que sabía comportarse, pero Charles... Charles siempre sabía que decir. Giro su rostro para capturar esos rojos labios en un beso demandante y le sujeto con firmeza para girarse y quedar encima. Su cuerpo musculoso presiono al alfa contra la cama, se hizo lugar entre sus piernas y le enterró la lengua hasta el fondo de su boca, queriendo hundirse dentro de él cuando las piernas ajenas se enredaron en sus caderas.

Dios, amaba tanto que Charles fuera distinto a otros alfas, distinto a Shaw, amaba poder propasarse con él y que el telepata se dejara llevar como si fueran dos simples betas que podían experimentar de todo. Con sus poderes desprendió las braguetas de ambos y sintió como el menor le mordía con fuerza los labios al sentir sus virilidades un poco más libres. Las delicadas manos de Charles sujetaron con fuerza sus nalgas y le empujaron más cerca, como si el menor deseara que le embistiera hondo. “Charles, Charles... quiero estar dentro de ti” le comunico mentalmente, mientras su boca ansiosa no dejaba de comer esos labios carnosos. Sus pantalones se bajaron bruscamente hacía abajo, a mitad de muslo, y sus erecciones se frotaron, queriendo eliminar esos boxers para poder tener un mejor contacto. La mano de Charles se metió bajo sus interiores y apretó sus nalgas. “¿En serio es eso lo que quieres, Erik?”. El telepata le sujeto los glúteos con ambas manos y se los separo, queriendo exponer su entrada ya lubricada. El mayor se vio obligado a cortar el beso, gimiendo y alzando un poco las nalgas, sintiéndose un poco expuesto, abierto, necesitado. Su frente se apoyo en los labios de Charles, y este la beso con ternura. Unos dedos se acercaron a su orificio y lo acariciaron; él se arqueo de gusto al sentirlos jugar, presionando levemente. Otra mano bajo a su virilidad y le masturbo suavemente, otra le pellizco los pezones... de pronto Erik abrió los ojos de golpe y se levanto un poco mirando su propio pecho donde sentía claramente una mano tocarle, pero allí no había nada. En su virilidad tampoco.. de pronto fue consiente de que lo único que estaba haciendo Charles era sujetar sus dos nalgas y mantenerlas separadas, abiertas. El dedo que había comenzado a penetrarle era completamente imaginario pero a pesar de saberlo gimió con placer.

-¿Cha-charles..?-pregunto algo confundido. El menor soltó una suave risa y Erik sintió como ese dedo extrañamente largo le penetraba por completo y se frotaba contra su próstata. Sus dos manos fueron a parar al cabello de Charles, una a cada lado, tironenandoselo, mientras su boca se inclinaba intentando morder su cuello, aliviado cuando finalmente pudo hacerlo. Le mordió con fuerza para no gemir, mientras sentía como el otro continuaba dándole suaves besos en su cabeza.

-Tranquilo, Erik... solo te hago notar lo que realmente quieres. No es precisamente estar dentro de mi-comento, y otro de esos dedos fantasmagóricos entró en su cuerpo, abriendo partes muy profundas de su interior. O al menos así lo sentía Erik. “Alza más las caderas, quiero meter mis dedos de verdad”, escucho en su mente y no dudo, se inclino, su frente se apoyo en el hombro ajeno, se sintió jodidamente expuesto, sus rodillas se colocaron a cada lado de las caderas de Charles, estaba casi en cuatro... y debería odiarlo, pero era tan erótico estar asi, ofreciendo su cuerpo, esperando que le atendieran-No tienes por que odiarlo, estamos solos aquí... es lo que quieres, y yo solo quiero cumplir cada una de tus fantasías-gimió cuando uno de los dedos le abrió, esta vez estaba consciente de que era uno real, el contacto fue un poco más áspero. La sensación de los otros dedos no se había ido, prácticamente sentía tres dígitos dentro de él, aunque realmente hubiera uno solo. Se limito a morder con ansias la blanca piel del hombro del telepata, mientras sentía como esos dedos se movían dentro suyo: abriendo, explorando, jugando con su carne y su lubricación. Se le corto la respiración al sentir otro dedo, y ni siquiera logro recuperar el aire cuando otro más se sumo.

-Dios...-empujo su trasero hacía atrás, consciente de que tenía solo tres dedos dentro, pero se sentía como si tuviera cinco. Esos dos dedos fantasmagóricos seguían dentro de él, y se sentía tan condenadamente real. Sentía como si conducto estuviera abriéndose al máximo. Gimió cuando sintió otro dedo acariciar sus pliegues y abrió los ojos asombrado al sentir como comenzaba a penetrarle. Dios, no, no, no... era demasiado, cuatro dedos juntos. Se imaginaba su entrada completamente abierta, esforzándose por recibir más, palpitante y humeda y completamente abierta. Y de pronto sintió como la otra mano de Charles se deslizaba desde su nalga hacia su entrada y ahora esos nuevos dedos acariciaban sus pliegues. Recién entonces Erik fue consciente de que ya no tenía los boxer, sus pantalones se los había quitado al ponerse en esa pose, pero los boxer... no alcanzo a pensar mucho mas cuando otro dedo se metió dentro suyo y comenzó a ejercer presión hacia un costado, como si Charles quisiera partirle al medio. Una vibración subio por toda su espalda, robandole un jadeo y haciendo que tire con mas fuerza el cabello ajeno-¡Charles, joder, vas a partirme!-se quejo, y sintió su voz quebrada. De pronto estaba muy mareado, sobre pasado por las sensaciones. Joder, tenía cinco dedos dentro suyo, se sentía como si fueran siete. Menos mal que estaba lubricando tanto, sino se desgarraría... cinco dedos era demasiado. Sus muslos estaban temblando y su boca no dejaba de babear. Se sentía tan abierto, tan expuesto, tan zorra... por que si, estaba completamente abierto, y sumamente humedo por lo excitante que le resultaba eso.

-No es la idea-dijo la voz excesivamente ronca del telepata-¿te duele?

-¡Joder si! Son cinco dedos...-protesto, tensando su cuerpo, sintiendolos aun mejor, y sollozando de puro nerviosismo.

-Relájate Erik...-escucho, y de pronto sintió una lengua acariciar sus pliegues, colarse entre esos dedos, queriendo sumarse también a la fiesta. Era imposible, por que sabía que Charles estaba besandole la frente, que estaba perlada de sudor, pero igualmente se sentía condenadamente real. Gimoteo, sobre pasado por el placer. Se sentía abierto como nuca, tan, tan abierto. Y a pesar del dolor era condenadamente delicioso, se sentía tan lleno. Esa lengua le calmaba un poco, aliviaba el ardor, a pesar de saber que era falsa. La sentía deslizarse bien profundo, lamer sus jugos, rozas su palpitante prostata-¿Sumare otro dedo, si? Relájate darling, estas temblando...-Charles le hablo al oído y recién entonces el magnetico sintió la forma en la que se movía su barbilla, sin su consentimiento. Pero estaba sobrepasado, con cinco dedos, sentía su rostro arder, seguramente estaba completamente colorado, el pelo lo tenía pegado a la frente, despeinado, pegoteado por el sudor.

-¿O-otro? Nie(no), no... n-no aguanto... es demasiado... ocho dedos... nie, nie... seis... son como ocho, Charles, vas a partirme al medio... to boli (me duele), joder-noto que estaba susurrando, casi no tenía voz, un nuevo beso en su frente, cargado de cariño y no pudo evitar relajarse un poco.

-Solo relájate, va entrar... lo se-la voz era un arrullo suave, Erik se sentía tan dominado por ella, estaba derrumbado entre los brazos ajenos. Joder, estaba completamente entregado, le había dado cavidad total a Charles, podría hacer lo que quisiera con él. Lo estaba haciendo... pero no le lastimaría ¿verdad? Eran amigos, no podían herirse-Shhh, darling, relájate... te amo, nunca te lastimaría...-de a poco su cuerpo hizo caso a las palabras ajenas y se relajo, sintió otro dedo comenzar a presionar y cerro los ojos con fuerza. No pudo controlarlo, apretó sus mandíbulas, trono sus dientes, sintió todo su cuerpo tensarse. Seis dedos, ocho dedos clavados en el fondo de su interior eran demasiado. Su conducto palpitaba como loco, esforzandose por abrirse y recibir más y más. Una parte de él amaba eso, por que asi de abierto estaría si estuviera anudado. Estaba expuesto y sollozante, y flojo, y tan lleno.

Gruño medio sollozo y negó con la cabeza, de pronto sintió sus ojos empañarse ante el dolor punzante en su parte trasera. Sus pestañas se adornaron con perladas lagrimas y su respiración se puso muy tensa, forzada. Su cuerpo podía soportarlo, pero hacia tanto que no estaba tan abierto, y era tan embriagante y perturbador-No, nie, nie, no puedo, no puedo... sacalos...

-Shhh, Erik...-de pronto sintió una caricia en su mandíbula, Charles le hizo levantar el rostro-Mírame-se forzó a abrir los ojos, miro los orbes azules y se dejo hacer cuando esa mano aparto el cabello de su frente-¿Realmente te duele?-la voz sonaba extrañamente divertida. “Si, joder, Charles...¡es demasiado!”. Le respondió mentalmente, y esa delicada mano limpio sus ojos. De pronto su rostro mostró absoluta confusión, esa mano... ¡esa mano!. Intento voltearse, pero Charles le sujetaba la mandibula-Lo hiciste bien mi amor, no pense que me dejaras pasar de cinco...-el alfa sonreía travieso y esos labios rojos le repartieron besos en todo el rostro, antes de capturan con dulzura su boca. Erik aun no entendía nada, no podía pensar. No podía concentrarse estando tan abierto. Ni le respondió al beso, su boca solo temblaba, cosa que le robo una risita al menor-Eres tan perfecto... tan fuerte-la mano de Charles le acaricio de nuevo el cabello, y de pronto la sensación de los dedos fantasmagóricos desapareció y su cuerpo tembló de nuevo, antes de sollozar preso de una nueva angustia. Se arqueo entero, sintiéndose algo desesperado-Nunca te haría daño-repitió Charles, y movió sus dedos. Los únicos dedos que estaban en su interior. Solamente dos dedos. Erik de pronto se sintió demasiado vació, no le saciaban para nada, a pesar de que lo estaban follando a buen ritmo. Pero realmente había pensado que tenía más dedos... al menos dos más, y se había sentido delicioso, abrumador, pero delicioso. Jadeo frustrado y su frente se apoyo en la de Charles, ahora si respondiendole al beso, con demasiada hambre. Luego de estar tan abierto, estaba desesperado por tener algo firme dentro. Tenso su cuerpo, apretando esos dedos, queriendo volver a sentirse lleno. “Entonces pidemelo, Erik... te lo dare. Todo lo que quieras... solo pídelo”.

El mayor gruño contra sus labios y bufo-¡Deja de bromear conmigo!-quería que lo hiciera, que simplemente lo hiciera. Ya no soportaba más, sentía su entrada palpitar errática, quería que le follaran, se sentía desesperado por ello. ¡Necesitaba tanto la verga ajena abriendo su cuerpo y llevandole al deliro! Se acomodo, alzando el trasero, sintiendo los dedos ajenos más profundo y se dejo llevar por la embriagante sensación de sentir que le atendían. Era tan delicioso y desesperante al mismo tiempo-En serio, Charles...-a pesar de la situación su voz sonaba algo amenazante, cosa que hizo reír al telepata.

-¿Que pasa, Erik? ¿Quieres follarme?-dijo divertido, besandole suavemente la boca, sonriendo al sentir los gemidos necesitados ajenos y las lamidas ansiosas que Erik propinaba sobre sus labios-¿Quieres estar dentro de mi? ¿Eso es lo que deseas?-le mordió el menton, y lo sintió arquearse entero.

-No, dios, sabes que no...-protesto, sus caderas se movieron ansiosas, queriendo que esos dedos le follaran con más y más ganas. Bien profundo, abriendo sus entrañas, llenandole tanto como pudieran. Pero antes de poder disfrutar completamente los digitos abandonaron su interior. “Por favor, no juegues conmigo, no te burles, cabron...” gruño en la mente ajena, Charles soltó una risa suave, le beso los hombros, y comenzó a descender, el cuerpo de Erik estaba arriba del de él, pero tenía suficiente espacio para moverse con libertad. Su lengua lamió uno de los puntiagudos y pequeños pezones, la piel tenía un sabor salado por la forma en la que sudaba. Todo su cuerpo estaba en tensión, y sus musculo se veían deliciosamente marcados. El ingles tenia ese cuerpo de Adonis sometido, entregado al placer, vibrando ante su toque. Era tan erotico. Lamió la marca del pectoral, antes de seguir descendiendo, hasta que finalmente quedo a la altura de su ombligo. Se lo mordisqueo, notando como ese cuerpo se removía, moviendo las caderas ansioso. El pene que colgaba sumamente hinchado entre las piernas le rozaba la garganta y Charles no pudo evitar jadear al verlo de reojo.

-Dios, Erik... estas completamente duro, nunca te vi tan grande-dijo ansioso, sin poder quitar sus ojos de esa virilidad circuncidada. Se veía más grande que nunca, sus venas marcadas, su piel oscurecida por el exceso de sangre, los huevos tensos y cargados. Parecía a punto de estallar-Dios, estas así de duro por que te éxito creer que te abría tanto ¿verdad?-la admiración era palpable en la voz del menor. Erik lo hubiera negado, hubiera protestado, pero solo podía gemir bajito, inclino su cabeza para morder la almohada y todo su cuerpo se estremeció cuando sintió una lengua rozar su glande, presionar su uretra. Charles rodeo con su boca la virilidad, el sabor salado embriago sus papilas gustativas. Lo degusto, todo sabor de Erik le agradaba. Su boca rodeo tanto como pudo esa verga, pero al estar demasiado dura no pudo cubrirla entera. Lo sintió gemir nuevamente, la mente del polaco estaba por estallar y Charles se aparto justo a tiempo, sujetando la base de su virilidad-No, no, aun no...-un gruñido vibro en la habitación, junto con cada artefacto de metal. El ingles solo asentó su sonrisa, y lentamente salio de debajo del cuerpo ajeno. Se levanto, sentándose en la cama, mirando de reojo el cuerpo del omega, sabía que no podía esperar demasiado, Erik sentiría que le tomaba el pelo y escaparía. Pero igualmente le recorrió con la mirada, sin prisas, estudiando las largas y musculosas piernas, el trasero firme y pequeño, su virilidad colgando. ¿Cuantas veces se imagino tenerlo asi? Ofrecido, en cuatro, ansioso por que él le toque y le calme. Y a pesar de que fantaseo con ello mil millones de veces, la realidad no se comparaba. Erik se veía hermoso así, desesperado por que le follen, ido por el placer. Se relamió, y termino arrodillado atrás suyo, le abrió las nalgas, notando ese pequeño agujero algo dilatado. Al parecer el cuerpo de Erik realmente se había expandido, esperando recibir más, aunque solo fueran dos dedos. Se inclino a lamer los jugos de esa entrada. Era decadente la forma en la que ese liquido bajaba como un hilo delgado entre sus muslos. Charles la limpio con su lengua, antes de que su apéndice se enterrara en ese agujero, sintiendo al polaco jadear de puro gusto. Eso lo animo a más, degusto su interior, ronroneando de placer. Quería llevarle a la completa locura, para que el mayor entendiera que solo en sus brazos iba a poder disfrutar del verdadero placer.

Las manos del polaco apretaron las sabanas, mordió la almohada con fuerza y sollozo. Necesitaba más, y era desesperante no ser atendido. “Charles, Charles, Charles... por favor”. El telepata se sintió algo conmovido por lo desesperado de sus pensamientos, con una de sus manos comenzó a masturbarle suave-Calma mi amor, pronto...-susurro contra uno de sus blancos muslos. Le masturbo despacio, como si quisiera desesperare más y luego le palmeo suavemente el vientre-Levanta el pecho-susurro, y Erik volteo el rostro para mirarle, una duda bailando en sus ojos-Si, en cuatro, mi vida-respondió el menor a una pregunta no formulada. El alfa se mordio el labio, sintiendose algo desesperado tambien. Erik estaba sonrojado, sus ojos vidriosos de deseo, los labios hinchados y toda su barbilla humeda por que babeaba de puro placer. Era la visión más erotica que hubiera tenido nunca.

-No, definitivamente no...-siseo, casi sin voz, sin poder sonar tan firme como quisiera.

-Sera mejor....-Erik frunció el ceño aun con su cabeza sudorosa apoyada en la cama, intentando ver a Charles. Cierto era que así estaba mucho más entregado, solo con el culo arriba, esperando atención; y debería alzarlo más y se vería aun más necesitado. Suspiro y se levanto para quedar en cuatro. Cerro los ojos un momento y respiro hondo. Por suerte sus brazos tenían suficiente fuerza, sino no sabría si podría soportar las embestidas-Dime lo que quieres... Erik, por favor... necesito escucharte-la voz era como un ronroneo, Erik gimió al sentir como Charles se había quitado los bóxer y esa virilidad comenzaba a pasear insinuante entre sus nalgas-Dime que me amas... que eres mio...-”que te quedaras conmigo para siempre”. El telepata se removía ansioso, necesitado, estaba embriagado por el miedo y la posesividad. No quería perder a Erik el día siguiente, no quería que se encontrara con Shaw y dudara, necesitaba saber que era suyo, solo suyo.

Al sentir esos pensamientos tan necesitados el magnetico no lo aguanto y asintió-Te amo... te amo... tanto...-la virilidad ajena comenzó a presionar su entrada y de a poso se fue adentrando en su interior. Gimió de gusto,de alivio: al fin lo tenía dentro, lo había deseado tanto. Con un movimiento lento pero firme Charles continuo empujando hasta que sus testículos chocaron con sus nalgas. Al fin, dios, se sentía tan lleno. Su cuerpo abierto para recibir esa virilidad que cabía perfectamente en su interior, era del tamaño justo, perfecto. Ronroneo de placer y movió un poco sus caderas en círculos, ansioso por sentir más y más.

-¿Eres mio?-Charles le sujeto las caderas y sin quitar sus ojos lujuriosos del cuerpo ajeno comenzó a moverse con suavidad, saliendo despacio, casi por completo antes de volver a meterse firmemente, más rápido. Se acomodo para pegarle justo en la próstata. Una y otra vez, salia despacio, suavemente, sintiendo ese interior ceñirle, como si no quisiera dejarle escapar, y luego se metía tan a dentro como podía-¿Eres mio, Erik?

-Joder Charles, ya callate...-gruño, alzando más las caderas, queriendo sentirle más profundamente-Muévete más por favor... por favor...-gimoteo, y fue recompensado con un movimiento más rápido, más profundo. Charles bombeaba en su interior y le llevaba al delirio. “Por favor Erik dime que eres mio”. Cada embestida iba directamente en su próstata y no pudo evitar sollozar de puro placer. Correntadas de gozo vagaban por su cuerpo, haciendo que se crispara, que su mente se sintiera algo nublada-Si, si, si...-la mano en su virilidad comenzó a moverse, masturbandole con fuerza, y un cosquilleo abordo cada célula de su ser-Soy tuyo... tan tuyo... fui hecho para ti...-las palabras abandonaron sus labios sin poder procesarlo, si notar lo que realmente significaban. Pero Charles si que lo noto, gimió ante la entrega y continuo embistiendole, más y más rápido, sintiendo como ese interior le apresaba. Erik hervía por dentro, y ese calor lo estaba llevando al delirio. Sus sentidos estaban atontados, por estar así con su omega, por ese aroma que había llenado el cuarto, por el hedor del sexo. Su omega estaba entregado, gimiendo como loco, humedo y abierto para él, disfrutando con cada embestida... todo era perfecto. Miro la base de su pene y vio como comenzaba a hincharse, lo presiono contra el cuerpo del mayor y lo escucho jadear inseguro.

-No voy a meterlo si no quieres-prometió, y miro atento las reacciones del menor. Noto la forma en la que ese interior le apretaba, por la forma en la que Erik se había tensado al sentir el nudo presionar su agujero. Pero luego la entrada se expandío un poco, queriendo recibirle. Se mordio los labios para contenerse de no embestir asta obtener respuesta. El omega estaba mareado por el placer, sentira esa bola presionar y quería decir que si, rogar por que se la metiera: su instinto le pedía tenerlo dentro; pero sería desgarrador, sería como cuando era chico... lo sentiría partirlo al medio, le dolería moverse, sangraría... seria insoportable, y mañana había una guerra.

-Nie, no... no puedo-gruño y escucho un sollozo en respuesta, pero nada más, Charles continuaba follandole. Cada vez más rápido, cada vez mas ansioso. La mano en su virilidad le masturbaba con fuerza, desesperada y Erik no aguanto. Jadeo, sintiendo sus brazos flaquear un poco. Sus codos se flexionaron, su mentón rozo la almohada y gimió con fuerza sintiendo cada célula de su cuerpo vibrar en puro éxtasis-Ohhh d-dios...-en mitad de la frase su voz se quebró y los chorros de semen comenzaron a salir disparados, uno baño su propio mentón y otro callo adornando la cama, uno tras de otro, como si no tuvieran fin. Se le corto el aliento, y tuvo que esforzarse para no dejarse caer del todo, la energía le habia abandonado. Su pecho subía y bajaba como loco, todo su cuerpo temblaba por el exceso de placer. Sintió a Charles presionar más hondo, el telepata era asfixiado por las contracciones ajenas, y al sentirlo tan apretado solo podía moverse más y más ansioso.

-Eres tan delicioso, tan perfecto...-continuo moviéndose, viendo la posición tan entregada. El omega habia arqueado la espalda durante el orgasmo y esas nalgas estaban a su disposición, Charles las separo con sus dos manos y empujo fuerte contra su entrada, dejando escapar todo el aire de sus pulmones cuando su nudo se presiono un poco y ese orificio se abrio más que dispuesto. Erik temblaba como loco, sin poder aguantar, el cuerpo estaba tan sensible por el orgasmo. Quería atrapar a Charles dentro y no dejarlo salir... gimió y mordió la almohada al sentir ese nudo presionar, su cuerpo quería ceder, su interior estaba quemandole de pura ansiedad y estaba seguro de que si lo dejaba entrar sentiria otro fuerte orgasmo que le dejaria inconciente. Se relajo un poco, disfrutando del cosquilleo que sentía en su entrada, notando como esta palpitaba queriendo atrapar el nudo dentro de si. Charles se aparto, para embestirle nuevamente y ambos gimieron de gusto cuando el nudo volvio a presionarse con algo de rudeza. El alfa coloco su mano torpemente, para no meterse dentro y dio una nueva embestida antes de, finalmente, dejarse ir en ese calido interior, regando su semilla dentro. Masajeo un poco su nudo, mientras miraba el cuerpo de su omega. No podía dejar de temblar, pero no queria moverse... quería dejar hasta la ultima gota de su semen dentro. Su respiración estaba acelerada, sus huevos finalmente relajados, igual que cada musculo de su cuerpo. Exquisito, simplemente perfecto. Sentia a su omega ronronear de placer y no pudo evitar sonreir algo embobado. Le llegaban las proyecciones de Erik, de cuanto le gustaba sentir su interior abierto, de cuando le gustaba sentir esa simiente bañarle, de cuanto le gustaba que Carles le llenara.

No pudo evitarlo, le gano la relajación y se fue encimando sobre el cuero ajeno, ambos estaban segados por la relajación y las endorfinas. Charles se recostó encima de Erik, sin miedo de aplastarlo, era lo bueno de que fuera más grande y musculoso. Ambos estaban acelerados, sus pechos subiendo y bajando como locos, sus cuerpos aun unidos.

-Vas a matarme algún día, eres un jodido pervertido-susurro Erik, casi sin voz, Charles se rió aun jadeante y beso detrás de su oreja. Ambos estaban como anestesiados, algo cansados, no querían ni moverse. Charles llevo su mano con suavidad a la nuca ajena y le tiro suavemente el cabello.

Erik pareció entenderlo, y alzo el cuello-Eres mio-dijo con posesividad, mirando el cuello ya marcado con suaves tintes rojos.

-Si-respondió en un suspiro, aceptando. Había sido una pregunta aunque no sonara como tal. Charles ansioso se inclino y comenzó a besarle con ganas el cuello, su boca devoraba la piel, succionaba, sintiendo la sangre acumularse en ese sector. Tras un minuto dejo de chupar, se separo un poco y sonrió con excito al notar la marca indisimulable que había dejado en su cuello. Mañana, Shaw y cualquier otro sabrían que Erik tenía compañero. Que era todo suyo. Los ojos celestes le miraron con atención y Charles perezosamente fue saliendo de su interior y se dejo caer a su lado. Cayo boca arriba y tiro la cabeza hacia atrás, exhibiéndose. Los labios de ajenos rápidamente se pegaron a su piel y jadeo al sentirlo chupar con ansias. No sabía si Erik lo hacía de posesivo, o solo por no querer ser el único marcado, pero no le importaba. Dejo que le llenara de marcas, lo que sea mientras se sintiera en confianza. Cerro los ojos y disfruto de los besos y las mordidas, feliz por la posesividad ajena. Cuando Erik se separo le sonrió por dejarle hacer aquello, y luego le dio un casto beso antes de acostarse de espaldas a él, cerrando los ojos-Debemos dormir-dijo, acomodándose, sintiendo un asentimiento en respuesta.

Charles se quedo pensativo un momento, mirando el techo. Cuando finalmente regularizo su respiración se giro, miro la espalda ajena y mordio sus labios. Tenía mucho miedo de perderle, Erik era la razón de su vida, era su felicidad absoluta y pensar en perderlo le helaba el corazon. Sin poder contenerse le rodeo con sus brazos, repegandosele tanto como podía. Le beso la nuca y se inclino a su oído--Erik, pase lo que pase mañana... siempre tendrás un lugar esperando por ti en esta mansión-susurro el telepata, apretándolo fuerte. No quería pensar que al día siguiente podrían separarse, pero realmente necesitaba asegurarse de que si aquello pasaba Erik tarde o temprano volvería a sus brazos. Necesitaba sentirse en control de todo eso.

-¿Siempre?-pregunto la voz adormilada del mayor. Charles le apretó mas fuerte y asintió contra su espalda. Sintió su corazón llenarse de angustia y le presiono más y más, queriendo fundirle en su piel. Erik pareció sentir su angustia ya que se giro y le rodeo con sus brazos, le beso la frente con suavidad-Incluso si.... ¿si hago algo que no te agrada?

-Si.-dijo con seguridad-Haz lo que tengas que hacer...-se mordió el labio y miro los ojos celestes-. Solo no quiero que pase nada malo.

-Nada malo pasara mañana, Charles. Somos compañeros, hermanos... eres mi amante.-dijo apenas en un murmullo, acariciandole el cabello al ver los ojos ajenos vidriosos-No te angusties por eso. -le apretó mas fuerte y repartio besos en su frente, escuchando una suave risa en respuesta.

-Soy un idiota-dijo el menor y le beso el hombro, acurrucándose en sus brazos, aliviado sentir su calor-Esto debería ser al revés, yo debería calmarte y prot... 

-No somos un alfa y un omega, somos compañeros-la voz sonó ligeramente tensa y Charles asintió. “Tienes razón” dijo mentalmente, y sintió los brazos apretarle incluso más. Jadeo de alivio y le olfateo, llenandose con su aroma-Te amo-ronroneo, sintiendo como le pesaban los ojos. 

-Y yo a ti-susurro Erik, bostezando, antes de cerrar los ojos, dejándose llevar por los brazos de morfeo. Le gustaba dormir con Charles entre sus brazos, era como sentirse el dueño del mundo. Esperaba poder tener esa sensación de felicidad siempre. Quería poder pasar cada una de sus noches así. 

Quería estar para siempre a su lado. 

Notas finales:

Bueno, quizas les desilucione un poco el capitulo, quizas esperaban más acción, pero ya en el siguiente sin falta tamos en la guerra.

Y si, escribo +18 como camionera, o como peli porno barata xD

¿Que tal quedo lo de Raven? Muchos pensaron que si pasaria xD

En fin, les dejo el adelanto ¿comentarios?

-Erik, mi pequeño omega, que agradable sorpresa-su corazon se detiene un segundo, por que esa voz sigue teniendo el mismo poder que siempre ha tenido. Le hace sentirse pequeño e insignificante, fuera de si, asustado. Con solo escucharla su mente grita de forma agobiadora y su interior se retuerce entre el panico y la ansiedad, ansiedad por acercarse, por obedecer cualquier cosa que le pida. Hacía tanto que no lo sentía... esa vena sumisa palpitando dentro de él. Se siente tan indefenso, solo quiere la aprobación de su alfa...

 


Para quien le interese deje un shot que se llama Reencuentro, figura en mi perfil. Besos


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